Evolución de los Asentamientos Humanos en la Península Ibérica: Del Paleolítico Superior al Neolítico

Patrones de Asentamiento del Paleolítico Superior

En los mapas de distribución de los yacimientos se puede apreciar una mayor concentración de los mismos en las zonas periféricas, con una menor presencia en las tierras del interior. Esta situación podría guardar relación con las condiciones climáticas, menos adversas en esas zonas periféricas. Queda clara la preferencia de estas poblaciones por el uso de cuevas situadas en valles fluviales que cortan formaciones montañosas, ocupando sobre todo zonas medias-bajas, con emplazamientos con una marcada altitud sobre los 1000 m. Se desarrollan desplazamientos estacionales e itinerantes, así como una selección estratégica de los lugares de asentamiento. En momentos avanzados del Paleolítico Superior se observan una serie de cambios: mayor territorialidad, menor movilidad, disminución en los territorios de explotación y modificaciones en las estrategias de obtención de recursos subsistenciales.

Patrones de Asentamiento del Mesolítico Inicial

La población aparece centrada, sobre todo, en las zonas periféricas peninsulares. Se observa una preferencia por la ocupación de cuevas situadas en valles fluviales entre zonas de montaña, desde las tierras bajas a las altas. La estrategia de desplazamientos estacionales se mantiene, y la mejoría en las condiciones climáticas favorece el uso de abrigos. La movilidad de estas poblaciones se vería disminuida.

Patrones de Asentamiento del Mesolítico Pleno

La distribución de los yacimientos de este periodo insiste en esa desigualdad entre zonas periféricas y centrales, sin que el ambiente climático parezca estar en el origen de esta desigualdad. Existen algunos rasgos relevantes, como una marcada tendencia a la ocupación en la costa o el aprovechamiento de recursos alternativos, como la pesca y los moluscos. Se aprecia un descenso de la movilidad en algunos sitios por el incremento de recursos alternativos a la carne. Hay una mayor diversificación, lo que conlleva una menor movilidad y asentamientos al aire libre como consecuencia de la mejoría climática.

El Asturiense

En el Asturiense, las poblaciones se centran en las costas y en tierras cercanas a ellas. El uso de cuevas y abrigos mantiene su lugar de privilegio, pero se incrementa el de lugares al aire libre. Hay una disminución en la movilidad residencial. Los yacimientos se sitúan en las bocas de las desembocaduras de los ríos, ya que es una zona apropiada para desplazarse desde la costa hacia el interior. Los yacimientos asturienses se caracterizan por la alta concentración de conchas de moluscos.

Los Concheros Portugueses

Los Concheros Portugueses se caracterizan por emplazamientos al aire libre formados por cabañas. Constituyen casi auténticos poblados situados en zonas llanas junto a los ríos. En el tramo final de los ríos, podían obtener recursos cárnicos y vegetales, así como acuáticos, tanto fluviales como marinos. Junto a estos poblados aparecen necrópolis. Este patrón de asentamiento permitiría el desarrollo de una economía muy diversificada en espacios reducidos, lo que favorecería una baja movilidad residencial. Finalmente, en la zona mediterránea y el valle del Ebro, los patrones se mueven en un esquema más tradicional, al igual que en la economía, apreciándose un incremento de los emplazamientos al aire libre.

Patrones de Asentamiento del Neolítico Antiguo/Medio

Las estrategias desarrolladas por las poblaciones del Neolítico I ofrecen un panorama con claras diferencias respecto al Mesolítico, que se aprecian en las áreas preferenciales de ocupación y en el lugar de emplazamiento de los asentamientos. Se observan preferencias por zonas llanas o de suaves pendientes, asociadas a tierras con gran aporte hídrico y apropiadas para el desarrollo de actividades agrícolas. Se trata de asentamientos al aire libre que constituirían aldeas, entre las que cabe destacar la de La Draga, en Cataluña, formada por cabañas rectangulares. Estas aldeas están situadas en terrazas fluviales, en charcas y en humedales para llevar a cabo la agricultura, y su población utiliza una técnica agrícola bastante básica. Tienen un marcado carácter multifuncional. No parece que este patrón de asentamiento fuera el desarrollado por todas las poblaciones de la zona valenciana, donde se propone un nivel de movilidad asociado a una agricultura de carácter itinerante. Las aldeas funcionaban como centro residencial del grupo, y conviven con la ocupación de cuevas durante cortos periodos de tiempo. En cuanto a las estructuras realizadas por estos grupos, cabe destacar las primeras evidencias de excavaciones en el subsuelo (estructuras en negativo) a modo de zanjas, cubetas y pozos.

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