Economía y Sociedad en el Neolítico Peninsular
El Neolítico en la Península Ibérica se caracteriza por una economía basada en la agricultura y la ganadería, con una ocupación del territorio que podía ser estacional o periódica. Se establecían unidades familiares con una clara división del trabajo: los hombres se dedicaban principalmente a la gestión del ganado, mientras que las mujeres realizaban actividades de sustento del grupo.
Aunque en muchos contextos neolíticos predominan los poblados sedentarizados al aire libre, con cultivos y ganadería, la Península Ibérica presenta particularidades. La influencia de las poblaciones de sustrato, que continuaban con la explotación de recursos bióticos de forma similar a periodos anteriores, llevó a ocupaciones más periódicas o estacionales. La localización de estos espacios es compleja, y solo ha mejorado gracias a nuevas técnicas de prospección y a las obras públicas.
Es importante destacar que, en general, tanto las ocupaciones en cuevas como al aire libre no derivan de un proceso de sedentarización coetáneo al proceso de neolitización.
Tecnología Lítica
La piedra tallada, herencia de fases previas como la talla geométrica microlaminar del Epipaleolítico (especialmente en el Levante y sur peninsular) y la geométrica laminar del suroeste, se relaciona principalmente con actividades cinegéticas. Aunque se mantienen algunas técnicas, surgen nuevas formas de extracción, como las láminas que se transforman en piezas.
Se encuentran lanzas compuestas con microlitos, cuchillos de piedra con mangos de cuerno, taladros para materiales minerales y materias duras animales, y hoces con elementos insertados oblicuamente en madera para la siega de cereales. Las diferencias en las hoces entre el sur y el norte se han utilizado para diferenciar distintos fondos culturales.
La Cerámica
Aunque la experimentación con cerámica se remonta al Paleolítico, en la Península Ibérica su desarrollo se produce principalmente a partir del Neolítico.
La cerámica es crucial porque la materia prima inicial no se parece al producto final. El proceso implica el control de tierras cribadas, el uso de agua para dar plasticidad, materiales orgánicos para la consistencia, y el modelado para obtener diferentes formas. La regularización de la superficie y la forma determinan el uso del vaso. El punto crítico es la cocción al fuego, de la cual depende el éxito del producto final.
Tradicionalmente, la cerámica a mano se ha asociado a las mujeres, y la cerámica a torno a los hombres. Sin embargo, la comercialización de la cerámica suele estar en manos de las mujeres. La decoración varía según el objeto y la técnica utilizada.
Fases del Neolítico en la Península Ibérica
Neolítico Antiguo (5700/5300-4900/4500 a.C.)
Se concentra en el área levantina, con yacimientos como Cova de l’Or, Cova de la Sarsa, Cova de les Cendres y Mas d’Is. Se observa el llamado «modelo dual» (combinación de la ola de avance con la presencia de grupos humanos de tradición epipaleolítica, pero con elementos neolíticos) dentro del Neolítico Cardial y Epicardial.
Neolítico Medio o Pleno
Se asocia al Neolítico occidental de la fachada levantina, con un desarrollo importante debido a la llegada de grupos mediterráneos (modelo dual). Se caracteriza por cambios en las técnicas decorativas, como la incisión, la cerámica grafitada y la grabada.
Predominan en esta fase la Cultura de las Fosas Catalanas, la Cultura de las Cuevas (Cultura Ibérica), la Cultura de Almería y la Cultura de los Silos (valle del Guadalquivir).
Neolítico Final (4200-3300 a.C.)
En este período se consolida el cultivo de leguminosas y un cultivo diferencial de cebada y trigo de forma independiente, así como plantas como la adormidera, con efectos medicinales y alucinógenos. También se observan cambios en la industria lítica, con el desarrollo de grandes láminas que alcanzarán su apogeo en los inicios de la metalurgia, destacando los talones triedros. Esto se vincula con el desarrollo de diversas artesanías a partir del 4200 a.C., como la alfarería y la textilería (tanto para fibras vegetales como animales).
En la cerámica, solo se encuentra decoración pintada o en herradura, y se caracterizan fondos más estables. Los formatos de las fases recientes del Neolítico son de mayores dimensiones, con tipologías de cuencas, fuentes y carenados.
Se encuentran también idolillos de tipo cruciforme de la cultura almeriense, vinculados con el Mediterráneo oriental.