Los Condicionantes Naturales y Humanos de la Agricultura en España

Los Condicionantes Naturales de la Agricultura en España

Relieve

La topografía facilita o dificulta la práctica agrícola, por ello se aprecia una relación entre el mapa de aprovechamientos agrarios y el mapa de relieve.

Altitud

Modifica las condiciones de humedad y temperatura. En España, solo el 11% de la superficie se halla a menos de 200 metros de altitud; una gran proporción corresponde a la Meseta, cuya elevación sobre el nivel del mar realza la continentalidad y sus efectos agrarios.

Pendientes y Desniveles

Afectan a la formación y al grado de estabilidad de los suelos, a las condiciones y formas de laboreo, a la vulnerabilidad ante la erosión, a la circulación del agua, a las posibilidades de mecanización de las faenas agrícolas. Hay que añadir la importancia del relieve y del roquedo en el origen y evolución de los suelos, que son el soporte y la base de nutrición de los cultivos y aprovechamientos agrarios.

Clima

Condiciona los tipos de paisajes agrarios. Está presente a través de las temperaturas, precipitaciones y demás elementos climáticos. El régimen climático de influencia más intensa es el mediterráneo. Su larga sequía estival y elevadas temperaturas exigen adaptación a las plantas y cultivos, lo que ha tenido como consecuencia la adopción de la trilogía de cultivos mediterráneos (cereales, vid y olivo) y la implantación del regadío para contrarrestar los efectos de la aridez estival. Los climas españoles, sobre todo el mediterráneo, presentan mucha irregularidad de unos años a otros, siendo frecuentes las heladas, las olas de calor, las sequías,… que influyen negativamente sobre la agricultura y la ganadería.

Suelos

Condicionan la agricultura por su distinta naturaleza, estructura, composición, ubicación,… tal cantidad de factores explican que los paisajes agrarios no puedan clasificarse sin recurrir al mapa de suelos.

Vegetación

A veces se ha eliminado para lograr la total ocupación agrícola; otras veces se conserva con grandes rasgos de pureza, constituyendo la base de los aprovechamientos forestales. Algunas veces se ha conservado el sustrato herbáceo, no el arbóreo, para ser aprovechado por la ganadería; o se hace un aprovechamiento conjunto e integrado de suelo, pastos y arbolado dando lugar a paisajes de dehesa.

Los Condicionantes Humanos de la Agricultura en España

Estos condicionantes son los responsables de la ordenación y usos del espacio agrario, así como de la expresión de las condiciones sociales, económicas, técnicas, políticas, etc., en las que la actividad se desenvuelve. El espacio agrario también acusa la influencia de los factores del pasado sobre los que se han formado y pervivido las estructuras agrarias.

Condicionantes Históricos

Roma hace la primera ordenación agraria del territorio peninsular. Sus sistemas agrarios se basan en la trilogía mediterránea y la gran explotación. Posteriormente, los musulmanes reordenan el espacio agrario dando gran importancia al regadío y producción de frutas y hortalizas para la alimentación humana. La Reconquista y repoblación cristianas dan lugar a dos procesos de claras repercusiones en el agro español:

  1. Uso y ordenación de la tierra basado en la coexistencia de aprovechamientos cerealistas y ganaderos.
  2. Sistema de posesión de la tierra que será el responsable de grandes desigualdades de sociedades pasadas y base de la consideración de la tierra como problema. Este sistema estará vigente hasta mediados del siglo XIX.

El Régimen de Tenencia de la Tierra

En lo que a tenencia de la tierra se refiere, distinguimos entre régimen de explotación directa y régimen de explotación indirecta. El primero consiste en que el titular de la explotación agraria, con independencia de que trabaje físicamente en ella o no, es propietario de la tierra.

La explotación indirecta resulta cuando el titular de la explotación y el propietario de la tierra no es la misma persona. En estos casos, el propietario cede la tierra para su explotación en régimen de arrendamiento, aparcería o bajo cualquier otra fórmula.

El arrendamiento es, de hecho, un alquiler y se establece mediante el pago de una renta cierta, convenida de antemano, en metálico o en especie, con independencia del resultado de la cosecha. La aparcería es una sociedad a la que el dueño aporta la tierra y el aparcero, el trabajo; los gastos se satisfacen a medias y los beneficios o productos de la cosecha se reparten en la proporción establecida. Como la producción se desconoce en el momento de la firma del contrato, la renta es variable, y propietario y aparcero comparten por igual ganancias en los años buenos y pérdidas, si las hubiera, en los años malos.

Estos regímenes de tenencia de la tierra han tenido gran vigencia y significado en el campo español. Hoy se tiende al incremento de la explotación directa, al mantenimiento del arrendamiento y a la drástica reducción de la aparcería, que se agudizó con el éxodo rural.

La sociedad española hasta casi mediados del siglo XX fue rural por cultura y residencia de la población y agrícola, pues la agricultura tendrá mucha importancia en la producción de la economía nacional y en el autoabastecimiento de las poblaciones.

Esto hace posible la autarquía local y comarcal que terminará con la llegada del ferrocarril y que acabó hace unas décadas con la instauración de una sociedad urbana. En los últimos años, la actividad agraria ha evolucionado: se ha orientado al mercado, se ha especializado en las producciones y a gran escala en una economía integrada en mercados internacionales. Las innovaciones técnicas también favorecieron al campo: la mecanización, el uso generalizado de abonos y fertilizantes, el empleo de semillas y razas seleccionadas,… todo ello en una sociedad moderna que se desarrollaba progresivamente. El ingreso de España en la U.E. ha influido en la actividad y espacio agrario, pues ha supuesto la ampliación de los mercados agrarios, la participación en las políticas comunitarias y nuevas condiciones de financiación de la producción agraria.

Usos y Aprovechamientos Agrarios

Existe una relación intensa entre los mapas de cultivo y aprovechamiento con los componentes del medio geográfico, especialmente clima y relieve. Sobre los grupos de aprovechamientos, existe coincidencia entre:

  • Espacios forestales y áreas de montaña. Se debe a que las montañas no son aptas para la agricultura, al abandono de los usos agrícolas tradicionales y a la repoblación forestal.
  • Praderas y pastizales se extienden por zonas de montaña media, de topografía menos accidentada, y por las penillanuras del oeste peninsular. Es la Iberia silícea. Sobre ella se asienta la ganadería tradicional que aprovecha los pastos húmedos de las praderas atlánticas y los estacionales de la España interior, donde ha ido unido al régimen de dehesa.
  • Las tierras cultivadas se encuentran en tres grandes conjuntos agrícolas: las cuencas interiores de la Meseta, las depresiones exteriores y el litoral mediterráneo. Las dos submesetas tienen un intenso uso agrario (cuenca del Duero en la Norte y área de La Mancha en la Sur). La depresión del Ebro y Guadalquivir son de gran aptitud agrícola, siendo la tierra bética la que presenta mejores suelos y mayores porcentajes de superficie labrada. Las zonas del litoral mediterráneo se caracterizan por la intensidad del laboreo sobre una estrecha franja que presenta su mayor extensión en el golfo de Valencia. En los espacios de aprovechamiento agrícola destacan las zonas de regadío, que son hoy los principales soportes económicos de la agricultura española. Junto a ellos, destacan los espacios ocupados por cultivos forzados (enarenados, bajo plásticos) y subtropicales, modelo de aprovechamiento de las potencialidades que ofrece el clima y un claro exponente del dinamismo de la agricultura española.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *