Riesgos con Origen Geológico
Terremotos
Originados por la liberación de energía en áreas de la litosfera, coincidentes con la presencia de fallas. Casi todos los terremotos ocurren a lo largo de sectores de subducción, dorsales oceánicas y fallas de transformación. El mayor peligro reside en la acción de sus vibraciones sobre las construcciones humanas, de manera que los afectados por estos fenómenos muy difícilmente lo serán por efecto directo del sismo. La posibilidad de víctimas es elevada y la desorganización consecuente tiene efectos muy graves sobre las poblaciones, su salud y sus medios de subsistencia.
La cantidad de energía liberada se mide de acuerdo con la escala de Richter.
Actividad Volcánica
Proceso de construcción de la corteza terrestre. El área afectada directamente por las erupciones suele ser reducida, con un impacto directo sobre bienes y personas limitado. Sin embargo, los efectos secundarios pueden ser importantes, sobre todo si se producen grandes emisiones de cenizas y gases a la atmósfera. El Índice de Explosividad Volcánica (VEI), basado en la medición del volumen de material expulsado por el volcán, compara la energía liberada durante las erupciones.
Los efectos indirectos como lahares o coladas de barro formadas por aguas de lluvia o de fusión de hielo o nieve, mezcladas con cenizas y otros materiales volcánicos, generan efectos mortíferos.
Riesgos Derivados del Clima
Suelen producir mayores pérdidas, asociados a distintos fenómenos meteorológicos. Destacan los ciclones tropicales, cuya magnitud se evalúa según la velocidad del viento. Precipitaciones torrenciales y movimientos marinos acompañan a los huracanes. Los movimientos marinos se concretan en situaciones de pleamar cuando el ciclón se acerca a la costa, pues la velocidad del viento genera un sistema de oleaje que se extiende desde el centro de la perturbación hasta la periferia.
También el viento alcanza magnitudes extremas por su velocidad en los tornados, frecuentes en el centro de EE.UU. Los destrozos pueden ser cuantiosos y se atribuyen a la acción explosiva del aire. Se miden en la Escala de Fujita, basada en la destrucción ocasionada a las estructuras construidas por el hombre.
Los blizzards, temporales de viento, cuando transportan arena o nieve son capaces de generar pérdidas de vidas o materiales frecuentemente. Las lluvias torrenciales se asocian con los fenómenos más complejos de inundación. Las tormentas de granizo producen daños importantes en ocasiones, sobre todo en producciones agrícolas.
Riesgo de Sequía
La carencia o pobreza de precipitaciones durante un período prolongado origina el riesgo de sequía, fenómeno que a diferencia de los anteriores se manifiesta lentamente y mantiene sus efectos nocivos más allá de finalizado el período climático seco. Se distinguen la sequía azonal y temporal, y la aridez zonal y permanente. La situación de sequía puede ser crónica debido a peculiaridades del uso del agua, de manera que el riesgo de sequía, que se encuadra entre los riesgos naturales, en buena parte del mundo se manifiesta hoy como un aspecto del riesgo inducido e incluso del tecnológico.
Oscilaciones Extremas de Temperatura
Olas de frío: episodios atmosféricos con una duración de entre dos y tres días, ocasionadas por fuerte enfriamiento nocturno del aire o invasión de aire muy frío.
Olas de calor: invasión de masas de aire muy cálido. Si se produce durante una sequía, con la vegetación muerta, puede contribuir al incendio forestal.
Complejos de Riesgo Natural
Maremoto o Tsunami
Asociado a movimientos sísmicos submarinos.
Movimientos de Ladera o Deslizamientos
El grado de peligrosidad reside en la velocidad del fenómeno y la superficie afectada.
Incendios
Generados de forma natural, afectan a extensos espacios, en cuya propagación intervienen numerosos condicionantes ambientales. Este riesgo cada vez más presenta el carácter de inducido, sea en su origen o en su propagación.
Procesos Erosivos
El que más preocupa es la desertificación, inducida por la actividad humana.
Inundación
Su origen es la aportación extraordinaria de agua tanto por lluvia como por deshielo o por rotura de algún depósito natural en función de un terremoto o deslizamiento de tierras. Se sitúa a la cabeza entre los más destructivos a escala mundial, dentro de un marco general de intensa y progresiva ocupación y transformación antrópica de las llanuras fluviales. Provocan la pérdida de cosechas, ganado y la posibilidad de que desencadenen procesos de erosión o destrucción directa que desorganizan el acondicionamiento del terrazgo. También pueden aparecer problemas de salud pública con aumento de la morbidez por efecto de epidemias.