Evolución y Distribución de la Población Española
España cuenta en la actualidad con cerca de 47 millones de habitantes. La población residente en Castilla y León está por encima de 2,5 millones de habitantes. Estas cifras son el resultado del considerable crecimiento experimentado por la población española a lo largo del siglo XX.
Evolución de la Población Española
Hasta el siglo XX, España tenía un régimen demográfico antiguo o tradicional. En el siglo XX se desarrolla la transición demográfica, que culminó en la década de los setenta, y trae como consecuencia un considerable incremento de la población, pasando de los 18,5 millones de habitantes en 1900 a los casi 38 en 1980.
A partir de los años ochenta, España entra en una fase de régimen demográfico moderno, de crecimiento demográfico casi nulo, acercándose a fines de siglo al “crecimiento cero”.
En la última década, fruto de la llegada de población inmigrante, la población española ha aumentado más de 5,5 millones de habitantes en lo que va de siglo XXI.
Desigual Distribución de la Población
La densidad media de España es de 93 habitantes/km2. Existen fuertes desequilibrios interiores: provincias como Madrid o Barcelona superan los 700 hab/km2, mientras que Soria o Teruel no alcanzan los 10 hab/km2. El rasgo que caracteriza a la distribución de la población española es su gran desequilibrio espacial: la mayor parte tiende a concentrarse en la periferia costera, las islas y Madrid. Esta población se ordena de acuerdo con unos ejes que coinciden esencialmente con los del desarrollo económico español. Fuera de estos grandes ejes poblacionales aparecen otras zonas con densidades importantes, como son las islas, la Galicia atlántica, el eje Sevilla-Cádiz-Málaga, y la provincia de Valladolid.
Las causas que explican esta distribución desigual de la población son complejas. Hay condicionantes naturales: los grandes «vacíos poblacionales» están vinculados a un medio físico difícil con densidades inferiores a los 5 hab/km2. Los acusados contrastes entre interior y periferia responden a los movimientos migratorios interiores desde el campo a la ciudad y desde las zonas más pobres a las más desarrolladas.
La Dinámica Natural de la Población Española
La dinámica natural es uno de los factores demográficos que explican el volumen actual de la población española y su distribución espacial.
La Transición Demográfica en España
En todos los países desarrollados se ha producido una transición demográfica, desde una primera fase de natalidad y mortalidad elevadas hasta una fase final en que ambas son bajas. Este modelo demográfico también se puede aplicar a España, aunque con algunas peculiaridades:
a) Hasta comienzos del siglo XX (régimen demográfico antiguo), las tasas de natalidad (>35‰) y de mortalidad (>30‰) eran muy elevadas, el crecimiento vegetativo era muy reducido (entre 0,3% y 0,5% anual). Este crecimiento quedaba absorbido por la presencia de situaciones de mortalidad como la epidemia de cólera de 1885.
b) A comienzos del siglo XX se inicia en España el régimen de transición demográfica, caracterizado por una aceleración en el crecimiento de la población. La disminución de la mortalidad (mejoras higiénicas, sanitarias y alimenticias) pese a mortalidades catastróficas como la epidemia de gripe (1918) incrementan el ritmo de crecimiento de la población que alcanza el 1% anual en los años 20. La guerra y la inmediata posguerra (años 40) suponen un paréntesis en esta evolución, ya que aumenta la mortalidad (por la sobremortalidad masculina en el frente) y sobre todo desciende la natalidad.
En los años sesenta y primeros setenta, se registra un fuerte crecimiento vegetativo (cercano al 1,5% anual), consecuencia del “baby boom” y de las mejoras sanitarias que hacen disminuir la mortalidad infantil.
c) La segunda mitad de los años setenta marcan el final de la transición demográfica y el inicio de un régimen demográfico moderno, caracterizado por una reducidas tasas de natalidad y de mortalidad y un escaso crecimiento vegetativo. Cuando la crisis económica empezó a mostrar sus efectos y se producen cambios en la mentalidad social, las tasas de natalidad comenzarán a descender a un ritmo muy rápido, situando el crecimiento anual de la población en las cifras más bajas de todo el siglo (0,1% en 1998), próximas al «crecimiento 0».
Este régimen demográfico es característico de las sociedades desarrolladas. La transición demográfica española se ha producido con un cierto retraso respecto al mundo desarrollado, y con unas características peculiares (el máximo crecimiento vegetativo se produce al final de la transición y retraso de la misma).
Situación Actual de los Componentes de la Dinámica Natural de la Población
Los índices de natalidad, mortalidad y crecimiento vegetativo son muy bajos, característicos de un régimen demográfico moderno.
Caída de la Natalidad
El descenso de la natalidad española se inicia a comienzos del siglo XX. Durante ese siglo la tasa de natalidad experimenta un declive continuado: fuerte caída con la crisis de los años treinta y Segunda República, subnatalidad durante la guerra civil y posguerra, y baby boom de los años sesenta.
