Reconversión y Reindustrialización en España: ZUR, ZID y Crisis Económica

Reconversión y Reindustrialización en España

Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR) y Zonas de Desarrollo Industrial (ZID)

La reindustrialización del tejido industrial de las zonas afectadas por la reconversión supuso la modernización tecnológica de los sectores que, sometidos a reconversión, presentasen una clara viabilidad y la creación de nuevas actividades que diversificasen la industria de zonas hasta entonces especializadas y generasen empleo. Para ello se crearon las ZUR y ZID.

Las ZUR tenían un periodo de vigencia de 18 meses, se delimitaron 6: Galicia (El Ferrol), Asturias (Cuenca Central), País Vasco, Andalucía, Cataluña y Madrid.

Podían pedir su entrada en una ZUR las empresas que realizasen la instalación, ampliación o traslado de fábricas a estas áreas, siempre que generasen nuevos puestos de trabajo y fuesen viables. A cambio recibirían incentivos fiscales y financieros, así como subvenciones por incorporar parados procedentes de la reconversión.

Las ZID sustituyeron a las ZUR al aprobarse la nueva ley de incentivos regionales en 1985. Comprenden todas las áreas especialmente afectadas por la crisis y el ajuste industrial.

Economía Sumergida

Actividad económica que se mantiene al margen de las normas legales que regulan la producción y el trabajo, por lo que el trabajador no tiene reconocidas sus prestaciones sociales. En España trabajan en ella algunos parados e inmigrantes (5% de la población).

Crisis Económica y Reconversión Industrial

La crisis industrial que afectó a todos los países industrializados a partir de 1975, incidió duramente sobre la industria española debido a sus debilidades estructurales.

Causas Externas

  • Encarecimiento de la energía por la gran subida de los precios del petróleo, que incrementó los costes de producción y redujo la demanda.
  • Agotamiento del ciclo tecnológico anterior ante el inicio de otro nuevo. La 3ª revolución industrial dejó anticuadas las tecnologías, los sectores y los sistemas de producción industrial.
  • Las nuevas características de la demanda requieren una innovación permanente y una diversificación de los productos que no todas las empresas pueden abordar.
  • Globalización de la economía, que favoreció una división internacional del trabajo en la que cada territorio se especializó en unos u otros sectores industriales según sus ventajas. Este hecho ha alterado la localización tradicional de la industria.

Causas Internas

  • Deficiencias estructurales de la industria española: desfavorable especialización en sectores maduros, muy consumidores de energía y trabajo, que fueron los más afectados por la crisis; insuficiente modernización tecnológica; elevada dependencia exterior y acusado endeudamiento por la baja autofinanciación.
  • Coyuntura histórica con el fin de la dictadura y el inicio de la transición democrática, que generó incertidumbre, redujo la inversión y retrasó las políticas para hacer frente a la crisis.

Como consecuencia de la crisis cerraron muchas empresas, la producción descendió, cayeron los beneficios y aumentó el endeudamiento y el paro, y descendió la aportación industrial al PIB.

Consecuencias Económicas

El alza del precio del petróleo aumentó los pagos a realizar por el petróleo importado, mientras el ritmo de expansión de las exportaciones se reducía debido a la pérdida de competitividad derivada de una inflación que se duplicó, mientras la balanza corriente pasó de un superávit a un déficit. La crisis fue, sobre todo, una crisis industrial. El paro aumentó a un ritmo anual muy elevado y alcanzó el 10% en 1979. El descenso de la renta fue más intenso en las zonas con una industria en recesión. Entre 1975 y 1985, la renta anual por habitante aumentó algo menos del 1%. Los errores en la lucha contra la crisis fueron considerables. Como consecuencia, aumentaron las pérdidas del INI. Cuatro años después del inicio de la recesión no se produjo un gran cambio en la política económica. Los Pactos de la Moncloa formaron el primer gran conjunto de medidas para afrontar la crisis en España. Sus dos objetivos fundamentales fueron reducir la inflación (además de devaluar la peseta, se diseñó una estrategia de moderación monetaria y de control del gasto público, incluyendo a la Seguridad Social. También se acordó realizar programas para racionalizar el elevado consumo de energía, se llevaron a cabo la reforma tributaria y fiscal) y poner en práctica un conjunto de reformas para repartir equitativamente los costes de la crisis.

Consecuencias Sociales

Nunca hasta entonces las movilizaciones laborales habían alcanzado un volumen semejante en la historia española. Ante los conflictos, Arias Navarro recurría al uso de la policía y el ejército. Para atajar la crisis, los países de la OCDE adoptaron desde 1975 políticas de reestructuración industrial, que en España se retrasaron. La reestructuración industrial tuvo dos vertientes complementarias:

  1. Reconversión industrial: tenía como objetivo ser un tratamiento de choque, que actuase de forma intensiva en un corto periodo de tiempo, para asegurar la viabilidad a medio plazo de las industrias en crisis, mediante las reformas necesarias para adaptarlas al nuevo ciclo tecnológico y al mercado en condiciones de competitividad y viabilidad. Afectó a los sectores maduros.
  2. Reindustrialización de las zonas afectadas por la reconversión: creando en ellas nuevas actividades económicas e industriales de futuro. Se llevó a cabo buscando dos objetivos: modernización tecnológica y creación de nuevas actividades de futuro que diversificasen la industria. La actuación más destacada fue la creación en 1983 de las ZUR.

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