Contaminación del Suelo

La contaminación del suelo se debe principalmente a los vertidos industriales y urbanos, así como al empleo abusivo de fertilizantes químicos y plaguicidas en la agricultura. Esto provoca que el suelo adquiera características tóxicas.

Soluciones:

• Implementación del Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados.
• Actuaciones de descontaminación.
• Obligación a empresas potencialmente contaminantes de emitir informes.
• Fomento de la agricultura ecológica.

Erosión y Desertificación

La erosión se acentúa por factores como las pendientes acusadas, la aridez y el carácter torrencial de las precipitaciones. Además, se intensifica por acciones humanas como la deforestación y ciertas prácticas agrícolas.

La desertificación es la consecuencia extrema de la erosión. Las zonas más afectadas en España son:

• Costa mediterránea.
• Valles del Guadalquivir y el Ebro.
• Ambas Castillas.
• Extremadura.
• Canarias.

Soluciones:

• Establecer estaciones de seguimiento de la erosión y la desertificación.
• Reforestar.
• Gestionar de forma sostenible las actividades agrarias y los recursos hídricos.
• Rehabilitar las áreas donde se ha iniciado la desertización.

Residuos Industriales y Residuos Sólidos Urbanos

Los residuos industriales y residuos sólidos urbanos son una forma significativa de contaminación. Se manifiestan en la expulsión de vertidos sin depurar a ríos y mares, provocando la proliferación de algas tóxicas y la acumulación de metales pesados. En España, esto afecta principalmente al litoral y a los ríos próximos a grandes complejos industriales.

Los residuos urbanos son muy variados, incluyendo:

• Vertido de aguas fecales sin depurar.
• Nitratos y fosfatos de detergentes.
• Basura en vertederos ilegales que filtran sustancias nocivas a los acuíferos.
• Residuos sólidos urbanos no biodegradables.

Consecuencias:

Vertederos incontrolados en las periferias de pueblos y ciudades, que originan problemas sanitarios, contaminan el suelo y el agua, y alteran el paisaje.

Soluciones:

Implementación del Plan Nacional de Residuos Urbanos (PNRU), que promueve la reducción, reutilización y reciclaje de los desechos (las «tres erres»), así como la valorización de los recursos.

Protección de Espacios Naturales y Políticas Medioambientales

La creación de espacios naturales protegidos es una medida clave de la política medioambiental. La protección de estos espacios en España comenzó con la Ley de Parques Nacionales, inicialmente enfocada en la belleza paisajística de montañas alpinas. A mediados del siglo XX, se incorporaron criterios biológicos y geológicos.

Hitos legislativos:

• Primera Ley de Espacios Naturales Protegidos (1975-1989).
• Ley de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres.

Objetivos:

• Conservación y restauración de los espacios naturales.
• Prevención del deterioro ambiental.

Tipos de Espacios Protegidos

La legislación establece diferentes categorías de espacios protegidos, a las que se suman otras creadas por las comunidades autónomas:

• Parques: Áreas naturales poco transformadas, con valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos.
  • Parques Nacionales: Representativos de los principales ecosistemas españoles (Timanfaya, Tablas de Daimiel, Doñana, Picos de Europa, Ordesa y Monte Perdido, etc.).
  • Parques Naturales: Compatibilizan la conservación con los aprovechamientos tradicionales y el turismo.
• Reservas Naturales: Protegen ecosistemas, comunidades o elementos biológicos de especial rareza o fragilidad.
• Monumentos Naturales: Formaciones naturales singulares (cuevas, cascadas, árboles, etc.).
• Paisajes Protegidos: Áreas preservadas por sus valores estéticos y culturales.

España también cuenta con espacios protegidos incluidos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea y en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO.

Otras Medidas de Protección Ambiental

• Prevención: Evaluación del impacto ambiental antes de autorizar actividades.
• Integración del medio ambiente en otras políticas sectoriales y en la ordenación del territorio.
• Fomento de la educación medioambiental.
• Implicación voluntaria de las empresas en la protección ambiental.
• Labor de organizaciones ecologistas (Greenpeace, Amigos de la Tierra) que promueven el desarrollo sostenible.