Impacto Medioambiental en España: Causas, Consecuencias y Soluciones Sostenibles

Deforestación

La deforestación es la destrucción de la cubierta vegetal, que puede deberse a daños naturales o alteraciones causadas por el ser humano. Las causas principales son las talas destinadas a obtener tierras para el cultivo, residencias, pastos, etc., y los incendios forestales, ya sea por causas naturales, descuidos de ciudadanos, etc. Las áreas más afectadas son las comunidades del noreste de la Península. Las consecuencias de la deforestación son el incremento de la erosión del suelo y de las emisiones de CO2, y una pérdida de la biodiversidad y del valor estético y económico del paisaje. Frente a la alteración y a la deforestación, el Plan Forestal Español de 2002-2023 implanta medidas para lograr una gestión sostenible y para evitar incendios. Para ello se utilizan campañas publicitarias para sensibilizar a los ciudadanos, vigilar las zonas, limpiar la maleza en los bosques, etc.

Erosión, Contaminación y Desertificación de los Suelos

La contaminación del suelo se debe a vertidos industriales y urbanos y al empleo efusivo de fertilizantes dañinos para la agricultura. Como consecuencia, el suelo adquiere características tóxicas, perjudicando a la producción agraria y al valor económico del terreno. Frente a este problema, el Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados lleva a cabo actuaciones de descontaminación, obliga a las empresas a emitir informes sobre el estado de su suelo y, si está contaminado, lo tienen que descontaminar y no podrán ni venderlo ni cambiarlo hasta que no lo hagan.

La erosión es un fenómeno natural que en España se ve incrementado por las acusadas pendientes, la aridez, etc. Pero la erosión se intensifica con la acción humana, como la deforestación y algunas prácticas agrarias como el cultivo sin un descanso suficiente o sobre laderas en pendiente sin protegerlas, el excesivo pastoreo, etc. La consecuencia de la erosión es la desertificación (destrucción de la capa fértil del suelo). Frente a este problema, España cuenta con estaciones de seguimiento de la erosión y de la desertificación (Red RESEL). Además, se promueve la gestión sostenible de actividades agrarias y la rehabilitación de zonas agrarias. Estas actuaciones están sujetas a los compromisos con Naciones Unidas que han dado lugar al Proyecto LUCDEME y al Plan de Acción Nacional contra la Desertización (PAND).

Residuos Sólidos Urbanos

Los residuos sólidos urbanos tienen un destacado impacto medioambiental, ya que muchos no son biodegradables. En España se ha incrementado su volumen debido al aumento del consumo. Como consecuencia, en las periferias de algunas ciudades y pueblos existen vertederos incontrolados que dan lugar a problemas sanitarios y contaminan el suelo y el agua. Frente a esto, el Plan Nacional de Residuos Urbanos (PNRU) plantea las llamadas “tres erres” (reducir, reutilizar y reciclar), la valorización de los residuos, en algunos casos para producir energía, quemándolos o convirtiéndolos en biogás. Por último, otro objetivo es la seguridad del vertido y así sellar los vertederos incontrolados para utilizar solo los controlados.

Reducción de la Biodiversidad

La reducción de la biodiversidad se ve amenazada por algunas actuaciones humanas como la alteración de los hábitats naturales o la selección genética practicada por la agricultura y la ganadería en favor de las especies más rentables. Como consecuencia, algunas especies están amenazadas y se hallan en peligro de extinción o en riesgo de desaparición a medio plazo. Frente a este problema se ha elaborado un Catálogo Nacional de Especies Amenazadas para protegerlas y adoptar medidas para salvaguardar sus ecosistemas, como recuperar sus hábitats o crear corredores ecológicos.

Protección de los Espacios Naturales

Las medidas frente a problemas medioambientales se completan con la creación de espacios naturales protegidos. En España se empezó con la Ley de Parques Nacionales (1916). El criterio de selección era por la belleza paisajística del lugar, pero luego empezaron a aparecer más criterios como el biológico y geológico. En 1975 se promulgó la Ley de Espacios Naturales Protegidos y en 1989 se aprobó la Ley de Conservación de Espacios Naturales y de Flora y Fauna Silvestres, cuyos objetivos son la conservación y restauración de espacios naturales y prevenir su deterioro.

Tipos de Espacios Naturales Protegidos

  • Parques Nacionales: Son espacios representativos de algunos de los principales ecosistemas españoles, su conservación es de interés nacional. Entre los parques nacionales más conocidos están los parques de Timanfaya, Tablas de Daimiel, Doñana, Los Picos de Europa y Monte Perdido.
  • Reservas Naturales: Son espacios naturales con la finalidad de proteger ecosistemas, comunidades o elementos biológicos de rareza o fragilidad (lagunas, marismas, etc.).
  • Monumentos Naturales: Son formaciones naturales singulares, raras o bellas como cuevas, cascadas, árboles, etc.
  • Paisajes Protegidos: Son áreas preservadas por sus valores estéticos y culturales.

España cuenta con espacios protegidos incluidos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea y en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *