Dinámicas Demográficas en España: Migraciones, Natalidad y Mortalidad

En España, las migraciones tuvieron lugar entre 1950 y 1975 desde las regiones agrarias del interior hacia las zonas urbano-industriales en la periferia de Madrid. La crisis de 1975 detuvo estas migraciones y hundió la natalidad en las regiones más afectadas. Las causas actuales son dos factores: el desarrollo económico a partir de la crisis y la migración extranjera.

Las comunidades autónomas con mayor dinamismo demográfico cuentan, respecto a la media española, con tasas de natalidad más elevadas, tasas de mortalidad más bajas y un crecimiento natural más alto. En general, presentan una estructura demográfica relativamente más joven, causada por un comportamiento natalista, por haber sido foco de migración interna en épocas pasadas o por recibir una fuerte inmigración extranjera desde la década de 1990, aunque tiene excepciones como Canarias y Navarra.

Las comunidades autónomas en declive demográfico tienen, respecto a la media española, una tasa de natalidad baja, una tasa de mortalidad más alta y un crecimiento natural más bajo, negativo en muchos casos. Presentan una estructura demográfica fuertemente envejecida por haber sufrido una intensa emigración en épocas pasadas, debido a la prolongada incidencia de la crisis industrial de 1975 y por contar en la actualidad con menor inmigración extranjera.

Mortalidad en España

La tasa de mortalidad mide el número de defunciones que se produce al año por cada 1000 habitantes. Esta tasa también ha descendido notablemente a lo largo del último siglo. A principios del siglo XX, la mortalidad española era muy elevada y la esperanza de vida al nacer no superaba los 35 años. Desde entonces se inició un descenso sostenido que sólo se interrumpió por dos episodios de carácter catastrófico: la epidemia de gripe y la Guerra Civil. Desde finales de los años 50 del pasado siglo, las tasas de mortalidad son muy bajas, y la mortalidad ha descendido como consecuencia de varios factores: el aumento del nivel de renta de la población, los avances en el campo de la higiene y la sanidad, y la mejora del nivel educativo. Dentro del descenso de la mortalidad, destaca la caída de la tasa de mortalidad infantil. Entre las causas de mortalidad más frecuentes sobresalen las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Con la caída de la mortalidad se ha producido un aumento de la esperanza de vida al nacer.

Natalidad y Movimiento Natural de la Población

El movimiento natural hace referencia a los cambios vitales de las distintas poblaciones, analizando la evolución de la misma a partir del estudio de sus fenómenos naturales como la natalidad y la mortalidad. La caída de la natalidad en España durante el último siglo ha sido similar a la del resto de los países desarrollados. La tasa de natalidad, que mide el número de nacimientos que se produce al año por cada mil habitantes, ha descendido en el siglo XX comparado con la actualidad.

El descenso ha sido constante pero con algunas discontinuidades: la natalidad comenzó a descender desde comienzos del siglo XX hasta la década de 1920, cuando se produce cierta prosperidad económica. La crisis de 1929, la inestabilidad política de la Segunda República y la Guerra Civil produjeron un brusco descenso en los nacimientos. La tendencia al descenso continuó produciéndose hasta mediados de la década de 1950 en el contexto de la posguerra. A partir de esa fecha y hasta mediados de la década de 1960 se produce un nuevo periodo de crecimiento en la natalidad. Desde entonces, el número de nacimientos desciende primero de forma suave y después de manera muy brusca. A lo largo de los 90 y de los primeros años de nuestro siglo, las tasas de natalidad se mantienen muy bajas pero estables.

Las causas del descenso del número de nacimientos son bien conocidas: el retraso en la edad de contraer matrimonio, el descenso de la nupcialidad… Hasta hace poco, el número de matrimonios por cada 1000 habitantes era un dato significativo porque guardaba relación directa con la natalidad, pero actualmente resulta un dato poco fiable. La tasa media de hijos por mujer que en 2007 fue de 1.4 se prevé que se sitúe en 1.5. Lo que no parece que haya de cambiar es la edad media de maternidad en torno a los 31 años. Este retraso antes se situaba a los 25 años de media por la dificultad de tener hijos sin tener una situación laboral sólida.

Para que una población se mantenga estable, es necesario que una generación sea relevada por la siguiente. En los últimos años, la inmigración ha modificado la tendencia a la baja de la natalidad, pero esto no garantiza el reemplazo generacional. España contaba con una población que lo situaba en el 5to lugar entre los países más poblados de la UE, esto se debía fundamentalmente a los extranjeros.

Diferencias Territoriales y el Caso de Canarias

En España persisten notables diferencias territoriales en relación al movimiento natural de la población que se explican por causas sociales y económicas. Hay marcadas diferencias entre las islas. La población activa de Canarias se caracteriza por tener una tasa de actividad superior a la media nacional. La tasa de paro, aunque ha decrecido, se encuentra por encima de la media española. La distribución de la población ocupada por sectores económicos se caracteriza por los rasgos siguientes: la población ocupada en el sector primario es inferior a la media nacional, la población ocupada en el sector secundario es muy inferior a la media española y la población ocupada en el sector terciario es superior a la media española.

Las primeras ciudades de Canarias surgieron en el siglo XV, en la época de la conquista. Cada isla fue sometida a partir de un foco militar-administrativo. Sus principales núcleos de población se situaron en las vertientes de barlovento de las islas y en las medianías, además de zonas alejadas de la costa por los piratas. Estas islas se conectaban por puertos. Las dos islas mayores que centralizaron sus intercambios fueron Tenerife y Gran Canaria; las capitales, tras la división provincial, consolidaron su crecimiento. En la actualidad, la tasa de urbanización es muy alta. En Canarias, el tamaño demográfico es muy contrastado y sus núcleos de población más importantes se encuentran en su respectiva capital y se localizan en la costa.

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