Transformación Económica de España: Del Desarrollismo al Crecimiento Industrial

1 – El CAMBIO DE ORIENTACIÓN DE LA ECONOMÍA

1.1-Los gobiernos del «desarrollismo»:

El gobierno formado por Franco en 1957 y los sucesivos en la década de 1960 supusieron un cambio significativo en la orientación del franquismo y marcaron la transición desde una primera etapa en la que prevalecieron los principios del falangismo a una segunda dominada claramente por los llamados tecnócratas.

Esta nueva generación de políticos, estaban vinculados al Opus Dei y muy bien relacionados con las élites económicas, y tenían como objetivo más importante la incorporación a la gestión del Estado de criterios de racionalidad y de eficacia económica que aseguraran la continuidad del régimen. Apostaban por un reformismo técnico que, sin cuestionar la dictadura, encontrara una salida a la grave situación económica y social derivada de la autarquía.

Europa vivía una etapa de recuperación económica después de la Segunda Guerra Mundial la economía española estaba dispuesta a aprovechar las condiciones favorables del mercado internacional.

1.2-El plan de estabilización:

La primera acción correctora de la política económica llegó de la mano del llamado plan de estabilización (1959).

El proyecto de actuación comprendía tres grandes ejes:

  • Estabilización de la economía. A fin de reducir la inflación se elevaron los tipos de interés bancario, se limitó la concesión de créditos y se congelaron los salarios. Para poder limitar el déficit público se propuso una reforma fiscal que incrementara la recaudación y limitara el gasto del Estado.
  • Liberalización interior de la economía: Se llevó a cabo a partir de la eliminación de organismos estatales interventores y de poner fin a la reglamentación de los precios fijos.
  • Liberalización exterior de la economía: El objetivo era eliminar los obstáculos a la entrada de mercancías extranjeras y facilitar la inversión de capitales exteriores. En esta dirección, se anunció la convertibilidad de la peseta para facilitar los intercambios, y se devaluó casi un 50% en relación con el dólar.

A cambio de estos compromisos, diferentes organismos internacionales otorgaron préstamos a España para poder hacer frente a la grave situación económica y evitar una posible suspensión de pagos. A más largo plazo todas estas medidas querían incorporar la economía española en los mercados internacionales para poner las bases de un crecimiento económico posterior.

1.3-Los planes de desarrollo:

En el programa de estabilización se añadió, en la década de 1960, la puesta en marcha de los planes de desarrollo económico y social. Se promulgaron tres, que tendrían una vigencia cuatrienal (1964-1967, 1968 a 1971 , 1972-1975), y para supervisar su funcionamiento se creó el cargo de comisario del plan de desarrollo, para el que fue nombrado el catalán Laureano López Rodó. El proyecto consistía en aplicar una Planificación económica indicativa, con el objetivo de impulsar desde el Estado el crecimiento de la economía mediante la programación de la actividad del sector público y de ofrecer a los inversores privados información y previsión así como determinados incentivos fiscales y subvenciones.

Los planes empezaron 2 líneas de actuación: las acciones estructurales, que pretendían solucionar algunas deficiencias de la industria, y los polos de desarrollo, que intentaban reducir los desequilibrios económicos regionales a partir de la promoción de nuevas industrias en zonas de industrialización escasa.

A pesar de que, globalmente, los planes de desarrollo tuvieron escasa relevancia, su éxito más grande consistió en proveer la iniciativa privada de infraestructuras y de productos básicos que favorecieron el crecimiento industrial.

2 – LOS AÑOS DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO:

2.1-Una industrialización acelerada:

La economía catalana creció entre 1960 y 1974, y ya desde 1950 se mantuvo por encima de la economía española. Las causas fueron una renovación de las actividades agrarias y un gran incremento de los sectores secundario y terciario. Este crecimiento industrial se debió a la mejora de la productividad, gracias a los bajos salarios, a la importación tecnología y a la inversión de capitales extranjeros. El aumento de la productividad permitió la baja de los precios, y eso favoreció las exportaciones. El aumento del número de asalariados se incrementó el de consumidores que, junto con la difusión de las compras a plazos, llevaron a un gran aumento de la demanda de bienes de consumo duraderos.

En Cataluña, como en el resto de España, todas las ramas industriales se expandieron, pero algunas lo hicieron con una intensidad mayor y se convirtieron en motor del crecimiento económico. El sector que lideró el progreso industrial fue principalmente la industria metalúrgica, vinculada a la producción de automóviles, electrodomésticos y, en menor cantidad, a la de maquinaria.

A su vez, la industria química, la energética, la siderúrgica, la construcción naval y la construcción registraron en toda España unas tasas de crecimiento muy elevadas.

También se generaron nuevos enclaves industriales en Valencia, Alicante, Ferrol, Vigo, Sevilla, Cádiz, Huelva, Valladolid y Burgos.

