Urbanización y ciudades españolas: evolución, estructura y desafíos

El Fenómeno de la Urbanización

Definición y criterios

El fenómeno más importante de las últimas décadas lo constituye el aumento de las poblaciones urbanas. Este es un fenómeno universal y se produce tanto en los países industrializados como en los subdesarrollados.

Se entiende por urbanización la progresiva concentración de la población en las ciudades, lo que implica un aumento de población urbana.

Los criterios para definir lo que es un núcleo urbano son, en primer lugar, numéricos. En España se clasifican como urbanas aquellas poblaciones que cuentan con 10.000 habitantes; las poblaciones con hasta 2.000 habitantes se consideran núcleos rurales.

Análisis de la ciudad

Para analizar y conocer la ciudad hay que estudiar distintos aspectos de la misma:

  • El emplazamiento: Es el lugar concreto donde se asienta la ciudad, lo que condiciona en cierta forma su paisaje y su crecimiento. Por ejemplo, en el golfo de Cádiz.
  • La situación: Hace referencia a la posición de la ciudad en su relación con el entorno, es decir, a los grandes conjuntos geográficos o económicos donde se sitúa. Cádiz se sitúa al sur de España, frente al estrecho de Gibraltar.
  • La morfología: Es la forma de la ciudad, que combina el plano, los edificios y los usos del suelo. El plano se compone de espacios libres y superficies construidas. Los usos del suelo se refieren a la utilización del espacio en función de las necesidades de la población: residencial, industrial, comercial, infraestructuras y equipamientos.
  • Las funciones urbanas: Son las actividades económicas que se desarrollan en la ciudad. Se diferencian las funciones básicas (las que constituyen la razón de ser de la ciudad) y las no básicas (las que sirven para satisfacer las necesidades de la población).
  • La estructura urbana: Se refiere a la distribución del espacio urbano en diferentes zonas de la ciudad, en relación con la utilización del suelo; por ejemplo, áreas de polígonos industriales, áreas de recreo, zonas residenciales, parques, etc.
  • La política urbana: Es el conjunto de objetivos que se marca la administración para el control y buen desarrollo de la ciudad. Esto se plasma en las leyes de suelo y los planes de ordenación urbana.

Procesos de Urbanización en España

Evolución de la tasa de urbanización

A lo largo del siglo XX, la tasa de urbanización en España ha ido creciendo. Entre 1900 y 2000, la población urbana ha pasado de ser el 32,2% al 78%, es decir, que la población urbana se ha multiplicado por cinco.

Este proceso no ha sido igual en todas las ciudades. Entre 1969 y 1979, época en que más aumentó la tasa de urbanización debido a la emigración del campo a la ciudad, las ciudades más grandes fueron las que tuvieron tasas más elevadas.

Pero desde los años 80, las grandes ciudades comienzan a ralentizar el crecimiento como consecuencia de los grandes problemas que tienen que afrontar: carestía de viviendas, subidas de precios de los pisos, crisis de empleo, etc. Por eso, en estos años crecen más las ciudades españolas pequeñas y medianas.

La distribución de la urbanización española presenta muchos contrastes. El más destacado es que las ciudades del interior (de la región castellano leonesa, Extremadura o La Mancha) tienen tasas de urbanización mucho más bajas que las del litoral, exceptuando, claro está, Madrid, que tiene la tasa más alta del país. La tasa de urbanización española está próxima a la media europea.

Factores que intervienen en el proceso de urbanización

Las razones que explican la urbanización se refieren al crecimiento de las actividades económicas en las ciudades, pues estas atraen a la mano de obra. Existen también razones de carácter histórico, cultural o geoestratégico que hacen que una ciudad crezca en un momento determinado.

  • La industrialización y su concentración en Cataluña, País Vasco y Madrid han hecho de estos lugares los más urbanizados. También el turismo ha provocado un gran aumento de la urbanización, sobre todo en la costa mediterránea, como Benidorm, Torremolinos o Marbella.
  • La influencia de una gran ciudad sobre su entorno. Así, los núcleos próximos a estas grandes ciudades incrementan su población; por ejemplo, en Madrid o en la zona del Aljarafe en Sevilla.
  • La emigración del campo a la ciudad. La actividad primaria ha ido disminuyendo y la mano de obra del campo se ha desplazado a las ciudades. Sin embargo, en los últimos años se han desarrollado técnicas agrícolas (como el regadío, los cultivos bajo plásticos, etc.) en Almería, Murcia, Valencia o Canarias, que han atraído mucha mano de obra a las ciudades cercanas.

