La Estructura por Sexo y Edad de la Población
La estructura por sexo se representa por la relación entre el número de hombres y mujeres de una población. En España, en las edades jóvenes, predominan los hombres debido a su superioridad numérica al nacer (unos 105 niños por cada 100 niñas) y al fenómeno de la inmigración (suelen emigrar más los varones). En la edad adulta madura (50-54 años), los efectivos de los sexos se igualan y al final predominan las ancianas, gracias a la esperanza de vida de las mujeres.
La estructura por edad es la composición de la población por grupos de edad. Si el porcentaje de jóvenes (0-14 años) supera el 35%, la población se considera joven; por el contrario, si el porcentaje de ancianos (+ de 65 años) supera el 12%, la población se considera envejecida.
En España, la población está envejecida (20,4%), debido al fuerte descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida, que incrementa el número de ancianos. Pese a todo, hay diferencias territoriales:
- Las comunidades autónomas más jóvenes son: las del sur peninsular (tasa de natalidad superior a la media), Madrid y el litoral mediterráneo (por su dinamismo económico reciben un alto número de inmigrantes).
- Las comunidades más envejecidas son: Galicia, el interior peninsular (afectadas en el pasado por la emigración) y la cornisa cantábrica (muy afectada por la crisis de 1975).
Consecuencias del envejecimiento: Desaceleración económica y aumento del gasto sanitario (medicamentos, estancias hospitalarias…), pensiones y cuidados (aumentan las cargas familiares y la demanda de residencias de ancianos…), que afectan a la viabilidad del Estado del Bienestar.
La Estructura Socioeconómica de la Población
Los datos del último censo indican un descenso de la población soltera, frente al crecimiento de casados, separados y divorciados, lo que refleja una evolución hacia una sociedad más laica y liberal.
La tasa de actividad en España ha ido evolucionando, creciendo desde 1995 con la incorporación de la mujer al mundo laboral y la fuerte inmigración. Por comunidades, las tasas de actividad son más altas en aquéllas con mayor dinamismo económico y posibilidades de empleo (Madrid, costa mediterránea, Navarra, La Rioja y ambos archipiélagos), y más bajas en las comunidades más jóvenes (Andalucía) o más envejecidas (interior peninsular).
En cuanto a la tasa de paro, se agravó hacia 1975 por la crisis económica, el retorno de emigrantes y la demanda de trabajo por parte de mujeres y jóvenes de la generación del “baby boom”. Tras un notable descenso del paro entre 1995 y 2008 por la favorable coyuntura económica, actualmente la tasa de paro española se sitúa en torno al 11 %, la mayor de los países del llamado “primer mundo”.
El paro afecta más a las mujeres, los jóvenes, las personas menos cualificadas y a las comunidades con menor dinamismo económico y mayor población joven, como Andalucía y Extremadura.
Por sectores económicos, España ha sufrido un profundo cambio. Hay un alto porcentaje de población dedicada al comercio y los servicios, menos a la industria y poca a la agricultura. La característica más sobresaliente es la progresiva terciarización de la población (más del 75%), además de la mayor diversificación de la actividad productiva, importancia de nuevas actividades (informática, telecomunicaciones…) y, el aumento de las actividades relacionadas con servicios personales y empresas.
a) La Ciudad Preindustrial o Casco Antiguo
Comprende la parte urbanizada desde su origen hasta el inicio de la industrialización. Ocupa una pequeña parte, pero tiene gran valor cultural (Patrimonio UNESCO: Toledo, Mérida, Segovia, Santiago…).
Hasta el siglo XVIII, los cascos antiguos poseían características comunes: estaban rodeados de murallas; el plano solía ser irregular, con calles estrechas y tortuosas, típico de muchas ciudades antiguas y medievales -musulmanas o cristianas-, aunque también existen planos radiocéntricos -Vitoria-, o lineales -ciudades del camino de Santiago-; la edificación predominante eran casas de baja altura entre las que destacaban algunos edificios: iglesias, mezquitas, ayuntamientos, palacios, etc.; y los usos de suelo eran diversos: talleres artesanales, comercios, almacenes… En el centro se encontraban los principales edificios públicos y vivía la élite, mientras que las minorías étnicas y religiosas vivían en barrios aparte (juderías y morerías).
Durante el siglo XIX, el casco antiguo absorbió el crecimiento de la población al quedar libres espacios por la desamortización religiosa. La trama se densificó para aprovechar el suelo y la edificación se verticalizó (bloques de 3 a 5 pisos). Se trató de mejorar la habitabilidad y los servicios urbanos: pavimentación de las calles, acometidas de agua, construcción de mataderos y cementerios en la periferia y, sobre todo, remodelación de la trama viaria mediante la apertura de nuevas calles como las grandes vías en ciudades como Madrid, Barcelona o Granada. Había una jerarquía social, ocupando la rica burguesía el centro y el proletariado la periferia del casco antiguo.
