Elementos de unión y contraste entre las comunidades autónomas
La actual organización político-administrativa española cuenta con 17 comunidades autónomas más dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Sin embargo, tras la crisis de 1975, los nuevos factores de desarrollo son los servicios y la tecnología, lo que ha dado lugar a un nuevo modelo de desequilibrios.
Disparidades demográficas
La densidad media de la población española es de 86,90 habitantes por kilómetro cuadrado, pero este valor medio esconde fuertes desequilibrios territoriales, ya que existen áreas de alta densidad poblacional que superan claramente la media nacional, y áreas de despoblamiento, donde no se alcanzan los 25 habitantes por km cuadrado. Las grandes áreas poblacionales se localizan en Madrid, la periferia peninsular, Baleares y Canarias, y las grandes áreas de vacío en el interior peninsular. Esta disparidad tiene su principal causa en el proceso de industrialización iniciado en el siglo XIX. El desarrollo industrial y la crisis de la agricultura tradicional ocasionaron la emigración de la población desde las áreas rurales del centro a las urbano-industriales de la periferia y Madrid. Sin embargo, la crisis de 1975, que afectó principalmente a la industria, introdujo algunas modificaciones en esta situación. Las áreas industrializadas perdieron su capacidad de atracción, mientras que las zonas tradicionalmente emigratorias del interior redujeron sus salidas. Esto, no obstante, no supuso el fin de los desequilibrios, sino que modificó los factores de los mismos, ya que a partir de entonces será el sector terciario y la tecnología los que provocarán las disparidades en la distribución de la población.
Los desequilibrios en la distribución espacial de la población no son los únicos que se aprecian en la demografía española. También en el movimiento natural de la población existen acusados contrastes, aunque las tasas de mortalidad y natalidad sean bajas en todas las comunidades autónomas. De este modo, existen comunidades con crecimiento natural +, como Canarias, Madrid, Cataluña y Navarra, y comunidades con crecimiento natural -, como Castilla y León, Galicia, Aragón.
Desigualdades socioeconómicas
Los desequilibrios económicos iniciales se acentuaron en los años sesenta, cuando el desarrollo económico español tuvo como pilares fundamentales el sector secundario y el turismo.
En la renta per cápita se generaron también diferencias entre regiones, al emigrar en el interior peninsular los más capacitados. Respecto a las infraestructuras, las regiones con mayor nivel de desarrollo concentraron las mejores dotaciones de transporte y comunicaciones, además de las mayores dotaciones en servicios sociales. Todo ello origina desequilibrios en el poder, ya que las zonas más desarrolladas acapararon las funciones rectoras y decisorias.
Estrategias y políticas territoriales en España
Los desequilibrios territoriales han dado lugar a políticas destinadas a combatirlos y a fomentar el desarrollo regional. Ésta se inició en España con los Planes de Desarrollo que trataron de fomentar la industria en las áreas atrasadas, planteándose como objetivo un desarrollo regional equilibrado. Sus principales instrumentos son tres: los fondos procedentes de la UE, la política de incentivos regionales y el Fondo de Compensación Interterritorial.
Política de incentivos regionales
Para lograr el equilibrio regional recurre a la inversión en infraestructuras y equipamientos y a la compensación a la inversión en las áreas desfavorecidas. Las áreas incentivables, a cargo de los presupuestos generales del Estado, son las siguientes por el gobierno si se dan circunstancias especiales.
Políticas regionales de la Unión Europea
El ingreso de España de la Unión Europea supuso su integración en la política regional comunitaria. Ésta pretende reducir las diferencias entre las regiones europeas, apoyando a las más desfavorecidas mediante ayudas económicas. Los instrumentos financieros para llevar a cabo esta política son los siguientes: fondos estructurales, FEDER, FEOGA, IFOP, FSE y Fondo de cohesión.
