1. Factores que Influyen en el Clima
1.1. La Latitud
Debido a la forma esférica de la Tierra, los rayos solares deben recorrer un trayecto más corto para llegar al ecuador que para alcanzar los polos. Además, el ángulo que forman con la superficie terrestre es diferente: en los polos es muy agudo y calientan menos.
1.2. El Reparto Desigual de Tierras y Mares
Los continentes se calientan y se enfrían más rápidamente que los océanos. Por eso, a la misma latitud, los contrastes térmicos son mayores en el interior que en la costa.
1.3. La Altitud
La temperatura disminuye unos 0.6 ºC por cada cien metros de altura. Además, en las montañas hay diferencias de temperatura entre las laderas expuestas al sol (solanas) y las no expuestas (umbrías).
2. La Adecuación entre Población y Recursos: El Desarrollo Sostenible
Las previsiones catastrofistas que algunos expertos realizaron sobre el futuro, afortunadamente, no se han cumplido. Aunque hay más habitantes y se ha incrementado la demanda de alimentos, también se ha producido un mayor aumento de la oferta e, incluso, los precios de muchos alimentos básicos han experimentado una bajada espectacular.
Cuando Malthus expuso su teoría, en el siglo XVIII, la población del mundo era inferior a 1000 millones de habitantes. Hoy hemos superado los 6000 millones y ello no significa que los habitantes de la Tierra vivan peor que entonces. Al contrario, según estimaciones de la ONU, la población está hoy mejor alimentada que hace tan solo 30 años: en esa fecha, el consumo de calorías era de 2360 por persona y día, mientras que hoy esa cifra se ha elevado a 2740.
En los próximos años se prevé que el ritmo de crecimiento de los alimentos siga siendo mayor que el de la población; por eso, las perspectivas sobre la relación entre el crecimiento de la población y los recursos pueden analizarse con moderado optimismo.
No es posible generalizar: la situación demográfica y la distribución de los recursos es muy desigual y, por tanto, no valen las mismas conclusiones para todas las regiones del planeta. Tampoco puede olvidarse que algunas políticas de control de la natalidad han contribuido a la mejora de la situación. Pese a todo, en nuestros días, parece haber lugar para la esperanza.
3. La Población en el País Vasco
La tendencia de la población vasca en los últimos años continúa la progresiva disminución de la población absoluta, aunque a un ritmo menor que en la década de los años ochenta. Solo Álava ha incrementado ligeramente su población a partir de 1980.
La estructura de la población por sexo muestra un ligero predominio femenino. La esperanza de vida de los hombres es de 75 años, mientras que la de las mujeres alcanza 83 años.
La composición por edades acusa un paulatino envejecimiento de la sociedad vasca, en la que las personas mayores de 65 años son proporcionalmente cada vez más numerosas. Esto se explica por las bajas tasas de natalidad y por el cambio de signo de las migraciones.
La distribución de la población por sectores económicos ha variado notablemente desde los años ochenta. Hasta entonces, la industria mantenía todavía un peso notable, pero a lo largo de esa década el sector terciario fue imponiéndose. En la actualidad, los servicios ocupan el 50.58% de la población activa, porcentaje algo inferior a la media española. El sector primario, en franco retroceso, solo tiene cierto peso en Álava, con un 4.08%. El desempleo afecta al 15,53% de la población activa, con mayor incidencia en Bizkaia, el territorio más castigado por la crisis industrial.
4. Los Paisajes Agrarios Mecanizados: La Agricultura Europea
El continente europeo experimentó a partir del siglo XVIII una auténtica revolución agrícola, que transformó profundamente sus países agrarios. Esta revolución acabó, poco a poco, con las tierras insuficientemente explotadas; extendió cultivos llegados de América a partir del siglo XVI, como la patata, el maíz y los forrajes ganaderos, y logró una elevada tecnificación de la agricultura.
En la actualidad, la agricultura y la ganadería europeas se encuentran entre las más rentables y evolucionadas del mundo, con una producción muy variada (trigo, remolacha, maíz, frutales, hortalizas, leche, carne, etc.) y destinada al mercado.
Las distintas condiciones climáticas han provocado una intensa especialización regional:
- En el noroeste de Europa (Holanda, Dinamarca, Gran Bretaña) predominan las pequeñas y medianas explotaciones dedicadas sobre todo a la ganadería intensiva y estabulada.
- En Europa central predomina la producción de cereales, patatas y plantas forrajeras, aunque también es importante la ganadería.
- Por último, en la Europa mediterránea se alternan la tradicional agricultura de secano, con la agricultura intensiva de huerta y los modernos cultivos bajo plástico o de invernadero.