Análisis de la economía española: Pesca, industria, transporte y turismo

LA ACTIVIDAD PESQUERA EN ESPAÑA

España ha sido y es una de las grandes potencias pesqueras mundiales debido al volumen de capturas y el valor de la pesca desembarcada. En su dimensión económica, la pesca aporta el 0,5% del PIB. Si comparamos con los de hace un cuarto de siglo, se aprecia un declive de la actividad, consecuencia del agotamiento de los caladeros nacionales, de la nueva situación internacional del mar, del ingreso de España en la UE, etc., todo ello configura un marco bien diferente a los años atrás. .España tiene un amplio perímetro costero cuyo litoral se reparte entre mares diferentes:

El Océano Atlántico

Tiene unas aguas de salinidad moderada, unas temperaturas entre los 15 grados en agosto y entre los 13 grados en enero, existen corrientes marinas que facilitan la distribución del plancton y una oscilación del nivel de las aguas de hasta cuatro metros por efecto de las mareas. Existe una franja costera sumergida y emergida que facilita el marisqueo sobre la arena de la playa.

El Mediterráneo

Es un mar de aguas calientes, no tiene mareas que faciliten el vaivén de las aguas sobre la playa y la salinidad es elevada. La comunicación con el Atlántico es escasa, por lo que el Mediterráneo es especial y frágil a efectos ecológicos. Las diferencias marinas y litorales justifican la diversidad de la fauna tanto en especies como en calidad.

En los últimos años nuestros mares han perdido importancia pesquera debido a la sobreexplotación; los puertos se han convertido en muelles de descarga de especies capturadas en aguas lejanas, al tiempo que los litorales aspiran a recibir los beneficios de la transformación industrial de la pesca y de la distribución comercial.

SIGNIFICADO DE LA PESCA EN ESPAÑA

La pesca en época prehistórica alcanzó una dimensión comercial, cuando numerosas factorías preparaban conservas y salsas de pescado para su exportación a Roma. En la Edad Media en el Cantábrico, los vascos capturaban ballenas y los barcos de otros lugares accedieron, descubriéndose poco después las posibilidades que ofrecía el bacalao para su consumo fresco o curado. También continuó practicándose la pesca de atunes en la desembocadura del Guadalquivir.

A partir del siglo XIX la pesca adquirió una nueva dimensión debido a la Revolución Industrial y a la aplicación del vapor a la navegación, lo cual favoreció el comercio y las industrias de transformación pesquera. En el siglo XX la pesca del bacalao incrementó notablemente las capturas en un momento en que el ferrocarril, ya completamente extendido por la geografía española, facilitaba el transporte del pescado y acercaba su consumo al interior. La industria textil y la metalúrgica fabricaron materiales de pesca, permitiendo a los barcos el alejamiento de la costa y una pesca cada vez más eficaz.

Tras el paréntesis de la Primera Guerra Mundial, se emplearon nuevos utensilios, importados de Gran Bretaña y Francia. La Guerra Civil paralizó la actividad pesquera en nuestro país, esto supuso el aumento piscícola y la incorporación del petróleo y nuevas tecnologías permitió el aumento de capturas de manera incalculable. Se produjo el I Plan de Desarrollo Económico que era una ley que aspiraba a modernizar la flota pesquera y a reestructurar la actividad. En los años 1970, España alcanza su récord de capturas de pescado.

El nuevo Derecho del Mar y la Política Pesquera Común

Estados Unidos impone un nuevo Derecho del Mar, que venía a suponer que el mar se valoraría no sólo en términos de espacio de pesca sino de explotación de recursos. Los americanos consiguen que las aguas resultantes de la ampliación se consideren como Zonas Económicas Exclusivas (ZEE). Para España las consecuencias fueron inmediatas y muy perjudiciales, al quedar cortado el acceso a los caladeros tradicionales, situados en aguas que, hasta entonces, habían gozado de la condición de internacionales y de libre aprovechamiento pesquero.

España y la Política Pesquera Común

España pertenece actualmente a la Europa comunitaria, por lo que participa de La Política Pesquera Común que contiene cuatro puntos básicos:

  1. Política de conservación de recursos: con este fin se establecen las Tarifas Anuales de Capturas.
  2. Política estructural: trata de ajustar la flota a las disponibilidades de pesca.
  3. Organización Común de Mercados (OCM): está encaminada a establecer y garantizar rentas equitativas a los pescadores, y precios razonables a los consumidores.
  4. Política de acceso a los caladeros exteriores: se realiza mediante acuerdos de diversa naturaleza con terceros países para que los buques de los países comunitarios puedan pescar en sus respectivos caladeros.

Desde su incorporación, España promovió numerosas iniciativas y alcanzó importantes logros. El logro más importante fue el acortamiento del período transitorio, que facilitaba la plena integración en la Europa Azul, el acceso a caladeros europeos antes prohibidos.

La pesca de hoy
  1. La flota ha experimentado una enorme transformación y hoy se halla en la vanguardia de las tecnologías en lo que se refiere a sistemas de navegación.
  2. Los lugares de pesca han variado, pues hoy se pesca en aguas de aprovechamiento económico pertenecientes a otros países y a distancias considerables de los puertos de partida.
  3. El volumen de pesca desembarcada ha decrecido, a consecuencia de las limitaciones impuestas a la flota, la reducción de la misma y las cláusulas contenidas en los convenios internacionales.
  4. El desarrollo de la investigación en el sector ha permitido la explotación de nuevas especies y pesquerías. Uno de los aspectos a destacar es el desarrollo de la acuicultura, que produce una cantidad importante de peces y moluscos.
Necesidades del sector pesquero actual
  • Es necesario proteger nuestros escasos recursos, evitar el consumo de maduros.
  • Fomentar el progreso tecnológico para capturar nuevas especies de valor comercial y tratar de mantener el empleo industrial y la cooperación con terceros países.

REGIONES PESQUERAS DE ESPAÑA Y PRINCIPALES CALADEROS

Las regiones pesqueras españolas han variado su significado tradicional. Del mismo modo, ha variado el significado económico y las repercusiones sociales de la actividad pesquera.

  1. Galicia conserva su primacía pesquera en España, pues aporta un tercio de las capturas y casi la mitad del empleo pesquero. Participa en la pesca de sardina, merluza, bacalao, atún, pez espada.
  2. En Andalucía, la pesca de bajura tiene más importancia social que económica. La flota tiene un fuerte componente artesanal y un marcado carácter de actividad a tiempo parcial. Se pesca en el litoral, en aguas de Marruecos, de Portugal y Atlántico. En conjunto, ha experimentado una trayectoria descendente. La provincia con mayor importancia pesquera es Huelva, seguida de Algeciras.
  3. El litoral mediterráneo, en el que la pesca de especies como la bacaladilla o el salmonete ha sido muy considerable, la pesca es muy tradicional, es un mar preocupante por el estado de conservación de sus recursos.
  4. La pesca canaria. Su significación pesquera radicó en la explotación del banco sahariano, muy favorecido por la corriente de Canarias. El cambio de coyuntura en el mar le privó de los recursos.

En cuanto a los caladeros españoles, presenta una aglomeración de problemas y para solucionarlo se han establecido normas que regulen las artes de pesca, los tipos de redes, las tallas mínimas de las especies y las normas de repoblación de las mismas. La ampliación de las zonas exclusivas se hacen efectivas en los países de la U.E. lo que supone la reducción de la actividad pesquera española en una serie de áreas en las que pescaba tradicionalmente, desapareciendo las ¾ partes de la flota de arrastre que faenaban allí. El nuevo régimen jurídico de aguas provocó el tener que negociar acuerdos y convenios con distintos países costeros para solucionar los problemas de la flota española.

IMPORTANCIA CRECIENTE DE LA ACUICULTURA EN ESPAÑA

La alternativa para solucionar el déficit de productos pesqueros y superar la crisis del sector hace que se desarrolle la acuicultura de forma más tecnificada. El estado actual de la acuicultura es muy esperanzador, estando más desarrollada la acuicultura de aguas marinas, que las de aguas dulces. La acuicultura marina está orientada a la producción de moluscos (el mejillón). Otras especies significativas son la ostra y la almeja. Destacan las producciones de rodaballo, lubina, dorada, salmón y trucha. El rodaballo ha tenido gran auge en los últimos años aprovechando las adecuadas temperaturas de las costas gallegas. La mayoría de la producción de rodaballo se produce en piscifactorías. Parece claro que el desarrollo de la acuicultura aportará en el futuro una alternativa importante al dilema entre el crecimiento de la demanda de productos pesqueros y el agotamiento de los recursos, que habitualmente se extraían de los caladeros interiores y exteriores.

LOS ESPACIOS INDUSTRIALES EN ESPAÑA

PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA

La industrialización española fue un proceso discontinuo, marchó con retraso y estuvo muy polarizada en torno a los núcleos iniciales.