La estructura industrial catalana continuó asentada sobre el predominio de la pequeña y mediana empresa (SEAT, la Pegasso y la compañía eléctrica ENHER). El desarrollo de aquellos años consolidó la concentración económica en las cinco comarcas industriales de los alrededores de Barcelona (el Barcelonés, el Baix Llobregat, el Vallès Occidental, Vallès Oriental y el Maresme), que reunían el 70% de la producción industrial.

2.2-La reconversión de la agricultura tradicional:

Algunas regiones españolas subsistía un amplio minifundismo al lado de grandes latifundios en manos de propietarios absentistas que regentaban explotaciones trabajadas de manera insuficiente y con una productividad escasa.

Las nuevas oportunidades de trabajo que ofrecía la industria estimularon el éxodo rural, y el descenso de la mano de obra campesina hizo aumentar los salarios. Los empresarios agrícolas, para mantener o mejorar sus ganancias, iniciaron un proceso de mecanización y de uso de abonos químicos que permitían intensificar los cultivos, esta iniciativa redujo aún más el empleo en el campo e hizo aumentar la emigración. Por otro lado, la mejora de la renta de la población trajo consigo una diversificación de la demanda de alimentos con la disminución del consumo de cereales y de legumbres y el aumento de los productos ganaderos (leche y carne) y hortofrutícolas.

Todo este proceso cambió el aspecto del campo español, la población activa agraria disminuyó

En Cataluña, entre 1950 y 1975, el número de campesinos se redujo a la cuarta parte. La composición del producto agrícola catalán se modificó, el cereal retrocedió y aumentaron la viticultura, la fruta, los cítricos, los productos de huerta y los tubérculos.

2.3-El progreso del sector terciario:

Los factores que influyeron de manera más notable en la terciarización fueron un proceso de urbanización muy intenso, el aumento de las redes de distribución y de comercio el mejoramiento de los medios de transporte y de comunicación, y, con un peso muy específico , el turismo. A diferencia del conjunto español, durante estos años en Cataluña, el sector terciario continuó teniendo menos importancia que el secundario, un elemento definitorio del terciario catalán era el menor peso de los empleados de los organismos de la administración pública del Estado.

El boom turístico de la década de 1960 supuso una fuente de ingresos elevados y el aumento de la actividad hostelera y de los servicios complementarios.

Además las necesidades de financiación promovieron también el crecimiento del sector bancario, que invirtió capitales abundantes en empresas industriales y obtuvo beneficios muy provechosos.

El comercio internacional también experimentó cambios significativos. En aumentó el volumen en cifras absolutas, tanto de importaciones como de exportaciones, y se modificó la composición. Por primera vez las exportaciones principales dejaron de ser los productos agrícolas, y los bienes terminados se convirtieron en mayoritarios en las ventas en el extranjero. El grupo de mercancías más importante fue los bienes de equipo para la renovación del equipamiento industrial, en segundo lugar destacamos los productos energéticos y derivados (petróleo), seguidos de las materias primas. El resultado fue que la balanza comercial se mantuvo negativa durante todo el periodo.

2.4-La financiación exterior del crecimiento:

La clave del crecimiento económico de la década de 1960 fue la obtención de recursos del exterior para financiar las importaciones, que se multiplicaban y desequilibraban la balanza de pagos, pero que eran imprescindibles para el crecimiento industrial.

El primero de estos recursos fue la inversión de capitales, fundamentalmente de Europa occidental y destinados a la industria, dadas las buenas condiciones que ofrecía España (sueldos bajos, escasa presión fiscal, poca conflictividad laboral …); el segundo fue las divisas proporcionadas por la llegada masiva de turistas europeos, y el tercero fueron las remesas que los españoles que habían emigrado a Europa enviaban a sus familias.

2.5-Las limitaciones de la economía española:

Entre las limitaciones principales destaca la polarización del crecimiento económico en los sectores industriales y de servicios, al tiempo que el sector agrario quedaba relativamente abandonado, como consecuencia de ello el campo español quedó en una situación de retraso y una gran parte de la población rural tuvo que inmigrar. En segundo lugar, el escaso gasto en investigación y la debilidad del sector financiero español, que consolidaron una economía con una gran dependencia de la tecnología y de la inversión extranjeras. Esto conllevó no sólo tener que comprar patentes e importar maquinaria, sino también la supeditación de la economía española en los ritmos de crecimiento.

Además, todo el incremento del 40% en la renta por habitante entre los años 1960 y 1975, el nivel de vida se mantuvo por debajo del de las economías más industrializadas de Europa. El estado no fue capaz de procurar la redistribución de la riqueza mediante una fiscalidad moderna y progresiva ni de impulsar la creación de infraestructuras para dar solidez y continuidad al crecimiento. Todas estas deficiencias se hicieron evidentes cuando en 1973 una crisis golpeó la economía mundial.

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