Migraciones en España: Causas, Tipos y Consecuencias (Siglos XIX-XXI)

Los Movimientos Migratorios

Migración: Desplazamientos de población en el espacio.

Emigración: Salida de población desde el lugar de origen.

Inmigración: Llegada de población a un lugar de destino.

Saldo migratorio: Balance entre inmigración y emigración (SM = I – E).

Migraciones Internas

Movimientos de población dentro del país. Se diferencian dos tipos:

Migraciones Internas Tradicionales

Características: Tuvieron lugar entre el último tercio del siglo XIX y la crisis de 1975. El volumen fue muy elevado, afectando a más de 11 millones de personas, sobre todo durante 1951-1975. La motivación de la inmigración fue principalmente laboral. Los protagonistas eran jóvenes poco cualificados. Los cambios eran mayoritariamente unidireccionales entre el campo y las grandes ciudades.

Consecuencias de las Migraciones Internas Tradicionales:

  • Plano demográfico: Desigualdades en la distribución de la población (interior vacío, periferia y Madrid con alta densidad). La estructura por sexos ha elevado el índice de masculinidad en algunas áreas emigratorias, y la de por edad ha causado el envejecimiento de la población en el campo y rejuvenecimiento en las ciudades.
  • Plano económico:
    • En las ciudades: La inmigración masiva provoca deseconomías de congestión.
    • En las áreas rurales: Las migraciones redujeron la población, pero con el tiempo generaron deseconomías de subpoblación.
  • Plano social: Se producen problemas de asimilación.
  • Aspecto medioambiental:
    • Zonas migratorias: Quedaron abandonados los ecosistemas tradicionales.
    • Grandes ciudades: La inmigración genera problemas de contaminación, ruido, residuos, etc.

Corrientes Migratorias Interiores Tradicionales

Las migraciones interiores en España han seguido diferentes patrones a lo largo del tiempo.

  • Las migraciones estacionales y temporales fueron comunes entre el siglo XIX y la década de 1960. Eran desplazamientos con intención de retorno, ya sea hacia otras áreas rurales para trabajos agrícolas (siega, vendimia, recolección de aceitunas) o hacia la ciudad en épocas de menor demanda en el campo, donde se trabajaba en construcción, industria o servicios.
  • El éxodo rural tuvo lugar entre finales del siglo XIX y 1975. Se trató de una migración definitiva o de larga duración desde zonas rurales hacia ciudades en busca de empleo, mejores ingresos y mayor calidad de vida. Los emigrantes procedían de Galicia, el interior peninsular y Andalucía oriental, y se dirigían inicialmente a Cataluña, el País Vasco y Madrid, expandiéndose luego a otras zonas industriales y turísticas del Mediterráneo, el valle del Ebro, Baleares y Canarias.

Se distinguen cinco etapas:

  1. Finales del siglo XIX-1930: Flujo moderado debido a la crisis de la filoxera, el inicio de la mecanización agrícola y el crecimiento de la industria y obras públicas bajo la dictadura de Primo de Rivera. La migración solía darse en cascada: primero a capitales provinciales y luego a grandes ciudades industriales como Madrid, Barcelona, Bizkaia y Gipuzkoa.
  2. 1931-1950: Se estancó por la crisis económica de los años 30, la Guerra Civil y la posguerra. La industria redujo empleos, las ciudades tuvieron problemas de abastecimiento y el franquismo fomentó la permanencia en el campo.
  3. 1951-1975: Auge del éxodo rural, sobre todo en los años 60. Se debió al crecimiento demográfico, la mecanización agrícola, el auge industrial impulsado por los planes de desarrollo y el turismo. La migración fue directa hacia grandes ciudades como Madrid y otras en los ejes del Ebro, el Mediterráneo y las islas.
  4. Desde 1975: El éxodo rural decayó por la crisis económica, que redujo la atracción de las ciudades industriales. Algunas regiones inmigratorias incluso comenzaron a perder población, mientras que las antiguas áreas emigratorias vieron disminuir sus salidas o ganar población por el retorno de emigrantes. Factores como la tecnificación agraria, el desarrollo rural y la instalación de industrias y servicios en el medio rural han contribuido a frenar el éxodo rural.

