Crisis y reestructuración.Causas de la crisis: El aumento de los precios del petróleo que se produjo después del conflicto bélico de 1973 en Oriente Medio (guerra de Yom Kippur) afectó a los países industrializados. En la industria española se inició de manera muy especial, coincidiendo con un delicado momento político de cambio de una dictadura a un régimen democrático, entre 1975 y 1977. Sus causas son: la gran dependencia energética de España; crisis política que afectó negativamente a la economía y redujo la inversión empresarial; deficiencias estructurales de la industrial española; políticas proteccionistas del periodo franquista; escasa inversión en investigación y desarrollo. Consecuencias de la crisis: la principal consecuencia de la crisis industrial en España fue el retroceso de los subsectores industriales en los que tradicionalmente se había basado el crecimiento industrial de nuestro país, la industria básica (siderometalúrgica y naval) o la industrial textil. La primera consecuencia fue la reducción del empleo industrial y la reducción de los empleos inducidos, lo que provocó la elevación de la tasa de paro. La crisis afectó a la estructura del sistema industrial español, los sectores industriales que más sufrieron los efectos de la crisis fueron los de textil, madera y mueble, metalurgia y materiales de construcción, por el contrario, hubo sectores industriales que se adaptaron bastante bien a la crisis, como es el caso de la industria química, de alimentación, sectores informáticos y de telecomunicaciones, y el de la producción de papel y artes gráficas. La consecuencia más importante fue la detención del proceso de concentración industrial que se dio en las áreas más industriales, como el país Vasco, Cataluña y Asturias, sobre todo en el País Vasco, ya que se estaban dando procesos de difusión industrial hacia Navarra. Este cambio de pautas en la localización industrial a mediados de los 70 tuvo como consecuencia un debilitamiento del eje Cantábrico y de los focos tradicionales como Madrid y Barcelona y un reforzamiento de los ejes del Ebro y del Mediterráneo, por su cercanía a los focos de industrialización y su buena accesibilidad interior y exterior. La reestructuración industrial: En España no se llevaron a cabo hasta 1980, este proceso consistíó en la creación de subvenciones e incentivos fiscales, ayudas laborales para la creación de empleo o ayudas a las relaciones de empleo. La reestructuración industrial en España se articuló de dos maneras: aumentando su participación en la industria española o con maquinaria nueva. La reconversión industrial afectó a los sectores de vieja industrialización, como el siderometalúrgico, el de construcción naval, el de fabricación de electrodomésticos y el de calzado y textil, originando unas pérdidas de empleo, concentradas en el País Vasco, Madrid, Valencia, Asturias. Esta reconversión se llevó a cabo con el saneamiento financiero de las empresas, la especialización en productos y de la capacidad productiva para adaptarse a un mercado. En los sectores menos afectados se orientaron a mejorar las técnicas en procesos, productos u organización, y buscar nuevos mercados. Áreas en declive: La distribución regional de la crisis y posterior reconversión resultó especialmente negativa en regiones como Asturias y el País Vasco y el principal problema de estas regiones era la excesiva concentración espacial que favorecíó la aparición de áreas industrializadas en declive, numerosos problemas económicos, País vasco, Madrid, Cataluña, Valencia y Asturias. Estas áreas en declive tenían una serie de carácterísticas comunes: fuerte especialización en sectores de vieja industrialización que carecen de una insuficiente diversificación productiva; predominio de medianas empresas, muy dependientes de las grandes empresas; mercado de trabajo homogéneo, con una cultura industrial o minera muy marcada, y unos niveles de cualificación escasamente relacionados con el empleo del sector servicios; deterioro medioambiental urbano en aumento por la presencia de una industrial básica contaminante.
