Tipos de Climas en España: Características y Distribución Geográfica
La combinación de los elementos climáticos permite individualizar varios dominios climáticos. Según la cantidad total de precipitaciones anuales, se distinguen tres zonas en España:
- España húmeda (+800 mm anuales): se extiende por el dominio oceánico y de montaña.
- España seca (entre 300 y 800 mm anuales): coincide con el dominio mediterráneo.
- España semiárida (<300 mm anuales): se localiza en Canarias, sudeste peninsular, interior del valle del Ebro y Zamora.
Dominio Oceánico o Atlántico
Se extiende por las cornisas cantábrica y atlántica (desde Galicia hasta parte de Navarra).
Las temperaturas son suaves a lo largo de todo el año (temperatura media anual de 15ºC) y la amplitud térmica anual es baja (10ºC) –debido a la acción termorreguladora del Atlántico–, con inviernos moderados (> 6ºC), sin heladas, y veranos frescos (inferiores a 22ºC).
Se caracteriza por precipitaciones abundantes (>800 mm anuales) y regulares, repartidas a lo largo del año (llueve más de 150 días), siendo las máximas en invierno y mínimas en verano. Ningún mes está por debajo de los 30 mm y no hay aridez estival. Esta abundancia de precipitaciones se debe a la acción frecuente de las borrascas del Frente Polar y a la cercanía de las montañas al mar que potencia la acción de las borrascas (lluvias orográficas).
En este dominio puede diferenciarse una variedad, el clima oceánico de transición o interior, con precipitaciones inferiores a las de la franja costera y mayor amplitud térmica (entre 12 y 15ºC), con inviernos más fríos (bajan de 6ºC), consecuencia del carácter más o menos montañoso del terreno y de la lejanía de la costa, lo que reduce la influencia reguladora del mar.
La vegetación resultante de esta combinación de lluvias abundantes y temperaturas suaves son prados, landas, bosque caducifolio (roble, haya, castaño, fresno, olmo) y de repoblación (pino y eucalipto).
Dominio Mediterráneo
Es un clima templado que en España ocupa la mayor parte del territorio, abarcando toda la Península con excepción de las zonas de clima oceánico y de montaña, las Islas Baleares, Ceuta y Melilla.
Su característica esencial es la aridez estival, con precipitaciones escasas (<800 mm) e irregulares, con máximos en las estaciones equinocciales y mínimos en verano. Las temperaturas varían entre la costa y el interior (mayor amplitud térmica en este último) y aumentan de norte a sur.
La vegetación es de matorral (maquia y garriga) y bosque perennifolio (alcornoque, quejigo, encina, coscoja) y pino de repoblación. El dominio mediterráneo presenta varios subtipos: costero, interior y subdesértico.
Dominio Mediterráneo Costero
Se extiende por las Islas Baleares, y costa levantina, excepto sureste (Almería).
Las temperaturas aumentan de norte a sur, con medias anuales que oscilan entre los 14 y los 18ºC. La amplitud térmica es moderada (12 – 16ºC), con veranos calurosos (+22ºC), e inviernos suaves (+10ºC).
Las precipitaciones son escasas (<800 mm) y muy irregulares. Se concentran en otoño (borrascas mediterráneas y gota fría), y primavera cuando son frecuentes las borrascas atlánticas. Frecuentemente, las precipitaciones son torrenciales, de fuerte intensidad horaria, concentradas en pocos días. Este dominio climático presenta una aridez estival importante (por la presencia del Anticiclón de las Azores), que aumenta de norte a sur.
Dominio Mediterráneo Interior
Se extiende por la Meseta, depresión del Ebro y algunas zonas del interior de Andalucía.
Las precipitaciones son escasas (entre 300 y 800 mm anuales) e irregulares. Se concentran en primavera y otoño (borrascas atlánticas), con una aridez estival muy acusada (presencia del anticiclón de las Azores).
Sin embargo, la elevada altitud media y las escasas influencias marinas que alcanzan esta zona hacen que tenga un matiz de continentalizado. Sus temperaturas se caracterizan por una elevada oscilación térmica anual (entre 16 y 20ºC) con inviernos fríos y veranos cálidos o calurosos.
En función de las características térmicas pueden establecerse matices locales: las temperaturas en la Submeseta norte cuentan con veranos frescos e inviernos fríos; en la Submeseta sur los veranos son calurosos y los inviernos fríos y en Extremadura y Andalucía, veranos muy calurosos e inviernos moderados.
Dominio Mediterráneo Seco o Subdesértico
Comprende el sureste peninsular (Almería) y algunos enclaves del interior (este de Zamora y valle medio del Ebro).
Las precipitaciones anuales son muy escasas, (<300 mm anuales, con un gran número de meses áridos). Esta escasez de precipitaciones obedece a la escasa penetración de las borrascas atlánticas al encontrarse al abrigo aerológico de la Cordillera Cantábrica y de los Pirineos, y de la Cordillera Penibética en el sureste peninsular.
Las temperaturas permiten distinguir entre la zona cálida de la costa del sureste con temperaturas medias anuales en torno a 18ºC y las zonas del interior con inviernos fríos.
Clima de Montaña
Comprende los territorios situados por encima de los 1000 metros de altitud. Por su altitud y disposición, las montañas modifican las condiciones climáticas de las zonas en que se encuentran, disminuyendo las temperaturas e incrementando las precipitaciones, generalmente en forma de nieve.
Las temperaturas son muy bajas (temperatura media anual <10ºC), con veranos frescos e inviernos fríos (inferiores a 0ºC).
Las precipitaciones, potenciadas por el efecto orográfico, son abundantes, repartidas a lo largo de todo el año y en su mayoría en forma de nieve.
La montaña ofrece muchas diferencias locales y microclimas dependiendo de la altitud, la orientación del relieve (solana/umbría) y la dirección de los vientos (barlovento/sotavento).
Clima de Canarias
El clima de las islas Canarias está muy condicionado por su situación en una latitud subtropical, así como por su insularidad. Tienen un clima subtropical de temperaturas cálidas todo el año, debido a la influencia de los vientos alisios subtropicales y del anticiclón de las Azores al norte, con una amplitud térmica muy reducida (entre 5 y 8ºC).
Presentan una acusada aridez, con precipitaciones muy escasas en las zonas bajas (<300 mm anuales).
La vegetación en las tierras bajas es de especies xerófilas adaptadas a la sequía (palmeras y dragos); en las zonas de montaña, más húmedas, aparece el bosque de laurisilva (viñátigo, laurel…).