La Contaminación Atmosférica: Causas, Efectos y Medidas
Los principales gases contaminantes se clasifican, según sus efectos negativos en el medio ambiente, en tres grupos principales:
- Gases de Efecto Invernadero (GEI): Dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), vapor de agua y otros, como el ozono (O3) y los óxidos de nitrógeno (NOx).
- Gases acidificantes: Dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). Estos gases se transforman en ácidos al entrar en contacto con el vapor de agua atmosférico.
- Gases CFC (clorofluorocarbonos, elaborados industrialmente a partir de hidrocarburos). Son perjudiciales para la capa de ozono.
España, aunque emite menos GEI por habitante que la media europea, experimenta un crecimiento anual de emisiones superior a la media europea y a la de los países más desarrollados. Las emisiones de gases acidificantes se están reduciendo, pero no lo suficiente. La fabricación de CFC está prohibida.
Principales Fuentes de Contaminación Atmosférica
- Centrales térmicas de producción de electricidad.
- Transporte (estos dos sectores representan casi dos tercios de las emisiones).
- Hogares (calefacción, refrigeración, etc.).
- Industria.
El Calentamiento Global y el Cambio Climático
En las últimas décadas, se ha observado un aumento progresivo y anómalo de las temperaturas, conocido como «cambio climático». Se estima que las temperaturas globales aumentarán entre 1,4°C y 6,4°C durante este siglo.
La causa principal es la contaminación atmosférica por GEI, que impiden la liberación completa del calor de las capas bajas de la atmósfera, provocando una acumulación de calor.
Consecuencias del Cambio Climático
Las consecuencias pueden ser graves e irreversibles:
- Deshielo de los casquetes polares.
- Aumento del nivel del mar, inundando zonas costeras pobladas.
- Desertificación de zonas subtropicales y áridas.
- Pérdida de masa vegetal.
- Cambios que dificultarán la vida en el planeta, especialmente en las zonas más pobres.
Medidas Internacionales para Frenar el Cambio Climático
- 1992: Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
- 1997: Protocolo de Kioto (reducción del 5% de las emisiones de GEI respecto a 1990, con tasas diferenciadas por país).
- 2007: Acuerdo de Bali (continuación de Kioto, con negociaciones en curso).
- Se espera una nueva cumbre en México a finales de 2010 para concretar compromisos.
España, como miembro de la UE, apoya la reducción de emisiones de GEI, pero enfrenta dificultades para cumplir los compromisos de Kioto.
Medidas de España para Reducir Emisiones de GEI
- Cuotas de emisión para empresas contaminantes.
- Captura y almacenamiento de CO2.
- Políticas energéticas que reduzcan emisiones y fomenten energías renovables.
- Sistemas de transporte menos contaminantes.
- Criterios de eficiencia energética en la construcción y ayudas para mejorar edificios existentes.
La Lluvia Ácida
La lluvia ácida se produce cuando las precipitaciones contienen sustancias químicas disueltas que dañan la vegetación (deforestación), empobrecen los suelos, contaminan las aguas y dificultan la vida acuática. Los vientos transportan estos gases a grandes distancias, convirtiéndolo en un problema global.
El Convenio de Ginebra (1979), ratificado por España, estableció la necesidad de medir y reducir las emisiones de estas sustancias. España cumple sus compromisos en SO2, pero no en NOx.
El Agujero de la Capa de Ozono
La capa de ozono, situada entre 20 y 80 km de la Tierra, filtra gran parte de la radiación ultravioleta solar. En los años 70, se observó una disminución de la concentración de ozono, especialmente en las zonas polares durante el otoño e invierno, fenómeno conocido como «agujero de la capa de ozono».
La causa principal son los gases CFC. El Protocolo de Montreal (firmado por países industrializados) prohibió la producción y comercialización de estos gases para el año 2000.
Actualmente, el agujero de la capa de ozono se ha estabilizado y se espera una recuperación sensible a partir de 2015, con una posible desaparición del problema en 2050.
