Clima, Ríos y Vegetación de la Península Ibérica: Un Estudio Regional

Clima Oceánico en la Península Ibérica

El clima oceánico, también conocido como clima templado fresco lluvioso todo el año, se distribuye por la España húmeda. Se caracteriza por precipitaciones abundantes, entre 800 y 1500 mm, y regulares, causadas por las borrascas del Frente Polar, con un máximo en otoño-invierno. En verano, la precipitación es menor debido al Anticiclón de las Azores, pero sin llegar a la aridez. Las temperaturas son moderadas, especialmente en el litoral, por la influencia marítima. La media anual es inferior a 14ºC, con inviernos suaves (8-10ºC), veranos moderados (18-20ºC) y una amplitud térmica pequeña (9-12ºC). Presenta las siguientes variantes:

  • El clima oceánico del litoral cantábrico es el más puro y regular.
  • El oceánico gallego tiene cierta irregularidad en las precipitaciones, muy elevadas en otoño-invierno, pero con una pequeña aridez estival.
  • El oceánico del interior (cuenca de Lugo, Álava, Pamplona) tiene inviernos fríos (< 6ºC) y una mayor amplitud térmica (13-15ºC).

Hidrografía de la Península Ibérica: Ríos Cantábricos y Atlánticos

Ríos Cantábricos

Los ríos cantábricos son cortos y torrenciales, ya que nacen a gran altura en la Cordillera Cantábrica, muy próxima a la costa. Tienen un caudal abundante y regular. Los más importantes son: Bidasoa, Nervión, Pas, Sella, Nalón, Narcea.

Ríos Atlánticos

Los ríos atlánticos incluyen los ríos gallegos, los de la Meseta y los de la Depresión Bética.

  • Los ríos gallegos son similares a los cantábricos, aunque menos torrenciales y con un mínimo estival más apreciable. Destacan el Tambre, el Ulla y, sobre todo, el Miño, el río español con mayor caudal relativo, con su afluente el Sil.
  • Los grandes ríos de la Meseta (Duero, Tajo, Guadiana) son largos y de pendiente muy suave, salvo en la cabecera. Su caudal respectivo disminuye hacia el sur, conforme a las precipitaciones.
    • El Duero es el río con mayor extensión de su cuenca, segundo por caudal y tercero por longitud. Nace en los Picos de Urbión (Soria), recorre la Submeseta Norte y, en su curso bajo, Portugal, desembocando en Oporto. Recibe importantes afluentes de la Cordillera Cantábrica (Pisuerga, Esla) y del Sistema Central (Adaja, Tormes).
    • El Tajo es el río más largo de la Península. Nace en la sierra de Albarracín (Teruel) y atraviesa las provincias de Guadalajara, Madrid, Toledo y Cáceres, penetrando en Portugal, donde desemboca en Lisboa, formando un gran estuario. Sus afluentes más importantes proceden del Sistema Central (Jarama, Alberche, Tiétar).
    • El Guadiana, tras su nacimiento en las Lagunas de Ruidera, desaparece por infiltración para reaparecer en los Ojos del Guadiana. Recorre tierras manchegas y extremeñas poco lluviosas, lo que, junto a la escasa importancia de sus afluentes, explica su escaso caudal. Su tramo final cambia de sentido hacia el sur y desemboca en Ayamonte (Huelva).

Regiones Biogeográficas de la Península Ibérica

Región Eurosiberiana

La región eurosiberiana corresponde a la España atlántica o España húmeda del norte de la península. Se caracteriza por un relieve accidentado y montañoso, clima oceánico y vegetación exuberante (España verde) de bosques caducifolios, landas y prados. Ocupa la fachada atlántica y cantábrica, los Pirineos y los sistemas Central e Ibérico. La vegetación es exuberante debido a su clima oceánico, con lluvias abundantes y bien distribuidas a lo largo del año. Estas condiciones permiten el desarrollo del bosque caducifolio de hayas y robles, que llega a alcanzar 25-30 m de altura. El haya se adapta tanto a suelos silíceos como calizos; el roble se desarrolla mejor en suelos silíceos y a menor altitud. La degradación del bosque caducifolio origina la aparición de un matorral muy tupido, compuesto por brezos y otras especies arbustivas, denominado landas. La eliminación de bosques y landas da lugar a los prados, base de la cabaña ganadera del norte de España. El bosque atlántico está hoy reducido a sólo el 10% de su superficie potencial.

Región Mediterránea

La región mediterránea ocupa el resto de la Península y el archipiélago balear. La vegetación se ha adaptado al clima mediterráneo, con un largo verano seco y caluroso, desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración (hojas pequeñas y coriáceas, gruesa corteza), alcanzar la humedad del suelo (raíces profundas) y, sobre todo, mediante su carácter perennifolio (mantiene la hoja todo el año). El bosque perennifolio mediterráneo tiene como especie más representativa la encina, que en el pasado cubría casi toda la península, por su capacidad para adaptarse a todo tipo de suelos y resistir el frío. Sobre suelos silíceos y en zonas de temperatura suave, con mayor precipitación y moderada aridez estival, la encina es sustituida por el alcornoque, cuya corteza es el corcho (fabricación de tapones). Actualmente, la mayor parte del bosque perennifolio está transformado en dehesas (bosque aclarado con aprovechamiento extensivo mixto: forestal, ganadero y agrícola). Cuando se degrada el bosque mediterráneo, aparece el monte bajo o matorral mediterráneo formado por arbustos, con dos variantes: la garriga (coscoja, algarrobo, lentisco) sobre suelos calizos de la zona meridional y oriental de clima más cálido y seco; y el maquis (madroño, acebo y brezo) más denso y alto, sobre suelos silíceos y clima relativamente lluvioso y cálido. En la zona semiárida del sureste peninsular, la vegetación natural está constituida por especies adaptadas al calor y la aridez formando un matorral subdesértico de arbustos bajos, dispersos y espinosos.

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