Desequilibrios Territoriales y la Integración de España en la Unión Europea

Desequilibrios Territoriales en España

Evolución y Factores Determinantes

A pesar de que la Constitución de 1978 planteó un Estado de las autonomías basado en la igualdad territorial y la solidaridad, a día de hoy existen importantes desequilibrios entre las CC.AA. y dentro de cada una de ellas. Algunos tienen que ver con las condiciones naturales (relieve, clima…) y la extensión de su superficie, pero los más importantes son los de tipo humano, como son los desequilibrios demográficos, económicos y sociales.

Los desequilibrios regionales no siempre han sido los mismos ni han tenido la misma intensidad, estableciéndose tres etapas:

  • Hasta la crisis económica de 1975: El factor fundamental de los desequilibrios regionales fue la localización de la industria. Así, las áreas más dinámicas (mayor PIB, recepción de inmigrantes, nivel de vida más elevado…) fueron las periferias cantábrica y mediterránea y Madrid; sumándose desde los años 60 el eje industrial del Ebro y los archipiélagos (estos últimos por el desarrollo del turismo). Las áreas menos dinámicas fueron las del interior peninsular debido al excesivo peso del sector primario.
  • La crisis de 1975: Afectó principalmente a la cornisa cantábrica (especializada en sectores industriales maduros) y frenó el anterior proceso de concentración espacial de la producción y la población en las áreas más industrializadas, dando lugar a un nuevo modelo de desequilibrios territoriales.
  • En la actualidad: La existencia de servicios más avanzados, la innovación y la alta tecnología se han convertido en los principales factores de desarrollo. La nueva jerarquía espacial queda determinada por tres tipos de territorios: los ejes de dinamismo (Madrid, País Vasco, el Valle del Ebro, el litoral mediterráneo y los archipiélagos), los ejes en declive (Asturias y Cantabria como espacios muy especializados en sectores industriales en crisis) y los espacios menos dinámicos (aquellos con mayor peso del sector primario: las comunidades del interior peninsular, Galicia, Murcia y el interior de Andalucía). La crisis de 2008 y los efectos de la pandemia provocada por la COVID-19 dibujan un escenario de cambio.

España en la Unión Europea

La Adhesión de España a la UE

España ingresó en la Europa comunitaria en 1986, casi treinta años después de su constitución (Tratado de Roma, 1957). La razón principal fue el carácter dictatorial del Régimen franquista, que llevó a que fueran rechazadas las anteriores peticiones españolas de adhesión. Además, su estructura económica y social presentaba un notable retraso respecto a la comunitaria.

La adhesión a la UE supuso un impulso definitivo al proceso de apertura económica y modernización social iniciado en 1976 con la transición a la democracia, y vino a cerrar un largo ciclo histórico de aislamiento internacional. Esta integración obligó a realizar reformas para adaptarse a la economía y la política europea, esfuerzo para el que contó con numerosas ayudas, siendo el país más beneficiado por los fondos europeos hasta el 2006.

Sin embargo, la tardía incorporación de España ha supuesto un claro retraso en comparación con el llamado “espacio central europeo” (espacio básicamente franco-alemán completado por Italia y el Benelux) y le ha exigido un gran esfuerzo para adecuarse a la Europa desarrollada. El balance de la integración en Europa se puede considerar positivo, aunque nuestro país tuvo que hacer concesiones, como las restricciones en temas pesqueros y agrícolas. Un paso muy importante fue el cumplimiento, no sin grandes sacrificios, de los criterios de convergencia para acceder a la zona Euro: corregir la inflación, reducir la deuda pública y estabilizar la peseta.

Las Políticas Regionales de la UE y su Impacto en España

Uno de los retos de la UE es corregir los desequilibrios que se producen entre las diferentes regiones de sus países miembros, aportándose para ello los fondos estructurales, los fondos de cohesión y las iniciativas comunitarias:

  • Fondos estructurales: Tienen como finalidad promover reformas en el ámbito regional, agrario, pesquero y laboral, para elevar el nivel de desarrollo de las regiones más atrasadas. Los fondos estructurales más importantes son el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), el FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola), el IFOP (Instrumento Financiero de Orientación Pesquera) y el FSE (Fondo Social Europeo).
  • Fondos de cohesión: Se crearon para financiar grandes proyectos de transporte y medio ambiente en los países menos desarrollados de la UE.
  • Iniciativas comunitarias: Son programas especiales de la Comisión Europea diseñados para resolver problemas graves que afectan a toda la UE y cuyos gastos son cofinanciados por los fondos estructurales y los Estados miembros. Es el caso de programas como INTERREG, LEADER, URBAN, etc.

Las políticas regionales de la UE en España han supuesto la recepción de un importante número de ayudas, ya que la mayoría de las regiones españolas estaban por debajo de la media de las europeas. Estas ayudas han favorecido la disminución de los desequilibrios interterritoriales entre las CC.AA. al concentrarse en las más desfavorecidas. De todos modos, España ha dejado de percibir una cantidad importante de ayudas como consecuencia de las últimas ampliaciones de la UE que han permitido la adhesión de algunos países de la Europa del Este, con niveles de renta sensiblemente inferiores a la media europea y a la española.

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