Análisis de la Evolución del Consumo Energético en España

Evolución del Consumo de Energía Eléctrica

El gráfico lineal muestra la evolución del consumo de energía eléctrica en España entre 1964 y 2007 en millones de Kw. La electricidad es una forma de energía que se produce a partir de la transformación de fuentes de energía primarias.

Entre las dos fechas señaladas, el consumo eléctrico español ha experimentado un crecimiento espectacular, en relación con el desarrollo de la actividad económica y del nivel de vida, que incrementó la demanda, y con la mejora de las formas de producir electricidad.

Antes de 1964 el consumo energético era bajo. Hasta ese momento el abastecimiento procedía de centrales hidroeléctricas que abastecían el alumbrado urbano, la industria y el consumo de los hogares.

Entre 1964 y 1982 se incrementó el consumo por parte de la industria. El crecimiento del consumo impulsó la producción, que alcanzó una fuerte expansión gracias a la construcción de grandes centrales hidráulicas, térmicas y nucleares. Durante este periodo, la hidroelectricidad perdió su primacía hacia 1970, en favor de la producción térmica. Esta se basó, hasta la crisis energética de la década de los 70, en el petróleo importado, mientras que a partir de entonces se recuperó el uso del carbón en las centrales térmicas y se procedió a la construcción de centrales nucleares.

Desde 1985 continúa el incremento de la demanda, debido al crecimiento del nivel económico y del nivel de vida.

Análisis del Consumo y Producción de Gas Natural

La tabla muestra el consumo y la producción del gas natural en España entre 1973 y 2007 en ktep. Se aprecia un enorme contraste entre las insignificantes cifras de producción y los elevados niveles de consumo.

La producción de gas fue insignificante hasta 1984. La crisis energética de 1975 impulsó la prospección para localizar yacimientos. Esta dio resultados positivos en los campos de “Serravlo” y “Gaviota” que supusieron un considerable crecimiento de la producción. Sin embargo, el declive de estos yacimientos en los últimos años ha dado lugar a un fuerte descenso.

El consumo de gas, ha alcanzado una fuerte expansión gracias a las ventajas que ofrece: alto poder calorífico, precio más bajo y menos contaminación, por lo que se han ampliado las infraestructuras para favorecer su consumo. Se centra en el uso calorífico en la industria y los hogares, en la obtención de derivados en la industria petroquímica y en la producción de electricidad en centrales térmicas.

El contraste entre la escasa producción y el elevado consumo obliga a recurrir a importaciones, que suponen una fuerte dependencia externa. Frente a estos problemas se han adoptado diversas medidas: garantizar el abastecimiento, incrementar el autoabastecimiento energético, y abaratar el precio liberalizando el mercado del gas para incrementar la competencia entre los proveedores y aumentando la eficiencia energética.

Análisis del Mapa de Distribución Industrial en España

El mapa muestra las áreas industriales en España mediante colores y mediante figuras de tamaño proporcional al volumen de empleo industrial. La distribución espacial de la industria muestra grandes desequilibrios territoriales, se concentra en la periferia cantábrica y mediterránea peninsular, en Madrid, y en el eje del valle del Ebro, mientras que en el interior peninsular y los archipiélagos balear y canario presentan una escasa implantación industrial.

Origen del Desequilibrio Industrial

El origen de este desequilibrio se remonta a los inicios de la industrialización y se ha ido consolidando a lo largo del tiempo como resultado de las economías de aglomeración y una política industrial incapaz de corregir la polarización industrial.

La temprana industrialización de la cornisa Cantábrica, el litoral mediterráneo y Madrid se debió a sus favorables condiciones para la implantación industrial. En Asturias, el País Vasco, Cataluña y Valencia los factores de la localización fueron la existencia de materias primas y fuentes de energía, En el caso de Madrid fue su papel como centro financiero y administrativo.

La instalación en estos focos, canalizó hacia ellos a la población y desarrolló los equipamientos e infraestructuras. Así tuvo lugar un proceso de diversificación industrial en el primer tercio del siglo XX, acentuado durante la etapa autárquica como resultado de la actuación del INI, que centró su atención en las industrias básicas o relacionadas con la defensa nacional.

Durante los años sesenta, el desarrollo del sector secundario afianzó estas regiones industriales e incrementó la concentración industrial en ellas. El País Vasco y Asturias se consolidaron como centros especializados en sectores básicos, con predominio de la gran fábrica; el Mediterráneo como un área industrial más diversificada, y Madrid con elevada diversificación. Por otra parte, la saturación y encarecimiento del suelo en el interior de estas regiones y la competencia de usos terciarios más rentables, favoreció la difusión de ciertas actividades industriales hacia las periferias metropolitanas.

Impacto de la Crisis de 1975

La crisis industrial de 1975 afectó a todas las áreas industriales, pero incidió más duramente en las de la cornisa cantábrica, especializadas en sectores industriales maduros, y menos en las que contaban con una actividad más diversificada, como el litoral mediterráneo.

Tendencias Post-Crisis

Tras la crisis, coexisten tendencias contrapuestas. Por una parte, se acentúa la difusión de parte de la industria hacia nuevos espacios. Por otra parte, se mantiene la concentración de las actividades más dinámicas en las principales áreas industriales.

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