Diversidad Biogeográfica de España: Ecosistemas y Regiones Naturales

Factores de Diversidad y Regiones Biogeográficas de España

Existe una gran variedad de paisajes vegetales en España, muy valiosos por la cantidad de especies, unas 8000, de las cuales casi 1500 son endémicas. Suponen el 50% de toda la UE, siendo también el país con más hectáreas naturales protegidas. La gran biodiversidad se debe a una serie de factores, tanto físicos como humanos.

  • La variedad de climas permite clasificar los paisajes vegetales de forma sencilla.
  • La posición de encrucijada natural de la Península ha favorecido el desarrollo de especies muy dispares.
  • El relieve y los suelos determinan el tipo de especies que se desarrollan, no solo por la altitud o la influencia de vientos y humedad, sino por el propio roquedo y por el pH y nutrientes del suelo.

Es indudable que cada vez influye más la acción antrópica en el medio, deteriorándolo, repoblando o preservándolo a través de figuras de protección medioambiental. El crecimiento de la conciencia ecológica y las políticas de desarrollo sostenible han favorecido valorar en las últimas décadas el medio como un verdadero patrimonio nacional.

Cuando hablamos de biogeografía nos referimos al estudio de la distribución de las plantas y animales por la superficie terrestre y las causas de dicha distribución. La vegetación española pertenece al reino holártico, perteneciente a las zonas templada y ártica del hemisferio norte. En él se desarrollan varias regiones vegetales: la eurosiberiana, de clima atlántico; la mediterránea; la macaronésica, que encontramos en Canarias; paisajes de alta montaña; y paisajes de ribera o de galería, en torno a los ríos.

Casi todas las regiones se alejan cada vez más de su estado climácico, es decir, en equilibrio con el medio, sin intervención humana y compuesto por especies primarias, tanto autóctonas como endémicas. Cuando los suelos se degradan, se desarrollan especies secundarias que son capaces de adaptarse a situaciones más adversas, muchas de ellas introducidas normalmente por el ser humano y provenientes de otras regiones, como castaños, pinos o eucaliptos.

Formaciones Vegetales de la España Peninsular e Insular

Región Eurosiberiana

La vegetación de la región eurosiberiana es densa gracias a la humedad del clima. En ella se desarrollan los bosques caducifolios o de frondosas, sotobosques de landas y bosques marcescentes, estos últimos en zonas de clima oceánico de transición y cerca de áreas mediterráneas.

La situación clímax se da en el primero, con bosques monoespecíficos de hayas o robles, junto a un sotobosque de helechos. Son especies de gran altura y de tronco liso que compiten por la luz. La evolución y caída de las hojas genera paisajes diversos según la estación del año. Los robles ocupan las zonas más bajas porque toleran peor el frío que las hayas y se adaptan principalmente a suelos silíceos, sobre todo en Galicia y el Principado de Asturias. El haya exige mucha humedad y se puede ver en la montaña, adaptándose a cualquier roquedo, aunque prefiere el calizo, de ahí que se extienda principalmente por la Cordillera Cantábrica, Montes Vascos y Pirineos.

Definiciones:

  • BOSQUE CADUCIFOLIO: tipo de paisaje vegetal que encontramos en el clima oceánico, árboles altos, con tronco recto y liso y hoja grande, que cae en otoño. Pocas especies. En España, el roble y el haya.
  • BOSQUE PERENNIFOLIO: típico del clima mediterráneo, formado por árboles que no pierden la hoja, de mediana altura, con troncos no rectilíneos, de corteza gruesa y rugosa. Algunas especies son la encina y el alcornoque.
  • CAMBIO CLIMÁTICO: proceso de modificación de los resultados de los elementos del clima y que está consolidando variantes de los climas del planeta.
  • ENDEMISMO: especie natural autóctona y que se desarrolla en un espacio restringido del planeta. En España son el pinsapo en Grazalema o la violeta del Teide.
  • FLORA: conjunto de plantas de una región o un ecosistema concreto.

Como especies secundarias encontramos los castaños, pinos y eucaliptos, todos ellos de gran valor económico. Les acompaña en el sotobosque la landa, que es una formación arbustiva densa y leñosa adaptada a suelos más pobres, con especies como el brezo, la retama, el tojo o el piorno. En numerosos casos la landa sustituye al bosque y, cuando este desaparece por la altitud, encontramos los prados.

El bosque marcescente, que tiene árboles que pierden su hoja en primavera, con el inicio de los nuevos brotes, se adapta mejor a la aridez y es resistente al frío, de ahí que se encuentre en las zonas más meridionales de la región atlántica e incluso en otras muchas sierras españolas, como en la de Aracena. Destacan en él los rebollos y quejigos.

Región Mediterránea

La vegetación de la región mediterránea se caracteriza por la escasez de bosques y la abundancia de zonas de matorrales, todo ello adaptado a la sequía estival, la insolación y a las oscilaciones térmicas.

El bosque clímax es perennifolio, con troncos anchos y rugosos, las copas de los árboles amplias para generar sombra, las hojas pequeñas y coriáceas que evitan la evaporación, y raíces profundas en busca de agua.