Los antecedentes de la industrialización

Los ilustrados y reformistas alzaron su voz a favor del desarrollo y de la industrialización del país. España reunía unas condiciones favorables para la implantación de la actividad industrial moderna, pues contaba con una producción artesanal diversa y rica, con recursos minerales suficientes. Los factores negativos para la instauración de los nuevos sistemas industriales eran la insuficiencia del carbón, la escasez de recursos tecnológicos y una excesiva mentalidad rural.

Los inicios del despegue industrial

En España se evidenció un notable retraso con relación a los países europeos y una gran dependencia tecnológica y financiera de los mismos. Junto a la industria siderúrgica y textil, quizá el logro más importante fuese el tendido de una amplia red ferroviaria. La red de ferrocarriles estuvo al servicio de la explotación minera de nuestro subsuelo. La Ley de Bases de la Minería permitía las concesiones mineras a perpetuidad y fue calificada por analogía como la desamortización del subsuelo. Las facilidades comentadas permitieron una explotación intensísima de nuestras minas en beneficio de la industria europea. España, que era el paraíso de los minerales metálicos, se convirtió en país exportador de materias primas minerales. España era el primer país productor de hierro. Los barcos que lo transportaban volvían vacíos. La industrialización española avanzó bajo el signo del proteccionismo y a un ritmo lento y plagado de discontinuidades. A ello contribuyó el acusado fondo rural del país, el impacto de la desamortización civil, la ausencia de una burguesía emprendedora, la debilidad del mercado interior… La producción industrial española estuvo muy orientada hacia los bienes de consumo y sustentada, en gran medida, en las industrias siderúrgica, metalúrgica y textil.

El crecimiento industrial hasta la Guerra Civil

La industria española se afianzó notablemente gracias a la protección arancelaria en el primer tercio del siglo XX y se consolidaron sectores industriales como el metalúrgico, el textil o el químico. El proceso de industrialización conoció los efectos positivos de la repatriación de capitales tras la pérdida de las colonias, la Primera Guerra Mundial permitió el incremento de las exportaciones agrarias e industriales a los países contendientes, lo que repercutió en una capitalización muy provechosa para nuestra industria; la productividad industrial mejoró y se dio un considerable impulso a la construcción de obras públicas, particularmente de carreteras, que resultó fundamental para la conexión de los mercados interiores. El mapa industrial se consolidó sobre el germen de los focos anteriores, de modo que empezaron a manifestarse los desequilibrios territoriales que alcanzarían su plenitud en las décadas posteriores.

La reconstrucción industrial de la posguerra

Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), con una fuerte participación de capital estatal en los sectores básicos de la industria, la situación fue cambiando y se logró una cierta recuperación en los niveles de renta, mejoró la situación de la posguerra y la economía española encontró cierto alivio a partir de las negociaciones con Estados Unidos y del ingreso en la ONU. Se puso fin al aislamiento y España se integró gradualmente en la economía internacional. La nueva estructura industrial se caracterizó por la dualidad, es decir, por la existencia de un sector dominado por la gran empresa de capital público y orientado a bienes de equipo, y otro sector integrado por la pequeña y mediana empresa de capital privado, dedicado a las industrias de transformación y de bienes de consumo. Desde un punto de vista espacial, la política industrial favoreció la consolidación de algunas regiones industriales. Pero el modelo industrial acusaba graves deficiencias y se mostraba incapaz de resolver las carencias, de ahí que se abordase el desarrollo industrial y económico siguiendo las directrices del denominado Plan de Estabilización.

El impulso industrializador de los años 60

Este periodo supuso un crecimiento económico sin precedentes, al que contribuyeron una serie de factores favorables. Al mismo tiempo, España recibía las divisas que aportaban turistas y emigrantes, con las que hizo frente a la compra de petróleo, a la importación de bienes industriales y a la nivelación de la balanza de pagos. El estado puso en funcionamiento los planes de desarrollo y una política regional basada en los polos de desarrollo y promoción. A pesar de que los planes de desarrollo no dieron los resultados previstos, se consiguieron objetivos muy importantes, uno de ellos fue que el PIB alcanzó un índice de crecimiento anual. La industria española mejoró notablemente y alcanzó un alto grado de diversificación. El desarrollo industrial se localizó en las regiones que tenían mayor tradición industrial y en sus áreas adyacentes, lo cual agravó los desequilibrios regionales. Se generó una dicotomía entre los tres espacios más industrializados que concentraron casi las tres cuartas partes de las inversiones multinacionales y del empleo recién creado. Este modelo hizo que aumentaran las diferencias entre regiones ricas y pobres, lo que incidió en los procesos demográficos de emigración y de éxodo rural que vivió la población española y que vinieron a incrementar aún más los propios desequilibrios. Al final del período, la industria española experimentó una profunda crisis. El encarecimiento de la energía, causado por la gran subida de los precios del petróleo, incrementó los costes de producción.

Crisis y reestructuración de la industria española

La crisis industrial presentó cierto retraso. Las causas de dicha crisis pueden catalogarse de externas e internas. Respecto a las causas externas, la principal fue el encarecimiento de los precios del petróleo. Entre las causas internas cabe destacar la fragilidad resultante de la dependencia energética y tecnológica, y de las dimensiones inadecuadas de las plantas industriales. A todo ello hay que añadir el delicado momento en que se hizo patente la crisis: el ocaso del franquismo y el complicado camino que comenzaba a recorrer la sociedad española hacia la transición democrática. La crisis se agravó ante el retraimiento de las inversiones industriales, a la espera de la evolución política, la caída de la productividad y la tardanza en adoptar soluciones. La reconversión industrial se llevó a cabo sobre los sectores maduros de la industria: siderurgia, construcción naval, industria textil, etc. Con ella se pretendía racionalizar la producción industrial adaptando la oferta a la demanda. En buena medida, la reconversión afectó a las grandes empresas creadas en la etapa desarrollista, cuyo tamaño no era el apropiado para nuestras necesidades y posibilidades de exportación. Se desarrollaron programas de reindustrialización, para lo que se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR). Los nuevos planes pretendían recomponer el tejido industrial sobre las bases de la modernización tecnológica y de la implantación de nuevas actividades de futuro, esto no dio los frutos esperados ya que concentraron la inversión y agravaron los desequilibrios.

CARACTERÍSTICAS GENERALES Y DISTRIBUCIÓN TERRITORIAL DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA

Tras el ingreso de España en la Unión Europea, la política industrial española sigue las directrices que emanan de la Unión. Sus objetivos generales están encaminados a resolver los problemas estructurales y a atenuar o corregir los desequilibrios regionales. La política comunitaria incorpora un conjunto de medidas y de actuaciones que se recogen en el V Programa Marco de la Unión Europea y entre cuyas líneas de actuación destacan el fomento de la investigación, promoviendo los programas de I+D, las inversiones en formación de mano de obra y métodos de gestión. Asimismo, se pretende el fomento de la cooperación internacional para el desarrollo de proyectos e iniciativas transnacionales. En España, la política industrial tiene sus antecedentes en las actuaciones llevadas a cabo por el INI, en los Planes de Desarrollo. A partir de la integración europea se intensificaron las reconversiones para adaptarse a las exigencias comunitarias y comenzaron a percibirse en la industria algunos efectos de la convergencia, tales como el desarme arancelario y la llegada de subvenciones y ayudas para incentivar los sectores o espacios en crisis y las zonas desfavorecidas. La nueva situación ha precisado del desarrollo de programas de ayuda a las Pymes para mejorar la competitividad y ha dado paso a un amplio programa de privatizaciones de empresas estatales.

La industria española ha tenido una tendencia muy acusada a la concentración en unas áreas y en unos espacios determinados. Este fenómeno de la polarización industrial no ha sido exclusivo de España, sino que fue un modelo bastante generalizado por la influencia que ejercieron la disponibilidad de materias primas y fuentes de energía en la localización industrial en la época de 1965 a 1975, que incidieron en mayor grado sobre las grandes multinacionales del sector químico y automovilístico. El modelo anterior comenzó a variar en los años 1980 al surgir una serie de factores negativos frente a los cuales se ofrecía como solución la descongestión industrial y la búsqueda de nuevos emplazamientos. A ello contribuiría la mejora generalizada de los sistemas de transporte y comunicaciones, de la accesibilidad a los mercados, y el conjunto de medidas de atracción puestas en práctica de los gobiernos regionales. Todas estas circunstancias han propiciado la aparición de nuevos procesos territoriales entre los cuales el más notable es el de la difusión espacial, a partir de las zonas industriales congestionadas. Por ello, la industria española se articula hoy, en su dimensión espacial, en torno a los centros industriales. El nuevo mapa industrial de España es reflejo de la trayectoria seguida en las diferentes épocas y en los recientes procesos de ocupación del espacio. En él se advierten, entre otras cosas, las siguientes características:

  1. Consolidación de Madrid y Barcelona como centros neurálgicos de la industria española.
  2. Declive de los espacios tradicionales, los situados en la cornisa cantábrica, que se hallan en proceso de mutación y retroceso, a consecuencia de la crisis que afectó a los sectores maduros de su industria (metalurgia, petroquímica, naval), de gran implantación en este espacio geográfico y cuya caída ha tenido repercusiones muy negativas en las pequeñas y medianas empresas relacionadas con ellos.
  3. Espacios industriales en expansión, entre los que destacamos las áreas periurbanas y los ejes de desarrollo. En numerosas ciudades españolas se han consolidado áreas periurbanas de gran importancia industrial. Los ejes de desarrollo son el resultado de los procesos de difusión espacial de la industria a lo largo de corredores que comunican áreas industrializadas; los más dinámicos son el eje del Ebro y el eje del Mediterráneo. A parte de estos ejes, hay que destacar como espacios industriales en expansión numerosos núcleos urbanos de tamaño pequeño o medio que aprovechan los recursos endógenos para su desarrollo industrial.
  4. Los espacios de industrialización escasa se corresponden con las zonas interiores de la Península y algunas periféricas. Los espacios que fueron objeto de la industrialización inducida y que dieron lugar a importantes núcleos industriales son Zaragoza, Valladolid, Burgos y Huelva-Cádiz-Sevilla.

FACTORES DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL ESPAÑOLA

Los factores que condicionan la actividad industrial en nuestro país son las materias primas y las fuentes de energía.

  • Las materias primas

    La industria es el proceso de transformación de las materias primas en productos aptos para el consumo o para ser utilizados en nuevos procesos industriales. Las materias primas, recursos naturales usados en la transformación, son de naturaleza variada. Las materias primas se clasifican:

    1. De origen mineral. Se encuentran en la superficie terrestre. Se concentran en yacimientos y su extracción se realiza en canteras o minas. Encontramos cuatro grandes grupos:
      • Minerales energéticos: se tratan como fuente de energía.
      • Minerales metálicos: se destinan a industrias metalúrgicas, químicas y de transformación (ej.: hierro, cobre, oro, plata, zinc,…).
      • Minerales no metálicos: se usan en la construcción y la industria química.
      • Rocas industriales: se explotan en canteras (areniscas, mármol, granito, pizarra). Se destinan a la construcción y su extracción puede suponer gran impacto ambiental.
    2. De origen orgánico. Entre ellas encontramos:
      • Materias primas de origen animal o vegetal: lana, leche, lino, girasol,…
      • Materias primas de origen forestal: abastecen la demanda de gran cantidad de madera, de la que carece España.
  • Las fuentes de energía

    La energía es la fuerza que se transforma en trabajo mecánico. Las materias minerales que se convierten en energía son las fuentes de energía que se clasifican en: renovables, su uso no compromete su existencia, no renovables, su uso conlleva su desaparición. Según su potencialidad, las clasificamos en primarias, las que contienen energía que no puede usarse directamente, sino que es desprendida cuando se transforma (carbón, petróleo, gas, uranio,…) y secundarias que se manifiesta en forma de luz, calor, electricidad,… y procede de la transformación de la primaria.

    • El carbón. En España se localiza en el N. y S. de la cordillera Cantábrica (Asturias, León, Palencia); SO de la Meseta y Sistema Ibérico (Teruel).
    • El petróleo. Es la primera fuente de energía, muy utilizado en automóviles, calefacción, producción de electricidad. Cada vez se adquiere más en el sistema energético español. Su intensa búsqueda ha resultado infructuosa porque las condiciones geológicas de España no propician su formación. Hay algo en Burgos y Tarragona, pero muy poco.
    • El uranio. Es el mineral energético más abundante en España. Se encuentra en las penillanuras occidentales de la meseta, Badajoz, Salamanca,.. se utiliza para energía térmica pero necesita un enriquecimiento previo y España no dispone de tecnología adecuada para ello.
    • El gas natural. Es una energía limpia y barata. Nuestro país produce poco gas (Vizcaya, marismas de Huelva).
    • La energía hidráulica. Es una energía renovable pues su aportación depende de las precipitaciones anuales. Se obtiene por el agua embalsada en los pantanos.

    Entre las demás fuentes de energía destacamos la eólica que aprovecha la fuerza del viento. Los aerogeneradores se encuentran por gran parte de la geografía española. Se usa para electricidad o energía mecánica. La solar se aplica a la producción de calor o electricidad. La energía por biomasa es obtenida por la combustión de residuos agrarios, forestales o industriales. La geotérmica, energía calorífica que se desprende de las aguas termales subterráneas, se utiliza para calefacción. La energía mareomotriz, utiliza la fuerza de las mareas. Son todas fuentes de energía limpias, inagotables, aunque aún es reducida su producción y algunas están en experimentación.

PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES Y SU IMPLICACIÓN AMBIENTAL

Las actividades industriales se agrupan en torno a sectores que se identifican por el destino final de los bienes producidos. Según el primer criterio, distinguimos entre industrias de base, de bienes de equipo y de bienes de uso y consumo. Las industrias de base ocupan el primer eslabón en la cadena industrial, pues transforman las materias primas en productos semielaborados. Un buen ejemplo serían las industrias siderúrgica y petroquímica. Las industrias de bienes de equipo producen máquinas o herramientas, que son utilizadas por otras industrias en sus procesos fabriles. Las industrias de bienes de uso y consumo transforman materias con distinto grado de elaboración. Asimismo, los sectores industriales pueden establecerse considerando sus características generales, distinguimos entre los sectores industriales tradicionales, los sectores dinámicos y los sectores de vanguardia.

  1. Entre los sectores tradicionales de la industria española incluimos aquellos que tuvieron una importancia capital en todo el proceso de industrialización contemporánea y que se relaciona con los metales. La industria siderúrgica tuvo un gran impulso en las actuaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Industria, que construyó grandes acerías, explotadas por empresas públicas. Su sobredimensionamiento con relación a las necesidades españolas fue una de las causas que originaron su crisis. Muy relacionada con la industria siderúrgica está la de transformados metálicos, que fabrica una gama de productos que abarca desde la ferretería hasta la maquinaria; va asociada a la pequeña y mediana empresa y tiene una mayor dispersión espacial. Mucho más reciente en la cronología industrial es la fabricación de electrodomésticos, que utiliza una clara filiación con las industrias metalúrgicas. En principio, fue una industria muy atomizada en empresas de tamaño medio, aunque después sería reestructurada mediante procesos de concentración industrial. La construcción naval es otro de los sectores más importantes de nuestra industria tradicional. Es heredera de la vieja carpintería de ribera y el material utilizado en la construcción es el acero, que ha permitido el aumento de tonelaje. La crisis del petróleo afectó a la industria de construcción naval; por un lado, se evidenciaron las deficiencias estructurales de nuestros astilleros, por otro, el encarecimiento del crudo obligó a transportarlo en barcos de tonelaje medio. A partir de ello el sector concluyó una dura reconversión industrial, que generó desempleo y cuyos efectos sociales trataron de paliarse con incentivos. Los sectores de la industria textil, del cuero y del calzado son, igualmente, muy importantes en el tejido industrial español. La industria de la confección es una rama derivada de la industria textil que ha surgido a medida que la población demanda confecciones en lugar de tejidos. Está formada por un enjambre de pequeñas industrias que, al igual que la industria del calzado, se encuentra muy dispersa, aunque se extiende, sobre todo, por las regiones mediterráneas. El sector del automóvil fue uno de los impulsores del crecimiento económico. Prosperó bajo la protección estatal y al amparo de las inversiones realizadas por grandes marcas multinacionales y por el INI. El sector químico se articula en torno a la industria petroquímica y a la industria química de transformación. La primera constituye la química de base, que se lleva a cabo en grandes complejos industriales, por lo general asociados a las refinerías de petróleo (Huelva, Algeciras, Cartagena, etc.). Es tributaria de grandes capitales, por lo común extranjeros.

En lo que a la implicación ambiental se refiere, la industria tiene una serie de impactos que generan problemas medioambientales. España genera más de 13 millones de toneladas de residuos industriales, de ellos una cuarta parte son tóxicos y peligrosos. Todos son factores derivados del proceso de industrialización y producen cambios en el medio ambiente y degradación ambiental. Es la atmósfera la que más acusa la contaminación producida por la industria. Los efectos ambientales de la producción industrial son:

  • Aumento del efecto invernadero que contribuye al calentamiento global del clima.
  • Desarrollo del agujero de la capa de ozono.
  • Lluvia ácida.
  • Contaminación de aguas y suelos por vertidos industriales.
  • Contaminación por residuos radiactivos.
  • Degradación del paisaje.

El transporte en España y su papel en el territorio

España ha experimentado un proceso de terciarización, que se manifiesta en el significado que alcanza el sector servicios y el volumen de población activa que trabaja en él. La terciarización española se produce en el último cuarto del siglo XX:

  • Años sesenta, etapa de desarrollismo: desagrarización de la población que por medio del éxodo rural llega a la industria, la construcción y los servicios.
  • Década de los setenta, la crisis del petróleo afecta a la industria. El sector terciario sigue creciendo por la necesidad de nuevos servicios demandados por la sociedad y por acoger los excedentes laborales de otros sectores.

La expansión del sector se debe a:

  • La creciente urbanización española que genera nuevas necesidades.
  • La importancia de servicios públicos y administrativos necesarios para el funcionamiento de la sociedad.
  • La demanda de actividades de ocio por los ciudadanos.

LAS REDES DE TRANSPORTE COMO ELEMENTO BÁSICO DE LA ARTICULACIÓN TERRITORIAL Y ECONÓMICA EN ESPAÑA

Las infraestructuras para el transporte (carreteras, autopistas, vías férreas, puertos, aeropuertos, etc.) componen redes extendidas sobre el territorio e interconectadas entre sí, que ponen en comunicación distintos puntos y regiones. Tienen una gran influencia sobre el territorio, ya que son expresivas de las relaciones entre distintos ámbitos funcionales o económicos, y constituyen un factor básico para el desarrollo. Se considera que un sistema de transportes deficiente constituye una de las limitaciones para el desarrollo que puede presentar una región, por la falta de articulación interna y externa. El transporte debe pretender la conexión con redes nacionales y europeas, interconectar ciudades,… Los transportes deben permitir la conexión entre las redes viarias, ferroviarias y marítimas que faciliten los transportes de personas y mercancías.

SISTEMAS Y MEDIOS DE TRANSPORTES EN ESPAÑA

Los medios de transporte han evolucionado mucho. El siglo XIX conoce el desarrollo del ferrocarril, unido al progreso de la industria, y en el XX aparece el automóvil, se moderniza el transporte marítimo y se generaliza el transporte aéreo. Todo ello supone una revolución en las sociedades actuales, por la capacidad de carga, la velocidad del desplazamiento y en la aparición de nuevas formas de transporte que permite el flujo de capitales, ideas, información,… En lo que a los bienes transportados se refiere, destacamos la gran cantidad de mercancías que se mueven. El transporte de personas alcanza niveles sin precedentes. El sistema español de transportes presenta unas características que son, al mismo tiempo, rasgos de arcaísmo y de modernidad. Entre ellas, destacan las siguientes:

  1. La acusada influencia del medio natural.
  2. El trazado radial que tiene como centro Madrid es muy perceptible en las redes de carreteras y en la red ferroviaria.
  3. Los desequilibrios territoriales entre regiones, que se manifiestan, tanto por la densidad de redes viarias e infraestructuras como en la calidad de las propias instalaciones y vías de comunicación.
  4. Las deficiencias en la comunicación interregional.
  5. El marcado desequilibrio hacia el transporte por carretera.

La red de carreteras y las características del transporte

En la actualidad, los transportes por carretera son los de mayor importancia, al tiempo que la red de calzadas ejerce gran influencia en la articulación del territorio. Esta red de carreteras tiene su origen en la multitud de caminos formados a través de los siglos. Las calzadas romanas –y las redes trazadas por musulmanes y cristianos durante la Edad Media– son antecedentes destacados; sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando las carreteras españolas cobraron un gran impulso y se logró una red de ámbito nacional, pues en esta época se acometió la construcción de la red de estructura radial que unía el centro –Madrid– con los principales puertos del litoral. En el primer tercio del siglo XX, en 1926 se impulsó el Plan de Firmes Especiales. Hacia los años 1960, la red española de carreteras presentaba grandes carencias y resultaba insuficiente para las necesidades del momento, caracterizado por el auge de los vehículos a motor. Para adaptarse a la nueva realidad socioeconómica y entendiendo que las infraestructuras eran un factor imprescindible para el pretendido desarrollo, se acometió el Plan REDIA. Las actuaciones se centraron en los seis grandes ejes que forman el soporte del modelo radial. En el mismo año 1967 se aprobó el Plan de Autopistas. En cierto modo, sus objetivos fueron cubiertos a partir de los años 1980 con un proyecto de autovías a partir del desdoblamiento de calzada de las principales carreteras nacionales. Esta solución no resolvió todas las necesidades, de ahí la intención de completarlo con el Plan de Infraestructuras (1993-2007). El conjunto de carreteras es gestionado por el Estado, por las comunidades autónomas y por las diputaciones provinciales o cabildos. La red básica del Estado depende de la Administración central. En la red autonómica se integran las carreteras de ámbito regional, cuya gestión es de las Comunidades Autónomas. Por último, destacan las redes de ámbito local y comarcal, administradas por cabildos, diputaciones, etc. Las comunidades más desarrolladas tienen mejores infraestructuras, lo cual es un factor adicional de desarrollo. El transporte por carretera ha experimentado un crecimiento vertiginoso y paralelo al incremento del parque de vehículos y de la movilidad espacial de la sociedad española. Concentra el 90% del transporte de viajeros y más del 70% de mercancías.

Los ferrocarriles. Pasado y presente

. Los primeros trayectos que se abrieron al tráfico en la Península fueron el de Barcelona a Mataró, en 1848, y el de Madrid a Aranjuez, en 1851. En 1855 se promulgó una ley que regulaba las concesiones y permitía la importación de materia ferroviario, y que la industria siderúrgica española no podía producirlo. Pronto contó España con una excelente red ferroviaria que revolucionó el transporte y contribuyó a romper la incomunicación entre regiones y comarcas. Los carriles españoles eran menos anchos que el resto de Europa. En 1939, al término de la Guerra Civil española, la red ferroviaria estaba muy deteriorada, necesitaba cuantiosas inversiones y su explotación era deficitaria, por ello las compañías no tenían mucho interés en mantener las concesiones de las que eran titulares. En 1941 pasó al Estado, decisión que propició la creación de RENFE. El ferrocarril ha sido el principal medio de transporte e personas y mercancías hasta comienzos de los años 1960, fecha en la que fue relegado a segundo término ante el auge del transporte por carretera. La red de ferrocarriles españoles, al igual que la de carreteras, tiene una disposición radial.  Desde 1992 el trazado ferroviario se completa con los trenes de alta velocidad (AVE) de Madrid a Sevilla que se irán extendiendo posteriormente a Málaga, Barcelona, etc… El transporte marítimo. Por su situación, España ofrece condiciones favorables para el tráfico marítimo. El transporte de pasajeros fue importante en el siglo XIX y primeros del XX, después decayó. Sin embargo, ha aumentado el transporte de mercancías por barco tanto de productos voluminosos no pesados y al traslado de petróleo hasta las refinerías situadas en los litorales. Este transporte ha evolucionado hacia buques de gran tonelaje. El

transporte fluvial se reduce a Sevilla único puerto interior de significado histórico. El transporte aéreo.Comienza en 1919 en España y pronto se ponen en funcionamiento líneas comerciales entre Sevilla y Larache, y entre Madrid y Barcelona, Mallorca, Valencia y Sevilla. Más tarde se abren las internacionales y en 1926 se cruza el Atlántico. Con el tiempo se generalizan los aviones a reacción y empieza una nueva era marcada por el aumento de la capacidad de carga de los aparatos, de mayor autonomía de vuelo y velocidad de crucero…… todo repercute en los desplazamientos a larga distancia y beneficia a España que se configuraba como destino turístico. España cuenta con una red de aeropuertos extensa, aunque está muy jerarquizada en Madrid-Barajas que, junto a Barcelona, tiene un tráfico muy estabilizado en cuanto a cifras de pasajeros. LOS NUEVOS SISTEMAS DE TRANSPORTE Y COMUNICACIONES EN ESPAÑA.Son especiales en función del medio que utilizan o el bien que transportan: transporte por tubería, transporte postal y telecomunicaciones.Entre los transportes por tubería de importancia están los oleoductos que trasladan productos petrolíferos de las refinerías a centros de distribución y consumo, o los gasoductos que forman redes urbanas hasta los centros de distribución y consumo y otros que atraviesan el país. Los sistemas postales utilizan el ferrocarril o avión para transportar una materia especial, los productos materiales de poco peso o volumen y los transportes de correspondencia. Las telecomunicaciones forman un sistema de transporte novedoso. Se incluye el telégrafo, teléfono, televisión, teletexto, correo electrónico por ordenador. Podemos hablar también del transporte de capitales que se realiza mediante movimientos derivados de las órdenes de compra, venta o transferencia cursadas por los medios de telecomunicación. La importancia que tienen las telecomunicaciones actualmente es sólo un avance de la que aguarda en el futuro. TRANSPORTE Y MEDIO AMBIENTE: IMPACTOS EN EL TERRITORIO Y LA SOCIEDAD. Los principales problemas que plantean los modos de transporte en relación al medio ambiente son los siguientes: La ocupación del suelo es consecuencia del desarrollo reciente de las infraestructuras de transporte, la fragmentación de ecosistemas es también patente, especialmente en el caso de las autovías y las líneas de alta velocidad. Además, estas infraestructuras degradan el medio ambiente y son responsables de la mortalidad de fauna. El impacto del transporte sobre el territorio es visual, acústico,… La contaminación atmosférica procede de los elementos contaminantes emitidos a la atmósfera por las actividades de transporte,El Ministerio de Fomento realiza mapas estratégicos de ruido. Otros problemas medioambientales derivados del transporte son el consumo de energía, el uso de productos derivados del petróleo, una fuente de energía no renovable; y la generación de residuos, aceites, lubricantes, líquidos de frenos, plásticos, chatarra, etc. La política medioambiental española intenta resolver el problema de la contaminación atmosférica. La calidad del aire ha intentado mejorarse con vehículos más limpios, prohibiendo la gasolina con plomo,…aún así sigue persistiendo el problema que intenta mejorarse con la Ley de calidad del aire y protección de la atmósfera del 2007 que hace obligatoria la información al público del nivel de calidad del aire.


El turismo en España

España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto por el número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad. La consolidación de España como destino turístico data de los años 1960. Los visitantes quedan impresionados por la diversidad que ofrece la naturaleza de España, por el exotismo de unos paisajes que le recuerdan a África, por la pervivencia de las herencias árabe y oriental, por las ciudades y los monumentos, por los tipos y las costumbres populares,por el bandolerismo, por las corridas de toros, etc. A la gestación definitiva de España como potencia turística han contribuido causas externas e internas. Entre las causas externas habría que citar la evolución de la sociedad europea tras la Segunda Guerra Mundial. Concluida la reconstrucción posbélica, Europa alcanzó en estado de bonanza económica y de bienestar social sustentado en un alto nivel de vida, amplia cobertura social, reducción de la jornada laboral, vacaciones remuneradas, etc. Pronto crecieron las demandas de ocio. Como factores propios o internos de España hemos de destacar su situación geográfica, su conocimiento y valoración por parte de las sociedades extranjeras y las excelentes condiciones de su oferta turística: amplio litoral, climatología favorable, gran variedad paisajística, rico patrimonio cultural, etc., y todo ello a buenos precios. Evolución del turismo en España. Los inicios del turismo moderno se sitúan en los años 50 del siglo XX. Puede señalarse 1959 como año de despegue, coincidiendo con un significativo momento en la planificación económica de España, que entendió el turismo como un importante factor de desarrollo. En 1960 el número de visitantes superó los 6 millones, abriéndose en este momento una etapa de crecimiento continuo que duró hasta 1973. En este período se pusieron las bases del modelo turístico español de masas, el cual requirió la construcción de apartamentos y hoteles, y que dio lugar a la precipitada urbanización de los litorales. El ritmo expansivo quedó interrumpido en 1973, año de una recesión, motivada por el incremento de los precios del petróleo, la crisis económica, el ocaso del franquismo y los balbuceos de la transición democrática. A partir de 1976 se inició una nueva fase de crecimiento sostenido, que duró hasta 1989. Tras una nueva recesión a comienzos de los años 1990, se ha abierto una nueva fase en la que se han superado los 70 millones de visitantes. Si comparamos el gráfico sobre la evolución de los turistas y de los ingresos aportados desde 1960, distinguimos tres períodos: a) Hasta comienzos de los años 70, aumenta más rápidamente el número de turistas que de ingresos, lo que quiere decir que se trataba de un turismo con bajo poder adquisitivo. b) Desde los inicios de los 70 hasta mediados de los 80, turistas e ingresos crecen paralelamente prueba del buen adquisitivo. c) Desde 1985, los ingresos crecen a un ritmo muy superior al de visitantes, lo que evidencia el encarecimiento del turismo español desde nuestro ingreso en la Unión Europea. LAS PRINCIPALES ÁREAS TURÍSTICAS EN ESPAÑA Y SU TIPOLOGÍA. El turismo en España presenta estas áreas turísticas: La Administración española distingue entre zonas turísticas y puntos turísticos.Las zonas turísticas. Presentan una densidad turística más o menos homogénea. En ellos, la concentración de la oferta turística es tan amplia que sobrepasa los límites de un núcleo de población o de un término municipal, caso de la costa de Alicante, la Costa Brava, la Costa Cálida, la Costa del Sol, la Costa Valenciana, Palma-Calvià, y el sur de las islas de Gran Canaria y de Tenerife.Los puntos turísticos son focos aislados, y están ligados a atractivos turísticos concretos. Unos se sitúan en la costa, como Barcelona, Puerto de la Cruz, Santander, Lloret de Mar o Marbella; y otros se localizan en el interior peninsular o insular y suelen corresponderse con ciudades históricas (Madrid, Sevilla, Zaragoza,) estaciones invernales (Sierra Nevada, Jaca, etc.) o áreas de montaña ligadas al turismo verde (Potes, en los Picos de Europa). Las áreas turísticas pueden ser, además:áreas especialmente turísticas, si mantienen un turismo estable a lo largo de todo el año, caso de Baleares, Canarias y Andalucía; oáreas turísticas de temporada, cuando la estacionalidad del turismo es acusada y supera a la media del territorio nacional, caso de la Costa Brava (Gerona), la Costa Dorada (Barcelona y Tarragona). En cuanto a las zonas turísticas encontramos: Las zonas turísticas de alta densidad: litoral mediterráneo(peninsular y balear) y Canarias. Modelo turístico de sol y playa. (costa del sol o costa brava).El litoral mediterráneo: las condiciones atmosféricas del Mediterráneo y sus playas son las causas que explican que en él se localicen algunas de las principales zonas turísticas españolas. Canarias. Su clima siempre cálido, le ha permitido un aumento espectacular del turismo en las últimas décadas. Los flujos turísticos se concentran en Gran Canaria y Tenerife.Madrid. Su turismo se basa su oferta turística en el turismo monumental, cultural y de negocios.La cornisa cantábrica. En la actualidad, aglutina únicamente una pequeña parte de los alojamientos turísticos, concentrados especialmente en Santander, Gijón y otros municipios más pequeños como Laredo y Castro Urdiales.La costa atlántica gallega. Las Rías Altas y Bajas tienen un turismo litoral basado en sus pintorescas costas y en la existencia de ciudades importantes,como A Coruña, Vigo y, ya en el interior, Santiago de Compostela..En el resto de las regiones españolas la actividad turística es poco o nada importante. La distribución espacial del turismo se explica por factores económicos y territoriales.Entre ellos, destacan los siguientes:La accesibilidad y las vías de comunicación. El factor favorece el desarrollo de unas zonas, como Cataluña, mientras otras que están mal comunicadas  pueden presentar un escaso crecimiento.La cercanía a una gran ciudad. Es el caso de Barcelona, Alicante o Málaga, que han actuado en sus respectivas áreas como motor para la multiplicación de las segundas residencias o han impulsado el crecimiento de núcleos cercanos, como Lloret de Mar, Benidorm, Torremolinos o Benalmádena.La acción de los promotores inmobiliarios. Explica el crecimiento de núcleos turísticos concretos, generalmente de la costa mediterránea, como Benidorm, Salou o Torremolinos.La imagen social de las ciudades. Muchas ciudades de rica tradición histórica o patrimonio cultural o natural se convierten en paso obligado de cualquier programa turístico. Es el caso de Granada, Córdoba y Sevilla. Turoperadores que han promocionado determinadas zonas (Ibiza, Islas Baleares, Canarias). El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales caracteres la procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de masas y la demanda de sol y playa. Los países emisores de turistas a España son, principalmente los integrantes de la Unión Europea. Destaca Alemania y Reino Unido,  Francia, Benelux, Italia y los países escandinavos. También es importante la corriente turística procedente de Estados Unidos y de Japón, y comienzan a emerger algunos países del Este. En general se trata de un turismo cuyo calendario de vacaciones está condicionado por la temporada de playa y por las fechas de las vacaciones escolares y laborales. Poco a poco, el turismo nacional se ha ido incorporando a este modelo, de manera que muchas playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y españoles. Asimismo, va aumentando el turismo de jubilados. España dispone de una extraordinaria infraestructura turística. Ésta se materializa en la


existencia de más de 10.000 hoteles y hostales. Hoy, el turismo supone. El turismo en españa supone una gran fuente de ingresos. El fenómeno turístico, asimismo, ha contribuido a la redistribución de rentas y ha desempeñado un papel muy importante en la evolución de la sociedad española. El turismo fue elemento de intercambio cultural, de mentalidades, de conocimiento de otras sociedades que favoreció nuestra incorporación a las sociedades occidentales; pero también ha tenido grandes costes ambientales, que se manifiestan en la agresión a los litorales y a los ecosistemas, en la falta de planificación y en la avidez especulativa de personas, empresas y municipios. Problemas y perspectivas de futuro Desde el punto de vista de la oferta, empieza hacer necesaria la renovación de las instalaciones, la dotación de infraestructuras y de servicios adaptados a las nuevas demandas, la puesta en práctica de políticas que lleven a la ordenación del sector además de otro conjunto de medidas encaminadas a mantener la relación calidad-precio de los servicios. Se hace inevitable una apuesta por la calidad y se impone ampliar la oferta turística.  Entre la multitud de ofertas posibles, una buena opción es la del turismo rural y de naturaleza, para la cual España cuenta con una red de espacios protegidos que es un componente extraordinario de paisajes y de biodiversidad.  TURISMO Y MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA. En cuanto a la relación entre turismo y medioambiente, diremos que no es posible concebir una actividad como el turismo que no considere los objetivos económicos, sin embargo se han olvidado los objetivos sociales y ecológicos. El turismo ha ordenado el territorio de manera distinta en zonas turísticas que en otras que no lo son. Se encuentra una alta densidad de edificación.. Las infraestructuras de turismo impactan en el paisaje, ejemplo son las “colmenas de apartamentos” de algunas ciudades costeras.Un aumento de la accesibilidad, gracias a la mejora de las redes de transporte.Una modificación notable del entorno, instalando “espacios verdes”, parques de atracciones, parques acuáticos, campos de golf… En los puntos turísticos la actividad ha originado también cambios importantes.El reordenamiento de los centros históricos: peatonalización de las zonas históricas, multiplicación de los servicios al turista… La mejora de la accesibilidad y de las vías de comunicación, la urbanización… En cuanto a los impactos ambientales podemos hablar de: La urbanización incontrolada de espacios naturales: destrucción de bosques y de ecosistemas y desaparición de la fauna y l especies vegetales autóctonas. No siempre se ha respetado la ley de costas que obliga a dejar una distancia entre el mar y la construcción que se va a realizar, ya que todas las playas son públicas. La costa española es muestra de un desarrollo turístico que sólo ha tenido en cuenta el objetivo económico. Las consecuencias negativas están apareciendo y pueden hacer peligrar los beneficios: la contaminación del mar puede incidir en un menor número de visitantes. La alteración del litoral, que amenazan el buen el funcionamiento de los ecosistemas marino-costeros. El aumento de la contaminación acústica, provocada por el incremento del tráfico y de las obras. La generación de residuos, que se ha visto reforzada por la urbanización masiva y la falta de infraestructuras adecuadas. Algunas infraestructuras relacionadas con la montaña y la nieve crean impactos y levantan polémicas, como los telesféricos, o los cañones de nieve artificial que proliferan en numerosas estaciones de esquí.


ESPAÑA EN SU DIVERSIDAD REGIONAL. FACTORES DE LA DIVERSIDAD REGIONAL. Para medir y expresar los desequilibrios económicos y sociales sobre el territorio se pueden utilizar diferentes indicadores. Se han empleado los referentes a la producción y el  nivel de renta de la población (producto interior bruto y nivel de renta de las familias o personas) y la densidad y el nivel educativo de la población; actualmente  se  han sumado otros indicadores que tratan de dar una visión  más ajustada de la realidad  económico-social regional, especialmente los que hacen referencia a la especialización  funcional de las regiones, en actividades científicas y tecnológicas , y los indicadores  referidos a la realidad económico-social,  principalmente a las condiciones de la  vivienda y el acceso a equipamientos públicos.   a) Para el conocimiento de la innovación y el desarrollo tecnológico se cuenta con  dos herramientas:  La  “Estadística sobre las actividades en investigación científica y  desarrollo tecnológico (I+D)” que pretende medir los recursos económicos y  humanos destinados a estas actividades.   La  Encuesta de innovación tecnológica (EIT) que informa sobre la estructura  del proceso de innovación (I+D/ otras actividades innovadoras).    b) Entre las nuevas fuentes de información sobre la realidad económico-social de  España se encuentran:  La  Encuesta de Condiciones de Vida  (ECV) que se realiza desde 2004 y  proporciona información sobre: ingreso de los hogares; el empleo y la actividad;  la pobreza y la igualdad en el trato entre géneros; las jubilaciones, pensiones y  situación económica de las personas de avanzada edad; la vivienda; el desarrollo regional y los movimientos inmigratorios, el nivel  de formación y las  condiciones de salud de la población.  La Encuesta a personas sin hogar (EPSH) ofrece información sobre el nivel de  exclusión social existente en el país. Pretende conocer el perfil  sociodemográfico, las condiciones de vida y las dificultades de acceso al alojamiento de las personas de este colectivo.  Los indicadores obtenidos de todas estas formas nos proporcionan los datos necesarios  para analizar los desequilibrios regionales existentes en España.   DESEQUILIBRIOS REGIONALES. Los desequilibrios regionales son una realidad constante en el tiempo. No siempre han  sido los mismos ni han tenido la misma intensidad.  En el siglo XV la mayor parte de la población vivía en la meseta castellana (56%),  principalmente en la parte norte, y el interior peninsular era el espacio más rentable y el  que soportaba mayores cargas fiscales. Hacia el siglo XVII se inicia un retroceso;  Castilla empieza a despoblarse y descapitalizarse, llegando en el siglo XVIII a ser la  población de las dos Castillas el 24.7% y soportar el 14.5% de la carga fiscal. Durante el siglo XIX, la industrialización hace que la población llegue a la periferia, empezando a configurarse el mapa de los desequilibrios regionales actuales, con regiones en crecimiento y otras en retroceso. Desde la segunda mitad del siglo XX la evolución del crecimiento económico de España y su incidencia regional ha pasado por estas etapas:1. Etapa del desarrollo: 1960-1973.Tras la autarquía, en 1959 se aprueba el Plan de Estabilización. Las características de la etapa son  fuerte crecimiento económico, España se sitúa como la décima potencia industrial, pero que supondrá una intensificación de los desequilibrios regionales al, instaurar un modelo de crecimiento polarizado. La nueva política económica hace que la población,  la producción y el empleo se concentren en el NE peninsular, generando desequilibrios regionales. Industrialización y desarrollo del turismo concentran empleo y PIB en las regiones más especializadas en estos sectores de actividad. La década de los 60 se resume en  intenso éxodo rural, creciente proceso de urbanización, caída de la participación agraria en el PIB, frente al avance industrial y de servicios, y desarrollo del turismo. El mapa regional de esta etapa presenta provincias pujantes como Madrid, Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa o Valencia, frente a otras deprimidas del interior, Galicia y sureste. La disparidad regional impulsará los Planes de Desarrollo Económico y Social, vigentes entre 1964y 1975. El Estado diseña el marco de actuación, mientras el capital privado es estimulado mediante incentivos financieros y fiscales para lograr su implicación en el proceso. Las acciones para corregir los desequilibrios regionales fueron los Polos de Promoción y Desarrollo Industrial. Pretendían promover las ciudades medias implantando industrias que actuaran de motores del crecimiento. Durante el  primer Plan de Desarrollo(1964-67) se aprueban siete polos: La Coruña, Vigo, Sevilla , Valladolid, Zaragoza, Burgos y Huelva. Al  segundo Plan de Desarrollo  se suman Granada,  Córdoba, Oviedo, Logroño y Villagarcía de Arosa (Pontevedra). Los resultados de estas actuaciones de los polos de desarrollo fueron dispares. En el caso de Granada, Córdoba y Logroño no respondieron a las expectativas, en otros casos  como Valladolid, Vigo o La Coruña los resultados van más allá de las previsiones iniciales.  Los polos favorecen un desarrollo en las arreadse implantación en detrimento de las  áreas rurales circundantes. 2. Etapa de la crisis económica: 1973-1985 La incidencia de la crisis en España será desigual  en las distintas regiones;  especialmente grave fue en País Vasco y Asturias y, en menor medida en Cataluña, cuyas economías estaban ligadas a un sector industrial en retroceso. Madrid, Valencia,  Baleares y Canarias lo sobrellevaron mejor debido a su proceso de terciarización.  3. Nueva etapa de crecimiento: 1985-1990 El crecimiento económico está protagonizado por las regiones mediterráneas  (Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña), además de Navarra y Madrid  que presentan un crecimiento de su PIB por encima del 5%. A estas regiones le siguen  Castilla-La Mancha, Aragón y La Rioja, además de los archipiélagos. Esta dinámica de  crecimiento acortó las diferencias entre regiones   que estaban en los extremos de la escala jerárquica.   La situación actual de los desequilibrios regionales  Desequilibrio demográfico. El peso demográfico  permite apreciar la población de cada comunidad en relación  con  las demás y el lugar que ocupa en el ranking nacional.  En 2007 las CC.AA. con más peso demográfico en el conjunto nacional eran: Andalucía  (17.8% del total español), Cataluña (15.9%), Comunidad de Madrid (13.4%) y  Comunidad Valenciana (10.8%). Entre las cuatro suman el 58.04% de la población  española y el 29.8% del territorio.   Las CC.AA. con menos peso demográfico (exceptuando Ceuta y Melilla) son La Rioja  (0.68%), Cantabria (1.27%), Comunidad Foral de Navarra (1.34%), Islas Baleares,  Principado de Asturias, Extremadura, Aragón, Región de Murcia y las dos Castillas.  Todas representan el 25.9% de la población y el 51.3% del territorio, es decir la cuarta  parte de la población en la mitad del territorio. Esto es un indicador significativo de la  desigual distribución poblacional.  Comparando estos datos con la situación de 1991, las comunidades que han perdido  mayor peso demográfico son Castilla y León, Galicia, País Vasco, Principado de  Asturias y Extremadura; aumentan, sin embargo, su peso los dos archipiélagos,  Comunidad valenciana,