Durante el siglo XX se produjo un deterioro del casco antiguo y la burguesía abandonó el centro, pero en las últimas décadas ha sido objeto de una política de rehabilitación urbana (construcción de calles peatonales, plazas ajardinadas, y con ayudas económicas para rehabilitar viviendas y edificios históricos…) con el fin de conservar, recuperar y revitalizar el casco antiguo.
EL SISTEMA DE CIUDADES EN ESPAÑA
El sistema de ciudades es la disposición de las ciudades sobre el territorio y las relaciones que se establecen entre sí. Las ciudades de un sistema se caracterizan por su tamaño y por las funciones que desempeñan, según las cuales ejercen influencia sobre un área más o menos amplia y ocupan una posición jerárquica.
El Tamaño de las Ciudades
El tamaño de las ciudades les otorga un rango o número de orden en el sistema urbano. En España, el mayor rango corresponde a 15 aglomeraciones urbanas que superan los 500.000 habitantes, destacando las áreas metropolitanas de Madrid (1er lugar), y de Barcelona (cuyo tamaño es mayor del que suele corresponder a la 2ª aglomeración de un sistema nacional), lo que configura un sistema bipolar. En cuanto a la distribución territorial de las principales ciudades, excepto Madrid, la mayoría se localiza en la periferia.
Las Funciones Urbanas
Las funciones urbanas o actividades socioeconómicas desempeñadas y que tienen una influencia hacia el exterior. Según su función principal, distinguimos:
- Ciudades primarias, especializadas en actividades del sector primario (agrociudades andaluzas y levantinas o ciudades mineras asturianas);
- Ciudades secundarias especializadas en la industria (País Vasco, Cataluña o Asturias) y la construcción (ciudades del litoral afectadas por el turismo)
- Ciudades terciarias especializadas en los servicios, y que mejor definen el rango y la influencia de una ciudad. Sin embargo, las grandes ciudades desempeñan varias funciones simultáneamente.
El Área de Influencia Urbana
Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de influencia. Ésta será mayor, cuanto más diversas y especializadas sean sus funciones: nacional, regional, subregional, comarcal o local. El alcance del área de influencia urbana no es permanente, puede experimentar modificaciones en función de los cambios económicos y de los medios de transporte y comunicación.
c) La Periferia Urbana Actual y las Recientes Transformaciones Urbanas
Sobre todo en la década de 1960, las principales ciudades españolas iniciaron un enorme crecimiento debido al éxodo rural. En la actualidad, tienen un ritmo de crecimiento menor, pero continúan extendiéndose en el espacio, debido a la difusión de parte de su población y de su actividad económica hacia periferias cada vez más alejadas. Surge así la llamada “ciudad difusa”, cuya manifestación principal es la formación de áreas periurbanas o rururbanas, de límites imprecisos, en las que se mezclan los usos del suelo y las formas de vida del campo y de la ciudad.
- Los barrios residenciales de la periferia.
- Los barrios marginales de infravivienda o chabolas alcanzan su máximo auge en los años 50, cuando el éxodo rural llevó a la ciudad a millones de personas de escasos recursos para los que no había vivienda asequible. Las casas se autoconstruyeron con materiales de desecho, sobre suelo ilegal y con ausencia de servicios básicos (luz, agua, saneamiento)
- Los barrios de viviendas de promoción oficial (VPO) construidos con ayuda pública entre 1940-60. Con edificaciones en bloques de baja calidad, y carencias de equipamientos y servicios.
- Los barrios de vivienda de promoción privada surgieron a partir de 1960. Adoptaron trama abierta, con predominio de bloques o torres separados por espacios ajardinados. Desde 1980 se suman a éstos, los de viviendas unifamiliares, por el deseo de la clase media de contacto con la naturaleza y por el uso del automóvil.
- Las áreas industriales y de equipamiento de la periferia.
Se localizan junto a las principales vías de acceso a la ciudad, buscando la proximidad urbana y suelo abundante a precio asequible.
- Las áreas industriales incluyen polígonos industriales planificados o desorganizados y espacios industriales nuevos, como parques empresariales (oficinas buscando la descongestión del centro) y parques tecnológicos (empresas innovadoras y centros de investigación que quieren calidad ambiental y cercanía a los servicios urbanos).
- Las áreas de equipamiento son fruto de la actual descentralización de las actividades económicas hacia la periferia urbana: grandes superficies comerciales, centros escolares, sanitarios y administrativos, …