La riqueza y diversidad del medio natural y sus condicionantes posibilitan una gran variedad de espacios rurales en España. Los espacios y actividades rurales implican espacio y actividad agrícola. El espacio agrario comprende las actividades agropecuarias, la silvicultura y la explotación forestal, a todo ello se le añade la multifuncionalidad propia del espacio rural que supone una más amplia diversificación de actividades.
Factores Físicos
El Clima
La adaptación a los climas existentes en España permite un gran número de especies autóctonas en cultivos, especies vegetales y animales. El clima tiene gran influencia en el espacio rural, especialmente la temperatura, que condiciona el desarrollo de cultivos y especies vegetales en diferentes zonas. Por otro lado, las precipitaciones aportan agua y condicionan la agricultura y los cultivos.
El Suelo
Los mejores rendimientos agrícolas se dan en suelos ricos en humus y profundos. En cambio, los peores rendimientos se dan en suelos no evolucionados, arenosos, excesivamente básicos o ácidos, o con una cantidad de arcilla significativa que, al humedecerse, se contrae y expande, formando grietas que dañan las raíces. Otros problemas que pueden presentar los suelos son la erosión por lluvias torrenciales, la degradación de la materia orgánica, la desertización y la contaminación.
El Relieve
El desarrollo del cultivo tiene mayor dificultad en elevadas altitudes por ser más frías, lo que reduce el ciclo vegetativo de los cultivos. Las pendientes excesivas favorecen la erosión e impiden la mecanización, aunque se puede paliar con terrazas y bancales. La orientación también es importante, ya que condiciona la luz y el calor, influyendo en la humedad.
Factores Humanos
Población Rural
La población rural sufre un descenso continuado desde el siglo pasado debido al éxodo rural, la mecanización del campo y las bajas rentas agrarias. El volumen de población rural en la UE es del 17%, sin considerar las áreas periurbanas, que son espacios rurales cercanos o bien comunicados con las ciudades. La población se incrementa mediante la suburbanización (incremento de población en la corona suburbana) y la contraurbanización (pérdida de población en las grandes ciudades). Los asentamientos rurales de pequeño tamaño y alejados de las vías de comunicación suelen sufrir despoblamiento, lo que resulta en baja densidad de población, pérdida de población, abandono de tierras, envejecimiento y desequilibrio de género.
El hábitat rural se refiere a la distribución en el espacio de los lugares donde habitan las personas dentro del espacio rural y que se dedican a actividades primarias, secundarias y terciarias derivadas. Podemos diferenciar diferentes tipos de hábitat:
- Concentrado: Localizado en zonas con escasez de agua, la población se concentra en un único núcleo dispuesto en formas como apiñado, radial o pueblo-calle.
- Disperso: Elevado índice de dispersión, la casa rural está rodeada de tierras de labor, prados, montes, etc. Se distingue entre disperso absoluto y disperso concentrado laxo.
- Intercalar: Cierta dispersión de las casas por el territorio y un pequeño núcleo de población concentrada con casas cercanas.
Factores Económicos
Los grandes cambios en los espacios agrarios plantean analizar la explotación (agraria o agrícola por empresas), la unidad mínima de producción agraria formada por una o varias parcelas que constituyen una unidad técnica y económica. La parcela es la unidad mínima del espacio agrario o extensión de tierra, con distintas formas (regulares e irregulares, alargadas, cuadradas, etc.). La propiedad es un concepto jurídico que define al dueño de la tierra (persona física o jurídica, sociedad privada, etc.).
En el campo español, los términos latifundio y minifundio responden a la baja productividad. El latifundio se refiere a una gran propiedad con bajos rendimientos, la mayoría entendidas como modernas empresas agrarias y tierras con aprovechamiento extensivo. El minifundio se define como una finca rústica que, por su reducida extensión, no puede ser objeto por sí misma de cultivo en condiciones remuneradoras. Muchas de ellas, mediante la concentración parcelaria o cooperativismo, se han unido para obtener una dimensión adecuada.
El régimen de tenencia de la tierra define quién explota y en qué condiciones: explotación directa (el propietario trabaja su tierra), arrendamiento (se cede a cambio de un canon o precio fijo) y aparcería (el propietario acuerda con otra persona la explotación, encargándose el dueño de los insumos).
Factores Tecnológicos
Las inversiones en medios de producción (maquinaria, fertilizantes, técnicas de riego, etc.) están relacionadas con mejoras tecnológicas que se aplican al espacio rural e incrementan los rendimientos y la productividad. Estas inversiones incluyen:
- Maquinaria agrícola
- Fertilizantes y fitosanitarios (su consumo en España está por debajo de la media comunitaria)
- Rotación de cultivos (cambio y alternancia de cultivos para conservar la fertilidad del suelo)
- Técnicas de riego (permiten asegurar la producción y aumentar la superficie de regadío)
- Investigación y biotecnología
Factores Políticos
Las políticas agrarias buscan asegurar la estabilidad del sector y condiciones óptimas para los productores agrarios. Se establecen subvenciones y ayudas para mejorar las explotaciones o para una mayor diversificación económica (turismo rural, agroindustria, etc.). Existen diferentes políticas para resolver problemas estructurales de la agricultura en España, como la escasez de agua (Plan de Obras Hidráulicas) o el tamaño inadecuado de las explotaciones agrarias.
La Política Agraria Común (PAC) tiene como finalidad aumentar la productividad agrícola, reducir la dependencia de alimentos, estabilizar los mercados y asegurar un nivel de vida digno a los agricultores europeos. Hasta 1992, se adoptó el precio agrario del país. En ese año, una reforma sobre la renta agraria introdujo la reducción de precios y ayudas. La nueva PAC, hasta 2013, fija un único pago por la superficie de explotación.