Dinámica y Estructura de la Población Española
Aspectos Naturales
Natalidad y Fecundidad
La natalidad es el número proporcional de nacimientos en una población y tiempo determinado. La fecundidad, por otro lado, es la abundancia de la reproducción biológica. España, hasta fechas recientes, era un país con alta natalidad en el contexto europeo. Sin embargo, en el siglo XIX comenzó a descender, aunque manteniéndose con valores relativamente altos durante la primera mitad. Los descensos más fuertes se produjeron a causa de la Guerra Civil y a finales de la década de 1990.
Esta brusca disminución de la natalidad y fecundidad se debe a factores como la emancipación de la mujer y su incorporación al mercado laboral, el coste de la educación y crianza de los hijos, acontecimientos históricos como la Guerra Civil, la emigración, crisis económicas y cambios en la estructura por edad. Se inicia una bajada de natalidad desde 1975 hasta 1998 en España debido a la crisis del 73, la ‘crisis del petróleo’ y el consiguiente aumento del paro. Además, en los 80 aparece la ley del divorcio y aborto que contribuyeron al descenso.
Aunque la natalidad y fecundidad se han visto reducidas en tasas, sigue habiendo diferencias regionales. Las regiones meridionales e insulares poseen las mayores tasas, seguidas por las regiones económicamente más desarrolladas. Las comunidades del centro y norte peninsular presentan las tasas más bajas.
Mortalidad
La mortalidad es el fenómeno relacionado con el fallecimiento de los miembros de una población. Asociado al concepto de mortalidad encontramos el de esperanza de vida, media de la cantidad de años que vive una población en un cierto periodo de tiempo. Hasta finales del siglo XIX, la población española se caracterizaba por las altas tasas de mortalidad y la baja esperanza de vida. En la actualidad, la tasa bruta de mortalidad es bastante baja. La esperanza de vida al nacer evolucionó también a valores positivos a lo largo del siglo XX, siendo en un principio una media de 35 años y en la actualidad de 78 años.
Especialmente significativo ha sido el aumento de la esperanza de vida de la mujer, que ha pasado de los 35 años en 1900 a los 82.4 años en la actualidad. La esperanza de vida comparada con los hombres es 7 años más. En el pasado, dominaba la mortalidad catastrófica: hambrunas, epidemias, guerras… En la actualidad, las causas de muerte se relacionan con las enfermedades degenerativas en edades avanzadas y muertes violentas (accidentes de circulación, asesinatos…), por lo que las causas predominantes son las tres ‘C’ (corazón, cáncer y carretera).
Este descenso de la mortalidad se debe a factores como avances médicos, mejora de la alimentación y del estilo de vida. Las comunidades autónomas con mayor tasa de mortalidad son Asturias, Aragón, Baleares y Galicia. Y las más bajas, Canarias, Madrid, Murcia, Andalucía y Cataluña.
Crecimiento Natural
El crecimiento natural de la población es el mecanismo que regula los cambios en el volumen de una población a partir del comportamiento que experimentan la natalidad y mortalidad. El crecimiento natural se establece en diferentes etapas:
- 1850-1900. Evolución irregular del crecimiento natural debido a la mortalidad epidémica.
- 1900-1950. Tasas de crecimiento mayores que la etapa anterior, como consecuencia de un descenso de mortalidad y un mantenimiento de unas tasas de natalidad altas.
- 1950-1970. Es el periodo de mayor crecimiento natural, fruto de una mortalidad que ha llegado a sus valores más bajos y una natalidad que se mantiene muy elevada.
- A partir de 1970. El crecimiento natural desciende a raíz de la caída de la fecundidad y de un incremento de las tasas de mortalidad de manera muy brusca, pasando del 1.1% en 1977 al 0.2% en 1999.
Para poder explicar la evolución de la natalidad y la mortalidad se ha formulado la llamada teoría de la transición demográfica. Esta teoría describe el paso del antiguo sistema demográfico, caracterizado por las elevadas tasas de natalidad y mortalidad, que originaban un lento crecimiento, a un sistema demográfico moderno de nuevo equilibrio, con un lento crecimiento, pero ahora debido a unas tasas de natalidad y mortalidad reducidas. Las causas de esta transición demográfica se han relacionado con los procesos de modernización social, cultural y, sobre todo, económica.
Aspectos Migratorios
Los movimientos de población en el espacio se denominan migraciones, y son decisivas para conocer el crecimiento real. La emigración no es satisfactoria para el crecimiento natural ya que desciende la fecundidad y aumenta la mortalidad, por lo que envejece la población. La inmigración, es más satisfactoria ya que aumenta la natalidad y desciende la mortalidad. Su balance se denomina saldo migratorio.
El motivo de estos desplazamientos es la búsqueda de empleo y mejora de la calidad de vida. En la historia de España, los movimientos migratorios se pueden analizar en tres grandes apartados:
- Migraciones exteriores. Al norte de África, centrándose en obras públicas y agricultura. A Ultramar, prolongándose la emigración a Latinoamérica hasta 1930. La crisis económica obliga a poner restricciones a los extranjeros.
La emigración alivia el volumen de la población en paro, la presión demográfica y la entrada de divisas. Pero se pierde población joven y hay una caída de la fecundidad…
- Migraciones interiores. Desplazamiento de personas entre las distintas provincias y regiones de España, desde las áreas rurales a las urbanas debido al proceso de industrialización y urbanización. Hay varios tipos: estacionales, de larga duración o movimientos naturales por trabajo.
Desde el siglo XIX hasta la primera mitad del XX no hubo grandes desplazamientos, pero la industrialización de ciertas ciudades intensificó algunas migraciones interiores. De los años 60 a los 70 se producen importantes migraciones a las provincias más urbanizadas.
Como consecuencia, los emigrantes se convierten en la base del crecimiento demográfico de muchas áreas urbanas. La estructura por edad se ve rejuvenecida, la población activa incrementada y la natalidad y fecundidad revitalizadas. Esto provoca que en las zonas de emigración se vean obligados a hacer frente a nuevos costes para la fabricación de nuevas infraestructuras y viviendas. Sin embargo, las zonas de donde parten envejecen en población.
3. Inmigración de extranjeros en España. España ha pasado a ser un país de inmigración. Durante los últimos años, los extranjeros residentes legalmente en España han pasado de 65.000 a 400.000. Aún así, no supera el 1% de la población total española. Se dividen según su situación:
- E. nacionalizados. Suelen ser peticiones de antiguos emigrantes españoles que quieren recuperar la nacionalidad con sus descendientes.
- Trabajadores.
- Estudiantes.
- Asilados y refugiados. España no tiene gran presión con este problema y suelen ser procedentes de Rumania, Latinoamérica…
- Inmigraciones ilegales. Aquellos extranjeros que no tienen en regla su situación, por lo que no pueden trabajar, residir y recibir prestaciones sociales.