Factores Ambientales Clave en el Cultivo de Frutales: Temperaturas, Heladas, Lluvia, Insolación y Viento

Hábitat ecológico: Determinadas condiciones del medio que permiten desarrollar individuos asilvestrados.

Factores Condicionantes: Factores de los que depende el desarrollo, que dejan de ser óptimos para éste.

Factores Limitantes: Cuando algún factor alcanza valores de los que depende la supervivencia del árbol.

Clasificación de Especies Frutales

Especies de zonas templadas

Necesitan un periodo de reposo invernal. Se supera el efecto de las temperaturas bajas de invierno, que se mide mediante las necesidades de frío invernal. Las especies aguantan bien bajas temperaturas (-15º C), pero son sensibles a valores estivales >30ºC. Exigen periodos de actividad vegetativa largos para la maduración del fruto. Ejemplos: Manzano, Peral, Ciruelo.

Especies de zona templado-cálida

Requieren ciertas exigencias en reposo invernal. Son más resistentes a calores estivales y más sensibles a fríos invernales. Ejemplos: Olivo, Vid y Almendro.

Especies subtropicales

Muy sensibles a las heladas de invierno. No necesitan acumulación de frío invernal. Se pueden clasificar:

  • Moderadamente exigentes en calor: Albaricoquero.
  • Exigentes en calor: Níspero.
  • Muy exigentes en calor: Palmera datilera.

Componentes Ambientales Más Importantes

Temperaturas

Temperaturas invernales

Se producen durante el periodo de reposo.

Temperaturas de primavera, verano y otoño

Se producen durante el periodo vegetativo.

Heladas invernales

Toda temperatura por debajo de 0ºC. El grado de resistencia al frío depende de la variedad, estado nutricional, fisiológico, ambiental y características genéticas.

Los procesos de resistencia se alcanzan a través de la lignificación, que tiene dos fases:

Maduración de la madera

Tiene lugar en la primera parte del otoño, desencadenada por el acortamiento de los días y el descenso de temperaturas. Se produce acumulación de hidratos de carbono, aumento de la presión osmótica, disminución del nivel celular de agua, engrosamiento de las membranas celulares y disminución de la actividad meristemática, que provoca la progresiva adaptación al frío.

Endurecimiento de la madera

Continuación de la fase anterior, y comprende finales de otoño y principios del invierno. Las modificaciones fisiológicas continúan, aumenta en mayor grado la presión osmótica, disminuye el volumen vacuolar y se incrementa la permeabilidad celular.

Al finalizar, el proceso de lignificación coincide con el estado de reposo invernal.

Daños Producidos por Heladas Invernales

Sistema radicular

Tiene menor resistencia al frío. Si se dan temperaturas <-5-10º, conlleva la congelación celular, con la siguiente necrosis vascular interna. El espesor del suelo incrementa la resistencia al frío de las raíces.

Cuando las raíces son afectadas, no se puede ver la sintomatología hasta la débil brotación en primavera gracias a las reservas de la madera, se marchita rápido debido a la falta de absorción radicular.

Yemas de flor

Tienen poca resistencia específica. Temperaturas <-10ºC ocasionan la muerte de los primordios femeninos, castrando las flores. Pueden llegar a abrir en primavera, pero sin posibilidad de fecundación.

Efecto de temperaturas elevadas en invierno

  • Retrasos en el desborre y apertura de las yemas: Casos de floraciones anómalas o mucho desfase entre la brotación de yemas de flor y yemas de madera, se alarga demasiado el periodo de floración. Si la aparición de las hojas se retrasa, el desarrollo inicial de los frutos es menor y el árbol se debilita por el consumo de reservas. Si el periodo de floración se alarga, hay problemas en la aplicación de tratamientos fitosanitarios. Retrasos en la apertura de yemas de flor producidas por inviernos suaves pueden alterar las fechas normales, anulando el carácter polinizador.
  • Brotación irregular y dispersa: Las yemas de flor se abren antes que las vegetativas, las terminales antes que las laterales. Esto provoca mayores diferencias entre floración y foliación, pueden dar lugar a flor de botón rosa, con flores en plena floración o cuajado de frutos.
  • Desprendimiento y caída de las yemas de flor: Síntoma en frutales que se manifiesta después de inviernos suaves, se puede llegar a compensar por un mayor crecimiento vegetativo.

