1. Situación de España en Europa y el Mundo
1.1. Ubicación Geográfica
España, un país europeo de tamaño medio, se caracteriza por su territorio peninsular, archipiélagos mediterráneo (Baleares) y atlántico (Canarias), territorios en el norte de África (Ceuta y Melilla), y algunos peñones e islotes. Su posición estratégica entre Europa y África, y entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, la convierte en un punto de encuentro natural y geopolítico.
1.1.1. Rasgos Geográficos
La Península Ibérica se define por dos rasgos principales:
- Situación:
- Configuración:
Estos rasgos dan lugar a una gran diversidad de paisajes naturales y humanos.
1.1.1.1. Situación
La Península Ibérica se encuentra:
- En la zona mediterránea
- Entre dos mares y dos continentes
Su ubicación en el borde sur de la zona templada, cerca de los desiertos del norte de África, la sitúa en el área mediterránea, entre climas templados y tropicales desérticos. Recibe masas de aire tropical y polar, influida por las altas presiones subtropicales en verano (anticiclón de las Azores) y las perturbaciones del frente polar en invierno, otoño y primavera.
Esta situación se refleja en su clima, vegetación, ríos, suelos y paisajes agrarios. El noroeste y la costa cantábrica presentan un clima oceánico o atlántico, con lluvias frecuentes y bosques densos. En el resto domina el clima mediterráneo, que tiende a ser continental en el interior, con inviernos fríos.
Los ríos españoles se caracterizan por caudales irregulares, con poca agua en general, pero con posibilidad de inundaciones por lluvias torrenciales en otoño.
La Península, situada entre dos mares y dos continentes, experimenta consecuencias climáticas y humanas.
1.1.1.1.1. Consecuencias Climáticas
Las aguas del Atlántico, con temperaturas moderadas, influyen en zonas con inviernos y veranos suaves. Las aguas del Mediterráneo, tibias en invierno y cálidas en verano, generan temperaturas suaves en invierno y muy altas en verano en las zonas bajo su influencia. La costa mediterránea es más cálida que la atlántica.
Esta situación crea una variedad de climas, desde el templado-oceánico (noroeste y región cantábrica) hasta climas semiáridos o subáridos con inviernos fríos (Valle del Duero, Valle del Ebro) o suaves (sureste: Murcia y Almería).
1.1.1.1.2. Consecuencias Humanas
La Península Ibérica ha sido una encrucijada de caminos terrestres y marinos, un puente entre África y Europa, y entre el Atlántico y el Mediterráneo. La llegada de plantas, animales y hombres de África y Europa ha generado una gran diversidad. España jugó un papel importante en las rutas históricas de colonización y expansión mediterránea y atlántica. Una parte de su territorio formó parte del mundo islámico durante siglos, y su posición de encrucijada se manifiesta en el flujo de inmigrantes que llegan a Europa a través de ella.
1.1.1.2. Configuración
La configuración de la Península Ibérica se caracteriza por cuatro elementos esenciales:
- Carácter macizo
- Elevada altitud media
- Compartimentación del relieve
- Disposición periférica de las cadenas montañosas
Las costas peninsulares son rectilíneas, con poca penetración de las aguas marinas. Incluso en Galicia, las rías no superan los 30 o 40 km hacia el interior. La relación entre la extensión peninsular y la longitud de sus costas es de unos 130 km2 por cada kilómetro de costa. Las regiones centrales están alejadas del mar.
El carácter macizo de la Península tiene consecuencias climáticas, ya que la influencia moderadora de las aguas marinas se limita a las zonas costeras. El interior presenta un clima continental, con inviernos más fríos y veranos más cálidos que el clima mediterráneo propio de su latitud.
La elevada altitud media (660 m), casi el doble que la europea, se debe a la Meseta (altitud media de 600 m), y no a la existencia de grandes cadenas montañosas.
