Dinámica Poblacional en España: Natalidad, Mortalidad y Crecimiento

Movimientos Naturales de la Población Española: Natalidad, Mortalidad y Crecimiento Vegetativo

El movimiento natural es el crecimiento o el decrecimiento de la población de un lugar por causas naturales, es decir, como resultado de los nacimientos y las muertes. Así, el crecimiento natural o vegetativo es la diferencia entre la natalidad (número de nacimientos) y la mortalidad (número de defunciones). La tasa de natalidad es alta si es mayor que 35‰, moderada si está entre 15-35‰ y baja si es menor que 15‰. La mortalidad, sin embargo, es alta cuando supera los 35‰, moderada si está entre 15-35‰ y baja si es menor que 15‰. El crecimiento vegetativo es alto si supera los 20‰, moderado entre los 10-20‰ y bajo si es menor que el 10‰.

Los Movimientos Naturales en España

En general, todas las CC.AA. tienen bajas tasas de natalidad, mortalidad y crecimiento vegetativo. Los contrastes se dan por diferente estructura de edades de la población:

  • Causas heredadas: comportamiento tradicional de la natalidad y diferencias de desarrollo económico causante de migraciones.
  • Causas actuales: desarrollo económico e inmigración extranjera.

CC.AA. con mayor dinamismo demográfico (más natalidad, menos mortalidad y más crecimiento natural) tienen una estructura más joven por tradición o atracción de la inmigración: Andalucía, Murcia, Ceuta y Melilla; Madrid, Cataluña, C. Valenciana, Baleares. La excepción es Canarias que tiene una favorable estructura por edades que compensa la baja natalidad y Navarra con una estructura por edades compensada con natalidad más alta.

Comunidades autónomas en declive demográfico son las que tienen una estructura demográfica envejecida, ya sea por inmigración (Galicia e interior), por crisis prolongada (cornisa cantábrica) o por contar con menos inmigración extranjera.

Los Regímenes Demográficos en España

En el movimiento natural de la población española se distinguen 3 etapas o regímenes demográficos a lo largo de los cuales la natalidad, la mortalidad y el crecimiento natural presentan rasgos homogéneos. Estas son:

El Régimen Demográfico Antiguo: Hasta Principios del Siglo XX

Este se mantuvo en España hasta principios del siglo XX. Se caracteriza por altas tasas de natalidad y de mortalidad y por un crecimiento natural bajo. La natalidad presentaba valores elevados debido a dos causas principales:

  • El predominio de una economía y una sociedad rurales, en las que los hijos empezaban a trabajar pronto ayudando en las labores del campo; aún muy baratos de mantener y aseguraban el porvenir de los padres, dado que no existían seguros de accidentes, enfermedad, ni jubilación.
  • La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos. La única posibilidad era retrasar la edad del matrimonio en las coyunturas económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento del periodo fértil de la mujer y el descenso del número de hijos.

La mortalidad general era alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias.

  • La dieta era escasa, por la baja productividad agraria, y desequilibrada, por falta de proteínas: el pan era el alimento básico, y escaseaban la carne, la leche y los huevos. La mayoría de la población estaba malnutrida y debilitada.
  • Las enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire (tuberculosis, bronquitis, pulmonía, gripe) o del agua y los alimentos (diarreas) tenían alta incidencia. Esta se veía favorecida por el atraso de la medicina, el desconocimiento de las vías de transmisión de las enfermedades y la falta de higiene privada y pública (tardío establecimiento de servicios de agua potable, alcantarillado y recogida de basuras).
  • A la elevada mortalidad general, se sumaban momentos de mortalidad catastrófica causada por epidemias, guerras y malas cosechas de cereales, que provocaban la subida del precio del grano y el hambre y la muerte de quienes no podían pagarlo.
  • La mortalidad infantil también era alta.
  • La esperanza de vida era baja, debido a la elevada mortalidad infantil y materna.

Como consecuencia de las altas tasas de natalidad y de mortalidad, el crecimiento natural era bajo y presentaba oscilaciones debidas a las crisis de sobremortalidad.

La Transición Demográfica (1900-1975)

En comparación con otros países de Europa occidental se inició más tarde en España, pero duró menos y fue más intensa. Se caracteriza por la disminución suave de la natalidad, un brusco descenso de la mortalidad y, en consecuencia, un elevado crecimiento natural.

La natalidad descendió de forma suave y discontinua, alternando periodos de mayor decrecimiento con otros de recuperación.

  • En la década de 1920 la natalidad se recuperó del descenso gracias a la prosperidad económica.
  • Entre 1930 y 1956 se reanuda el descenso. Las causas fueron la crisis económica de 1929 y la inestabilidad política de la Segunda República; la Guerra Civil, y la posguerra, que causó el exilio de miles de personas y dificultades económicas derivadas de la política autárquica y del bloqueo nacional.
  • La política pro-Franco, que instituyó premios de natalidad y prohibió los anticonceptivos, no fue suficiente para compensar esta tendencia.
  • Entre 1956-1965 tuvo lugar una recuperación de la natalidad interpretada como el «baby boom» posbélico retrasado.
  • Entre 1965 y 1975 (últimos años del desarrollismo) disminuyó el tamaño de la familia. La causa fue la consolidación de un modo de vida industrial y urbana, con graves problemas de vivienda, que redujo el valor económico de los hijos.

La mortalidad general descendió de forma acusada y continua durante la transición demográfica, excepto en dos únicos momentos de mortalidad catastrófica: la gripe de 1918 y la Guerra Civil.

Las causas del descenso de la mortalidad fueron:

  • El incremento del nivel de vida se manifestó en la mejora de la dieta, que durante la década de 1960 superó la malnutrición y la escasez de la posguerra, y en el crecimiento del nivel educativo y cultural, que permitió intensificar la prevención y abandonar costumbres tradicionales nocivas para la salud.
  • Los avances médicos más destacados fueron las vacunas y los antibióticos, que eliminaron la mortalidad catastrófica por epidemias a partir de la de gripe de 1918 y redujeron la incidencia de las enfermedades infecciosas. También tuvieron efectos positivos los nacimientos en clínicas, que disminuyó la mortalidad femenina en el parto y el posparto, y la extensión de la sanidad pública (seguridad social).
  • Los avances sanitarios consistieron en la mejora de la higiene privada y pública (servicios urbanos de agua potable, alcantarillado y recogida de basuras).
  • La mortalidad infantil también decreció debido a los progresos de la pediatría y de la alimentación infantil y la mejora del cuidado materno.
  • La esperanza de vida se elevó, primero, por la reducción de la mortalidad infantil y materna, y, luego, por el descenso de la mortalidad en adultos.

Como consecuencia, el crecimiento natural de la transición fue alto, especialmente entre 1920-1965, cuando la mortalidad descendió fuertemente, mientras la natalidad pasaba por dos máximos separados por la Guerra Civil. Desde 1965, el crecimiento se recortó, al estabilizarse la mortalidad en cifras bajas y restablecerse el descenso de la natalidad.

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