Medida del Reposo Invernal: Necesidades de frío

Duración media específica del reposo de una determinada especie o variedad. Se cuantifica el nº de horas que la temperatura ha estado por debajo de una temperatura fija o umbral (7ºC).

Si son insuficientes las horas de frío acumuladas, darán problemas de adaptación. La insolación acorta el periodo de reposo. Temperaturas en Febrero >7ºC rompen el periodo de reposo.

Heladas Primaverales

Conllevan que partes de la flor (óvulos, etc.) se congelen y se necrosen, imposibilitando la fecundación. La máxima sensibilidad al frío es en el fruto recién cuajado. Vid, olivo y nogal tienen una floración tardía como defensa ante estas heladas primaverales.

Daños producidos por heladas primaverales

Si las heladas se producen con las yemas cerradas (botón verde y rosa), pueden continuar su desarrollo, pero el ovario y el estilo están afectados por el frío, por lo que la flor es estéril. Si la helada es muy intensa, la yema puede directamente desprenderse.

En estado de plena floración, los daños afectan al óvulo, estilo y la flor queda estéril.

Si la helada es suficientemente intensa y el fruto está en las primeras fases de desarrollo, el frío alcanza al embrión, ocasionando necrosis, el fruto deja de crecer y cae.

Si el frío es poco intenso y el fruto está bien desarrollado, los daños son epidérmicos.

Tipos de Heladas Primaverales

Heladas de convección

Son las olas de frío, producidas por irrupciones de masas de aire frío, con temperaturas de 0ºC. Los descensos termométricos rápidos producen daños importantes.

Heladas de irradiación

Tipo más frecuente de heladas primaverales, se producen por la pérdida continua de calor, por irradiación durante la noche de la superficie terrestre y de los vegetales. Son más intensas en noches claras, despejadas sin viento y con baja humedad. La irradiación superficial enfría el aire, que al aumentar la densidad cae al nivel del suelo, de esta forma las capas más bajas son las más frías, aumentando la temperatura hasta una cierta altura, que es el nivel de inversión. En zonas de pendiente se produce una acumulación de frío en el valle.

Heladas de evaporación

Son causadas por el enfriamiento producido al evaporarse el agua que recubre el suelo y los vegetales cuando el ambiente es frío y seco.

Métodos de Defensa

Indirectos

Especies y variedades resistentes, emplazamientos adecuados, técnicas de cultivo apropiadas.

Directos

Pantallas protectoras, uso de ventiladores, calentamiento, riegos por aspersión, tratamientos químicos.

Riesgo de helada

La temperatura a la que se produce la condensación del vapor de agua es el Punto de Rocío, que está relacionado con la cantidad total de vapor de agua, de manera que a mayor Punto de Rocío, mayor vapor de agua. A medida que el aire se seca, si el Punto de Rocío desciende por debajo de 0ºC, al descender la temperatura por la irradiación nocturna no se libera el calor de condensación, y se acentúan los riesgos de heladas.

Temperaturas Demasiado Altas

Pueden llevar a la formación de capas de abscisión en el pedúnculo, llevando a la caída del fruto.

Efectos Producidos por Bajas Temperaturas Estivales

Pérdida del tamaño de los frutos con disminución de su valor comercial, retraso de maduración y menor desarrollo vegetativo.

Efectos Producidos por Altas Temperaturas Estivales

Disminución de la actividad fotosintética. Si el calor aumenta, puede superarse también el umbral máximo del intervalo adecuado para el crecimiento, provocándose la parada vegetativa de verano.