Cataluña, Comunidad de Madrid y región de Murcia.  Desequilibrio productivo. El producto interior bruto (PIB)  de España en 2007 se incrementa un 139.8% con  respecto a 1995, gracias a una tasa de crecimiento anual medio, para el periodo de 2000- 2007, fue del 3.41% a nivel nacional.  El reparto porcentual del PIB entre las CC.AA. ha variado poco. Cuatro comunidades  concentran el 60% del PIB: Cataluña, Comunidad de Madrid, Andalucía y Comunidad  valenciana. Han ganado peso entre 1995 y 2007 Islas Baleares, Región de Murcia,  Canarias, Comunidad valenciana y Andalucía; el resto pierden.  En el periodo 2000-2007, las comunidades que presentan un crecimiento medio anual  más elevado es la Región de Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid, todas por encima del 3%. Las de menor crecimiento son islas Baleares y  Principado de Asturias  El mayor crecimiento en 2007 lo representó Aragón (4.5%), seguido por Castilla-La Mancha, Galicia y La Rioja. Todas por encima del 4%. En este mismo año, los  territorios con menor crecimiento real del PIB son Principado de Asturias, Comunidad  valenciana, Cataluña, Melilla y Castilla y León.  En lo que a la distribución del PIB per cápita se refiere  diremos que para el año 2007  la renta por habitante era de 23.396 euros. Las comunidades con rentas por habitante más altas eran, por orden de importancia, País Vasco, Comunidad de Madrid, C.F. de  Navarra, Cataluña y Aragón; mientras las rentas más bajas están en Extremadura,  Andalucía y Castilla-La Mancha.  Desequilibrios sociales. La Encuesta de condiciones de vida (ECV) permite conocer el nivel de ingresos por  hogar, el nivel de personas que se encuentra por debajo del umbral de pobreza, el  número de hogares con problemas y el nivel de satisfacción con la vivienda, etc Según el ingreso neto anual medio   (24.525 €) son diez; los lugares más bajos son  ocupados por Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha; los hogares con más poder adquisitivo están en la Comunidad Foral de Navarra, Comunidad de Madrid, País Vasco  y Cataluña. En cuanto a la tasa de pobreza relativa. En 2007, el 19.7% de la población española  estaba por debajo del umbral de pobreza relativa (7254 €). Las comunidades que  presentan una tasa de pobreza más elevada son Extremadura, Ceuta y Melilla, Andalucía y Castilla-La Mancha. Es decir un sur y un oeste peninsular más deprimido, frente a un norte y noroeste, además de Madrid, con menos población pobre. Con relación a la Unión Europea, España está entre  los seis con mayores tasas de  pobreza: Eslovaquia, Portugal, Irlanda, España, Grecia e Italia. Desequilibrios tecnológicos.Las políticas regionales de los últimos años han insistido en  la importancia de la  creación de los Centros de Empresas e Innovación, los Institutos Tecnológicos o los  Centros de Formación  como instrumentos que favorezcan el desarrollo regional. Un resultado de esta estrategia será la creación de  tecnópolis (ciudades de tecnología intensa) en países muy desarrollados como EE.UU. o Japón. La diferencia entre regiones más modernas y otras más atrasadas vienen dada por  indicadores referidos al  desarrollo de realidades tecnológicas.  Se utilizan dos indicadores: el gasto por CC.AA. en actividades de I+D y las personas empleadas en las mismas.  El gasto en I+D supuso en el año 2007 un 1.27% del PIB y un incremento del 12.9%  respecto al 2006. La comunidades que más invierten en I+D son Comunidad de Madrid,  Cataluña, Andalucía y País Vasco.  En cuanto al empleo en I+D  diremos que los sectores de alta tecnología emplean en el  2006 un 7.3% del total de ocupados de la economía española; el porcentaje de mujeres  fue del 25.7%. Las comunidades con más ocupados en sectores de alta tecnología son Cataluña y Comunidad de Madrid (386.100 y 291.800 respectivamente) y las que presentan mayor porcentaje de empleo en estos sectores respecto al total de ocupados fueron País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña y Aragón. POLÍTICAS REGIONALES Y DE COHESIÓN. Existen sobre nuestro territorio desequilibrios en  cuanto a la distribución de la , de la riqueza  o de las condiciones de bienestar y calidad de vida. Este fenómeno está condicionado por las  políticas públicas. Dichas políticas son las responsables de la planificación y creación de  las grandes infraestructuras  y equipamientos (de transporte y comunicaciones, de abastecimientos de agua, de energía, centros educativos, hospitalarios,…), así como de la dirección en la implantación de las actividades económicas generadoras del empleo o del control de las condiciones medioambientales. Es por esto que aunque se busquen razones geográficas o históricas que justifiquen el atraso de unas regiones respecto a otras, estos argumentos no se ven hoy como determinantes de la situación de desequilibrio regional. Los poderes públicos son conscientes de la importancia del problema  y de que en un sistema capitalista, regido por los principios de eficiencia y rentabilidad en la localización de las inversiones, tienen que producirse  medidas correctoras  que  aminoren  la tendencia del sistema hacia la concentración espacial de la población y del  crecimiento económico. En consecuencia, en el ordenamiento constituyente andaluz, español y europeo está presente el principio de cohesión y equilibrio territorial. La   Constitución española de 1978 recoge en sus artículos la responsabilidad del Estado en conseguir la justa distribución de la renta y en un desarrollo regional equilibrado y armonioso. También en nuestro Estatuto de Autonomía andaluz se recoge como objetivo evitar los desequilibrios. Se trata de conseguir la cohesión territorial, la solidaridad y convergencia entre los diversos territorios, como forma de superar los desequilibrios económicos, sociales y culturales y de equiparar la riqueza y el bienestar entre todos los ciudadanos. La  Unión Europea también viene siendo un motor de promoción del desequilibrio regional. En el Tratado de la Unión Europea  se insta a los Estados miembros para que encaminen sus políticas económicas a reducir los desequilibrios regionales, comprometiéndose a  trabajar para conseguir este fin con la aportación de los fondos estructurales. La política regional española se caracteriza por un antes y un después de la incorporación de España a la Comunidad Europea. Será a partir de la incorporación cuando el problema de los desequilibrios regionales en España comience a entrar en vías de solución. Era preciso acometer políticas correctoras en este sentido. LA EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA REGIONAL EUROPEA La política regional europea ofrece una serie de hitos en cuanto a la formación de una Europa más cohesionada social y económicamente  Tratado de Roma (1957) se inicia la andadura europea. En este Tratado tiene como objetivo  conseguir una Europa en armonía económica y social, pero sin tomar ninguna medida concreta.. En 1972, al ampliarse la comunidad a nueve miembros se firma una declaración que  reconoce que la política regional es un factor esencial en el reforzamiento de la Comunidad Económica Europea. En 1975 se crean los  fondos FEDER  con la finalidad de corregir desequilibrios regionales originados por los cambios en la agricultura, la industria y el desempleo estructural. Este es el inicio de la implicación efectiva de la UE en el desarrollo regional.  En 1986, se firma el Acta Única,  auténtica política europea de desarrollo regional.Para dar sentido a la cohesión económica se establecen los  fondos estructurales (FEDER, FEOGA, Fondo Social Europeo, etc.). En 1993,   Tratado de Maastricht.  Entra  en vigor la nueva constitución de la


