Vegetación
La variedad biogeográfica de España es muy notable: la mayor de Europa y una de las mayores del mundo. Aquí encontraremos muchísimos endemismos. Esta diversidad biocenótica es fruto de tres factores:
La complejidad litológica, la variedad climática y la situación de la península en la zona de transición entre dos regiones: la región Eurosiberiana y la región Mediterránea, del imperio Holoártico. Además, Canarias pertenece al imperio Africano-Malgache y a la región Macaronésica. Es decir la vegetación de la España húmeda, la España seca, Canarias y la cliserie de las montañas españolas. Todo ello conforma las características de la vegetación de España.
Desde comienzos del siglo XX ha habido una preocupación por conservar ciertos parajes naturales singulares para que las generaciones futuras los conociesen tal y como eran. Esta idea romántica ha quedado desplazada desde los años 70 cuando se comprendió que la intervención humana en el medio podía modificar las condiciones tan drásticamente que haría imposible la vida humana sobre la Tierra. Desde entonces los Estados han hecho un esfuerzo por proteger determinados lugares para garantizar la buena salud de la naturaleza. En España existen varias figuras legales de protección, las más importantes son: los parques nacionales, las reservas naturales, los monumentos naturales y los paisajes protegidos. Las diferencias entre ellas son los grados de protección.
El parque nacional tiene una protección integral posee valores ecológicos, científicos y estéticos de primer orden. La protección se extiende a las inmediaciones, lo que se conoce como preparque. Las reservas naturales protegen diversos ecosistemas de las acciones que puedan suponer un deterioro. Los monumentos naturales protegen diversos lugares especialmente singulares de intervenciones que los modifiquen. Y los paisajes protegidos son lugares especialmente destacables por sus valores estéticos, protegidos de intervenciones en el paisaje.
Internacionalmente también existen las figuras de protección. La más importante es la de reserva de la biosfera, que obliga a los gobiernos a vigilar aún más por que se cumplan las medidas de protección.
Tipos de clima
Por la posición que ocupa, entre los 36º y el 46º de latitud Norte y en la fachada occidental del continente, la península ibérica tiene un clima mediterráneo, pero también está afectada, en la fachada noroccidental, por el clima marítimo de la costa oeste del Atlántico. También encontramos el clima subtropical seco, en Almería y Murcia, y el clima tropical seco y húmedo, en Canarias.
Debido al relieve, el clima mediterráneo dominante tiene una marcada tendencia a la continentalización, tanto por la altitud media, elevada, como por la orla montañosa exterior que impide el paso de los vientos húmedos del oeste. Esta continentalización está agravada por la deforestación y las actividades humanas.
Los centros de acción que dominan la península son: el anticiclón de las Azores, con masas de aire tropical marítimo; y la depresión de Islandia, que canaliza las borrascas del frente polar y trae aire polar marítimo. Otros centros de acción menores son: La depresión de Liguria, que se forma en otoño;
El anticiclón siberiano, que actúa en invierno y permite la aparición de anticiclones locales en el centro de la península, y la borrasca subsahariana, que actúa en verano enviando aire tropical continental a la península.
En invierno afectan las borrascas del frente polar, que traen lluvias suaves y frías. Hacia la mitad del invierno la atmósfera se estabiliza gracias a la aparición de anticiclones térmicos en el centro del territorio. El tiempo dominante en invierno es frío y seco.
En primavera, el frente polar se desplaza hacia norte, afectando de lleno a la península, y permite la llegada de precipitaciones suaves. El frente polar se debilita y permite la alternancia de borrascas y anticiclones. Pero este anticiclón es el de las Azores, por lo que el tiempo se hace más templado.
En verano afecta plenamente el anticiclón de las Azores. En esta estación el tiempo es seco, soleado y caluroso, con la llegada de olas de calor subsaharianas. Las altas temperaturas permiten la aparición de tormentas, principalmente al final del verano.
En otoño vuelve a descender el frente polar, y a penetrar las borrascas y el aire frío polar en formaciones de gota fría. Este aire frío se encuentra con el aire cálido y húmedo, con lo que se generan lluvias torrenciales de gran potencia. La borrasca del mar de Liguria robustece este fenómeno de gota fría. En esta época también se alterna el tiempo ciclónico y el anticiclónico, por las variaciones del frente polar.
Las islas Canarias tiene un clima tropical seco y húmedo de gran estabilidad térmica y del régimen de lluvias. Los centro de acción que afectan a Canarias son: la zona de convergencia intertropical y el anticiclón de las Azores, que gobiernan los alisios. Pero también aquí llegan los coletazos de las borrascas del frente polar. El clima canario está dulcificado por la presencia de la corriente fría de Canarias.