El crecimiento de la población
El último Censo Nacional de Población y Vivienda, efectuado en 2001, registró en Argentina un total de 36.260.130 personas. Esta cifra señala un aumento de alrededor de 4.700.000 habitantes con respecto al censo anterior realizado en 1991, lo cual demuestra una tendencia de bajo crecimiento poblacional. A nivel regional, la Patagonia es la región menos poblada de Argentina, ya que representaba en 2001 el 4,8% del total. Sin embargo, es la que incrementó permanentemente su población a lo largo de todos los censos. La región pampeana es la de mayor peso relativo del país desde el primer censo, pero mantiene una tendencia decreciente desde 1914. La región metropolitana aumentó su participación hasta 1970, cuando alcanzó su mayor concentración con el 37,7% del total, y desde 1980 su participación desciende. El Noroeste presentó un marcado descenso desde el primer censo, pero en los últimos logró una lenta recuperación. Las regiones de Cuyo y del Noroeste no evidenciaron grandes cambios a lo largo del periodo. Los componentes del crecimiento demográfico son dos: el crecimiento vegetativo o natural y el crecimiento migratorio. El crecimiento vegetativo es la diferencia entre la cantidad de nacimientos y la cantidad de fallecimientos. Puede ser positivo o negativo y, en este último caso, la población disminuiría. El saldo migratorio es la diferencia entre las inmigraciones y las emigraciones y es positivo cuando la inmigración es mayor a la emigración. Con respecto al comportamiento del crecimiento a lo largo de los censos, se puede apreciar que el mismo no fue constante. Los mayores incrementos de la población argentina se registraron en el periodo anterior a 1930, con tasas que superaron el 30%. En este periodo, el saldo migratorio fue el componente fundamental del crecimiento debido a la llegada del aluvión inmigratorio europeo. En los últimos periodos, al no haber aportes migratorios importantes, el crecimiento total de la población ha dependido casi exclusivamente del crecimiento vegetativo. En la actualidad, el bajo crecimiento demográfico se debe a:
- el descenso de la tasa de natalidad,
- la disminución de la fecundidad y
- el estancamiento de la mortalidad;
- saldos migratorios reducidos debido a la desaparición de la inmigración europea,
- a las fluctuaciones de las corrientes de trabajadores limítrofes y
- a la emigración de nativos hacia el exterior, mano de obra calificada principalmente.
El ritmo de crecimiento de la población tuvo diferentes comportamientos en el territorio argentino. La población de la Ciudad de Buenos Aires disminuyó en el periodo 1991-2001, ya que presenta una tasa de crecimiento de -6,4%. Otras provincias como Buenos Aires, Río Negro y Santa Fe presentan bajas tasas de crecimiento, inferiores al promedio nacional de 10%. En cambio, otras provincias superan ampliamente el promedio nacional, como Tierra del Fuego con 36,5%, La Rioja (26,3%), San Luis (24,1%) y Catamarca (22,7%). Estas diferencias se producen no solo por las variaciones en el crecimiento vegetativo de las provincias, sino también por el desarrollo de las distintas economías y mercados de trabajo que actúan sobre la atracción y expulsión de población.
Los indicadores demográficos
La estructura demográfica de una población se puede conocer analizando algunos indicadores demográficos y sus interrelaciones.
La natalidad es la cantidad de nacimientos que se producen, en promedio, en una población en un año cada mil personas. En Argentina, fue disminuyendo a lo largo de todos los periodos. En 1870 rondaba el 50%, en 1930 el 32% y en la actualidad es del 17,9%.
La mortalidad es la cantidad promedio de fallecimientos producidos en un año cada 1000 habitantes. En Argentina, esta tasa registró una tendencia decente a lo largo de los periodos debido a las mejoras en las condiciones de vida de la población, sobre todo en los servicios de salud e higiene. Actualmente, el valor asciende a 7,5% y los descensos no son tan pronunciados debido al aumento de la población de 65 años y más.
La mortalidad infantil es la cantidad promedio de fallecimientos de menores de un año que se producen anualmente cada 1000 niños que nacen vivos. En Argentina, este indicador fue descendiendo hasta alcanzar el valor de 12,9% en la actualidad. Esta tasa varía según las condiciones sanitarias de un lugar, según el nivel de instrucción de la madre y los ingresos del grupo familiar.
La esperanza de vida es la cantidad de años que se espera que viva una persona, calculada en el momento de su nacimiento. La población argentina posee una esperanza de vida de alrededor de 73,7 años, siendo mayor para las mujeres (77,6 años) que para los varones (70 años). Entre las causas del aumento de la esperanza de vida se encuentran el acceso a servicios de salud y educación, nutrición adecuada, mejor saneamiento, aplicación de nuevos medicamentos, etc.