Migraciones Internas Actuales

Características: Tienen lugar desde la crisis de 1975 hasta la actualidad. El volumen decreció entre 1975-1985 por el declive del éxodo rural. Las motivaciones son más variadas (laborales, residenciales, estilo de vida, ocio, etc.). Los protagonistas son, sobre todo, adultos jóvenes con un nivel de formación medio-alto y con origen en los centros migratorios. Las corrientes son pluridireccionales con mayor diversidad de orígenes y destinos.

Corrientes Migratorias Internas Actuales

  • Migraciones laborales: Protagonizadas por adultos jóvenes que proceden de zonas rurales atrasadas, ciudades industrializadas en declive y núcleos urbanos. Se dirigen más a municipios urbanos medianos de su propia región o provincia.
  • Migraciones residenciales: Protagonizadas por jóvenes que buscan vivienda barata y por adultos jóvenes de clase media que desean residir en áreas con calidad medioambiental. En su mayoría son intraurbanas.
  • Migraciones de retorno: Regreso de la población a las áreas emigratorias de procedencia. Entre 1975-1985 afectó más a personas mayores de 55 años o jubilados. Desde entonces, afecta más a emigrantes plurianuales (migraciones «gaviota»).
  • Migración pendular: Desplazamientos periódicos por motivos de trabajo o estudio y de ocio. El trabajo o el estudio ocasionan movimientos entre el lugar de residencia y el centro de trabajo o educativo.

Los Cambios en los Flujos de las Corrientes Migratorias

  • Las migraciones hacia las provincias de otras regiones pierden peso y originan diferentes saldos migratorios:
    • Las provincias con mayor diversidad económica, industrialización o sector terciario avanzado suelen tener saldos positivos (Madrid, ejes del Mediterráneo y Ebro, Baleares y Canarias). Sin embargo, en épocas de crisis pueden experimentar saldos negativos, como ocurrió con la reconversión industrial tras 1975 o la crisis de 2008-2013 en el litoral mediterráneo. Algunas provincias también ganan población por la expansión de actividades desde provincias vecinas (Toledo y Guadalajara desde Madrid; Cantabria desde Bizkaia; Girona y Tarragona desde Barcelona).
    • Las provincias menos dinámicas, con economías tradicionales, ubicación periférica o problemas de accesibilidad, suelen tener saldos negativos (ej. Asturias). Sin embargo, en épocas de crisis pueden ganar población por el retorno de emigrantes afectados por el desempleo.
  • Las migraciones entre las provincias de la propia región o entre municipios de la propia provincia han crecido: Esto se debe al desarrollo de centros de actividad regional y provincial impulsado por las competencias autonómicas y políticas de desarrollo. También influyen las desigualdades económicas dentro de una provincia, como entre el litoral y el interior o entre zonas montañosas y llanas.
  • Las migraciones internas entre municipios presentan saldos diferentes según su tamaño:
    • Las grandes ciudades (+100.000 habitantes) y capitales provinciales tienen un saldo migratorio interno positivo.
    • Los municipios rurales y urbanos pequeños suelen perder población, salvo aquellos cercanos a grandes ciudades que se benefician de la expansión económica y del menor coste del suelo.

Consecuencias de las Migraciones Interiores Actuales

  • Las migraciones laborales aumentan los desequilibrios demográficos y económicos tanto entre regiones como dentro de las comunidades autónomas y provincias.
  • Las migraciones residenciales intraurbanas provocan el envejecimiento en las áreas urbanas centrales que pierden población y generan un aumento en la periferia, lo que exige más infraestructuras y servicios. Las migraciones hacia municipios pequeños o rurales transforman la composición social y afectan a los modos de vida locales.
  • Las migraciones de retorno contribuyen al envejecimiento de las zonas receptoras de jubilados, pero también pueden generar nuevos negocios o actividades impulsadas por los jóvenes, ayudando a frenar la emigración. Además, la llegada de jóvenes con hijos a pueblos casi despoblados puede favorecer la continuidad de escuelas y actividades tradicionales.
  • Los movimientos pendulares relacionados con el trabajo y el estudio generan problemas de tráfico en las horas punta en grandes ciudades, mientras que los desplazamientos por ocio benefician económicamente a las zonas receptoras.

Las Migraciones Exteriores

Las migraciones exteriores son los desplazamientos de población fuera del país. Tradicionalmente, España se caracterizó por la emigración, pero en la actualidad predominan la inmigración extranjera y una menor emigración.

Las Migraciones Exteriores Tradicionales

Desde mediados del siglo XIX hasta la crisis de 1975, un gran número de españoles emigró principalmente a América y Europa occidental.

