1. Fuentes Demográficas
La geografía de la población estudia las relaciones entre la población y el territorio. Para ello se apoya en otras ciencias, en especial en la demografía, que analiza la población cuantitativamente a partir de fuentes demográficas. Los principales medios para el estudio de la población lo facilitan las fuentes demográficas.
2. Efectivos Demográficos y su Evolución
Si consideramos el volumen de la población de España a comienzos y a finales del siglo XX, podemos decir que este siglo ha sido una etapa de crecimiento importante para la población española, que ha pasado de 18 millones a 40 millones. Sin embargo, este crecimiento no ha tenido un ritmo regular y constante, sino que ha pasado por diferentes fases:
I. De 1900 a 1950:
El crecimiento de la población española comenzó a incrementarse respecto al siglo anterior a un ritmo alto, superior al de otros países europeos en esas fechas. Aunque la tasa de natalidad iba bajando poco a poco, la caída brusca de la mortalidad fue un factor determinante.
II. De 1950 a 1980:
El crecimiento de la población española mantuvo el ritmo interanual más elevado de su historia. Esto se debió a que la modernización definitiva de la economía española en los años 60 hizo descender las tasas de mortalidad al nivel de los países más avanzados, mientras que la natalidad experimentó un incremento debido a la bonanza económica y a una política de incentivos a la natalidad por parte de la dictadura franquista.
III. De 1980 a 1999:
Se produce un cambio de tendencia: el crecimiento natural de la población española se vio frenado de un modo drástico, y al acabar el siglo XX era prácticamente nulo, ya que la tasa de natalidad descendió de forma brusca en los últimos 20 años del siglo, y casi se igualó a la de mortalidad.
IV. De 2000 a 2011:
En esta década el crecimiento de la población española ha sido muy intenso (casi siete millones de nuevos efectivos). A diferencia de etapas anteriores los factores que explican este crecimiento están relacionados de manera casi íntegra al intenso flujo inmigratorio que ha recibido España en este periodo.
3. La Densidad y la Distribución Espacial de la Población
La acción conjunta del crecimiento natural y los movimientos migratorios, sobre todo en la historia reciente, han modificado la distribución espacial de la población española. En general se caracteriza por una distribución irregular. (Densidad de población = Población/Superficie: 92 Hab. /Km2.) En España encontramos fuertes desequilibrios espaciales entre:
- Áreas de concentración
- Áreas de despoblamiento
I. Áreas de concentración:
II. Áreas de vacío:
4. Los Factores Explicativos de la Densidad y la Distribución
La distribución de la población presenta los siguientes contrastes:
A. Interior y litoral:
La escasa densidad del interior de la Península, con numerosos municipios por debajo de los 10 habitantes /km2, se contrapone a las elevadas densidades de población en la franja costera, donde encontramos municipios con más de 500 habitantes/km2. Los contrastes entre el interior y el litoral aumentan ya que los municipios del interior tienen dinámicas demográficas negativas frente al fuerte incremento demográfico de los municipios costeros de la franja mediterránea y de las islas.
B. Ciudades y medio rural:
Se observa un decrecimiento progresivo de las densidades de población. Las aureolas en torno a las áreas urbanas tienen un radio más amplio cuanto mayor es la ciudad que la origina. El caso más claro es el de Madrid cuya área metropolitana se extiende no solo por su provincia, sino también por el norte de Toledo y el oeste de Guadalajara. Las áreas urbanas crecen más rápidamente que las rurales. Sin embargo los territorios más dinámicos son las periferias urbanas y no el centro de las ciudades que aumentan de forma lenta o incluso pierden población.
C. Norte y Sur:
En el norte existen un gran número de pueblos y municipios de pequeño tamaño, herencia del proceso de colonización y repoblación medieval. Sin embargo en el sur, el tamaño de los municipios es mayor, lo que ayuda a explicar una gran resistencia al despoblamiento, ya que ofrecen más cantidad de servicios y mayor calidad de vida, por eso son capaces de retener población joven y registran una dinámica demográfica positiva.
D. Llanuras y montañas:
Las áreas llanas presentan mayores densidades que las montañosas. Así por ejemplo, el Pirineo, el Sistema Ibérico o Sierra Morena destacan como grandes vacíos demográficos. Ello se debe no solo a que las áreas de montaña han estado tradicionalmente menos poblada por no tener aptitud para las actividades tradicionales, sino también a que resultaron más afectadas por el éxodo rural.
E. Ejes de transporte y espacios intermedios:
Los principales ejes de transporte (autovías, autopistas) suelen coincidir con las áreas más dinámicas. Por un lado las grandes infraestructuras tienden a seguir las áreas más densamente pobladas y a la vez actúan como dinamizadoras de esos espacios, favoreciendo su desarrollo. En cambio, en los espacios no atravesados por estos ejes las densidades son habitualmente menores.