Política Hidráulica y Medioambiental en España: Retos y Soluciones

La Política Hidráulica

La política hidráulica tiene dos fines principales: la regulación y la gestión de los recursos hídricos.

a) La Regulación

La regulación de los recursos hídricos corresponde a la Ley de Aguas. Esta establece que todas las aguas superficiales y subterráneas son de dominio público estatal (Doc. 1).

b) La Gestión

La gestión de los recursos hídricos se lleva a cabo mediante la planificación hidrológica.

Los Planes Hidrológicos de Cuenca determinan las necesidades y las obras de cada cuenca. Son elaborados por las Confederaciones Hidrográficas en las cuencas intercomunitarias y por los gobiernos de las comunidades autónomas en las cuencas intracomunitarias.

Problemas y Políticas Medioambientales

Las actuaciones negativas del ser humano sobre el medio ambiente son:

  • La sobreexplotación o explotación del medio por encima de su capacidad de producción y regeneración.
  • La contaminación o adición de materias nocivas en una proporción no asimilable por el medio.
  • La destrucción o desaparición total de elementos medioambientales.

La preocupación española por estos problemas comenzó a finales de la década de 1960, cristalizó en 1971 con la creación del ICONA (Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza), y ganó terreno en 1975, con el restablecimiento de la democracia. Así, en 1977, se diseñó la primera política medioambiental, y, al año siguiente, la Constitución recogió el derecho de todos a disfrutar de un medio ambiente adecuado y fijó sanciones para quienes atentasen contra él (delito ecológico) (Doc. 3).

En la actualidad, la política medioambiental española está determinada por los acuerdos internacionales suscritos, por la política medioambiental de la Unión Europea y por las actuaciones del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).

a) Los Acuerdos Internacionales

Los acuerdos internacionales suscritos por España implican el cumplimiento de determinados compromisos en ciertos temas medioambientales, como el cambio climático, la contaminación atmosférica o la desertización.

b) La Política Medioambiental de la Unión Europea

La política medioambiental de la Unión Europea trata de preservar el medio ambiente mediante actuaciones que repercuten en la política medioambiental de los estados miembros:

  • El fomento del desarrollo sostenible, entendido como un uso racional de los recursos, que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras.
  • La prevención de la degradación mediante el estudio previo del impacto ambiental de los proyectos; la integración de la dimensión medioambiental en todas las políticas comunitarias, y la concienciación de la opinión pública, a través de la educación y las campañas de sensibilización.
  • La corrección de los problemas existentes en la Unión Europea mediante la promulgación de normas al efecto; la sanción de los que las infringen, de acuerdo con el principio de «quien contamina paga»; el fomento de la investigación medioambiental, y la concesión de fondos destinados a su mejora (LIFE, Fondo de Cohesión).
  • La corrección de los problemas medioambientales globales, incluyendo cláusulas de protección medioambiental en acuerdos con terceros países, y participando en acuerdos internacionales proteccionistas que comprometen a cada uno de sus miembros (Protocolos de Montreal y de Kioto).

1. Los Tipos de Migraciones Interiores Actuales

En la actualidad existen diferentes corrientes migratorias que se entrecruzan en el espacio:

a) Las Migraciones Laborales

Las migraciones laborales responden a motivaciones de trabajo y están protagonizadas por adultos jóvenes (20-39 años). Proceden de antiguas áreas emigratorias, ciudades industrializadas en declive, y núcleos urbanos y se dirigen a los centros de mayor dinamismo económico situados en otras regiones, y sobre todo, en su propia región o provincia.

Las migraciones hacia provincias de otras regiones se han ralentizado y originan diferentes saldos migratorios.

  • Tienen saldos positivos las principales áreas inmigratorias del Mediterráneo (excepto Barcelona) y del valle del Ebro (excepto Zaragoza).
  • Tienen saldos alternativamente positivos y negativos muchas antiguas provincias emigratorias, que protagonizan desde 1975 migraciones tipo «golondrina», de carácter estacional o plurianual, muy ligadas a la coyuntura económica y a la actual flexibilidad del mercado laboral. Así, en las coyunturas económicas expansivas (segunda mitad de las décadas de 1980 y de 1990) envían emigrantes a las áreas más dinámicas para trabajar en actividades como el turismo o la construcción, adoptando saldos migratorios negativos. En cambio, en las coyunturas recesivas (primera mitad de las décadas de 1980 y de 1990) o cuando se agotan los contratos temporales, recuperan a los emigrantes, adoptando saldos positivos.
  • Tienen saldos negativos algunas antiguas provincias inmigratorias que lo han invertido (Madrid, Barcelona, Bizkaia, Gipuzkoa, Zaragoza) y provincias tradicionalmente emigratorias que lo mantienen (Ávila, Zamora, Burgos, Ciudad Real, Teruel, Asturias).

Las migraciones intrarregionales e intraprovinciales han crecido. El desarrollo de las competencias autonómicas ha generado empleo en la propia región en relación con las necesidades de la administración autonómica; y las políticas de desarrollo regional y rural han favorecido la creación de centros de actividad provinciales y locales aprovechando los recursos endógenos.

Las migraciones intramunicipales han cambiado. Los grandes municipios urbanos y las capitales provinciales tienen ahora saldo negativo por la difusión de población y actividades hacia municipios urbanos medianos y pequeños, e incluso hacia municipios rurales, que muestran saldo positivo.

El aspecto más novedoso es el creciente papel de los extranjeros en las migraciones interiores, especialmente de los extracomunitarios, más predispuestos a desplazarse en busca de mejoras laborales, y con menores ataduras familiares. En estas migraciones, Madrid actúa como foco de redistribución de los extranjeros, que se dirigen, sobre todo, hacia el litoral mediterráneo y Andalucía.

b) Las Migraciones Residenciales

Las migraciones residenciales responden exclusivamente a motivaciones residenciales. Están protagonizadas por jóvenes y clases medias que buscan viviendas baratas y calidad medioambiental. Por eso se trata, principalmente, de migraciones intraurbanas, entre la ciudad central y sus diversas coronas periféricas. Sin embargo, en algunos casos, se extienden desde las grandes ciudades hacia provincias vecinas más baratas. Este es el caso de Toledo y de Guadalajara respecto a Madrid y de Cantabria respecto a Bilbao, que explican así sus recientes saldos positivos.

c) Las Migraciones de Retorno

Las migraciones de retorno suponen la vuelta de población a las áreas emigratorias. Responden a dos modalidades:

  • En su mayor parte, están protagonizadas por emigrantes que regresan a su lugar de origen. Entre 1975 y 1990 afectaron principalmente a personas mayores de 55 años, jubiladas o prejubiladas. Desde entonces, afectan más a los jóvenes protagonistas de las migraciones «tipo golondrina».
  • Además, existe una corriente neorrural minoritaria, integrada por personas que abandonan la ciudad y se trasladan a zonas rurales.

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