Diversidad Biogeográfica de España: Regiones y Factores Clave

Regiones Biogeográficas de España

Factores de la Diversidad Biogeográfica de España

La Península Ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad en lo que a flora y fauna se refiere. La riqueza de especies existentes se extiende también al archipiélago canario. Esta diversidad está realzada por factores como:

  1. Clima: La Península Ibérica presenta climas atlántico y mediterráneo, diferenciados por el régimen climático y el valor de sus elementos. El clima mediterráneo, el más extenso, es un factor crucial de diversidad biogeográfica debido a los contrastes estacionales y las gradaciones espaciales, que permiten la aparición de biotopos diversos.
  2. Configuración de la Península: El contraste entre el interior y el litoral crea una diferenciación climática con repercusiones en la vegetación y la fauna.
  3. Relieve: La variedad de relieves (montañas, depresiones, llanuras) genera una amplia gama de hábitats. La altitud y la orientación influyen en temperaturas, precipitaciones e insolación, contrarrestando los efectos de la latitud.
  4. Litología y Suelos: Los contrastes litológicos y la diversidad de suelos influyen en la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales, que deben adaptarse a las condiciones del sustrato.

En consecuencia, la vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad, con predominio de los ecosistemas mediterráneos. Canarias, por su situación geográfica, presenta un elevado número de endemismos.

Caracterización de las Regiones Biogeográficas en España

España forma parte del reino holártico boreal, que se extiende sobre los continentes al norte del trópico de Cáncer. Este reino comprende once regiones, de las cuales tres están presentes en España:

Región Eurosiberiana

Localización

Ocupa la fachada atlántica, el macizo pirenaico y las cumbres de los sistemas Central e Ibérico.

Se caracteriza por una vegetación exuberante, propia de un clima de temperaturas suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año. Estas condiciones, junto a un suelo pobre, permiten el desarrollo de un bosque caducifolio de 25 a 30 metros de altura. La frondosidad reduce el acceso de la luz solar, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo.

Se distinguen dos provincias:

  1. Provincia Atlántica: Comprende el norte y noroeste peninsular, con hayedos y robledales. El haya, árbol de montañas húmedas, se adapta a suelos silíceos y calizos. El roble se sitúa a menor altitud, prefiriendo suelos silíceos. La degradación de estos bosques dio paso al castaño y luego al pino. El matorral resultante se compone de brezos y otras especies, formando las landas. La eliminación de bosques y landas ha generado prados. Actualmente, el bosque atlántico está reducido al 10% de su superficie potencial.
  2. Provincia Submediterránea: Se extiende hacia el este, ocupando la vertiente meridional del Pirineo. La orientación y la protección de los vientos atlánticos modifican las condiciones, permitiendo la aparición de especies de las regiones eurosiberiana y mediterránea, predominando las primeras (roble, pino, quejigo).

Región Mediterránea

Localización

Ocupa el resto de la Península y el archipiélago balear.

El principal rasgo de la vegetación es su carácter perennifolio, adaptado a la sequía estival. Las plantas desarrollan mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo, con hojas pequeñas y raíces extensas. El crecimiento es lento, alcanzando su clímax tras siglos. La especie más representativa es la encina, que se adapta a diversos suelos y climas, alcanzando altitudes de hasta 2000 metros en Sierra Nevada. Bajo la encina, surgen especies arbustivas como el madroño, la coscoja, el lentisco, la jara y plantas aromáticas.

En ocasiones, la encina es desplazada por el alcornoque, cuya corteza se explota industrialmente.

Región Macaronésica

Localización

El archipiélago canario pertenece a esta región biogeográfica.

Sus características incluyen la insularidad, la variedad litológica y la antigüedad de la flora, con una alta proporción de endemismos. La diversidad procede de la unión de influencias holárticas, mediterráneas y africanas, fortalecidas por la insularidad.

La vegetación se estratifica por pisos altitudinales debido a la constitución volcánica y la presencia del Teide. El piso bajo, con poca humedad, carece de vegetación arbórea, predominando el cardón y la tabaiba. El piso intermedio, hacia el bosque de laurisilva, coincide con el mar de nubes. Por encima, aparecen bosques de coníferas (pino canario y cedros). La degradación da lugar a un desierto rocoso con endemismos. También son propias de Canarias especies como el drago, palmeras, cardonales y tabaibales.

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