Agricultura en España: Desafíos y Estructura Agraria

Condicionantes de la Actividad Agraria Española

El medio natural español ofrece condiciones poco favorables para las actividades agrarias.

  1. El relieve posee una elevada altitud media y abundantes pendientes.
  2. El clima se caracteriza en buena parte del territorio por precipitaciones escasas e irregulares, temperaturas con situaciones extremas, y aridez más o menos acusada.
  3. Las aguas para el regadío agrario se ven limitadas por la escasez y la irregularidad de las precipitaciones.
  4. La vegetación natural herbácea y arbórea se encuentra degradada en algunas zonas; o ha sido eliminada en favor de otros usos del territorio.
  5. Los suelos son mediocres y fácilmente erosionables, lo que reduce su fertilidad.

La incidencia de las condiciones naturales es menor que en el pasado, gracias a los avances técnicos que permiten superar algunas limitaciones, como el cultivo en invernaderos y la estabulación ganadera o el uso de abonos.

1.1. Los elementos de la estructura agraria

La estructura agraria incluye elementos demográficos, sociales y económicos.

1.1.1. La población agraria

La población ocupada agraria es escasa (4.1% en 2021). Se encuentra envejecida (más de la mitad tiene entre 40 y 64 años) y masculinizada, sobre todo en el interior peninsular.

La causa principal de esta situación ha sido el éxodo rural, pero la crisis económica e industrial desaceleró el éxodo rural e incrementó la actividad agraria a tiempo parcial. Desde la década de 1990 se mantienen dos tendencias:

  • En las áreas agrarias más atrasadas, continúan el descenso y el envejecimiento demográfico.
  • En las áreas agrarias más dinámicas se produce una cierta recuperación y rejuvenecimiento demográfico.

1.1.2. El sistema de propiedad y explotación

La propiedad agraria es el conjunto de parcelas pertenecientes a un propietario. La explotación agraria es el conjunto de parcelas gestionadas por un mismo titular o explotador agrario, independientemente de si son de su propiedad o no, y de si están juntas o separadas. Las explotaciones se diferencian por su tamaño, distribución y régimen de tenencia.

  1. El tamaño de las explotaciones se caracterizó históricamente por el predominio de los valores extremos. En la actualidad aumenta su tamaño medio.
  • La pequeña explotación (menos de 10 ha) es mayoritaria en número de explotaciones, pero ocupa una reducida superficie; y no predomina hoy en ninguna provincia. En unos casos son minifundios tradicionales, surgidos de las divisiones por herencia, trabajados a tiempo parcial, y generadores de bajos ingresos. Y en otros son explotaciones modernas, hortofrutícolas o bajo plástico, trabajadas a tiempo completo y mucho más rentables.
  • La mediana explotación (entre 10 y 100 ha) se ha incrementado en número y superficie, predominando en la cornisa cantábrica, el litoral mediterráneo peninsular y Baleares. El motivo ha sido a causa del éxodo rural. En la actualidad promueve las explotaciones medianas para mantener una densa red de agricultores en Europa.
  • La gran explotación (más de 100 ha) es reducida en número, pero ocupa una amplia superficie en el interior peninsular y Canarias. En unos casos son explotaciones extensivas tradicionales poco competitivas. Y en otros, explotaciones intensivas modernas de alta productividad.
  1. La distribución tradicional de las explotaciones incluía numerosas parcelas, a menudo separadas entre sí. En la actualidad, la situación ha mejorado gracias a la concentración parcelaria. Esta política, iniciada en 1952, se transfirió a las comunidades autónomas en 1985.

Pretende disminuir el minifundio y la dispersión parcelaria concediendo a cada propietario una sola parcela o unas pocas, equivalentes a las que tenía antes dispersas; y dar acceso a las parcelas a las vías de comunicación. El resultado son parcelas menos numerosas, más grandes y más regulares; la reducción de lindes; y una nueva red de caminos. La concentración ha afectado más a las áreas de monocultivo de secano.

  1. El régimen de tenencia es el grado de dominio sobre la explotación agraria. En la tenencia directa, el propietario y el explotador agrario son la misma persona. En España es el régimen predominante, aunque con tendencia a decrecer. En la tenencia indirecta, el propietario cede la explotación de la tierra a otra persona a cambio del pago de un porcentaje de la cosecha (aparcería) o del pago de una renta (arrendamiento).

1.1.3. Los aprovechamientos, sistemas y técnicas agrarias

Los aprovechamientos agrarios pueden ser agrícolas, ganaderos y forestales. Tradicionalmente coexistían en el mismo espacio agrario. En la actualidad se tiende a la especialización.

  • Los sistemas agrarios son los procedimientos empleados para obtener productos agrarios. Extensivos si el terreno no se aprovecha al máximo; e intensivos si el terreno se aprovecha al máximo. En la actualidad se avanza hacia la intensificación agraria; aunque la nueva PAC impulsa la extensificación como forma de mejorar el cuidado del suelo y el bienestar animal.
  • Las técnicas agrarias o instrumentos de producción han incorporado avances como el uso de maquinaria, la selección genética de semillas y razas ganaderas; el empleo de fertilizantes y productos fitosanitarios.

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