El Ozono Troposférico
El ozono también se encuentra en la troposfera (capas bajas de la atmósfera) de forma natural, pero en pequeñas cantidades. Sin embargo, la emisión de gases contaminantes que reaccionan con la luz solar puede generar concentraciones excesivas de ozono troposférico.
Altas concentraciones de ozono troposférico son perjudiciales para la salud humana y animal (irritación de mucosas y tejidos pulmonares) y para las plantas (daño celular, reducción de la fotosíntesis).
Las principales fuentes son los fertilizantes ricos en nitrógeno y la combustión de combustibles fósiles.
La UE (Directiva de 2002) establece una red de medición y umbrales de concentración para informar a la población en caso de emergencia. España es uno de los países europeos con mayores emisiones de precursores de ozono troposférico.
Otras Consecuencias de la Contaminación Atmosférica
Además de los problemas mencionados, existen otros impactos, principalmente urbanos, como el microclima urbano y el ruido.
La Contaminación de los Suelos
El suelo, situado entre la atmósfera y la litosfera, es vulnerable a diversos tipos de contaminación (lluvia ácida, deposición de sustancias atmosféricas, fertilizantes, plaguicidas, vertidos, residuos tóxicos). El suelo también puede actuar como transmisor de contaminantes a otros sistemas, como las aguas.
Producción, Consumo y Residuos
El alto consumo de recursos en Europa genera presiones ambientales: agotamiento de recursos no renovables, altas emisiones y generación de residuos. La acumulación de residuos es otra forma de contaminación, requiriendo reciclaje o medidas para mitigar sus efectos.
El Plan Nacional Integrado de Residuos (2008) de España, siguiendo la Directiva de la UE, establece los siguientes objetivos:
- Reducir la cantidad de residuos, especialmente los de envases.
- Aumentar el reciclaje y la reutilización.
- Mejorar la seguridad de los vertederos.
- Apoyar la I+D+i en reciclado y tratamiento de residuos.
Residuos y Contaminación de Suelos por Actividades Agrarias
La agricultura es una de las actividades más contaminantes para los suelos debido al uso masivo de fertilizantes y plaguicidas. Estos residuos se depositan de forma difusa, dificultando su tratamiento.
El uso de abonos y fitosanitarios tiende a estancarse o disminuir, impulsado por las políticas de buenas prácticas ambientales de la PAC.
Residuos Sólidos Urbanos e Industriales
Los mayores productores de estos residuos en Europa son las actividades extractivas, la industria y la construcción/demolición. Los residuos urbanos representan el 15% del total. Es necesario un tratamiento adecuado, incluyendo la forma de vertido y el tratamiento posterior.
Residuos Urbanos
Los residuos urbanos son aquellos recogidos por los ayuntamientos. En España, se generan casi 600 kg por habitante al año, con una ligera tendencia a la baja desde 2003, aunque con un suave crecimiento en los últimos diez años, similar a la UE. Estas cifras son ligeramente superiores a la media de la UE.
Para evitar la contaminación, se potencia:
- La recogida selectiva.
- Tratamientos eficientes: vertido controlado, incineración, compostaje, reciclaje y reutilización.
España presenta un cierto retraso respecto a los países europeos más avanzados en los métodos más eficientes.
Residuos Industriales
Los residuos industriales en España ascienden a unos 1.200 kg por habitante y año. La tendencia general es a la disminución del volumen total. Muchos son asimilables a los residuos urbanos, pero otros son tóxicos y peligrosos.
La producción de residuos tóxicos está disminuyendo. El reciclaje de estos residuos es cada vez más común, pero solo afecta al 38% del total, lo que implica la acumulación de un volumen importante de sustancias peligrosas.
Suelos Contaminados
Los suelos contaminados representan un riesgo para la salud humana, ya que contaminan las aguas subterráneas a través de la infiltración, afectan a la cadena alimentaria y presentan riesgos por contacto directo.