La especie más significativa y extendida en España es la encina, adaptada a situaciones extremas y a cualquier tipo de suelo. En la mayoría de los casos el ser humano ha suprimido el sotobosque, transformando el paisaje en dehesas, que son explotaciones agropecuarias, sobre todo para el cerdo ibérico que se alimenta de bellotas (penillanuras occidentales y parte de Sierra Morena). Pueden darse también otros árboles, como alcornoques y quejigos.

El alcornoque es la segunda especie en importancia, adaptado a suelos silíceos, más exigente de humedad y peor adaptado al frío, de ahí que predomine en Extremadura y noroeste andaluz. Destaca el aprovechamiento del corcho. Entre las formaciones secundarias destacan muchos tipos de pinos.

Las formaciones arbustivas aparecen como degradación del bosque mediterráneo. El conjunto más denso es el maquis o maquia, de hasta 2 metros de altura, donde destacan los madroños, brezos, jaras, retamas y lentiscos. Otro conjunto de zonas más áridas es la garriga, más baja y dispersa, con especies como la coscoja y la jara, y olorosas, como el romero, la lavanda o el tomillo. La estepa es el último conjunto desarrollado en zonas semiáridas extremas o muy degradadas. Está formada por plantas como el esparto, el palmito o la esparraguera.

Región Macaronésica

Canarias se encuentra en la región Macaronésica. La influencia de diferentes climas le permiten desarrollar especies mediterráneas, tropicales y atlánticas. La orografía, el roquedo y la latitud favorecen una gran variedad de especies, muchas endémicas. Las islas orientales tienen una vegetación más adaptada a la aridez que las occidentales. Se organiza en pisos según la altitud y orientación de las laderas:

  • Piso basal (hasta 400 m de altitud): especies como la tabaiba y el cardón.
  • Piso intermedio (hasta 800 m): el drago o la palmera canaria.
  • Piso termocanario (hasta 1200-1400 m): el bosque de laurisilva, de gran frondosidad y perennifolio, con el laurel como especie principal, y el sotobosque de fayal-brezal, como deterioro del bosque.
  • Piso montano (hasta 2000 m de altitud): aparece el pino canario.
  • En las mayores cumbres de la Palma y Tenerife escasea la vegetación, destacando como endemismo la violeta del Teide.

Bosques de Galería y Vegetación de Alta Montaña

En paralelo a los ríos se organizan los bosques de galería, con árboles de hoja caduca y demandantes de humedad, como alisos, sauces, chopos, fresnos y olmos, así como un sotobosque de zarza, aligustre, madreselva y plantas enredaderas.

Por último, en la montaña se organiza la vegetación en pisos:

  • Piso basal: vegetación propia del clima que corresponde por latitud.
  • Piso montano (entre 2000 y 2200 m): se encuentran hayas y coníferas autóctonas, como el pino negro, el abeto o el pinsapo, este último en la sierra de Grazalema; el sotobosque se adapta al clima atlántico o mediterráneo.
  • Piso alpino o supraforestal: aparecen los prados.
  • Piso nival: en la alta montaña (a partir de 3000 m) únicamente aparecen plantas rupícolas, musgos y líquenes.

La Intervención Humana y sus Consecuencias Geográficas

Como consecuencia del desmedido consumo de energías fósiles, el impacto de las actividades económicas y la intensa urbanización que conlleva la presión demográfica, los problemas medioambientales alcanzan hoy una dimensión mundial que exige afrontarlos con medidas respaldadas por todos los países y encaminadas al difícil logro de un verdadero desarrollo sostenible.

Las políticas medioambientales tienen como objetivos principales la protección de espacios naturales, la prevención ecológica y la corrección de agresiones al medio. La legislación va en consonancia con la de la UE y pone énfasis principalmente en los ecosistemas mediterráneos, que son los más vulnerables debido al proceso tan acelerado de desertización que se está dando en amplias zonas de España.

Áreas Protegidas en España

Las áreas protegidas en nuestro país constituyen más de 7 millones de hectáreas y se organizan en los de ámbito nacional, europeo o internacional.

Ámbito Nacional

A nivel nacional existen cinco figuras de protección medioambiental:

  • Parques (naturales o nacionales)
  • Reservas naturales
  • Áreas marinas protegidas
  • Monumentos naturales
  • Paisajes protegidos

De todos ellos la figura más importante es el Parque Nacional. Todos son dignos de conservar, bien por singulares, amenazados, de gran diversidad natural o de especial interés (científico, paisajístico, geológico, etc.). En Andalucía tenemos el Parque Nacional de Doñana, el de Sierra Nevada y desde 2020 el de la Sierra de las Nieves.

Ámbito Europeo

De carácter europeo se encuentra la Red Natura 2000, donde existen:

  • Lugares de Importancia Comunitaria (LIC)
  • Zonas Especiales de Conservación (ZEC)
  • Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA)

Ámbito Internacional

Por último, están las áreas protegidas por convenios internacionales, entre las que destacan los inscritos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, donde se incluyen algunos de nuestros parques nacionales.

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