El transporte y las comunicaciones
El sistema de transporte es el conjunto de medios que permite el desplazamiento de personas y mercancías entre lugares geográficos. Desempeña un importante papel económico. Por un lado, el transporte refleja los desequilibrios espaciales en la distribución de la población y en el desarrollo económico. Por otro lado, puede introducir cambios en el territorio, pues es un factor clave para el desarrollo de las regiones. A pesar de esto las técnicas modernas han vencido ciertas dificultades y nos permite hablar de un sistema caracterizado por:
- Las redes terrestres y aéreas son radiales con centro en Madrid y radios hacia las fronteras y puertos principales. Este modelo se inició en el siglo XVIII con la red de carreteras de los Borbones, y se consolidó en el XIX ya que la red de ferroviaria coincidió básicamente con la de carreteras.
- En el tráfico de pasajeros y mercancías predomina la carretera.
- La política de transportes de la UE pretende potenciar la integración de los países que la forman impulsando las redes transeuropeas a través de autovías y trenes de alta velocidad mejorando las infraestructuras de las regiones periféricas.
Las comunicaciones
El sistema de transporte español se organiza en redes distribuidas de forma desigual por el territorio. Diferentes redes de transporte.
Red de carreteras
Conecta los distintos núcleos de población, por lo que es una infraestructura clave para la accesibilidad y la articulación del territorio.
Características:
- Las competencias sobre la red se reparten entre el Estado y las comunidades autónomas.
- La red de interés general del Estado enlaza los principales núcleos de población del país y comunica con la red internacional. Soporta el 60% del tráfico total.
- Presenta un modelo radial, con centro en Madrid.
- La carretera recibe la mayor parte del tráfico de viajeros y mercancías.
- Existen claros desequilibrios territoriales en la densidad de la red y en la accesibilidad.
- La red de carreteras españolas se integra en la de la Unión Europea. Se contemplan dos nuevos ejes transpirenaicos (Burdeos-Valencia y Barcelona-Toulouse), la financiación de nuevos tramos de gran capacidad y la mejora de la conexión con Portugal.
Red de ferrocarril
Entre la segunda mitad del XIX y principios del XX, el ferrocarril fue el modo de transporte principal. Desde entonces, la competencia de otros medios lo han colocado en una posición secundaria. Se compone de tres redes:
- Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (RENFE) con estructura radial y arboriforme.
- Ferrocarriles de vía estrecha (FEVE) que se encuentran principalmente en la cornisa cantábrica.
- Red de alta velocidad (AVE) que se inició con la apertura de la línea Madrid-Sevilla.
Las características técnicas vías que se ha renovado y modernizado y otra mediocres incremento tiempo y coste. La distribución de los ferrocarriles es muy desigual Las redes más densas (Madrid) y la del cuadrante noreste más industrializadas y pobladas. La red transeuropea conectará directamente con Europa.
Transporte marítimo
El transporte marítimo depende de las condiciones de los puertos. Esas condiciones son técnicas (profundidad de las aguas), político-administrativas (facilidades de explotación, zonas francas, etc.), geográficas (con fácil accesibilidad del entorno terrestre y buenas condiciones de abrigo) y finalmente, económicas (que el entorno esté poblado e industrializado). Se caracteriza por:
- La red portuaria está distribuida entre el Estado y las comunidades autónomas.
- Los que reúnen mejores condiciones son los del Cantábrico y los del Atlántico
- Se requieren mejores técnicas
- El tráfico de viajeros y mercancías presenta grandes contrastes
Transporte aéreo
El transporte aéreo ha experimentado un rápido desarrollo y presenta las siguientes características:
- La red de aeropuertos se organiza jerárquicamente. Madrid-Barajas tiene conexiones directas con casi todos los aeropuertos españoles y con los principales del extranjero. Los periféricos tienen que realizar en muchos casos sus enlaces a través de Barajas. De este modo afirmamos que Barajas y El Prat son dos grandes hubs internacionales.
- El tráfico de pasajeros y mercancías presenta notables diferencias a favor de los pasajeros, sobre todo en medias y largas distancias.
- La entrada en La Unión Europea ha supuesto la liberalización de las tarifas y servicios y el tener que afrontar el saneamiento financiero de algunas compañías como Iberia.