La normativa española, siguiendo Directivas europeas, exige un censo de empresas potencialmente contaminantes, obligándolas a declarar el estado del suelo y a descontaminarlo. El Estado y las comunidades autónomas subvencionan estas tareas.
Erosión y Desertificación
La erosión y la desertificación son problemas graves de los suelos españoles, interrelacionados: la erosión intensifica la desertificación y viceversa.
La erosión del suelo es la eliminación de las capas superficiales, un proceso natural realizado por el agua o el viento, generalmente compensado por la formación natural de suelo. El problema surge cuando la acción humana (deforestación, agricultura insostenible, sobrepastoreo, roturación profunda, usos artificiales del suelo en zonas de riesgo) altera este equilibrio.
La erosión es una amenaza grave en las zonas mediterráneas europeas. En España, el 53% del territorio sufre pérdidas importantes de suelo, especialmente en áreas áridas y semiáridas con vegetación escasa, expuestas a lluvias torrenciales e inundaciones, y con fuerte acción del viento (Murcia, Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana, zonas de Extremadura y Castilla-La Mancha). La acción humana, como el desarrollo turístico y urbanístico, agrava el problema en comunidades como Cataluña, Andalucía y Cantabria.
Para combatir la erosión, se realiza el Inventario Nacional de Suelos, identificando el estado de los suelos para su protección.
La desertificación es el proceso por el cual los suelos pierden la cubierta vegetal, se empobrecen y adquieren características de suelos áridos. Las zonas susceptibles son áridas, semiáridas y subhúmedas secas, donde la evapotranspiración potencial supera a las precipitaciones.
Más de dos tercios del territorio español pertenecen a estas categorías (mitad sur, excepto montañas elevadas, meseta norte, cuenca del Ebro y costa catalana), siendo susceptibles a la desertificación.
La acción humana acelera este proceso:
- Pérdida de cubierta forestal.
- Abandono de tierras agrarias y estructuras de conservación del agua.
- Sobreexplotación de recursos hídricos, incluyendo la contaminación.
- Concentración de actividad económica en zonas de riesgo.
La restauración de terrenos degradados en España comenzó en el siglo XIX con repoblación forestal, pero el impulso definitivo llegó con la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), concretada en el Proyecto de Lucha contra la Desertificación en el Mediterráneo (Proyecto LUCDEME), actualmente vigente.
Sus objetivos son:
- Determinar zonas de riesgo.
- Aplicar sistemas y técnicas de lucha contra la desertificación.
- Formar técnicos y realizar campañas de concienciación.
La Contaminación de las Aguas
La Directiva Marco del Agua es la norma europea para luchar contra la contaminación, base de la legislación española (2003). Sus objetivos son prevenir el deterioro, proteger y mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos, terrestres y humedales dependientes del agua.
Aguas Superficiales
Ciudades, zonas industriales y mineras, y zonas de agricultura intensiva o concentración ganadera son focos contaminantes de las aguas superficiales. La contaminación de los ríos afecta a la salud humana, la vida riparia y fluvial, y a los cultivos regados con esas aguas.
En general, la calidad de las aguas superficiales españolas ha mejorado, especialmente desde los años 90, aunque aún existen masas de agua en mal estado.
La legislación española para luchar contra la contaminación de las aguas superficiales incluye:
- Red de control de la calidad de las aguas.
- Lucha contra vertidos (urbanos, industriales, etc.) con sanciones y desarrollo de depuradoras.
- Recuperación de aguas y cauces degradados (Estrategia Nacional de Restauración de Ríos).
Aguas Subterráneas
Las zonas con mayor contaminación de aguas subterráneas, además de aquellas con vertidos específicos, combinan sistemas de cultivo con muchos fertilizantes y pesticidas con una alta explotación de las aguas subterráneas, limitando su capacidad de reciclaje natural.
