Cultura Material del Paleolítico Superior
Paleolítico Superior Inicial
Auriñaciense (39000/38000 BP – 27000 BP): Desarrollado con diferencias regionales en sus inicios, se distribuye por las zonas periféricas peninsulares con escasa presencia en las zonas interiores, como La Viña (Cantábrico) y Mallaetes (Mediterráneo). Se diferencian tres fases en su evolución: Auriñaciense arcaico, antiguo y evolucionado. Su industria lítica destaca por la producción laminar y microlaminar a partir de núcleos prismáticos, la presencia de raspadores y, en la industria ósea, la azagaya con base hendida.
Gravetiense (27000 BP – 21500 BP): Se inicia la regionalización cultural, con diferencias entre el Cantábrico y el Mediterráneo. Se extiende por las mismas zonas que el Auriñaciense, con yacimientos como Las Caldas y La Riera en el Cantábrico. Sus rasgos más representativos son las puntas de La Gravette y microgravettes, las laminitas con dorso abatido, los buriles de Noailles y las puntas de Font Robert. Destaca la producción de láminas y laminitas, el retoque abrupto y cierta escasez de elementos en hueso.
Paleolítico Superior Medio
Solutrense (21500 BP – 17000/16000 BP): Representado en las zonas periféricas peninsulares y algunos enclaves del interior como Chaves (Aragón). Se estructura en tres fases: inferior, medio y superior. Las piezas líticas más importantes, en las que el empleo del retoque plano, invasor y bifacial es frecuente, son: la punta de cara plana, diversos tipos de puntas foliáceas, las puntas con muesca o escotadura, la punta con pedúnculo y aletas, y distintos tipos de azagayas en hueso, punzones y varillas biapuntadas que se interpretan como anzuelos rectos. Aparecen las primeras evidencias del propulsor.
Paleolítico Superior Final
Magdaleniense (17000/16000 BP – 11500 BP): Representa un incremento de la diferenciación cultural entre las regiones peninsulares. Es el conjunto industrial del Paleolítico Superior en el que las manifestaciones artísticas, tanto rupestres como mobiliar, alcanzan su máximo desarrollo. Hay yacimientos distribuidos sobre todo por las tierras periféricas peninsulares, como Altamira, Nerja, Forcas y La Dehesa. El Magdaleniense se ha periodificado en tres grandes fases: inferior, medio y superior, divididas en subfases. Se caracteriza por la importancia de los elementos realizados en hueso, con una amplia variedad de tipos de azagayas que acompañan a las varillas biapuntadas y los característicos arpones. En la industria lítica destacan las raclettes, las laminitas con dorso abatido, las piezas geométricas, la presencia de muescas y los denticulados.
Cultura Material del Mesolítico
Mesolítico Inicial
Se caracteriza por el desarrollo de la obtención de laminitas (microlitismo). En el Cantábrico se desarrolla el Aziliense, con laminitas, puntas azilienses, elementos de sustrato y reducción de la tecnología ósea. En el Mediterráneo, el Mesolítico microlaminar, conocido como Epipaleolítico microlaminar mediterráneo, se diferencia del Aziliense por la ausencia de arpones.
Mesolítico Pleno
En Asturias y el occidente de Cantabria se desarrolla el Asturiense, con descenso del componente microlaminar, auge de los elementos de sustrato como el pico asturiense y retroceso de la tecnología ósea, desapareciendo incluso el arpón. En el cuadrante noroeste de la Península Ibérica, incluyendo el valle del Ebro, el Levante y el extremo noreste de Cataluña, se desarrollan tres contextos culturales: el Mesolítico de tipo sauveterroide, con microlitos geométricos (geometrismo) y elementos de sustrato como los denticulados; el Mesolítico macrolítico de muescas y denticulados; y el Mesolítico tardenoide, con microlitos geométricos, sobre todo trapezoidales y triangulares. Finalmente, destacan los concheros portugueses en la fachada atlántica portuguesa.
Cultura Material del Neolítico I
La cerámica es el apartado más usado.
Cerámica: Conjunto tecnológico nuevo en la Península Ibérica («paquete neolítico»). Los recipientes desarrollan cuerpos sencillos (esféricos o semiesféricos), a veces con cuellos estrechos y alargados (golletes) y elementos de sujeción como asas y mamelones. La decoración es frecuente y variada: impresión (cardial o no), incisión, relieve y peinado. Los motivos son geométricos, zoomorfos y antropomorfos. Las cerámicas cardiales están presentes en las primeras fases, conviviendo con otras decoraciones, para desaparecer después.
Industria lítica tallada: Caracterizada por la talla laminar, con nuevos tipos como las piezas para el procesado de cereales, y manteniendo otros tradicionales como los geométricos.
Industria lítica pulimentada: La técnica pulimentada aplicada a la piedra es una novedad tecnológica del Neolítico.
Industria ósea: Desarrolla tipos nuevos, como cucharas y espátulas, y otros como los punzones.
Objetos de madera: Numerosas piezas como hoces, mangos de hoz, arcos, flechas, cuencos, espátulas, etc.
Objetos de adorno personal: Colgantes, cuentas de collar y anillos evidencian un rico mundo simbólico, junto con el arte rupestre.