Los espacios turísticos
Importancia del turismo
El turismo es la actividad que lleva implícita un desplazamiento temporal de residencia por razón de ocio, salud, negocios, etc. Será después de la II Guerra Mundial, y sobre todo en los años 60, cuando se produzca el actual fenómeno de masas. España, desde ese momento, se convierte en una gran potencia turística, siendo el tercer país. Hoy en día la economía española no puede entenderse sin el turismo. Los factores que hace de España una gran potencia turística son:
- La proximidad de España al mercado europeo.
- Las excelentes condiciones climáticas.
- La existencia de un rico patrimonio histórico, artístico y cultural.
- Hasta hace pocos años, los bajos precios con respecto a los países emisores.
Actualmente España ofrece productos turísticos de calidad, diversificados (ya no se explota solamente el turismo de sol y playa) y unos recursos materiales y humanos cualificados. Las diferentes administraciones (estatal, autonómica y local) invierten en campañas de promoción para atraer a los turistas de alto nivel adquisitivo, en un sector cada vez más competitivo.
Características: la oferta turística, tipos de turismo, áreas turísticas y la demanda turística.
La oferta turística es el conjunto de servicios puestos a disposición del turista. Entre los más destacados están:
- Los vendedores del producto (agencias de viaje, mayoristas, tour operadores, etc).
- Las instalaciones turísticas (alojamiento, manutención, recreo, etc).
La oferta de alojamiento es muy amplia y se concentra en el litoral mediterráneo y los dos archipiélagos, ya que sigue primando el turismo de sol y playa, muy apreciado por los extranjeros. En los últimos años ha crecido el interior peninsular al calor del turismo cultural o patrimonial. La oferta en manutención se refiere a los servicios de restauración. España presenta una enorme variedad de instalaciones de este tipo (restaurante, bares, etc). La oferta de recreo es también abundante, tanto en cantidad como en calidad, e incluye parques de atracciones, instalaciones deportivas, náuticas, estaciones de esquí, parques nacionales o naturales, etc.
Los tipos de turismo siguen encabezados por el de sol y playa, aunque desde la década de los 90´s cobran importancia creciente otras modalidades. Las causas de este hecho son la exigencia de diversidad de la clientela, la demanda de espacios menos saturados, la desestacionalización del turismo nacional y la promoción del turismo como estrategia de desarrollo de áreas menos favorecidas, como las rurales y de montaña.
- El turismo de sol y playa, es el que sustentaba el modelo turístico tradicional. Hoy en día se han diversificado la actividades marítimas, como es el caso de la vela, el surf, la pesca, etc. Incluimos el turismo fluvial.
- El turismo de montaña es fundamentalmente un turismo de esquí, aunque también se incardinan actividades como el senderismo, el alpinismo, …
- El turismo de salud cobra un auge reciente, sobre todo el termalismo.
- El ecoturismo se centra en la visita a parques nacionales o espacios protegidos.
- El turismo rural incluye el alojamiento y la estancia en el mundo rural, buscando descanso y tranquilidad. Además se pueden realizar otro tipo de actividades como la compra de productos tradicionales, visita a agromuseos, etc.
- El turismo urbano es principalmente un turismo cultural (visita a conjuntos histórico-artísticos, exposiciones, espectáculos, etc), aunque está creciendo el turismo de negocios, basado en ferias y congresos.
Las áreas turísticas son espacios amplios que cuentan con una elevada densidad de turistas, tanto extranjeros como nacionales. Diferenciamos entre:
- Áreas turísticas de alta densidad. Son la costa mediterránea y los archipiélagos. Recibe una gran afluencia por sus condiciones climáticas, por su buena accesibilidad viaria y por la variedad en la oferta turística. Madrid también se incluiría en este grupo, recibiendo turistas por motivos culturales o de negocios.