Consecuencias del proceso de urbanización

  • Despoblamiento de las zonas rurales en muchos lugares de España. Los municipios de menos de 10.000 habitantes han perdido mucha población desde mediados del siglo XX.
  • Consecuencias demográficas. El paso a vivir en las ciudades comporta cambios en la población: las ciudades tienen más población joven y en ellas se da una menor tasa de natalidad.
  • Deterioro del medio ambiente. El alto consumo de energía, la degradación del paisaje, el gasto de agua, la contaminación atmosférica, etc.

Tipos de Ciudades Españolas a lo Largo de la Historia

Época Antigua

Gran parte de las ciudades de España presentan un importante pasado histórico. Cada época ha dejado su sello en la forma de las ciudades. Las primeras ciudades de la península son de la época de colonización fenicia y griega (siglo VIII a. C.). Destaca la ciudad de Cádiz, que tiene 3.000 años de antigüedad, y también otras del litoral catalán y mediterráneo.

Época Romana

La época romana representó un avance en la consolidación de las ciudades. Los romanos crearon un modelo propio y fundaron numerosas ciudades, algunas sobre poblaciones ya existentes de tiempos prerromanos y otras nuevas, entre las que destacan Itálica, Zaragoza, Mérida, etc.

La aportación principal de la urbanización romana es el plano ortogonal, un trazado urbano en cuadrícula y en torno a dos ejes o líneas que se cruzan llamados cardo y decúmano. El plano romano es un plano geométrico muy utilizado después en la fundación de nuevas ciudades, sobre todo en América con la conquista española.

Edad Media

La época medieval conoció un periodo de despoblación de las ciudades debido a las invasiones y la inseguridad. Con el proceso de la Reconquista se fueron fundando ciudades nuevas, como Segovia, Ávila, Salamanca, que servían de lugares de defensa de los territorios.

La conquista de los musulmanes creó un nuevo tipo de ciudad, la ciudad musulmana, que se emplazaba en lugares estratégicos y defensivos; por ejemplo, al lado de un río o de un barranco. Las casas se construían muy juntas, una encima de otras, y se protegían por una muralla. El plano que forma la ciudad musulmana era totalmente irregular: calles de trazados sinuosos, torcidas, quebradas, sin salida, con numerosos callejones ciegos llamados adarves, que son muy representativos de la ciudad musulmana.

La ciudad cristiana de esta época, sin embargo, dedicada a la agricultura y la ganadería, era un pequeño recinto amurallado con calles estrechas y centradas en torno a una plaza donde estaba la iglesia.

Edad Moderna

En la Edad Moderna, con el aumento demográfico y el desarrollo cultural, crecieron las ciudades, mejoraron las infraestructuras urbanas y se remodelaron las calles. También se crearon las plazas mayores, donde se sitúa el Ayuntamiento y donde se hacían las fiestas. Destaca la Plaza Mayor de Madrid.

Siglo XVIII

Durante el siglo XVIII, el Reformismo Ilustrado cambió las formas de la ciudad: se mejoró la estética buscando la belleza del entorno. También mejoraron las condiciones sanitarias, se construyeron monumentos, avenidas, bulevares, puentes e infraestructuras.

Edad Contemporánea

Siglo XIX

El siglo XIX fue muy importante para las ciudades españolas. Estas seguían creciendo y se hicieron nuevas reformas, pues se desarrollaron mucho las obras públicas.

  • La desamortización sacó a la venta terrenos religiosos dentro de las ciudades, que se edificaron o se incorporaron a la ciudad, como el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
  • La industrialización, que se inició hacia los años 1860, trajo el problema de dónde situar las industrias y dónde alojar a la mano de obra que emigraba a las ciudades industriales. Debido a estas necesidades, se pusieron en marcha planes para regular el crecimiento de la ciudad y remodelar el espacio interior.

Entre estos planes podemos citar: la construcción de mataderos, cementerios, acometidas de agua y electricidad, pavimentación de calles y, sobre todo, apertura de nuevas calles para adaptarlas a la circulación que se iniciaba en esos momentos y que continuaría avanzando en el siglo XX. A esto se le llamó haussmanización.

A finales del siglo XIX tienen lugar los planes de Ensanche, que son aportaciones muy interesantes del urbanismo. Consistían en edificar una zona completa de la ciudad, planificando todo: las calles, los edificios, los servicios, etc. Se hacía por lo general con un trazado ortogonal o en cuadrícula, con manzanas de grandes proporciones destinadas a acoger a las familias burguesas, pues los ensanches eran zonas de habitabilidad de mucha calidad. Destaca el Ensanche de Barcelona, ideado por Ildefonso Cerdá en 1860.

