Clima y relieve de la Península Ibérica

Dinámica del clima referida a la Península

En el Hemisferio Norte, el movimiento del aire dentro de los anticiclones sigue la dirección de las agujas del reloj (A), y en las bajas presiones al revés (B) por la fuerza de Coriolis (los cuerpos que están en movimiento influyen si están en el hemisferio norte o sur). En el H. N. la Corriente en Chorro va dirigiendo estos (A) y (B) dirección W -> E, por eso se la llama CIRCULACIÓN GENERAL DEL OESTE (CGW). Aparecen dos tipos de marchas: Marcha lenta, tranquilidad de los vientos, menos precipitaciones, temperaturas más suaves. Marcha rápida; más vientos, más precipitaciones, temperaturas más frías. Debido a la latitud peninsular, este paso de (A) y (B) va a ser constante, habrá que matizar según las diferentes estaciones del año: INVIERNO:

  1. Tiempo frío y seco: la Península Ibérica, debido a su forma maciza y a su elevada altitud, funciona como un pequeño continente – se forma dentro de ella un (A). Habrá tiempo frío y despejado, nieblas matutinas, escasa nubosidad, escasas precipitaciones e intensas heladas. Es el más habitual. Mientras, en el borde septentrional habrá precipitaciones frecuentes; y en el resto de las costas españolas: temperaturas más suaves por la acción del mar y escasas nieblas. En las grandes ciudades con este tipo de tiempo, los agentes contaminantes de la atmósfera quedan en suspensión en las capas bajas y producen polución, que puede perjudicar la salud.
  2. Tiempo lluvioso: momentos en que el (A) rneseteño se debilita y favorece la entrada de (A) y (B) por el Oeste.
  3. Invierno suave y seco: cuando el (A) de las Azores está al Norte de lo habitual – temperaturas anormalmente elevadas en esa época del año.
  4. Olas de frío: si el (A) de Centroeuropa adopta una forma ovalada, llegando a la Península y mandando aire muy frío – nevadas, heladas y días en que el termómetro señala algunos grados bajo cero.

VERANO: El (A) de las Azores asciende hacia el Norte y queda ‘plantado’ a la misma latitud que la Península Ibérica – no deja pasar a los (A) y (B), desviándolos hacia el Norte. Las tierras del interior y sur de la Península Ibérica se calientan y tenemos unas altas temperaturas e insignificantes precipitaciones. En el borde septentrional continúan las precipitaciones, aunque en menor medida, bien por influencia de frentes fríos o lluvias orográficas si el viento procede del océano. Se pueden dar otras situaciones: ver fresco y con precipitaciones si el (A) de las Azores queda más al sur deja pasar las (B). Si hay una (B) de origen térmico en el interior se producen tormentas locales a veces catastróficas. Si hay un (B) de origen térmico en el Norte de África, el aire cálido y seco del Sahara entra en la península – olas de calor. PRIMAVERA Y OTOÑO: Hay un gran dinamismo atmosférico ya que el (A) de las Azores queda un poco más al sur y el (A) intenso de invierno no existe – da paso a la CGW con el paso continuo de (A) y (B). Son las épocas de mayores precipitaciones en los 2 / 3 Sur de la Península Ibérica y las temperaturas son intermedias entre el invierno y el verano. Situaciones ocasionales: otros veranos secos debido a la prolongación de los (A) de invierno y verano que no dejan pasar la CGW – tiempo seco y fresco en primavera, que puede provocar heladas tardías (muy dañinas para los cultivos) y tiempo seco y cálido en otoño, alargándose el verano. Precipitaciones catastróficas sobre todo en otoño por la gota fría (es una célula de aire frío que se desliga del Jet Stream y desciende a gran velocidad, llega a alcanzar 200 km/h, difícil de predecir. Está rodeada de masas de aire anticiclónicas y de mayor temperatura, y se da en las áreas costeras del Mediterráneo. Produce intensas precipitaciones, frecuentes de carácter catastrófico): se produce por un embolsamiento de aire frío en un entorno de aire más cálido y húmedo; este último, al entrar en contacto con el aire frío, se condensa y produce violentas, intensas y torrenciales, que pueden provocar abundantes inundaciones.

La disposición del relieve

La topografía tiene una gran influencia sobre el clima y lo podemos observar en diferentes situaciones:

  • Altitud media elevada > se llega a temperaturas inferiores a 6°C (La temperatura desciende 0,65°C de media por cada 100 m que ascendemos: gradiente térmico altitudinal).
  • La Meseta está rodeada de cordilleras, excepto por el Atlántico que permite la entrada de vientos húmedos, que evitan que la Meseta sea un desierto.
  • La depresión del Ebro, cerrada por cordilleras, no permite la entrada de viento procedente del mar > bajas temperaturas en invierno y altas en verano y escasas precipitaciones, pese a su escasa altitud y a su proximidad del mar.
  • Cordilleras cercanas a la costa: la masa de aire, cargada de humedad, choca con la cordillera, asciende por la ladera de barlovento, se enfría al ascender, aumenta la humedad > condensación y saturación> nubosidad y lluvias orográficas o de relieve (Ej.: cornisa cantábrica: lluvia fina o chirimiri). Si el viento desciende por sotavento, se produce aumento de temperatura, disminución de la humedad relativa> disipación y ausencia de nubes. Efecto Föehn.
  • La Península Ibérica actúa como un pequeño continente con litoral poco recortado> diferencias en precipitaciones y temperaturas entre interior y periferia.

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