Vocabulario y Paisajes Vegetales del Clima Mediterráneo

Vocabulario:

  • Xerófila: Vegetación adaptada a la aridez. En España es propia del clima mediterráneo.
  • La vegetación esclerófila: Se caracteriza por sus hojas duras y de consistencia parecida al cuero; se adaptan bien a la sequía.
  • La textura del suelo: Es el tamaño de las partículas que lo componen.
  • La estructura: Es la forma en que se agrupan las partículas del suelo en fragmentos mayores.
  • La permeabilidad: Es la capacidad del suelo de permitir la filtración de agua y gases.
  • Lixiviación: Es el proceso de arrastre, por el agua de lluvia, de las materias solubles de los horizontes superficiales del suelo hasta horizontes más profundos. Su intensidad depende del volumen de las precipitaciones.

El paisaje vegetal del clima mediterráneo:

Corresponde a la región floral mediterránea. Sus características son el bosque perennifolio y el matorral. Estas formaciones se han adaptado a la sequía estival mediante el desarrollo de raíces muy extendidas o en profundidad para captar agua, con diversos sistemas para disminuir la transpiración.

A) El bosque perennifolio:

Árboles de mediana altura con hoja perenne. Las especies más características son la encina y el alcornoque.

  • La encina: Es el árbol más característico y extendido del clima mediterráneo, es resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos. Los bosques de encinas mejor conservados se encuentran en Sierra Morena, Extremadura y la Sierra de Guadarrama.
  • El alcornoque: Necesita inviernos suaves, cierta humedad y suelos silíceos. Se concentra en el suroeste peninsular, en el sur de Andalucía, en el noreste de Cataluña y en Castellón.
  • El pino: Es una formación vegetal que se adapta a condiciones extremas de frío, calor, humedad y aridez, y a suelos diversos. Se ha extendido por amplias zonas como resultado de la intervención humana. El bosque perennifolio ha reducido su extensión a lo largo del tiempo. Las causas han sido la pérdida de muchos de sus usos tradicionales, su sustitución por otras especies de crecimiento rápido y buen aprovechamiento económico. En la actualidad se intenta conservarlo mediante el sistema de la dehesa.

B) El matorral:

No es una formación clímax, sino el resultado de la degradación del bosque por el ser humano. Tiene tres tipos característicos: la maquia, la garriga y la estepa.

  • La maquia: Es una formación arbustiva de más de dos metros de altura, muy densa. Sus especies principales son la jara, el brezo, el lentisco y la retama.
  • La garriga: Está formada por arbustos y matorrales de poca altura; entre sus especies destacan el tomillo y el romero.
  • La estepa: Está formada por hierbas bajas, entrecruzadas con arbustos espinosos y bajos. Sus especies principales son el palmito, el tomillo y el espartal. Es propia de las zonas semiáridas del sureste peninsular y del valle del Ebro.

El paisaje vegetal de ribera:

En las riberas de los ríos, el suelo se impregna de humedad, por lo que su vegetación tiene rasgos diferentes de la de su entorno. La presencia constante de agua hace que solo puedan vivir allí ciertas especies, que se disponen en franjas paralelas al río. Los bosques de ribera están formados por especies como el aliso, el sauce, el chopo, el álamo, el fresno y el olmo, que es menos exigente en humedad. Junto a los bosques crecen matorrales. El bosque de ribera también ha reducido su extensión a causa de la acción humana sobre los márgenes y cauces de los ríos.

El paisaje vegetal de montaña:

La vegetación se dispone en pisos con formaciones vegetales distintas, en función de la altura y de la orientación (barlovento/sotavento, solana/umbría).

A) La montaña alpina o pirenaica:

Representada por los Pirineos, tiene cuatro pisos vegetales:

  • El piso basal: Hasta los 1.200 m incluye encinas y robles.
  • El piso subalpino: Entre los 1.200 m y los 2.400 m incluye coníferas naturales, como el abeto y el pino negro. El sotobosque está constituido por arbustos como el rododendro y el arándano.
  • El piso alpino: Entre 2.400 y 3.000 m es el dominio del prado. Pasa siete u ocho meses cubierto por la nieve; abundan los sectores de roca desnuda.
  • El piso nival: Se sitúa por encima de los 3.000 m y la vegetación es inexistente.

B) El resto de las montañas peninsulares:

Carece de piso subalpino. El piso basal está ocupado por el bosque propio de su clima: en la zona atlántica, caducifolio, y en la mediterránea, perennifolio en la parte baja y caducifolio o de pinares a mayor altitud. El piso supraforestal incluye pequeños arbustos en la zona atlántica (brezo y genista) y en la zona mediterránea (arbustos y matorrales espinosos). En la cima dominan los prados en la zona atlántica y el matorral en la mediterránea.

El paisaje vegetal en Canarias:

La vegetación de Canarias tiene una riqueza extraordinaria. Su origen es mediterráneo, pero con influencias atlánticas y africanas. En esta vegetación destacan los endemismos y las reliquias. Se suceden los siguientes pisos vegetales:

  • El piso basal: Comprende desde el nivel del mar hasta los 300-500 m; está marcado por la aridez y predominan matorrales ralos y ásperos.
  • El piso intermedio: Se extiende entre los 200 y los 800 m; aumento de la humedad y crecimiento de palmeras, dragos y sabinas.
  • El piso termocanario: Se sitúa entre los 800-1200 m; constituido por dos originales formaciones boscosas: el bosque de laurisilva, muy denso y compuesto por más de 20 especies, y el fayal-brezal, resultante de la degradación de la laurisilva por la acción humana.
  • El piso canario: Se extiende entre los 1200 m y los 2200 m; está dominado por el bosque de coníferas.
  • El piso supracanario: Por encima de los 2200 m, solo está presente en Tenerife y La Palma; se caracteriza por una acusada desnudez pero de gran riqueza florística.

El suelo:

Es la capa superficial de la corteza terrestre. Se comprende de elementos en los tres estados: los elementos sólidos son las partículas minerales procedentes de la erosión de las rocas y de la materia orgánica viva o en descomposición. El suelo contiene elementos líquidos y gases ocupando los poros. La ciencia que estudia el suelo es la edafología.

Factores del suelo:

Sufre una alteración por el clima y por los seres vivos. Los fenómenos atmosféricos disgregan la roca; luego se instalan sobre ella plantas colonizadoras, organismos y microorganismos que permiten la implantación de comunidades biológicas más complejas. Con el tiempo, el suelo evoluciona hasta alcanzar el equilibrio con el medio.

  • La roca madre: Es el sustrato mineral a partir del cual se forma el suelo. Influye en su color, textura, estructura, permeabilidad y acidez. Dependiendo de la roca madre, los suelos pueden ser síliceos, calizos y arcillosos.
  • El clima: Es el factor más influyente en la formación del suelo. Las temperaturas y las precipitaciones influyen en sus procesos químicos y biológicos. Atendiendo al clima, los suelos pueden ser zonales o clímax, o azonales e intrazonales cuando dependen de otros factores.
  • La topografía: También influye; en las zonas llanas se acumulan suelos gruesos.
  • Los seres vivos: Actúan de diversas maneras. Las plantas pueden empobrecer el suelo (coníferas) o enriquecerlo aportándole bases captadas por sus raíces (frondosas). Los animales, como las lombrices y roedores, remueven con sus movimientos. Y las personas lo destruyen y alteran o lo mejoran con abonos y repoblaciones adecuadas.
  • El tiempo: Es otro factor determinante, dado que la formación de un suelo es un proceso lento que requiere siglos.

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