Unión Europea. Se adopta  un nuevo instrumento de financiación (el  Fondo de Cohesión); una nueva institución (el Comité de las Regiones), y la introducción del principio de subsidiaridad, así como  un mayor esfuerzo presupuestario.  La «Agenda 2000 por una unión más fuerte y más amplia». En el  documento  se recogían las líneas maestras de la política regional europea para el periodo 2000-2006. En ese momento, se incorporan nuevos países, suponiendo un aumento muy importante de las desigualdades regionales. La Agenda 2000 mantuvo el objetivo de cohesión como prioritario entre los que entonces eran los quince Estados miembros.  Ampliación  de la UE a 27 países. Nuevo  giro en la política de cohesión territorial, al aumentar las disparidades en la distribución de la  riqueza .Las líneas que orientarán la política regional para el periodo 2007-2013 han quedado fijadas en el Consejo de Lisboa y son conocidas como la  Estrategia de Lisboa;  estas líneas se centran en economía del conocimiento, investigación, desarrollo e innovación, capital humano y desarrollo de las empresas.  La instrumentación de la política regional europeaA partir de 1988 se produce una reforma en profundidad, que será la que permita ya hablar de una política regional europea. Esta reforma se orientará hacia una redefinición de los fondos estructurales. Los fondos estructurales de la política regional Desde 1988, los fondos estructurales que intervendrán en el desarrollo regional serán los fondos FEDER, el Fondo Social Europeo (FSE) y el FEOGA-Orientación (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria); a estos se les añadirán más tarde el Fondo de Cohesión y el IFOP (Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca). Los objetivos están centrados en  la cooperación entre la Comisión y los Estados  programación plurianual de las intervenciones y  adicionalidad o apoyo suplementario al esfuerzo que cada Estado desarrolla en su política regional. La finalidad de los fondos será, pues, promover reformas estructurales en el ámbito regional, agrario, pesquero y laboral para el elevar el nivel de desarrollo de las regiones más atrasadas.  Los fondos FEDER.  Se crean en 1975 y experimentarán diferentes reformas encaminadas a aumentar su protagonismo financiero y el papel rector y coordinador de la política regional.  El Fondo Social Europeo.  El FSE se crea en 1960 y tiene como finalidad general mejorar las posibilidades de empleo de la Comunidad. Apoya  las acciones de los Estados en los siguientes ámbitos: adaptación de los trabajadores y las empresas; acceso al empleo para las personas inactivas, las mujeres y los emigrantes; inclusión social de las personas desfavorecidas y lucha contra la discriminación en el mercado laboral.  El  FEOGA.  Se crea en 1962, su finalidad es: adaptación de las estructuras agrarias, procurar el desarrollo y la diversificación de las zonas rurales de la Comunidad.  El  Fondo de Cohesión.  Creado  en 1994, ayuda a los Estados miembros a estabilizar sus economías, reducir las disparidades económicas y sociales y fortalecer la cohesión y la solidaridad en el seno de la UE.  El IFOP (Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca). Se crea en  1994. Agrupa  a los instrumentos financieros para la pesca. Se  aplica en todas las regiones costeras; su tarea principal es mejorar la competitividad de las estructuras y desarrollar empresas económicas viables en el sector pesquero.  La instrumentación administrativa de las ayudas Los objetivos prioritarios se centran en   concentrar las ayudas en regiones y zonas con mayores problemas o bien en temas o sectores en crisis. Son cinco los objetivos en los que se han venido centrando las ayudas, aunque  solamente tres de ellos están referidos específicamente al desarrollo regional (objetivos 1, 2 y 5b); de esta forma las  regiones quedan clasificadas en función del tipo de objetivo por el que reciben las ayudas.OBJETIVOS CARACTERÍSTICAS FONDOS Objetivo 1: Fomentar el desarrollo y el ajuste estructural de las regiones cuyo PIB per capita es inferior al 75% de la media comunitaria. Fondos FEDER / FSE / FEOGAObjetivo 2:  Destinado a regiones afectadas por el declive industrial (tasa media de desempleo superior a la media comunitaria, disminución del empleo industrial). Fondos  FEDER / FSE Objetivo 3: Luchar contra el desempleo de larga duración. Fondos FSE  Objetivo 4: Facilitar la inserción profesional de los jóvenes. FSE  Objetivo 5ª: Acelerar la adaptación de las estructuras agrarias. FEOGA-O Objetivo 5b: Fomentar el desarrollo de las zonas rurales. FEDER / FSE / FEOGA-O  A partir de la Estrategia de Lisboa, para el periodo 2007-2013 se produce una reformulación de los objetivos de la política regional y de la clasificación de las regiones denominándose de otra manera: Regiones de convergencia (anteriores regiones Objetivo 1).  Regiones phasing-out o regiones en fase de transición que todavía mantiene un PIB inferior a la media de la UE-15.  Regiones de competitividad regional y empleo. Regiones phasing-in, o regiones en transición que han superado el Objetivo 1 pero requieren de ciertas ayudas estructurales.  Regiones o zonas de cooperación territorial y europea.Los  procedimientos necesarios que han de llevar a cabo las regiones y Estados para la obtención de las ayudas se fijan en la realización de:  Planes de Desarrollo Regional (PDR) para optar a las ayudas encuadradas en el Objetivo 1.  Planes de Reconversión Regional y social (PRR) para el Objetivo 2.  Planes de Desarrollo para las Zonas Rurales (PDZR) para el Objetivo 5b. La Comisión Europea queda como encargada de aprobar los llamados  Marcos Comunitarios de Apoyo (MCA),  que son los instrumentos que fijan los ejes prioritarios de actuación, los medios financieros y la forma de intervención.  Finalmente, para la obtención de las ayudas se exige la adopción de los llamados Programas Operativos.  Estos programas son aprobados por la Comisión para desarrollar un marco comunitario de apoyo, integrado por un conjunto coherente de ejes prioritarios compuestos por medidas plurianuales para cuya realización puede recurrirse a uno o más Fondos, así como al Banco Europeo de Inversiones (BEI).Otros instrumentos de desarrollo regional lo son las  Iniciativas Comunitarias: la Comisión elabora la iniciativa y esta se coordina y aplica bajo el control nacional. El número de iniciativas en el periodo 2000-2006 quedaron reducidas a cuatro: Interreg fomenta la cooperación transfronteriza, transnacional e interregional. Leader tiene como objetivo promover el desarrollo rural a través de iniciativas de grupos de acción local.  Equal  intenta eliminar los factores que dan lugar a las desigualdades y a las discriminaciones en el acceso al mercado de trabajo.  Urban  impulsa la rehabilitación económica y social de ciudades y barrios en crisis. El  Comité de las Regiones  es el órgano europeo encargado específicamente de los asuntos regionales. Se crea en 1994 en virtud del Tratado de la Unión Europea, es un organismo consultivo integrado por representantes de las autoridades regionales y  locales de Europa.. La función del Comité de las Regiones es presentar los puntos de vista locales y regionales en la legislación de la UE.  La incorporación de España a la UE vino a coincidir con el inicio de una nueva etapa de la política regional europea.  Las orientaciones para este último periodo (2000-2006) contenidas en el Plan de Desarrollo Regional (PDR) han sido  Acelerar el proceso de convergencia real  que vienen experimentando en términos  de renta en relación a los estándares medios de la UE.  Fomentar la creación de empleo bajo un modelo de «desarrollo sostenible» y de«igualdad de oportunidades» entre géneros.


Los Programas Operativos Locales destinados a promover el desarrollo rural y urbano sostenible en el contexto de la estrategia territorial europea y de las directrices españolas propuestas en diferentes documentos estratégicos.Dentro de las  Iniciativas Comunitarias, España ha estado incluida en el programa INTERREG III (2000-2006), cuyo objetivo es reforzar la cohesión económica y social en la Unión Europea (UE). Se  desarrolla a través de programas; entre otros encontramos la cooperación transfronteriza España-Marruecos o la cooperación transnacional España-Mediterráneo Occidental. En cuanto a la iniciativa comunitaria  URBAN II, se aprobaron durante este periodo diez, correspondientes a las poblaciones de San Cristóbal de la Laguna, Pamplona, Ourense, Gijón, Teruel, San Adriá del Besós, Jaén, San Sebastián de Pasajes, Cáceres y Granada.Con el fin de  corregir los desequilibrios económicos interterritoriales  y hacer efectivo el principio de solidaridad, el Estado creó:  Fondo de Compensación Interterritorial  (FCI),  destinados a favorecer el desarrollo de los territorios más desfavorecidos y a atender las necesidades de gasto en inversiones nuevas de los servicios traspasados por el Estado. Programa de Incentivos Regionales es otro de los instrumentos utilizados para alcanzar la solidaridad interregional. Tratan de  fomentar la actividad empresarial localizándolas en  zonas previamente determinadas para  reducir diferencias situaciones económicas en el territorio nacional, repartir más equilibradamente las actividades económicas sobre el mismo y reforzar el potencial de desarrollo endógeno de las regiones.

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