Distribución de la población del País Vasco: La densidad de población es elevada, multiplicando por 3.3 la media española. Las densidades más altas se encuentran en los comerciales costeros de Bizkaia y Gipuzkoa y, en menor medida, en el territorio de Álava. Las densidades más bajas se localizan en el medio rural. Bizkaia concentra algo más de la mitad de la población vasca, constituyendo la mayor aglomeración urbana y económica de la comunidad. Gipuzkoa: Las mayores densidades se localizan en la comarca de Donostialdea. En el resto del territorio, el reparto de la población es más equilibrado. Álava: Incluye el 14.56% restante de la población del País Vasco. La población se concentra en un 75% en el municipio de Vitoria-Gasteiz. Distribución de la población en España: Los efectos demográficos de España ascendían en 2008 a 46 millones de personas. Su distribución parcial se analiza mediante la densidad de la población. La densidad de la población ha ido aumentando a lo largo del tiempo hasta situarse en 91.1 hab/km². Este medio esconde fuertes desequilibrios espaciales entre áreas de concentración. Las áreas de alta densidad se localizan en Madrid, la periferia peninsular, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, mientras que las áreas de baja densidad se sitúan en el interior peninsular, correspondiendo a cifras más bajas en algunas áreas de montañas. Factores explicativos: En la época preindustrial de economía agraria, tuvieron peso los factores naturales. Así, las mayores densidades se situaban en las costas de relieve llano e invierno suave. Pero en el siglo XVIII, la situación se había invertido: las densidades más altas tenían lugar en las regiones costeras e insulares gracias a un floreciente comercio marítimo, y las densidades más bajas en el interior peninsular. En la época industrial, tras la crisis de 1975, los factores naturales perdieron importancia y se consolidaron y agudizaron los contrastes. En la época postindustrial, tienden a mitigarse los contrastes.
Régimen demográfico antiguo hasta principios del siglo XX: La natalidad presentaba valores elevados debido a dos causas principales: el predominio de una economía y una sociedad rurales, en las que los hijos empezaban a trabajar pronto, ayudando en las labores del campo; eran muy baratos de mantener y aseguraban el porvenir de los padres, dado que no existían seguros de accidentes, enfermedad ni jubilación. La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos era la única posibilidad, que era retrasar la edad del matrimonio en las coyunturas económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento del periodo fértil de la mujer y el descenso del número de hijos. La mortalidad general era alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias. La dieta era escasa, por la baja productividad agraria, y desequilibrada por falta de proteínas. Las enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire (tuberculosis, bronquitis, neumonía, gripe) o del agua y los alimentos (diarreas) tenían alta incidencia. Esta se veía favorecida por el atraso de la medicina. A la elevada mortalidad general se sumaban momentos de mortalidad catastrófica, causada por epidemias, guerras y malas cosechas de cereales, que provocaban la subida del precio del grano y el hambre, así como la muerte de quienes no podían pagarlo. La esperanza de vida era baja, debido, sobre todo, a la elevada mortalidad infantil y materna. Como consecuencia de las altas tasas de natalidad y de mortalidad, el crecimiento natural era bajo y presentaba oscilaciones debidas a las crisis de sobremortalidad. La transición demográfica: 1900-1975 En comparación con otros países de Europa occidental, se inició más tarde, pero duró menos y fue más intensa. Se caracterizó por la disminución suave de la natalidad, un brusco descenso de la mortalidad y, en consecuencia, un elevado crecimiento natural. La natalidad descendió de forma suave y discontinua, alternándose periodos de mayor decrecimiento con otros de recuperación, en relación con los acontecimientos históricos.