La Meseta, la unidad de relieve más extensa, está compartimentada por la Cordillera Central y los Montes de Toledo. Sus rebordes montañosos (Montañas Galaicodurenses, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena) la separan del Valle del Ebro y del Guadalquivir. El Valle del Ebro está encerrado por el Sistema Ibérico, los Pirineos y el Macizo Catalán, y el Valle del Guadalquivir entre Sierra Morena y las Cordilleras Béticas.
Las grandes cadenas montañosas tienen una disposición periférica que aísla el interior peninsular. Solo el oeste de la Meseta sur se abre al Atlántico. Esta disposición influye en:
- La red fluvial: Los ríos que nacen en los rebordes montañosos salvan grandes desniveles en recorridos cortos, caracterizándose por su torrencialidad.
- El clima: La posición periférica de las cordilleras, junto con las costas rectilíneas, limita la influencia moderadora de las aguas marinas a una estrecha franja costera. El clima mediterráneo se continentaliza en el Valle del Ebro y la mayor parte de la Meseta.
- Las comunicaciones terrestres: La disposición periférica de los relieves montañosos dificulta el trazado de carreteras y líneas de ferrocarril, complicando las comunicaciones entre las regiones litorales y el interior. Las infraestructuras de transporte terrestre en España son complejas y costosas debido al relieve.
Todo esto influye en la posición actual de España en el mundo, un país con estrechas relaciones con la UE, pero también con vínculos con el Mediterráneo y América Latina.
2. Balance de la Incorporación de España a la UE
2.1. Perspectiva General
Tras más de veinte años desde su incorporación a la Unión Europea en 1986, España cuenta con la perspectiva necesaria para evaluar las ventajas e inconvenientes de su adhesión. Si bien es una tarea compleja, la opinión generalizada es que el balance es positivo en los ámbitos político, económico, social, ambiental y territorial.
2.2. Impacto Político
La incorporación a la UE significó el regreso de España a la escena internacional tras décadas de aislamiento durante la dictadura franquista. La adhesión tuvo efectos positivos inmediatos, como una mayor presencia en foros internacionales y la intensificación de la política exterior.
2.3. Impacto Económico
La incorporación a la UE ha sido clave en la modernización de la economía española. Los primeros años fueron difíciles para algunos sectores (carbón, siderurgia, pesca), aunque se vieron suavizados por las ayudas comunitarias. La economía en su conjunto ha experimentado una evolución positiva, con un crecimiento superior a la media comunitaria.
España, que partía de un nivel de renta per cápita bajo, se ha situado en los últimos años a un nivel similar al de Italia o Francia. Ha sido uno de los mayores receptores de fondos comunitarios, lo que ha permitido un desarrollo espectacular de sus infraestructuras y la mejora de la formación de su mano de obra.
Las previsiones apuntaban a que España se convertiría en contribuyente neto a la UE en 2010, al superar su nivel de renta la media europea. Sin embargo, la crisis económica de 2007 ha afectado a la economía de la UE y ha desfavorecido estas previsiones. El nivel de renta de España ha vuelto a situarse por debajo del de Italia, y se estima que se irá alejando de la media de la UE.
La adhesión a la UE ha supuesto un reto y una oportunidad para las empresas españolas, que han tenido que competir en un mercado más amplio, lo que les ha permitido crecer e internacionalizarse. La economía española se ha abierto al exterior, incrementando los intercambios comerciales con la UE y el resto del mundo. España ha recibido una importante inversión exterior y se ha convertido en un inversor destacado en el extranjero, especialmente en Latinoamérica.
La entrada en el euro ha sido un hito decisivo, proporcionando una moneda fuerte y estable. El euro facilita los desplazamientos y el comercio exterior. Sin embargo, la política monetaria está ahora en manos del Banco Central Europeo, cuyas decisiones, pensadas para el conjunto de la zona euro, pueden no ser las más adecuadas para la situación particular de España.
2.4. Impacto Ambiental
La normativa comunitaria ha obligado a España a mejorar los mecanismos de control y reducción de los impactos ambientales, favoreciendo la preservación de la naturaleza y la biodiversidad.