Pirámide de la población de Euskadi
A) ASPECTOS GENERALES
. Se nos presenta para comentar un gráfico que por su forma recibe el nombre de Pirámide de Población
. En él, a través de diferentes elementos, se refleja la situación de la población de Euskadi con fecha de 1 de Enero de 2021, tanto del contingente de hombres como de mujeres.
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Forma de representar la información:
Tal y como se puede observar, en el eje de abscisas se indican los valores de población, expresados en porcentajes, y en el eje de coordenadas, los grupos de edad o cohortes, agrupados en intervalos de cinco años.En la mitad izquierda del gráfico se representan, mediante barras, los valores correspondientes a la población masculina, mientras que en la mitad derecha se representan del mismo modo los valores de la población femenina.
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La fuente procede del Instituto Nacional de Estadística (INE).
B) COMENTARIO
I.- Definición:
Una pirámide de población es una representación gráfica de la estructura por sexo y edad de una población en un momento determinado.
II.- Forma:
Indicaremos que la pirámide poblacional vasca presenta una forma de “bulbo”. Este hecho refleja un fuerte descenso en la base y tendente a engordar en sus espacios medios. Se trata de una pirámide regresiva, que en demografía se traduce por una sociedad que tiende al progresivo envejecimiento, propia de un país desarrollado, con una natalidad muy reducida y una mortalidad también baja, pero que va en aumento debido a ese envejecimiento señalado. La esperanza de vida de la población es, por tanto, alta. La causa que explica la baja mortalidad es el alto nivel de desarrollo del país que se cristaliza en una potente infraestructura sanitaria, el acceso universal de la población a la misma, la inexistencia de problemas de desnutrición, etc.
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Estructura por sexo
: Como podemos comprobar, la población masculina es mayor que la femenina durante las dos primeras décadas de vida, aunque posteriormente, la proporción entre ambos sexos se va equilibrando para dar paso, a partir de los 55 años, al predominio de las mujeres, quienes poseen una esperanza de vida mayor que los hombres (5 años y medio) como consecuencia de lo que podríamos denominar como sobremortalidad de los varones.Estos datos vienen motivados por el hecho de que nacen más varones que mujeres, pero de que las mujeres tienen la esperanza de vida más larga. Estas tienen más fortaleza biológica por motivos hormonales e inmunológicos, que se manifiesta sobre todo en la infancia, en la que, en las mismas circunstancias, los niños tienen mayor probabilidad de muerte que las niñas; se ha reducido considerablemente la mortalidad en el parto y posparto (nacimientos en clínicas, progresos de la medicina); y hasta épocas recientes han tenido un estilo de vida con menor exposición a los factores de riesgo de muerte. En cambio, los hombres han tenido tradicionalmente un estilo de vida distinto más expuesto al riesgo: mayor participación directa en las guerras; trabajos más duros, con mayor desgaste físico y probabilidad de accidentes; incidencia más alta de hábitos nocivos en exceso como el alcohol y el tabaco; hábitos alimentarios y de vida más desordenados; y menor cuidado por su salud.
IV.-Estructura por edad
: Podemos distinguir tres grupos:
I.- jóvenes (hasta 15 años):
A pesar del ligero aumento de los efectivos en forma de salientes entre los 10 y los 14 años, es decir, la generación debida, entre otras razones, a la inmigración extranjera atraída por la recuperación económica en la primera década de Siglo XXI, los entrantes correspondientes hasta los 9 años indican un crecimiento débil debido a la crisis económica de 2007.
II.- adultos (entre 16 y 64 años):
Los adultos de 45 a 64 años aumentan considerablemente debido al Baby Boom vinculado a la recuperación económica del régimen franquista y al éxodo rural entre la década de los sesenta y los setenta, si bien descompensado por la emigración hacia Europa. La generación comprendida entre los 44 y los 20 años se va reduciendo debido al débil crecimiento demográfico causado por la crisis económica de 1973, el aumento del coste de la vida, la emancipación de la mujer, la generalización de métodos anticonceptivos o el progresivo envejecimiento de la población a lo largo de la década de los ochenta y los noventa.
III.- mayores (más de 64 años):
La proporción de mayores es significativa debido al progresivo aumento de la esperanza de vida. La escasísima proporción de mayores de 100 años se corresponde con la generación que vivíó la Guerra Civil (1936-1939), lo que se traduce en la aparición de generaciones huecas en forma de entrantes entre los 80 y los 84 años, aunque ya apenas se puede apreciar en la pirámide.
La generación entre 65 y 79 años aumenta su proporción progresivamente conforme se aleja el espectro del conflicto.
A la luz del análisis, se puede reafirmar la idea más arriba señalada de que esta pirámide de población es regresiva, esto es, presenta un crecimiento demográfico muy débil, nulo o negativo y una población envejecida por lo que respondería, en cuanto a su forma, a una pirámide con forma de Bulbo.
V.- Entrantes y Salientes:
Los Entrantes indican una pérdida de población y los Salientes significan una recuperación o crecimiento de la población:
– Cohorte 0-4, (nacidos entre 2016-2020) entrante como consecuencia de la caída de la natalidad habida a fines de la década del 2010 como derivación de la crisis de 2008 y los cambios económicos y socioculturales dados en estos años.
– Cohorte 5-9, (nacidos entre 2011-2015) entrante como consecuencia de la recesión producida en España en el año 2008 y siguientes. Esta crisis finalizará hacia el año 2014 dándose a partir de esa fecha un crecimiento económico sostenido.
– Cohorte 10-14, (nacidos entre 2006-2010). Estamos en los años previos a la crisis de 2008 y es un período de desarrollo económico que supuso un aumento en la inmigración extranjera el cual dio como resultado una leve recuperación de los nacimientos en esta cohorte. Se puede observar este hecho en la mayor longitud de la cohorte referida a esas edades.
– Cohorte 20-29, (nacidos entre 1991-2000) entrante como consecuencia de la caída de la natalidad habida en los años 90 del pasado siglo e inicios del Siglo XXI. Durante 1995 el gasto total de consumo se redujo un 11.7%. Este factor contribuyó a la caída de la actividad económica, lo cual unido a la elevada posición deudora neta de las empresas y de las familias tuvo repercusión directa en la natalidad de ese año y los siguientes.
– Cohorte 35-39, (nacidos entre 1985-1981) entrante como consecuencia de la crisis económica de 1982. Esta crisis golpeó fuertemente las bases de la economía que tuvo que iniciar la adaptación a las exigencias de la UE para poder facilitar su entrada en la misma.
– Los entrantes y salientes entre los 40 y los 74 años (nacidos entre 1946-1980), se dan por el desarrollo industrial de la economía durante el franquismo y la aceptación de su régimen en el nuevo orden político internacional tras la II Guerra Mundial; la inmigración extranjera, que aunque no tuvo mucha repercusión en Euskadi, es un elemento más a tener en cuenta; el “Baby boom” posbélico tardío que se dio en Euskadi/España que se vio amortiguado por la emigración a Europa.
– Cohorte 80-84, (nacidos entre 1936-1940) entrante como consecuencia de la Guerra Civil que supuso un claro descenso de los nacimientos debido al conflicto armado que tenía lugar en el país.
Es de destacar que las personas nacidas en este período formarán parte de lo que se llamó generación hueca por lo escaso de su número y que después, tendrá consecuencias posteriormente ya que la cantidad de nacimientos que se darán cuando lleguen a la edad de procrear será más bajo que lo que hubiera sido habitual, dando como resultado unas cohortes con menos efectivos entre los nacidos en el período que va de 1950-1965. Esto tuvo efectos limitados gracias a la política natalista del régimen franquista, pero es un hecho destacable que es necesario remarcar.
– Cohorte 85-94, (nacidos entre 1926-1935)
saliente debido al desarrollo producido a fines de la década de 1920 y previo al inicio de la Guerra Civil.
– Por último, las cohortes de 95 años o más son de reducido tamaño debido al escaso número de efectivos que presentan y que vienen causados por la mortalidad propia de estas personas al contar las mismas con edades avanzadas.
VI.- Cuestiones generales:
– Euskadi ha sido tradicionalmente lugar de emigración y esta ha estado marcada durante mucho tiempo por los rasgos de la estructura económica, caracterizada por el peso de las actividades agrarias tradicionales, la desequilibrada industrialización y la escasa representación que ha tenido el sector terciario hasta fechas recientes. A ello se sumaron el exceso de mano de obra provocado por la mecanización del campo y el crecimiento demográfico; y la oferta de mano de obra que se produjo, especialmente en la época del desarrollismo, en otras áreas industrializadas o turísticas del país. Mucha población joven emigró a otras zonas/países, pero este descenso se compensaría con la llegada de inmigrantes al territorio atraídos por su red industrial.
