1. Fuentes para el estudio de la demografía española
Podemos encontrar dos fuentes:
- Históricas precensales: anteriores al primer censo de población en 1857 (recuento, empadronamientos, fuegos y registros de bautizos, defunciones y matrimonios).
- Históricas censales: desde 1857. Destacan:
- Los registros generales de población.
- Las fuentes para el movimiento natural.
- Fuentes para el estudio de los movimientos migratorios.
- Tasas de fecundidad, mortalidad, población, etc.
Los registros de población son:
- Los censos: cada 10 años, en los años terminados en 1.
- Los padrones: en los años terminados en 1 y en 6. Se actualizan todos los años.
- El nomenclátor de población: se registra el listado de población por municipios.
2. Evolución histórica de la población española
Creció durante el dominio romano, pero a partir del siglo III comenzó a decrecer por la crisis económica y social y las invasiones de los pueblos bárbaros.
En la Edad Media se dio el estancamiento y creció en los primeros siglos de dominación musulmana en la Península, relacionado con las nuevas técnicas de regadío y los nuevos cultivos que aumentaron el rendimiento agrícola.
En el siglo XIII cambió por las dificultades de la Reconquista y por la inestabilidad que esta provocó, lo que llevó a un estancamiento.
En el siglo XIV decayó por epidemias de peste. Fue más sufrido en el Reino de Aragón.
En el siglo XVI aumentó debido al descubrimiento de América y por la recuperación económica, llegando a los 7 millones de habitantes.
En el siglo XVII disminuyó, debido a nueve epidemias, crisis de subsistencias y hambrunas, frecuentes guerras, expulsión de moriscos y emigración hacia América.
En el siglo XVIII hubo expansión debido al fin de epidemias, mejoras alimenticias y menor impacto de guerras.
En el siglo XIX se produjo la transición demográfica, tras la crisis de la Guerra de la Independencia disminuyó la mortalidad y aumentó la natalidad.
En el siglo XX, cada vez se acerca más al crecimiento cero, teniendo tres etapas. En la primera, hasta mediados del siglo XX, aumentó fuertemente. A finales de 1930 y comienzos de 1940, se sufrieron los efectos de la Guerra Civil y los años de hambre. Entre 1950 y 1975 se produjo un gran crecimiento, la explosión demográfica. Entre 1975 y 1995 disminuyó el crecimiento hasta llegar al crecimiento cero.
La población se recupera desde la última década del siglo XX.
3. Los movimientos naturales
El crecimiento de la población española ha dependido de los movimientos migratorios, pero sobre todo depende de la diferencia entre nacimientos y defunciones.
3.1. La tasa de natalidad
Muestra cuatro etapas a lo largo de su evolución histórica. La primera etapa corresponde al antiguo régimen demográfico a principios del siglo XIX. La natalidad era muy elevada debido al nulo uso de métodos anticonceptivos, la población crecía en un régimen de fecundidad natural.
A principios del siglo XIX, el comportamiento demográfico comenzó a evolucionar. La mortalidad disminuyó debido a mejoras en la higiene y en la alimentación, lo que provocó un aumento de la población. A principios del siglo XX la población se encontraba en un régimen de transición. Aunque la natalidad seguía siendo alta, se produjo un pequeño descenso.
En la década de los 70 los valores descendieron debido a la legalización y liberalización de métodos anticonceptivos en 1977 y el cambio de mentalidad. Hasta ese momento, en España, se favoreció la alta natalidad, pero con la muerte de Franco la sociedad española experimentó grandes cambios.
Actualmente la natalidad en España es baja, pero va creciendo por la llegada de inmigrantes. Esto es visible en el número de hijos por mujer.
Por comunidades autónomas la natalidad está mal repartida.
La inmigración se centra en el Mediterráneo y en Madrid, lo que se traduce en una mayor tasa de natalidad. La tasa de natalidad es mayor en el sur que en el norte.
3.2. La tasa de mortalidad
Tuvo un alto valor a principios del siglo XIX, debido a la mortalidad catastrófica, por epidemias o guerras.
En el siglo XVIII disminuyó la mortalidad por la mejora de la alimentación, la desaparición de epidemias y una unidad política más favorable.
Esto llevó a la caída de la mortalidad a principios del siglo XIX, lo que supuso un aumento demográfico. Esto duró hasta principios del siglo XX, cuando comenzó la caída de la natalidad.
