Desarrollo y Expansión de las Economías Industrializadas (1950-1973)

1. El Ritmo del Crecimiento Económico

El crecimiento económico fue más intenso en Europa (4% anual) que en los países de inmigración europea (2,4%). El crecimiento fue mayor en los países atrasados del sur que en los del norte, ya industrializados. Entre los países avanzados, destaca Alemania (5%), Italia (4,95%) y Francia (4,2%), mientras que en el extremo opuesto resalta Reino Unido con un débil 2,4%. Europa perdió posiciones relativas, del 26,3 al 25,7 por ciento del total mundial. Las posiciones perdidas por Europa y Estados Unidos fueron ocupadas, casi en exclusiva, por Japón. Entre los países europeos, destaca el fuerte declive relativo del Reino Unido (del 6,5 al 4,2%) y el auge de Alemania (5,0 al 5,9%). Los diferentes ritmos de crecimiento nos muestran un cierto proceso de unión entre Estados Unidos y Europa occidental, tanto en el PIB por habitante como en el PIB por hora trabajada.

2. Las Características del Crecimiento Económico

El crecimiento económico se debió a cambios en la estructura productiva. La productividad de la agricultura aumentó más gracias a innovaciones tecnológicas y políticas proteccionistas de autoabastecimiento y de excedentes.

• Se redujo el empleo agrario, el sector que más se redujo fue el **textil**
• Se produjo un aumento en la **minería**, **industria** y **construcción**. La **química** y los **productos metálicos** también tuvieron un mayor crecimiento.

El sector servicios tuvo también un gran crecimiento. Por una parte, se debió al desarrollo de los servicios tradicionales: bancarios, seguros, comunicaciones y telecomunicaciones; y por otra, al surgimiento y auge de nuevos servicios como la sanidad, educación y turismo. Otro de los rasgos característicos de este periodo fue el crecimiento del empleo, que creció en todos los países desarrollados y aumentó también el porcentaje de la población activa, gracias en parte a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y a la reducción del tiempo de trabajo. En EE. UU., el desempleo fue más elevado que en Europa, aunque después respondió mejor ante la crisis. En Alemania, dicha tasa había descendido al 1,1% en 1960 y al 1% en 1973.

En conclusión, el período 1950-1973 se caracterizó por unas excepcionales oportunidades que condujeron a una situación prácticamente de pleno empleo y mejora del nivel de bienestar de la población. Los ciudadanos de estos países tuvieron acceso a una alimentación mejor y más variada, y pudieron adquirir más y mejores prendas de vestir. Aumentaron las posibilidades de comprar una gran variedad de bienes duraderos, como la vivienda y electrodomésticos. Algunos de estos aparatos facilitaron el proceso de incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar y contribuyeron a aliviar la carga de las tareas domésticas. De estos bienes, tal vez el que refleja mejor el carácter de esta época es el automóvil. El cambio más importante en la vida de los ciudadanos fue el aumento del tiempo libre. Los individuos fueron incorporándose más tarde a la vida laboral debido a la escolarización y se fue adelantando la edad de retiro. El número de días de vacaciones pagadas fue también en aumento y se generalizó la semana laboral de cinco días. Finalmente, los habitantes del mundo desarrollado tuvieron un acceso cada vez más fácil a servicios educativos y sanitarios, gracias, entre otras cosas, a los nuevos sistemas de seguridad social establecidos por los gobiernos.

Todo este proceso de crecimiento y de cambios estructurales se produjo en un marco de gran estabilidad monetaria y cambiaria. Europa occidental experimentó una inflación del 4,3 por ciento anual. Entre los países europeos, destacó por su estabilidad Alemania, debido a una nueva política monetaria y al horroroso recuerdo que los alemanes tenían de la hiperinflación y destrucción de su moneda tras las dos guerras mundiales. La solidez y estabilidad del marco se hicieron proverbiales. El buen funcionamiento del sistema monetario se debió a la voluntad de cooperación entre los países para su sostenimiento. En esta estabilidad tuvo mucho que ver el papel del FMI y el sistema de tipos de cambio fijos. Tan solo a finales de la década de 1960 se produjeron algunas crisis cambiarias, que resultaron inevitables dadas las distintas tasas de inflación que sufrieron los diversos países europeos.

3. Las Causas del Crecimiento Económico

Entre las causas están los factores de producción y el aumento de la productividad. Hay cambios en el volumen de recursos utilizados para producir y aumentos en el producto por unidad de factor. El crecimiento puede alcanzarse elevando capital y trabajo o mediante cambios en los elementos residuales que mejoran los resultados de la productividad de los factores. Los estudios que han analizado qué parte del crecimiento de la productividad de una economía se debe al capital humano, al progreso tecnológico, las mejoras organizativas, el capital físico, el comercio exterior, etc. En primer lugar, la importancia del incremento del factor tierra, la mejora del factor trabajo, crecimiento de la oferta de trabajo, la participación del capital, el crecimiento del stock bruto de maquinaria. Las innovaciones permiten superar los rendimientos decrecientes. El porcentaje del crecimiento explicable por los factores tierra, trabajo y capital fue bajo en los países desarrollados y muy alto en los subdesarrollados y en la URSS. El desarrollo de estos países se debió a la productividad total de los factores, que engloba las mejoras no cuantificables en los factores productivos, la racionalización en la asignación de los recursos, el perfeccionamiento en la organización productiva o la difusión general de los progresos tecnológicos. En definitiva, se trata de un crecimiento intensivo debido a un avance equilibrado en la aplicación de factores productivos de creciente calidad y de la eficiencia en su empleo.

Innovación y Modernización Productiva

El flujo de innovaciones entre 1930 y 1950 fue impresionante e implicó a numerosos sectores. En el sector de los transportes: los cohetes y el avión a reacción; en el campo de la electricidad y electrónica: el radar, televisión; en la industria química: el celofán, la película en color, nylon, silicona; productos farmacéuticos: penicilina, estreptomicina. Además, cabría referirse al bolígrafo y al sistema de fotocopia. Los inventos e innovaciones más importantes de la época de posguerra se han llevado a cabo en sectores como los ordenadores, los metales no férricos, los plásticos, los productos farmacéuticos, el instrumental científico, los semiconductores, el tratamiento de metales, la electrónica, los bienes de consumo duradero, las fotocopiadoras, los satélites de telecomunicaciones, la energía nuclear, el vidrio y el papel. De las 100 innovaciones básicas, 58 se llevaron a cabo en EE. UU. EE. UU. alcanzó un predominio claro, ya que su capacidad de innovación tuvo mayor eficacia en los sectores nuevos que en los tradicionales. Mientras que Europa y Japón estaban claramente más en la invención que en la innovación, EE. UU. demostró ser altamente creativo en ambos escalones. Las empresas que consiguieron ventajas en innovación pudieron beneficiarse de ella en los mercados extranjeros siguiendo tres métodos:

• Dedicarse a la exportación de los nuevos productos.
• Invertir en el extranjero y atender al mercado local a partir de empresas filiales.
• Vender una licencia de producción a una empresa extranjera.

El Protagonismo de la Gran Empresa

Por sectores, petróleo, automóvil y maquinaria y material eléctrico y electrónico concentraban las mayores empresas del mundo. La gran empresa, con una estructura multidivisional y una estrategia de diversificación, se generalizó en Estados Unidos y se extendió por Europa y Japón. Pasó algo igual con la producción en masa, lo que significó un aumento en la producción y el tamaño de las plantas industriales.