La transición demográfica: Entre 1900 y 1975, empezó más tarde que en otros países de Europa occidental, pero duró menos y fue más intensa. Características: disminución suave de la natalidad, un brusco descenso de la mortalidad, y, por ello, un elevado crecimiento natural. La natalidad descendió de forma suave y discontinua, alternándose periodos de crecimiento con otros de recuperación, según los acontecimientos históricos: en la década de 1920, se recuperó del descenso la natalidad gracias a la prosperidad económica; entre 1930 y 1956, se reanudó el descenso, debido a la crisis económica de 1929, la inestabilidad política de la Segunda República y la guerra civil. Entre 1956 y 1965, la natalidad se recuperó por el denominado “baby boom” posbélico. Retrasado entre 1965 y 1975, de nuevo disminuyó el tamaño de las familias, debido a la consolidación del modo de vida industrial y urbano, con graves problemas de viviendas, que redujeron el valor económico de los hijos. La mortalidad general descendió de forma acusada y continua, excepto en los momentos de mortalidad catastrófica, como fueron: la gripe de 1918 y la guerra civil. Las causas del descenso fueron: el incremento del nivel de vida, manifestado en la mejora de la dieta, que permitió intensificar la prevención; los avances médicos y sanitarios, como las vacunas, antibióticos, nacimientos en las clínicas, extensión de la sanidad pública, unido a la mejora de la higiene privada y pública. La mortalidad infantil también decreció por el progreso de la pediatría, la alimentación infantil y las mejoras en el cuidado materno. La esperanza de vida se elevó, primero por la reducción de la mortalidad infantil y materna y luego por el descenso de la mortalidad en adultos. Consecuencias: el crecimiento natural de la transición fue alto, especialmente entre 1920 y 1965, y se recortó desde 1965, al estabilizarse la mortalidad en cifras bajas y restablecerse el descenso de la natalidad de la población española.
Movimiento natural de la población: Régimenes demográficos: cronología: durará hasta principios del siglo XX debido a altas tasas de natalidad y de mortalidad, por ello, crecimiento natural bajo. La natalidad era elevada debido al predominio de una economía y una sociedad rural, donde los hijos empezaban a trabajar pronto en las labores del campo y eran baratos de mantener, asegurando el porvenir de los padres. La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos, la mortalidad era alta y oscilante. Las causas eran debido al bajo nivel de vida, con una dieta alimentaria escasa y desequilibrada, por falta de proteínas y escasez de carne, leche y huevos. La mayoría de la población estaba malnutrida y debilitada. Las precarias condiciones médicas y sanitarias a las que se unían enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire y agua. Se sumaban momentos de mortalidad catastrófica, causadas por guerras y epidemias que provocaban hambre y muertes. La mortalidad infantil también era alta, tanto la neonatal por defectos congénitos y problemas en el parto, como la posneonatal por desnutrición e infecciones. La esperanza de vida era baja, debido a la elevada mortalidad infantil y materna. Debido a las altas tasas de natalidad y mortalidad, el crecimiento natural era bajo y presentaba oscilaciones por la crisis de sobremortalidad de la población española. Movimiento de la población del País Vasco: Régimen demográfico antiguo se mantuvo en el País Vasco hasta principios del siglo XX. El crecimiento natural era bajo como resultado de las elevadas tasas de natalidad y de la alta mortalidad. Transición demográfica: Entre 1900 y 1975 fue un periodo de elevado crecimiento natural que tuvo como causa principal la consolidación y el desarrollo del proceso de industrialización. La natalidad inició un descenso con altibajos. La mortalidad descendió a lo largo del periodo, excepto durante la gripe y la guerra civil. Régimen demográfico moderno: La natalidad tuvo un descenso por la crisis en la industria, el motor de la economía vasca; por el envejecimiento de los antiguos inmigrantes. La mortalidad se estabilizó en cifras bajas e incluso experimentó un ligero ascenso desde 1981 por el incremento de la población anciana. En la actualidad, la tasa de natalidad más elevada es en Gipuzkoa, Bizkaia y Álava.