Carácterísticas de la industria española actual
: Empleo industrial: vino marcado por varios rasgos: un mantenimiento del empleo del sector, entorno a los 3 millones de personas; incidencia de los periodos de crisis económica; pérdida de importancia relativa del sector, 16 % del total de ocupados. Los cambios de la tercera revolución industrial en España: es la aplicación de nuevos conocimientos y tecnologías en los procesos productivos y en la mejora de la gestión empresarial, la estructura industrial, los cambios han venido de la mano de las nuevas tecnologías, que han favorecido la descentralización y la flexibilización de la producción, proliferación de las pequeñas y mediana empresas. Los cambios tuvieron consecuencias en el empleo industrial, ya que aumentó el número de profesionales técnicos cualificados. A partir d 1985 fue la entrada en la comunidad europeo, con la llegada masiva de capital extranjero y loa mejora de la economía internacional, lo que produjo un período de recuperación. El proceso de reconversión no ha finalizado, ya que los sectores maduros siguen en crisis. Los sectores industriales: se trata de subsectores maduros y poco competitivos, como el siderúrgico, el naval, el textil o el de los electrodomésticos, que se caracterizan por una demanda interior y exterior importante de las nuevas tecnologías e inversiones extranjeras: el automovilismo, el químico y el agroalimentario. El sector automóvilístico es el más importante de los subsectores industriales de nuestro país, siendo uno de los más exportadores y con el mayor número de empleos del sector secundario, la gran importancia de la inversión extranjera. Ford, Seat, Renault etc, su importancia tienen que ver con el gran número de empresas auxiliares, de fabricación de componentes de automóvil. El sector químico está en expansión aunque tienen una dependencia excesiva del exterior, las más importantes son las de transformación relacionada con los productos farmacéuticos y cosméticos concentrados en Cataluña y en Madrid, la química de base o petroquímica, muy desarrollada alrededor de las refinerías de petróleo, estancamiento por la falta de inversiones y los problemas medioambientales. El tercer sector es la agroalimentaria, es la menor presencia de capital extranjero y dependencia exterior, al tener los centros de decisión en España y utilizar recursos endógenos. Por último relacionados con la alta tecnología, que tienen futuro en nuestro país, pero que todavía se encuentran en estado incipiente en comparación con los países europeos, debido a que tienen dependencia externa en lo que se refiere a investigación y tecnología. Una de sus carácterísticas es que su localización territorial se da en las grandes ciudades, dentro de espacios bien desarrollados y con buenos comunicaciones, es el caso de los llamados parques tecnológicos que generan un demanda importante de servicios y de mano de obra cualificada. Los problemas de la industria española en la actualidad: el predominio de las pequeñas y medianas empresas; la deficiente inversión en investigación y desarrollo; la excesiva dependencia tecnológica y energética del exterior. Impactos ambientales de la industria española: uso excesivo de los recursos naturales; contaminación atmosférica; generación de residuos y vertidos; almacenamiento de residuos; degradación del paisaje debido a las minas a cielo abierto. A partir de los 80, la opinión pública ha desarrollado sensibilidad ante los problemas medioambientales causados por la industria, políticas para solucionar dichos problemas: fomentar el desarrollo sostenible; la utilización racional de los recursos, por medio de la política de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) y la apuesta por las energías alternativas. Las políticas de protección de ciertos espacios de prevención de efectos negativos o de investigación en tecnologías limpias; respecto a la degradación se llevan a cabo operaciones de rehabilitación de instalaciones abandonadas, de regeneración de paisajes urbanos y de reutilización del suelo industrial. Las políticas industriales: las actuales se caracterizan por el cuidado medioambiental; desarrollo de las industrial endógenas; empleo de las energías alternativas; menor intervencionismo del Estado; tendencia a solucionar los problemas estructurales, territoriales y medioambientales de la industria. La política industrial se viene llevando a cabo desde los 90 está marcado por la política industrial de la UE, con: modernización del sector público empresarial, mediante 3 actuaciones: privatización de las empresas públicas más rentables; creación de la SEPI; puesta en marcha del programa de Modernización del Sector Público Empresarial; apertura exterior de poner fin al proteccionismo y a gran entrada de capitales; liberación del sector energético; apoyo a la competitividad industrial creando organismos y objetos es el apoyo a las PYMES y las estrategias empresariales innovadores.