Siglo XX

En el siglo XX, el intenso proceso de urbanización ha traído consigo un gran cambio en el paisaje urbano: se ha fomentado la construcción de viviendas, pues este es uno de los principales problemas que se agudizó debido a la emigración del campo a la ciudad en los años 60. El Estado promulgó leyes para la construcción de viviendas sociales, por ejemplo, la Ley de Casas Baratas de 1911.

Pero la labor más intensa en construcción se hizo con el franquismo, pues después de la Guerra Civil había que reconstruir muchas ciudades. Se hicieron varios planes de construcción a través de organismos como la Obra Sindical del Hogar.

En el franquismo, en muchas ciudades se derribaron zonas céntricas para construir edificios de viviendas, oficinas o bancos sin respetar el patrimonio de la ciudad.

Crecieron también los suburbios y las chabolas en las áreas periféricas de las principales ciudades. Allí se alojaban personas sin recursos que formaban barriadas de autoconstrucción, sin servicios ni infraestructuras, como por ejemplo el Pozo del Tío Raimundo en Madrid o el Polígono Sur en Sevilla.

Aunque se fue elaborando una legislación urbanística por la cual se obligaba a introducir la planificación (es decir, la aplicación del zoning o distribución de usos y funciones dentro de la ciudad en espacios separados), estas leyes no solían cumplirse. Leyes de este tipo fueron la Ley del Suelo de 1956.

También se experimentaron nuevas formas urbanísticas como:

  • La ciudad jardín, basada en ideas de arquitectos ingleses, cuyo objetivo era acercar la naturaleza a la ciudad. Son barrios con casitas bajas con huerto o jardín.
  • La ciudad lineal, que fue un proyecto del arquitecto Arturo Soria y que trataba de crear viviendas en torno a las vías de comunicación entre ciudades, manteniendo también la relación con el medio natural.
  • Los polígonos residenciales, que son construcciones de barriadas enteras en zonas próximas a la ciudad, pero donde predomina el bloque de pisos de elevada densidad y de escasas dimensiones y poca calidad constructiva.

La democracia trajo consigo un gran avance en la legislación urbanística, mucho mayor control y el intento de crear ciudades para los ciudadanos. Lo más importante es la elaboración de leyes como la Ley del Suelo de 1976 y los Planes de Ordenación Urbana (PGOU) que realiza cada ayuntamiento.

Estos planes fijan líneas obligatorias para la edificación, sobre la propiedad, los trazados de vías, etc. Es decir, recogen los objetivos de hacia dónde se quiere desarrollar la ciudad.

Actualidad

En la actualidad, los objetivos de las leyes se dirigen a revitalizar los centros históricos, a protegerlos y evitar la destrucción de edificios con valor histórico. Se hacen rehabilitaciones de zonas de la ciudad en su conjunto, modernizando y adecuando las condiciones a las necesidades de las personas. Para ello se obliga a respetar determinadas tipologías del entorno.

En la actualidad se desarrollan mucho las periferias urbanas. Las familias de clase media buscan lugares residenciales con calidad ambiental y precios asequibles; por esto se hacen urbanizaciones en esta zona.

También se implantan centros de servicios o de ocio, como los parques periurbanos y los polígonos industriales, de manera que se crea lo que se llama una aglomeración urbana, que consiste en irse uniendo a la ciudad principal otros núcleos periféricos.

El desarrollo de todas estas formas de construcción ha hecho que en muchos lugares se haya borrado el límite entre la ciudad y los núcleos cercanos, pues todo está ya urbanizado. Este fenómeno se llama metropolización, lo que obliga a que se tengan que construir vías de comunicación rápidas, circunvalaciones, o desarrollar el transporte público adecuado, pues estos núcleos funcionan como ciudades dormitorio para los trabajadores. De aquí nace también el concepto de área metropolitana, es decir, una ciudad que integra a toda una serie de poblaciones cercanas que pueden seguir manteniendo un carácter rural.

Funciones de las Ciudades

Las funciones de la ciudad son las actividades propiamente urbanas que, a lo largo de la historia, han sido fundamentalmente el comercio y los talleres artesanos.

Se dice que una ciudad cumple una función determinada si esa actividad es la más representativa de ella; por ejemplo, ciudades turísticas, ciudades universitarias, ciudades religiosas.

Antes de la Revolución Industrial, la población de las ciudades se dedicaba al comercio y la elaboración de textiles, armas, cerámica, utensilios de todo tipo, etc.

La industrialización significó un gran cambio, pues una ciudad ofrece muchas ventajas para implantar en ellas industrias, como accesibilidad, mano de obra abundante, amplio mercado de contacto con otras ciudades, etc.

En la actualidad, en las ciudades se produce una gran mezcla de funciones. Es difícil clasificar a una ciudad por una sola función, pues en las ciudades se realizan muchas actividades.

La Estructura Urbana: Las Áreas de la Ciudad

Una ciudad puede ser dividida en varias zonas o sectores según la función predominante en cada uno de ellos.

A) Sector Central o CBD (de «Central Business District»)

Es el centro comercial, financiero y de servicios. En él aparecen los principales comercios, bancos y oficinas, y las sedes de las principales empresas. Las características son:

  • Buena accesibilidad por buenas comunicaciones: estaciones de ferrocarril, de metro, terminales de autobuses…
  • Densidad muy alta de tráfico peatonal y, sobre todo, rodado; por ello, problemas de aparcamiento y atascos.
  • Concentración de sector terciario (poca vivienda y casi ninguna industria).
  • Alto precio del suelo (es la zona más cara de las ciudades); por ello, se edifica en alturas notables (es la zona de rascacielos de la ciudad).

B) Áreas Residenciales (Viviendas)

Las viviendas ocupan la mayor parte de las ciudades. En grandes líneas, hay dos tipos de viviendas: las unifamiliares (chalets) y las multifamiliares (bloques).

Dentro de las áreas residenciales se puede distinguir:

  1. Núcleo antiguo o casco histórico: Viviendas en forma de viejos bloques multifamiliares, generalmente bastante degradados. La zona está mayoritariamente ocupada por jubilados, inmigrantes y población marginal o de bajo poder adquisitivo. Esto, salvo en las ciudades en que, por su especial interés histórico o monumental, la zona se ha rehabilitado, pasando entonces a ser una zona de alto precio.
  2. Ensanches del siglo XIX: Viviendas multifamiliares de calidad para la clase media-alta. El alto precio de estas zonas, al encarecer mucho los precios de las viviendas, motiva que muchas pasen a convertirse en oficinas o comercios de alto nivel (pensar en el ejemplo de Madrid, como en las calles del barrio de Salamanca —Serrano, Goya, Velázquez—, se encuentran las sedes centrales de numerosas empresas y los comercios más lujosos y caros de la ciudad).
  3. Zonas periféricas del siglo XX: Las hay de dos tipos:
    • Zonas residenciales de bajo precio (barrios obreros): viviendas multifamiliares para la clase media-baja.
    • Zonas residenciales de alto precio, con viviendas unifamiliares, para la clase alta.

C) Áreas Industriales

Hay varios tipos:

  • Dentro de la ciudad, industrias pequeñas, discretas y poco contaminantes.
  • Polígonos industriales, a las afueras de las ciudades y siguiendo las vías de comunicación (tren, carretera), para industrias más grandes y/o contaminantes. Construidos, en su mayoría, en las décadas de los 50 y los 60.
  • Nuevas áreas industriales (parques empresariales), situados cerca de la ciudad y bien comunicados, con buenos y múltiples servicios, para empresas, básicamente, relacionadas con las nuevas tecnologías.

D) Áreas Comerciales

La principal coincide con el CBD, pero hay zonas comerciales repartidas por toda la ciudad. Últimamente se tiende a crear grandes superficies comerciales en las afueras de las ciudades, unificando comercio y lugares de ocio (cines, bares, restaurantes): Parque Corredor es un ejemplo de ello.

E) Área Suburbana

Zonas que hasta hace unos años no pertenecían a la ciudad, pero que por el crecimiento de esta han sido absorbidas, y en las que todavía se mezclan usos industriales y rurales (en el caso de Madrid, Vicálvaro, Vallecas…). En estas zonas se pueden ver grandes industrias (tendiendo a desaparecer), zonas agrícolas, zonas residenciales, barbechos especulativos (se denomina así a terrenos hasta hace poco agrícolas y que en la actualidad aparecen abandonados, estando en realidad a la espera de poder edificar en ellos y así hacer subir su precio).

F) Área Metropolitana

Pueblos que dependen económicamente de la ciudad, aunque sean independientes (Torrejón, Alcalá, respecto a Madrid). Generalmente, estas poblaciones crecen siguiendo la línea de las carreteras nacionales.

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