- Las áreas turísticas de media y baja densidad se relaciona con la difusión del modelo de sol y playa hacia espacios litorales y prelitorales próximos o por la aparición de otras modalidades de turismo. Comprenderían ciertos tramos de la costa mediterránea y suratlántica, el litoral gallego y cantábrico y puntos turísticos como ciudades históricas y artísticas de interior, estaciones de esquí y centros de turismo rural.
La demanda turística es, fundamentalmente, extranjera, aunque la demanda interna es cada vez más importante:
- La demanda extranjera procede en su mayoría de Europa occidental y del norte (ingleses, alemanes, franceses, italianos, nórdicos, holandeses, belgas y portugueses). Es un turismo estival que se dirige a Cataluña, Baleares y Canarias, seguida de Andalucía y Valencia.
- La demanda nacional procede en su mayoría de Madrid, Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana. Sobre todo se dirige hacia las costas mediterráneas y andaluzas, aunque toman posiciones los turistas españoles que eligen las costas septentrionales, pueblos de interior y las zonas de montaña.
Problemas del turismo
Se enfrenta a ciertos problemas:
- Impacto demográfico. Las grandes áreas turísticas del litoral aumentan su densidad, sobre todo en los meses de verano, a costa de un centro peninsular que se vacía. Aunque las campañas de promoción del turismo cultural de interior han revitalizado demográficamente alguna de estas áreas.
- Impacto medioambiental. Las actividades turísticas consumen grandes volúmenes de agua (campos de golf, parques, etc) y son precisamente las principales áreas turísticas las que presentan déficit hídrico. Por otra parte, la masiva construcción de bloques de edificios durante los años 60 y 70 en el litoral español ha contribuido a estropear la belleza natural de alguno de esos parajes. La actual Ley de Costas intenta evitar esos desmanes e, incluso, y no sin polémica, ordena el derribo de estructuras arquitectónicas que estén en primera línea de playa.
- El problema de la estacionalización del turismo español, ya que se concentra en los meses de verano, por lo que la industria hotelera solo aprovecha al máximo rendimiento esos pocos meses. Para solucionarlo se plantean alternativas turísticas el resto del año: Baleares y Canarias pueden ofrecer turismo de sol y playa casi todo el año; Turismo de congresos y negocios, que se concentra en las principales ciudades de nuestro país, que cuentan con equipamientos comerciales y culturales de gran calidad, etc; Turismo cultural (Granada, Cuenca, Toledo, etc); Turismo de invierno y nieve (Sierra Nevada).
- La competencia de países extranjeros, que también ofertan turismo de sol y playa: Balcanes, Marruecos, Túnez, etc. Ante esta situación, el entramado turísticos español solo tiene dos alternativas: o baja los precios o aumenta la calidad de los servios turísticos ofertados, vía adoptada por todas las administraciones.
Nuevos tipos de turismo
La crisis del modelo tradicional turístico ha planteado la necesidad de una reconversión y renovación con los siguientes objetivos:
- Potenciar el turismo de calidad, creando buenas infraestructuras, modernizando instalaciones, primando la cualificación profesional y cuidando el medio ambiente.
- Mejorar la oferta para luchar contra la rigidez, la estacionalidad, los desequilibrios regionales y las competencias de otros países, fomentando nuevas modalidades de turismo, como: El de la tercera edad, deportivo (náutico y golf, de invierno, que atrae a turistas de alto poder adquisitivo), rural (favorecido por la UE), ecoturismo, cultural, de congresos, gastronómico…
- Disminuir la dependencia de los tours operadores internacionales sustituyéndolos por nacionales.
- Compatibilizar el desarrollo del turismo con la calidad medioambiental. La tendencia actual del cuidado medioambiental está relacionada con la demanda turística de espacios ricos medioambientales. Desde la década de los ochenta se valora el impacto medioambiental de los proyectos, se cuida la estética paisajística, se integra las construcciones en el paisaje, se crean espacios naturales protegidos, se limita la construcción y la urbanización mediante moratorias, se regeneran espacios degradados y revitalizan las ciudades históricas, para favorecer la imagen turística y, de paso, la calidad de vida de la población residente.