El descenso de la natalidad que sufre hoy España se ha producido desde mediados de los setenta, situando la tasa de natalidad en el 1975 en 18,8‰ hasta el 9,2‰ en 1998. Desde 1999 hay un ligero repunte de la tasa bruta de natalidad (10,5‰ en 2010).
Este descenso en la natalidad se comprende mejor analizando la evolución del índice de fecundidad. El descenso de la fecundidad española es el fenómeno demográfico más determinante de fines del siglo XX. En España la mujer española tenía 2,8 hijos/mujer en 1976, que cae a finales del siglo XX a 1,16 hijos/mujer en 1998.
Durante el siglo XXI se produce una importante recuperación del índice de fecundidad español, que se eleva en 2010 a 1,33 hijos/mujer. Aun así, la tasa de fecundidad está muy por debajo de los 2,1 hijos/mujer de la tasa de reemplazo generacional.
Este descenso de la natalidad es el resultado de decisiones individuales y va ligado a un cambio de mentalidad, asociado a las transformaciones políticas, sociales y económicas que se producen en la sociedad española desde mediados de los años setenta. Las causas son:
a) Cambios sociales y culturales: Existe una clara relación entre el descenso de la fecundidad y el proceso de desarrollo económico y urbanización de la población española, asociándose el tamaño de la descendencia con la modernización económica, social y cultural.
- Aumento del nivel de vida que se manifiesta en una mayor valoración de los hijos y un aumento de las necesidades y los gastos familiares.
- La prolongación de la instrucción y la búsqueda del desarrollo profesional de la mujer provocan, además, un retraso en el momento de la maternidad (de 25-29 años a 30-34 años).
b) La incidencia del contexto económico:
- La crisis económica, la inestabilidad laboral y los problemas de acceso a la vivienda provocan la prolongación de la permanencia de los jóvenes en el hogar paterno y el retraso la edad de contraer matrimonio, con la disminución del período fértil de la mujer y, por tanto, del número de hijos.
- El descenso de la fecundidad se suele asociar con un descenso de la nupcialidad (su tasa se reduce en España a 3,7‰ en 2010), puesto que la mayor parte de los nacimientos se daban tradicionalmente en el seno de parejas casadas.
Reducción de la Mortalidad
Este descenso se inicia a fines del siglo XIX y la tendencia a la baja fue continua a lo largo del siglo XX. A partir de 1951 la tasa de mortalidad desciende por debajo del 10‰, alcanzándose la tasa más baja en 1982 con 7,5‰. Desde entonces se inicia un ligero aumento de la mortalidad (9,3‰ en 1999), consecuencia del progresivo envejecimiento de la población. En el siglo XXI la tasa de mortalidad vuelve a descender nuevamente (8,2‰ en 2008).
Destaca especialmente la caída de la tasa de mortalidad infantil, un buen indicador de grado de desarrollo y de las condiciones sanitarias de un país, reduciéndose desde el 180‰ de principios de siglo hasta el 3,5‰ de la actualidad.
La mejora de las condiciones de vida también queda patente al observar la evolución de la esperanza de vida al nacimiento, que ha pasado de los 70 años de 1975 hasta los 82 años en la actualidad. La diferencia entre la esperanza de vida para mujeres y hombres ronda los 6 años (84,9 años de las mujeres frente a los 78,9 de los hombres).
La disminución de la mortalidad viene asimismo acompañada por un cambio en las causas de muerte. Actualmente el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los accidentes de tráfico (las “tres c”) son los principales agentes.
Escaso Crecimiento Vegetativo
El crecimiento natural o vegetativo de la población es el resultado de restar la mortalidad a la natalidad.
Desde finales del siglo XX, el descenso de la natalidad provoca una fuerte caída del crecimiento vegetativo, que se sitúa en unos niveles próximos al “crecimiento cero”. En 1998 la tasa de crecimiento vegetativo queda reducida a 0,1%.
A partir del cambio de siglo, se ha recuperado ligeramente el crecimiento vegetativo (0,23% en 2010), por el impacto sobre las Tasas de Natalidad y de Mortalidad de la inmigración extranjera y el aumento de la natalidad de los españoles.
Desigualdades Espaciales en la Dinámica Natural
Las comunidades autónomas con menor tasa de natalidad y mayor de mortalidad y, por tanto, las que presentan un menor crecimiento vegetativo son las localizadas en el Noroeste de España: Asturias, Galicia y Castilla y León, con crecimiento vegetativo negativo.
En el otro extremo, las mayores tasas de natalidad y menores de mortalidad, con un crecimiento vegetativo positivo se encuentran en el arco que va desde el Nordeste al Sur, Madrid e islas.
Las causas que explican la distinta dinámica natural regional de España están estrechamente ligadas con la estructura por edades de la población. Es el resultado de los movimientos migratorios interiores de los años sesenta, que envejecieron las regiones emisoras y rejuvenecieron a las receptoras.