Los desequilibrios territoriales en el movimiento natural de la población: En el movimiento natural de la población actual, todas las comunidades autónomas poseen bajas tasas de natalidad, mortalidad y crecimiento natural. Pero se dan contrastes, debidos a la diferente estructura por edades, que en unos casos ha sido por causas heredadas, que son el distinto comportamiento tradicional de la natalidad y las diferencias de desarrollo económico, causantes de las migraciones. Las causas actuales son los nuevos factores de desarrollo económico, a partir de la crisis y la inmigración extranjera, que aporta población joven y eleva la natalidad. Las comunidades autónomas con mayor dinamismo demográfico tienen tasas de natalidad más elevadas, tasas de mortalidad más bajas y crecimiento natural más alto. Por ello, presentan una estructura demográfica relativamente más joven, como son Andalucía, Murcia, Ceuta, Melilla, Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Navarra, Canarias y Baleares. Las comunidades autónomas en declive demográfico tienen tasas de natalidad más bajas, tasas de mortalidad más altas y crecimiento natural más bajo. Su estructura demográfica está fuertemente envejecida, debido a la fuerte emigración en épocas pasadas. Esto se da en Galicia, las comunidades del interior peninsular y las regiones de la cornisa cantábrica de la población española.
Las migraciones exteriores: Transoceánica: se dirigió principalmente a América Latina y también a EE.UU., Canadá y Australia. En muchos casos fue una emigración permanente y asistida. En la emigración transoceánica se distinguen dos etapas: la que comprende el auge a mediados de siglo hasta la Segunda Guerra Mundial: los países latinoamericanos necesitaban inmigrantes para poblarse, explotar sus recursos económicos y construir grandes infraestructuras, y por ello facilitaban la inmigración. En España también influyeron el deseo de los jóvenes de evitar un prolongado servicio militar de tres años y el efecto llamada de familiares, conocidos y retornados sobre las oportunidades de ultramar. La procedencia de la mayoría de estos emigrantes y su destino principal era Argentina, Cuba y Brasil, las dos últimas necesitadas de mano de obra tras la abolición de la esclavitud. El perfil característico de este emigrante era varón, joven, soltero, de bajo nivel de cualificación, dedicado a la agricultura. La emigración transoceánica decayó entre las dos guerras mundiales. Las causas fueron las siguientes: la inseguridad por la Primera Guerra Mundial, la crisis económica de 1929, la guerra civil española y la postguerra, que ocasionaron escasez de transporte y dificultades para salir al exterior. Entre 1945 y 1960, la migración transoceánica se recuperó. Las causas que lo permitieron fueron la autorización para salir libremente de España, el levantamiento del aislamiento de EE.UU. respecto al régimen de Franco. La procedencia de los emigrantes continuó siendo principalmente gallega y canaria; en cambio, la emigración asturiana decayó porque la nueva siderurgia ofrecía puestos de trabajo en la región. Los destinos prioritarios fueron Venezuela, Argentina y Brasil. El perfil del emigrante cambió. La emigración familiar adquirió más peso y los emigrantes tuvieron un mayor nivel de cualificación, predominando los obreros y técnicos industriales y los agricultores preparados. Desde 1960, la emigración transoceánica descendió, al iniciarse el declive de la economía latinoamericana y entrar en competencia con la emigración a Europa. Actualmente, las cifras son muy bajas y predominan los retornos.
Movimientos migratorios en el País Vasco: Hasta la segunda década del siglo XX, el País Vasco fue una región emigratoria. La causa era la estructura de propiedad y transmisión hereditaria de la tierra, que al impedir la división de las explotaciones familiares, determinaba que una parte de los hijos solo encontrase salida en la emigración. A pesar de ello, buena parte del crecimiento de la población vasca durante este periodo respondió a la llegada de inmigrantes. B) Desde la segunda década del siglo XX hasta 1975, el País Vasco se convirtió en una región inmigratoria, especialmente entre 1950 y 1975. El motivo fue una temprana industrialización; los principales centros atrajeron población campesina vasca que llevó así su emigración al exterior. En primer momento procedían de las zonas más próximas (norte de Burgos) y más tarde de zonas lejanas: Castilla y León, Extremadura y Galicia. La población inmigrante se asentó en Gipuzkoa y Bizkaia y, más tarde, en Álava, como consecuencia, el País Vasco rejuveneció su población durante estos años. A partir de la crisis de 1975, la inmigración se redujo y el saldo migratorio se volvió negativo por el retorno de antiguos inmigrantes a sus lugares de origen. Esto afectó a los dos territorios costeros, mientras que Álava tuvo un saldo positivo. En la actualidad, dominan las migraciones intraterritoriales por motivos laborales, que continúan dirigiéndose a las ciudades litorales y los movimientos pendulares entre el lugar de residencia y el trabajo.