Hoy día la mortalidad es baja.
La esperanza de vida ha aumentado, situándose entorno a los 81 años, pero hay diferencias entre hombres y mujeres.
La disminución de la mortalidad infantil se debe al aumento del nivel sanitario.
Por comunidades autónomas se distribuye muy desigualmente. La mortalidad más elevada se da en el norte, mientras que las más bajas se dan en el sur.
3.3. El crecimiento vegetativo o natural
Fue débil a principios del siglo XIX debido a que la falta de natalidad era compensada por la mortalidad. Esto hacía que las escasas ganancias demográficas se perdieran en cada crisis demográfica.
En el siglo XX siguió creciendo enormemente, la mortalidad disminuyó y la natalidad aumentó. El descenso de la natalidad provocó la caída del crecimiento natural, alcanzando en pocas décadas valores muy bajos.
En la actualidad el crecimiento es negativo.
3.4. La nupcialidad
La evolución de la nupcialidad refleja las diferentes tendencias de la población en España. A mediados del siglo XIX las parejas contraían matrimonio tarde, debido a los problemas económicos, pero a mediados de siglo la situación comenzó a cambiar.
La edad media de contraer matrimonio se sitúa en los 32 años para los hombres y los 29 para las mujeres.
4. La distribución territorial de la población: la densidad por zonas
España tiene más de 46 millones de habitantes en medio millón de km2, lo que supone una densidad de 92 hab/km2.
4.1. La influencia de la evolución histórica
Hasta principios del siglo XVII la mayor parte de la población se concentraba en zonas del interior, como la meseta del Duero. Pero a partir de ahí comenzó la migración hacia la periferia. La excepción fue Madrid debido a su condición social de capital del Estado.
En el siglo XIX las mayores densidades se encuentran en la periferia.
4.2. Distribución por comunidades autónomas
Se distinguen tres zonas en cuanto a distribución de población:
- Las comunidades autónomas de alta densidad de población, las que recibieron mayor migración en la segunda mitad del siglo XX, son Madrid, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y los dos archipiélagos.
- Zonas con densidad media de población, regiones menos desarrolladas de la periferia, son Andalucía, Asturias, Galicia, Cantabria y Región de Murcia. Entre la densidad media y baja están Navarra y La Rioja.
5. La composición por sexos: Sex Ratio global y por edades
El análisis demográfico de la población española se lleva a cabo según sexo y edad.
5.1. El índice de masculinidad
Es aproximadamente de 98 hombres por cada 100 mujeres. En el siglo XIX alcanzó el valor máximo de 99 hombres por cada 100 mujeres.
La mejora de la sanidad hizo que la mortalidad femenina disminuyera, sobre todo en los partos, mientras que la masculina no lo hizo. Tras la Guerra Civil disminuyó hasta los 94 hombres por cada 100 mujeres.
También habían otras razones para que el número de hombres fuera menor, como los trabajos más peligrosos de los hombres y los hábitos nocivos.
En la actualidad se da cierto desequilibrio.
La sex ratio por edades
Nacen más hombres que mujeres, se equilibran en edades intermedias pero hay más ancianas que ancianos, lo que provoca un desequilibrio en la sex ratio global.
No se sabe por qué nacen más niños que niñas, pero muchos demógrafos dicen que es una forma natural de corregir el exceso de mujeres sobre hombres.
La mayor diferencia se da sobre los 30 años, ya que llegan inmigrantes, sobre todo más hombres que mujeres.
Sobre los 45-50 años está equilibrado, pero a partir de ahí el número de mujeres es mayor que el de hombres. La mujer vive por término medio 6 años más que el hombre.
5.2. La estructura por edades: tasa de dependencia y tasa de envejecimiento
La estructura por edades modifica la pirámide de población a lo largo del siglo XX. El análisis de las pirámides muestra que en este período el número de jóvenes es menor, el número de adultos es el mismo y el de ancianos es mayor.
En 1900, los jóvenes representaban el 34%, los adultos el 61% y los ancianos el 5%. En 2008, los jóvenes representaban el 15%, los adultos el 68% y los ancianos el 17%.
Esto muestra el proceso de envejecimiento de la población española y es producido por la reducción de la natalidad.
La tasa de dependencia se ha ido reduciendo debido a la disminución de jóvenes, mientras que la tasa de envejecimiento ha aumentado constantemente en el siglo XX.