Distribución de la Población Española por Densidades y Comunidades Autónomas (2008)
Este mapa temático de coropletas, utilizando cuatro tonos de verde de diferente intensidad, representa la distribución de la población española por densidades y Comunidades Autónomas en el año 2008. La densidad, expresada en habitantes por kilómetro cuadrado (hab/km²), es una cifra relativa que indica la concentración de población en un territorio. Se han establecido cuatro intervalos para resaltar los contrastes en la distribución de la población española.
Contrastes en la Distribución de la Población
Se aprecia un marcado contraste entre áreas geográficas con densidades de población muy bajas (< 26 hab/km²), significativamente inferiores a la media española de 91,8 hab/km², y áreas con densidades altas (> 91 hab/km²). Existe una clara diferencia entre el interior peninsular, particularmente la Meseta, y la periferia, sobre todo la costa, donde predominan las provincias con alta densidad de población.
Análisis por Zonas
Interior
Esta zona del territorio nacional presenta Comunidades Autónomas con densidades inferiores a la media, distinguiéndose:
- Zonas con densidades muy bajas: Comunidades Autónomas atravesadas por el Sistema Central, el Sistema Ibérico y los Montes de Toledo: Castilla y León (27,22 hab/km²), Aragón (27,78 hab/km²), Extremadura (26,32 hab/km²) y Castilla-La Mancha (25,68 hab/km²). Todas ellas se aproximan al límite de 26 hab/km², que separa la densidad baja de la muy baja.
- Excepción: La Rioja, con una densidad de 63 hab/km², más que duplica las cifras de las restantes Comunidades Autónomas interiores.
- Madrid: Constituye la excepción más notable del interior, situándose entre las zonas más pobladas de España, con una densidad superior a 700 hab/km².
Periferia
Al igual que el interior, esta área geográfica muestra fuertes contrastes, pudiéndose diferenciar varias zonas:
- Zonas con densidades inferiores a la media nacional: Área entre los Pirineos y el Valle del Ebro: Navarra y parte de Aragón.
- Resto de las Comunidades Autónomas: Superan la media nacional, pero con comportamientos diversos:
- Litoral mediterráneo: Andalucía tiene una densidad media cercana a 100 hab/km². Las demás (Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares) presentan densidades altas, superando todas, excepto Murcia, los 200 hab/km².
- Litoral cantábrico y atlántico: Galicia (94 hab/km²) supera ligeramente la media nacional. Asturias y Cantabria superan los 100 hab/km², mientras que el País Vasco supera los 300 hab/km².
- Archipiélago canario: Se aproxima a los 300 hab/km².
- Ciudades autónomas de Ceuta y Melilla: Presentan densidades muy elevadas, debido a su reducido territorio.
Causas de la Distribución Desigual
Entre las causas que contribuyen a esta distribución desigual de la población, se pueden señalar:
Zonas con Bajas Densidades
- Emigración de la población: Zonas agrarias de las que la población emigró hacia regiones más desarrolladas de España y de la Unión Europea. Este fenómeno sigue siendo relevante en zonas agrarias de secano y de montaña.
Zonas con Altas Densidades
- Elevado crecimiento natural: En regiones como Andalucía, Canarias y Galicia, el crecimiento natural ha sido históricamente muy superior al de otras regiones españolas. Sin embargo, también en estas regiones hay provincias con bajas densidades y con un historial de emigración (Almería, Jaén, Granada y Lugo).
- Atracción de población inmigrante: Por razones económicas, regiones como el País Vasco, Levante, Barcelona, Baleares y Madrid han atraído a población inmigrante. El fuerte desarrollo económico de la capital y de las regiones periféricas es un factor clave.
Consecuencias
La consecuencia más evidente es la desigual distribución de la población, que genera desequilibrios demográficos, económicos y sociales entre el interior y la periferia de España. Otro fenómeno importante es la llegada de inmigrantes del exterior, principalmente de Iberoamérica, el Magreb, el África subsahariana y países de Europa del Este, que se han asentado en zonas de agricultura comercial y zonas industriales. Este fenómeno cobró importancia a principios del siglo XXI y continúa siendo relevante. Además, existen fuertes contrastes dentro de las propias comunidades y provincias, con grandes concentraciones en las ciudades principales y densidades menores en el ámbito rural.