– Por su parte, la situación económica que siguió a la crisis de 1975, causante de un incremento del paro, retrasó la edad del matrimonio y redujo el número de hijos. Posteriormente, influyeron la precarización de los contratos laborales y el alto precio de compra y alquiler de viviendas, que dificultan la emancipación de los jóvenes, prolongando su periodo de formación y permanencia con los padres; y la crisis económica de principios de la década de 1990.
– Además, la sociedad ha experimentado cambios de mentalidad y de valores desde la transición a la democracia (1975) que han colaborado al descenso de la natalidad (este se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades políticas que tratan de buscar fórmulas para intentar revertir esta circunstancia). Ha disminuido la influencia religiosa; se han despenalizado y difundido los anticonceptivos; y se ha legalizado el aborto en ciertos supuestos. Todos estos factores han causado un descenso en los índices de natalidad muy preocupantes y que no garantizan el relevo generacional.
– Las mujeres se han incorporado de forma creciente al trabajo fuera del hogar y retrasan la maternidad hasta consolidar su situación laboral, de modo que la mayoría de los nacimientos se producen en el grupo de los 30-34 años; y muchas tienen dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, ante la escasez de guarderías a precios asequibles y el mantenimiento de comportamientos sexistas en el reparto de tareas domésticas y en el cuidado de los hijos.
– Los hijos ya no se consideran como seguro de vejez de los padres, ante el progreso de la protección social, sino que se aprecia su formación y bienestar, por lo que se prefiere tener menos y atenderlos mejor.
Además, los gastos que ocasionan y la dedicación que requieren compiten con el deseo de los padres de disponer de más ingresos para el consumo y de más tiempo libre para el ocio.
– Por otra parte, han ganado importancia las relaciones de pareja sobre las reproductoras y de cuidado de los hijos; y han surgido formas familiares distintas del matrimonio y menos prolíficas (cohabitación, hogares monoparentales de divorciados, maternidad en solitario).
VII.- Tendencia Futura:
De acuerdo con estas circunstancias, y según la proyección demográfica estimada para el año 2064, Euskadi perderá aproximadamente habitantes debido, principalmente, al progresivo aumento de la mortalidad y al descenso de natalidad.
De modo que:
– El número de fallecidos superará al de nacidos.
– El saldo vegetativo será negativo y la inmigración no lo compensará.
– El envejecimiento demográfico se agravará y, en menos de cincuenta años, la esperanza de vida al nacer aumentará hasta los 91 años en el caso de los hombres y hasta los 95, en el caso de las mujeres, por lo que también aumentará la tasa de dependencia.
– En ese sentido, habrá de incrementarse el gasto público en pensiones y prestaciones de protección social, a costa de retrasar la edad de jubilación, con el fin de compensar la progresiva disminución de población que trabaja y cotiza a la Seguridad Social.
– La modificación del mercado laboral, cada vez más orientado hacia la creación de puestos de trabajo destinados a atender a nuestros mayores, y la modificación de las pautas de consumo, ahorro e inversión (ya que los mayores gastan más en vivienda, energía y servicios de salud y son más ahorradores) serán otras de las consecuencias del progresivo envejecimiento de la población española.
– Para ciertos expertos, algunas de las soluciones pasan por adoptar una política abierta a la recepción de inmigrantes y aplicar medidas pronatalistas, como la concesión de ayudas económicas por nacimiento, adopción o familia numerosa; bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social y desgravaciones en la declaración de la renta; descuentos o gratuidad en tasas dentro del ámbito educativo, etc.
C) CONCLUSIONES
Nacen más varones que mujeres, fenómeno natural.
Las mujeres tienen la esperanza de vida más larga, fenómeno también natural.
Las cifras de hombres y mujeres se igualan a partir de los 45 años aproximadamente, siendo mayor el número de mujeres, a partir de los 50 años, lo que indica sobremortalidad de los hombres.
El grado de fecundidad es bastante bajo si tenemos en cuenta el número de mujeres en edad de procrear. Consecuencia de ello será la imposibilidad de realizar un reemplazo generacional natural, aunque la población pudiera sustituirse por inmigrantes y de que vaya aumentando el volumen de personas dependientes. Esto genera enormes problemas a la hora del sostenimiento de los sistemas de cobertura social. Algunas de las soluciones propuestas han sido el incremento de la edad de jubilación a 67 años, fórmulas de copago sanitario o la ampliación de las ratios de alumnos por aula.
La población activa se mantiene gracias a la incorporación de la mujer a la vida laboral y, a partir de los años 90, de la inmigración.
Parece necesario desarrollar políticas natalistas que corrijan el grave problema que se avecina en unos pocos años.