Estas circunstancias se dan en Canarias, Baleares, las cuencas del Júcar, Guadiana y la mediterránea andaluza. También existe contaminación por intrusión marina en zonas litorales.
Para frenar esta contaminación, se aplican políticas similares a las de las aguas superficiales.
Contaminación de las Aguas Marinas Litorales
El litoral español soporta una gran presión demográfica, turística, industrial (dos tercios de la industria española), urbanística y de transporte marítimo. Esto genera un fuerte impacto medioambiental:
- Degradación de ecosistemas litorales.
- Contaminación de aguas costeras, con consecuencias como:
- Mortalidad y destrucción de vegetación.
- Modificaciones en las especies.
- Afecciones de la toxicidad a la cadena trófica y a la vida humana.
- Afecciones a la biodiversidad.
La lucha contra la contaminación marina se realiza en puertos, aguas costeras y alta mar.
En España, se adoptan medidas como:
- Prevención: normas de seguridad en buques para evitar accidentes y vertidos.
- Planes para casos de accidente o vertidos.
- Restauración de ecosistemas dañados y protección de aquellos en peligro.
- Protección de hábitats y especies en peligro.
La contaminación marina y la degradación de ecosistemas litorales no solo son un problema ambiental, sino también económico, afectando al turismo.
Impactos en la Biodiversidad
La explotación del medio con fines productivos ha sido una constante, pero en los países mediterráneos, con ecosistemas inestables, ha generado alteraciones importantes. La industrialización ha intensificado la depredación y la intervención antrópica, llegando a situaciones límite. Los desarrollos tecnológicos recientes han multiplicado la capacidad de destrucción, manifestándose en una creciente pérdida de biodiversidad.
La biodiversidad se refiere a la cantidad y variedad de formas de vida. La explotación insostenible del medio afecta negativamente a ambas. La huella ecológica del hombre (área de territorio ecológicamente productivo necesaria para producir recursos y asimilar residuos) ha aumentado extraordinariamente, especialmente en los países desarrollados.
Esta humanización del medio ha reducido el peso de otras formas de vida, disminuyendo su tamaño y diversidad.
Conservación de la Biodiversidad y Protección de Ecosistemas
El primer acuerdo global sobre biodiversidad fue el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de 1992 (Naciones Unidas), con objetivos de conservación, uso sostenible y participación justa en los beneficios de los recursos genéticos.
En 2002, el CDB acordó el Plan Estratégico, estableciendo 2010 como fecha para frenar la pérdida de biodiversidad a nivel global.
La Unión Europea, siguiendo el CDB, plantea:
- Inventarios y catálogos de especies en peligro.
- Medidas de protección para especies y hábitats, creando la Red Natura 2000 (red de espacios protegidos para asegurar la supervivencia de especies y hábitats amenazados). Cada país puede tener sus propios espacios protegidos.
- Medidas de restauración de ecosistemas dañados.
En España, la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (2007) desarrolla estas directivas.
Las figuras españolas de «Espacios Naturales Protegidos» son:
- Reservas Naturales.
- Parques Nacionales, Parques Naturales, Parques Rurales.
- Monumentos Naturales.
- Paisajes Protegidos.
- Áreas Marinas Protegidas.
Más del 27% del territorio español está protegido: la Red Natura 2000 cubre casi el 27%, y las figuras nacionales casi el 12%. La mayoría de las zonas protegidas nacionales están incluidas en la Red Natura 2000. La tendencia es a aumentar la protección, especialmente en zonas litorales.
Actualmente, hay 14 Parques Nacionales en España: Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, Archipiélago de Cabrera, Cabañeros, Caldera de Taburiente, Doñana, Islas Atlánticas de Galicia, Garajonay, Ordesa y Monte Perdido, Monfragüe, Picos de Europa, Sierra Nevada, Tablas de Daimiel, Teide y Timanfaya.
Además, se desarrollan acciones de concienciación ciudadana y penalización de conductas irregulares (delito medioambiental).