Los movimientos migratorios interiores: Se caracterizan por la motivación laboral; los flujos fueron unidireccionales, los emigrantes procedían del campo e iban a las ciudades industrializadas y eran personas con bajo nivel de cualificación. Tipos de migraciones: Las migraciones estacionales y temporales se emprendían con intención de retorno; eran, en ciertos casos, desplazamientos estacionales para realizar labores agrarias; en otros casos, las temporales iban a las ciudades en épocas del año en que el campo no daba trabajo. Éxodo rural: Entre 1900 y 1975 es una migración entre áreas rurales y urbanas con carácter definitivo o de larga duración. El motivo principal era conseguir trabajo e ingresos más altos. Los emigrantes procedían de las zonas atrasadas hacia las zonas industriales y podemos apreciar 4 etapas: en el primer tercio de siglo, el éxodo rural tuvo un volumen moderado. Se dirigió a las principales zonas industriales que ofrecían trabajo. Durante la guerra civil y la postguerra, el éxodo rural se estancó. Las ciudades sufrieron graves problemas de abastecimiento debido a las destrucciones de la guerra. Entre 1950 y 1975 alcanzó su mayor volumen debido al crecimiento demográfico, la crisis de la agricultura tradicional por la mecanización, el auge industrial y el baby boom del turismo en el litoral mediterráneo, que creó también una oferta laboral en los servicios turísticos y en la construcción. Desde 1975, el éxodo decayó; las antiguas áreas inmigratorias perdieron su atractivo y su saldo migratorio positivo o incluso se volvió negativo. En cambio, las áreas emigratorias redujeron sus salidas y su saldo migratorio se volvió positivo. Consecuencias de las migraciones: En el reparto y estructura de la población española; desequilibrios territoriales, contrastes entre zonas que decrecen frente al crecimiento de zonas periféricas, metropolitanas y ciudades medias; disminución de la calidad de vida; el retorno de los emigrantes parados y de los jubilados provoca el sobreenvejecimiento de las zonas receptoras e incrementa las necesidades de servicios sociales y de atención geriátrica. Además, se incrementan los problemas medioambientales.
Definiciones: Censo: Conjunto de datos estadísticos que comprenden universos definidos para un periodo determinado. Abordan diferentes fenómenos de la vida de un país, tales como los demográficos, económicos y sociales. Densidad de población: Relación entre la población de un espacio y su superficie en km². El resultado de esta relación se expresa en hab/km². Crecimiento real: Es la suma del crecimiento natural (natalidad menos mortalidad) más el saldo migratorio (diferencia entre la cantidad de personas que llegan al país y las que se van del país). Transición demográfica: La relación existente entre crecimiento demográfico y desarrollo socioeconómico de un país. Esperanza de vida: La esperanza de vida es un índice porcentaje que se toma en cuenta para determinar cuánto se espera que viva una persona en un contexto social determinado. Envejecimiento de la población: Situación de las poblaciones en las que el porcentaje de personas de 65 y más años supera el 12% del total. Las causas del envejecimiento son las bajas tasas de natalidad y la elevada esperanza de vida. Saldo migratorio: Balance entre la inmigración y la emigración (inmigrantes menos emigrantes). Si el resultado es positivo, indica inmigración, y, si es negativo, emigración. Éxodo rural: El éxodo rural es la migración o traslados que hace la población que vive en el campo, al trasladarse a las ciudades dentro de su propio país. Población activa: Es la cantidad de personas que se han incorporado al mercado de trabajo, es decir, que tienen un empleo o que lo buscan actualmente.