Las olas de calor originan el asurado de hojas y brotes, que por deshidratación pierden agua de sus tejidos, se marchitan y necrosan. Los árboles se defolian temporalmente, volviendo a rebrotar cuando baja la temperatura. Los calores estivales próximos a la recolección son claramente desfavorables para la coloración de los frutos. Si la noche es cálida, los pigmentos se destruyen y el fruto no alcanza su color típico. Un problema en España es la parada estival, que deprecia la fruta.

Pluviometría

Si la disponibilidad de agua en el suelo no es suficiente, el crecimiento vegetativo se resiente por la menor intensidad de fotosíntesis ante la falta de agua y por el acortamiento del periodo de crecimiento activo, ya que la parada de verano puede producirse no solamente por superarse el umbral máximo de temperatura, sino también por la sequía. Esto lleva a un menor desarrollo de los árboles. Se limita la cantidad de la fruta, porque hay menor nº de yemas florales, disminuye el rendimiento por la escasez de agua, y los frutos alcanzan menor tamaño y peso.

Daños causados por lluvias ocasionales

Las lluvias coincidentes con la floración causan corrimiento porque no se pueden fecundar las flores entomófilas. Las consecuencias son la falta de actividad polinizadora de los agentes entomófilos, el arrastre de polen al suelo por el agua, el lavado de los granos de polen de los estigmas antes de que germinen y la destrucción mecánica de las flores.

El agrietado de los frutos ocurre cuando los frutos están próximos a la madurez y hay una lluvia, lo que provoca una absorción de agua que se acumula en los frutos, aumentando su volumen y agrietando la epidermis. Los frutos con russeting tienen un aspecto de piel de patata, debido a una lesión epidérmica que afecta a la presentación.

Insolación

La insolación incide claramente en la fotosíntesis, y por lo tanto en el crecimiento vegetativo, la inducción floral, el tamaño y la composición de los frutos. Los frutales son exigentes en insolación y crecen mejor en climas soleados.

Una insolación baja disminuye el crecimiento vegetativo, el desarrollo de las hojas y la actividad fotosintética. La tendencia de los árboles es a formar copas aparasoladas al envejecer, por falta de renovación vegetativa en la zona interna sombreada. La falta de luz afecta a la inducción floral y diferenciación floral, porque hay un bajo nivel de carbohidratos. En el interior de la copa (zona sombreada) habrá menos cosecha, debido al bajo nivel de carbohidratos, y las cosechas tendrán falta de color.

Efectos por exceso de insolación

Causa daños en el árbol. En los frutos de los niveles altos de la copa, el exceso de insolación puede llegar a ennegrecerlos, causando daños por quemadura ulcerosa. Los daños en la vegetación son marchitez, desecación y necrosis de las hojas, pudiéndose incluso defoliar el árbol. Esto se conoce como asurado o golpe de calor, y es frecuente en manzanos, perales y ciruelos.

Para evitar los efectos del sol, hay que realizar las podas para mantener la estructura o el encalado del tronco, que también sirve como medida profiláctica de larvas y formas invernantes de plagas y enfermedades.

Viento

Las plantaciones jóvenes situadas a favor de vientos dominantes corren peligro de deformaciones en la copa e inclinación del tronco.

Los efectos de los vientos salinos, que son vientos cargados de salitre que se acumulan en las hojas, llegando a parecer problemas de fitotoxicidad por sales, hacen que el árbol se desarrolle menos y a veces sufra defoliaciones importantes.

Defensa contra el viento

Ventajas de las barreras cortavientos (con el fin de filtrar el viento y reducir la velocidad): Disminuye la evapotranspiración, ahorrando agua de riego. Mejora las condiciones de actividad de las abejas.

Desventajas: Pérdida de superficie agrícola útil, competencia radicular, sombreo de la barrera, mayor incidencia de enfermedades (como consecuencia del mayor nivel de humedad). Las barreras vivas tienen un proceso de desarrollo, y se plantan con 2-3 años de anterioridad.

El peligro de heladas primaverales de irradiación aumenta, así como las temperaturas máximas de verano.

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