Protección de la Vegetación y Políticas Forestales
La vegetación es un subsistema ambiental muy sensible a la acción humana, especialmente en la España mediterránea, con sequías, déficits hídricos y falta de regulación fluvial, que someten a la flora a inestabilidad.
Las consecuencias del deterioro de la cubierta vegetal son importantes: pérdida de sumideros de CO2, desertificación, pérdida de suelos, alteraciones hidrológicas y faunísticas.
La destrucción de la cubierta vegetal se manifiesta en:
- Degradación de formaciones vegetales (clareado de bosques, defoliación).
- Alteración de formaciones vegetales (introducción de especies invasoras).
- Deforestación.
Los incendios forestales son un fenómeno natural, pero la acción humana aumenta su número, convirtiéndolos en un enemigo de la flora.
La acción humana puede ser:
- Indirecta:
- Repoblaciones con plantas pirófitas (coníferas, eucaliptos).
- Destrucción de sotobosques, facilitando la propagación del fuego.
- Aumento de la presión humana sobre los bosques.
- Desertificación, cambio climático y destrucción de la capa de ozono, acentuando los riesgos.
- Directa:
- Incendios intencionados.
- Falta de cuidado de los bosques y de una política de conservación integral.
- Escasa sensibilidad forestal y negligencias.
Dos tercios de los incendios se producen en Galicia, Castilla y León, Asturias y Cantabria, zonas con condiciones naturales menos propicias al fuego (verano menos caluroso y menor déficit hídrico).
La política forestal española se basa en la Estrategia Forestal Europea y los compromisos internacionales. Su plasmación actual es la Estrategia Forestal Española, de la que se deriva el Plan Forestal Español, con una política basada en:
- Restauración de la cubierta y ampliación de la superficie arbolada (reforestar 3,8 millones de hectáreas).
- Defensa y protección del monte (incluida la lucha contra incendios).
- Conservación y mejora de la diversidad biológica en espacios forestales.
- Cultura forestal.
- Valor social del monte.
- Información e investigación forestal.
- Instrumentos de coordinación y política forestal exterior.
Los resultados son un menor número de incendios y una reducción de la superficie quemada. También se desarrolla una política de recuperación de superficies quemadas (repoblación o reconstrucción natural).
Políticas de Recuperación de los Bosques
Dado el grado de deterioro de los suelos, la Naturaleza a menudo es incapaz de reconstruir la cubierta vegetal. Es necesaria la colaboración humana: reforestación, protección de suelos, recuperación de la calidad de los suelos y lucha contra la desertificación.
La política de cuidado de la masa forestal y de recuperación de bosques, junto con la Política Agraria Común, han dado lugar a:
- Aumento de la superficie de monte arbolado.
- Mayor biomasa arbórea.
- Crecimiento de frondosas autóctonas (robles, castaños, hayas, quejigos) en superficie y biomasa.
- Mejora en la salud de los bosques.
Prácticamente todos los indicadores de desarrollo sostenible muestran una evolución positiva de los montes españoles.
La Conservación del Relieve
El relieve, resultado de procesos de larga duración (movimientos orogénicos, modelado por erosión), forma parte del hábitat y es un elemento importante de los ecosistemas. Las alteraciones del relieve afectan a la biodiversidad y al equilibrio de los ecosistemas. Las modificaciones antrópicas del relieve también generan riesgos e impactos paisajísticos.
Las causas de las alteraciones del relieve son:
- Búsqueda de suelos cultivables.
- Desarrollo de infraestructuras (puertos, carreteras, vías ferroviarias, túneles).
- Expansión de ciudades y crecimiento difuso.
- Actividades extractivas.
- Acumulación de desechos y escombros.
Para proteger el relieve, se adoptan medidas como:
- Estudios de impacto ambiental previos a infraestructuras, desarrollos urbanísticos o actividades económicas.
- Medidas correctoras (demolición de obras, cierre de establecimientos).
- Medidas de recuperación de relieves alterados.