La Población Española
1. Las Fuentes Demográficas
La demografía analiza cuantitativamente la población y proporciona datos estadísticos a partir de la información que obtiene de diversas fuentes:
- El Censo: Registra datos socioeconómicos, culturales y políticos. Es de ámbito nacional y, desde 1981, se realiza cada 10 años.
- El Padrón Municipal: Es de ámbito municipal, con frecuencia anual y dinámico (se actualiza constantemente).
- El Registro Civil: Recoge nacimientos, matrimonios y defunciones. Su información es utilizada posteriormente por el INE (Instituto Nacional de Estadística).
- Otras fuentes: Encuesta de Variaciones Residenciales, Encuesta de Población Activa (EPA), etc.
2. La Distribución de la Población
En España residen casi 47 millones de personas. La población se distribuye con claros desequilibrios territoriales, ya que la periferia está densamente poblada, mientras el interior sufre un claro despoblamiento. Esto se debe a diversos factores:
- Factores físicos: Condicionan el poblamiento, resultando polos de atracción la proximidad al mar y a los ríos, el relieve llano y de poca altitud, el clima templado, etc.
- Condicionantes socioeconómicos y políticos: Han variado a lo largo de la historia. De este modo, mientras en el siglo XVI era el interior, con Castilla, la zona más poblada, en el XVII, a raíz de la grave crisis económica, la población empezó a desplazarse hacia la periferia. Ya en los siglos XVIII y XIX se agudizó esta tendencia con la llegada de la industrialización. Durante los siglos XX y XXI, estos desequilibrios se siguen produciendo, pese a que se emprenden iniciativas para tratar de revertirlos y paliarlos.
3. El Movimiento Natural de la Población
Es la variación anual de dicha población en un contexto espaciotemporal concreto. Su estudio se realiza a partir de indicadores como: tasa de natalidad, tasa de mortalidad, índice sintético de fecundidad, etc.
En España se diferencian tres regímenes demográficos (Nota: se menciona una tabla en el original, no incluida aquí).
Se perciben desequilibrios territoriales también en el movimiento natural de la población:
- Comunidades Autónomas (CC. AA.) con dinamismo demográfico: Murcia, Andalucía, Navarra, Madrid, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. Esto se debe a su tradición natalista y/o a la recepción de inmigrantes.
- CC. AA. sin dinamismo demográfico: Galicia, el interior peninsular, etc. Esto se debe a su tradición emigratoria, la menor recepción de inmigrantes y/o el estancamiento económico.
4. Los Movimientos Migratorios
Son los desplazamientos de la población en el espacio. Se diferencian entre emigración (salida) e inmigración (llegada). El resultado numérico de ambos flujos se denomina saldo migratorio (SM).
Migraciones Interiores
Migraciones Interiores Tradicionales
Eran las realizadas principalmente por motivación laboral, protagonizadas por jóvenes poco cualificados y de carácter unidireccional (del campo y la agricultura a las urbes y la industria). Podían ser:
- Temporales: Para trabajos estacionales como la siega, la vendimia, la construcción o la industria.
- Definitivas: Conocidas como éxodo rural.
Estas últimas se produjeron desde el siglo XIX (hacia 1930) por el exceso de mano de obra en el campo (a causa de la filoxera y la mecanización) y se intensificaron en el siglo XX (hacia 1960) debido al crecimiento demográfico, la industrialización y el posterior aumento del sector servicios.
Consecuencias de las Migraciones Tradicionales
Fueron diversas:
- Demográficas: Desequilibrios en la distribución de la población (vacío interior frente a masificación periférica), masculinización en zonas de montaña, envejecimiento rural frente a rejuvenecimiento urbano.
- Económicas: Congestión en las urbes frente a subpoblación y abandono de actividades en el mundo rural.
- Sociales: Contrastes entre un mundo rural tradicional y un mundo urbano cambiante y competitivo.
- Medioambientales: Contaminación y problemas urbanísticos en las ciudades frente a abandono del patrimonio y paisajes rurales.
Migraciones Interiores Actuales
Se producen por más motivos: laborales, pero también residenciales (búsqueda de vivienda más barata en la periferia), de retorno (ej.: emigrantes retornados, conocidos como «golondrina», y neorrurales), pendulares (desplazamientos diarios o semanales por trabajo, estudio, ocio), etc.
El perfil del migrante también ha cambiado: son jóvenes, pero también adultos; no cualificados y cualificados. Las direcciones son pluridireccionales (ej.: campo a ciudad, centro ciudad a periferia, ciudad a pueblo).
Los flujos migratorios actuales ofrecen:
- SM positivo (+): En las provincias económicamente dinámicas (Madrid) o en las cercanas a ellas (ej.: Toledo y Guadalajara respecto a Madrid).
- SM negativo (-): En las provincias aisladas o con difícil acceso (ej.: Zamora, Soria) o que han trasladado actividades económicas a otras provincias (ej.: Barcelona).
- SM variable (+/-): Cambian según la coyuntura económica (ej.: Cornisa Cantábrica en 1975 o litoral mediterráneo en 2008).
También se han incrementado los flujos intrarregionales e intraprovinciales por la descentralización de competencias, sus consecuentes iniciativas políticas de desarrollo regional y las desigualdades económicas presentes a nivel interno.
Por otro lado, a nivel municipal, cabe señalar que las grandes urbes y capitales tienden a tener actualmente un SM negativo, fruto de la difusión hacia las zonas colindantes de las actividades económicas y de residencia.
Consecuencias Actuales de las Migraciones Interiores
Como consecuencia de lo descrito:
- Los ya tradicionales desequilibrios territoriales se acentúan aún más.
- Se sobreenvejecen las áreas urbanas emisoras, mientras en la periferia metropolitana receptora se necesita la dotación de equipamientos e infraestructuras.
- Los movimientos de retorno generan nuevas actividades económicas, frenando la potencial salida de emigrantes.
- Los movimientos pendulares, aunque generan problemas de congestión de tráfico, también incrementan ingresos en las áreas receptoras de empleo o servicios.
Migraciones Exteriores
Migraciones Exteriores Tradicionales (Emigración)
Históricamente, respondían a un Saldo Migratorio negativo (SM-). España era un país de emigrantes que se dirigían bien a ultramar, bien a Europa.
A finales del siglo XIX, España era un país agrario, con una industria atrasada y poco competitiva, y altas tasas de desempleo. De manera que CC. AA. como Galicia, Asturias y Canarias fueron importantes focos emisores, y su destino principal fue Latinoamérica. Los emigrantes iban allí atraídos por las posibilidades que generaba la construcción de grandes infraestructuras (ferrocarriles, canal de Panamá, puertos) y la agricultura (azúcar de Cuba, café de Brasil).
El perfil del emigrante español rumbo a Latinoamérica era predominantemente un hombre joven, poco cualificado, soltero y procedente del mundo agrario.
Esta tendencia emigrante fluctuó: en ciertas épocas se frenaba (guerras mundiales, Guerra Civil española, crisis de 1929, autarquía franquista), mientras en otras recobraba cierto empuje (desarrollismo franquista). En esta última etapa, el emigrante ya era un trabajador más cualificado y del sector industrial (acudía al petróleo de Venezuela, la industria brasileña, etc.), en ocasiones motivado por la reagrupación familiar (Argentina).