Dominio Eurosiberiano
El dominio eurosiberiano se localiza en el norte de la península ibérica, incluyendo Galicia, la costa cantábrica y los Pirineos. Está influenciado por un clima húmedo, con lluvias abundantes y constantes a lo largo del año, además de temperaturas suaves o frías, especialmente en las zonas de montaña.
Subclimas
Dentro de este dominio se distinguen dos subclimas:
- Oceánico: Con precipitaciones regulares y veranos frescos.
- Montaña húmeda: Caracterizado por lluvias intensas y temperaturas bajas.
Vegetación
La vegetación predominante es el bosque de frondosas caducifolias, compuesto por especies como el roble y el haya. Estos árboles tienen hojas caducas, que caen en otoño para evitar el estrés del invierno.
- El haya necesita altos niveles de humedad y se encuentra en suelos calizos o silíceos a altitudes elevadas, como en la cordillera cantábrica y los Pirineos.
- El roble se adapta mejor al frío y requiere menos humedad, ocupando zonas de menor altitud en Galicia y la costa cantábrica.
La intervención humana ha reducido la extensión de estos bosques, reemplazándolos con plantaciones de especies de rápido crecimiento como el pino y el eucalipto, utilizados para madera y celulosa.
Además de los bosques de frondosas, el dominio eurosiberiano incluye bosques de coníferas, especialmente en áreas de montaña, con pinos y abetos que soportan condiciones frías. En altitudes más altas, donde el bosque no puede desarrollarse, se encuentran landas o matorrales densos como el brezo y el tojo. También son comunes los prados y pastizales, que resultan de la tala de bosques para obtener pastos para el ganado. La acción antrópica, como talas e incendios, ha modificado significativamente este ecosistema, y muchas áreas han sido repobladas con especies no autóctonas.
Dominio Mediterráneo
El dominio mediterráneo abarca gran parte del territorio peninsular y se caracteriza por un clima con veranos calurosos y secos e inviernos suaves. La escasez de precipitaciones en verano, junto con la acción antrópica, ha alterado considerablemente la vegetación natural, reduciéndola en extensión.
Vegetación
La vegetación característica de este dominio es el bosque de frondosas perennifolias, que incluye árboles como la encina y el alcornoque. Estos árboles son adaptaciones xerófilas, con hojas duras y perennes que minimizan la pérdida de agua.
- La encina, que soporta bien la sequía, crece en una gran variedad de suelos y se encuentra en regiones como Sierra Morena y Extremadura.
- El alcornoque requiere suelos silíceos y cierta humedad, localizándose en áreas específicas como el suroeste peninsular y algunas zonas de Cataluña.
El bosque de coníferas es común debido a repoblaciones, ya que especies como el pino carrasco y el pino albar crecen rápidamente y se adaptan a suelos pobres y condiciones climáticas extremas. Estas plantaciones han aumentado la presencia de pinos, utilizados para madera, resina y papel.
El matorral mediterráneo ocupa grandes áreas debido a la degradación del bosque original. Se distingue en tres tipos principales:
- Maquia: Formada por arbustos densos y altos.
- Garriga: Compuesta por matorrales más bajos y dispersos, como el tomillo y el romero.
- Estepa: Una formación vegetal de hierbas bajas y arbustos espinosos adaptados a la aridez extrema. La estepa es típica de zonas como el sudeste peninsular y el valle del Ebro, donde las condiciones de sequía limitan el crecimiento de otras formaciones vegetales.
En zonas de transición entre el clima mediterráneo y otros climas más húmedos, aparece el bosque de frondosas marcescentes, que combina características de hojas perennes y caducas. Las especies más comunes en este tipo de bosque son el roble rebollo y el roble quejigo, adaptados a cambios estacionales y presentes en áreas intermedias entre el dominio eurosiberiano y el mediterráneo.
Vegetación Edafófila y Formaciones de Ribera
La vegetación edafófila se adapta más a las condiciones del suelo que al clima de la región. Las formaciones de ribera crecen cerca de los ríos y están compuestas por especies como alisos y sauces, que ayudan a controlar la erosión y crean microclimas favorables. En suelos con alta concentración de yeso, predominan las plantas gipsófilas, como tomillos y gramíneas, mientras que en arenales, como los del Parque Nacional de Doñana, crecen plantas psamófilas, que estabilizan el suelo con sus raíces. Esta vegetación juega un papel crucial en la preservación del ecosistema y la protección del suelo frente a la erosión.
Clima Oceánico
El clima oceánico abarca el norte de la península ibérica, incluyendo la cornisa cantábrica y Galicia. Es una región con precipitaciones abundantes y regulares, que suelen superar los 800 mm anuales y con más de 150 días de lluvia al año. Estas precipitaciones están influenciadas por las borrascas del frente polar, lo que hace que las lluvias sean constantes a lo largo del año. Sin embargo, se observa un máximo de precipitaciones en invierno o en otoño-invierno debido a la mayor frecuencia de borrascas, y un mínimo relativo en verano, causado por la influencia del anticiclón de las Azores. Este mínimo puede durar hasta dos meses secos, lo que marca la transición hacia un clima mediterráneo continentalizado. La forma suave de las lluvias favorece la infiltración en el suelo, manteniendo una buena humedad y beneficiando a la vegetación local.