Evolución de la Población Ocupada por Sectores
a) Análisis Histórico de la Distribución Sectorial del Empleo:
La población ocupada en el sector primario ha experimentado un descenso constante desde comienzos del siglo XX, acentuándose a partir de 1960. Hasta la primera década del siglo, este sector concentraba entre el 60% y el 65% de la población empleada total. Su importancia disminuyó durante la II República y la Guerra Civil, para luego repuntar en la posguerra debido al régimen autárquico y el aislamiento de España. A partir de mediados de siglo, el peso de la población agraria se redujo drásticamente, llegando a no superar el 5% en 2008.
En cuanto al sector secundario (industria y construcción), partía de valores muy bajos a principios del siglo XX (18% de la población empleada), reflejando el retraso y la debilidad de la industrialización española. La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial, las grandes obras públicas y las Exposiciones Internacionales (1929) de la dictadura de Primo de Rivera tuvieron un impacto positivo en la industria, observable en el incremento de 1930. Sin embargo, la Guerra Civil y la posguerra marcaron un nuevo retroceso. El porcentaje de población ocupada en este sector aumentó hasta la década de 1970, alcanzando el 38%, pero sufrió un declive continuo a partir de 1980, empleando a menos del 30% en 2008.
La evolución del sector terciario ha sido opuesta a la de los otros dos sectores. Si a comienzos del siglo XX la población empleada en servicios no superaba el 18%, su importancia fue aumentando lentamente hasta la década de 1970, y de forma más pronunciada a partir de entonces. En 2010, más del 70% de la población empleada trabajaba en este sector, impulsado por subsectores como el turismo y el transporte.
b) Transformaciones del Mercado Laboral a lo largo del Siglo XX:
A comienzos del siglo XX, España era un país predominantemente rural, con una economía basada en la agricultura y ganadería extensivas, que empleaban mucha mano de obra pero con bajos rendimientos. La industrialización española fue tardía en comparación con el resto de Europa, por lo que la población empleada en el sector secundario era reducida y se concentraba en pocas ciudades: Madrid, Barcelona, Bilbao. El sector terciario también ocupaba a poca población, era un terciario tradicional (comercio) y se veía afectado por la escasa demanda de una población con bajo poder adquisitivo y mayoritariamente rural.
Durante las décadas de 1920 y 1930, se observó una reducción de la población empleada en el sector primario. La mecanización de las tareas agrícolas expulsó mano de obra del campo, que migró a las ciudades en busca de trabajo en la industria (inicio del éxodo rural). Paralelamente, aumentó la población dedicada a la industria (siderurgia y textil principalmente) y a los servicios.
El éxodo rural se frenó durante la Guerra Civil (1936-1939) y la posguerra (1939-1959), aumentando la población en el sector primario. Los efectos de la guerra y la escasez económica durante el periodo autárquico mantuvieron a mucha población en el campo.
A partir de la década de 1960, la política aperturista atrajo capital extranjero que se invirtió en la industria. Se crearon los Polos de Desarrollo para reducir los desequilibrios en la distribución industrial. El éxodo rural se reactivó. Además, comenzó el auge del turismo, favorecido por el clima y el bajo coste de vida.
El declive de la población activa en el sector secundario se inició tras la crisis del petróleo de 1975. Las industrias tradicionales (siderurgia, naval, textil) sufrieron la reconversión industrial, con la pérdida de empleos. La población del sector primario también se redujo debido a la modernización agraria, pasando de la agricultura extensiva a la intensiva.
En la actualidad, la importancia del sector servicios se debe a varios factores: el aumento del nivel de vida, que genera mayor demanda de servicios; la crisis del campo y la industria; la incorporación de la mujer al mercado laboral; el desarrollo del turismo de masas; y el Estado de las Autonomías, que ha impulsado el crecimiento de los servicios de la administración pública.
Situación Actual y Retos de los Sectores
Aunque el sector primario ha perdido peso tanto en PIB como en población activa, España sigue siendo competitiva en agricultura. La agricultura intensiva hortofrutícola ha logrado incluso aumentar los niveles de empleo.
La industria española enfrenta problemas estructurales (minifundismo, falta de desarrollo tecnológico, escasez de inversiones) y los derivados de la globalización y la deslocalización industrial. Muchas empresas trasladan parte de su producción a países con mano de obra más barata, menor conflictividad laboral y condiciones laborales precarias, lo que explica su pérdida de importancia.
El sector de la construcción ha ido ganando importancia a lo largo del siglo XX, ligado al crecimiento demográfico, el aumento del nivel de vida y el desarrollo turístico. La crisis económica de 2008 desinfló la burbuja inmobiliaria y afectó gravemente a este sector, arrastrando a otras actividades. Esto provocó un descenso de la población ocupada en el sector secundario y un aumento de la tasa de paro, que llegó a superar el 26%.