La Emigración Transoceánica Tradicional

Se dirigió a América Latina y, en menor medida, a EE.UU., Canadá y Australia. En su mayoría, fue una emigración permanente y asistida*, aunque también hubo desplazamientos temporales para trabajar en infraestructuras y en el sector agrario.

a) Primera etapa de auge (mediados del siglo XIX-1914):

La emigración a América, que había disminuido en el siglo XVIII, se reactivó en 1853 debido a:

  • La demanda de trabajadores en América Latina para poblar territorios y desarrollar infraestructuras.
  • La reducción de restricciones en España, convirtiéndose en una alternativa al desempleo agrario y a la escasez industrial.
  • El deseo de evitar el servicio militar y el llamado de familiares ya emigrados.

Procedencia: Galicia, Asturias y Canarias.

Destino: Actividades agrarias en Argentina, Cuba y Brasil.

Perfil: Varón joven, soltero, con baja cualificación, dedicado a la agricultura.

b) Declive de la emigración transoceánica (1914-1945):

  • Primera Guerra Mundial: Inseguridad y dificultades para emigrar.
  • Crisis de 1929: Aumento del paro en América Latina y restricciones migratorias.
  • Guerra Civil Española y posguerra: Bloqueo internacional, falta de transporte y política poblacional del franquismo.

c) Recuperación parcial (1945-1960):

Factores: Autorización de salida en 1946, fin del aislamiento internacional en 1950 y cambio de actitud de EE.UU. en 1951.

Destinos: Venezuela (explotación petrolera), Argentina y Brasil (industria).

Cambio en el perfil del emigrante:

  • Aumento de la emigración familiar.
  • Mayor cualificación: obreros, técnicos y agricultores especializados.

d) Declive desde 1960:

La crisis económica en América Latina y el auge de la emigración a Europa redujeron el flujo migratorio transoceánico. Solo aumentó en momentos de crisis.

La Emigración Tradicional a Europa

a) Emigración escasa y estacional hasta mediados del siglo XX:

Principalmente desde el campo levantino hacia Francia. Compuesta por agricultores, obreros de la construcción y trabajadoras del servicio doméstico. Aumentó con la llegada de refugiados políticos tras la Guerra Civil. Finalizó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

b) Auge de la emigración (1960-1973):

Se debió a la confluencia de factores europeos y españoles:

  • Factores europeos:
    • La reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial generó una alta demanda de empleo.
    • Escasez de mano de obra por la baja natalidad en Europa entre 1930-1940 y las pérdidas de la guerra.
  • Factores españoles:
    • Crecimiento demográfico y excedente de población agraria por la mecanización del campo.
    • Insuficiente industrialización para absorber trabajadores.
    • Crisis económica derivada del Plan de Estabilización.
    • Reducción de oportunidades en América y mejores salarios en Europa.

Características de la emigración:

  • Destinos: Francia, Alemania y Suiza.
  • Procedencia: Todas las regiones, aunque especialmente Andalucía y Galicia.
  • Perfil: Adultos jóvenes con baja cualificación, empleados en minería, construcción, industria y servicio doméstico.

c) Declive desde 1975:

Debido a la crisis económica en Europa occidental que generó desempleo y muchos emigrantes regresaron a España.

Consecuencias de las Migraciones Exteriores Tradicionales

a) Consecuencias demográficas:

  • Reducción de la población española.
  • Gran impacto en la distribución poblacional, agravando los desequilibrios entre regiones debido a la distinta participación en la emigración.

b) Consecuencias económicas:

  • Disminución del desempleo y alivio del crecimiento demográfico.
  • Las divisas enviadas ayudaron al desarrollo económico y redujeron el déficit comercial. Sin embargo, muchas regiones emisoras no se beneficiaron, ya que los ahorros se invirtieron en zonas más dinámicas y los retornados prefirieron instalarse en lugares con mayores oportunidades laborales.

c) Consecuencias sociales:

  • Desarraigo y dificultades de adaptación en los países de destino debido a diferencias culturales y lingüísticas.
  • Condiciones de vida difíciles: aislamiento familiar, viviendas precarias y salarios bajos.
  • Tras la crisis de 1975, los emigrantes fueron los primeros en perder su empleo y, al regresar, enfrentaron problemas para encontrar trabajo, vivienda y readaptarse a España.

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