Características de la Oferta Turística Española y Tipos de Turismo
El modelo turístico en España se caracteriza por su orientación internacional, el turismo de masas y la demanda centrada en sol y playa. Los principales países emisores de turistas son miembros de la Unión Europea, destacando Alemania, Francia y el Reino Unido, seguidos por otros países europeos y emergentes como Estados Unidos, Japón, Rusia y Polonia.
El turismo está fuertemente ligado a la temporada de playa y las vacaciones escolares y laborales, lo que resulta en una marcada estacionalidad, especialmente en los meses de julio y agosto. Sin embargo, el turismo nacional también se está integrando gradualmente en este modelo. Además del turismo de sol y playa, está en aumento el turismo de jubilados, tanto nacionales como extranjeros, que contribuyen a la ocupación hotelera en temporada baja, siendo beneficioso para la estabilidad del empleo.
España cuenta con una destacada infraestructura turística, con más de 17.000 establecimientos hoteleros y alrededor de 1.100.000 plazas, aunque su distribución geográfica es desigual, con una concentración particular en áreas costeras e insulares. El turismo desempeña un papel significativo en la economía española, representando aproximadamente el 8% del PIB y generando ingresos brutos sustanciales. Sin embargo, la masificación y la concentración en las zonas costeras han llevado a problemas como la saturación de infraestructuras y el impacto medioambiental.
Se necesita una renovación de las instalaciones turísticas, así como la diversificación de la oferta para contrarrestar la estacionalidad y atraer nuevos mercados. Es crucial apostar por la calidad y la sostenibilidad, así como ampliar la oferta turística, incluyendo opciones como el turismo rural y de naturaleza, que pueden contribuir al desarrollo de zonas desfavorecidas y a la conservación del medio ambiente.
Se han propuesto medidas como la implantación de ecotasas para mitigar el impacto medioambiental del turismo, aunque estas pueden generar controversia. Las infraestructuras relacionadas con la montaña y la nieve también han generado debate debido a sus impactos ambientales. En resumen, se necesitan políticas que promuevan un turismo sostenible y de calidad para asegurar el desarrollo a largo plazo del sector en España.
Principales Áreas Turísticas en España
El turismo en España se dirige a distintas áreas:
a) Costa
Costa del Sol, Costa de Almería, Costa Cálida, Costa Blanca….en el Mediterráneo y también algunas del Atlántico, Costa de la Luz, Costa Verde…nuestro país cuenta con excelentes playas y son las comunidades autónomas del área mediterránea (Andalucía, Valencia, Cataluña y Baleares) las que mayor oferta turística tienen. Canarias también concentra un 10%.
b) Zona de Turismo Cultural e Histórico
Son ciudades con riqueza monumental, algunas de ellas Patrimonio de la Humanidad: Granada, Córdoba, Sevilla, Toledo, Segovia, Santiago de Compostela… España cuenta con muchas ciudades con esta distinción. También destacan zonas como Castilla-León, comunidad de Madrid…
c) Estaciones de Esquí
En distintos sistemas montañosos, que cuentan con buenas comunicaciones y servicios, ejemplos son Sierra Nevada en Granada; Baqueira Beret en los Pirineos catalanes… hasta un total de 29 estaciones.
d) Áreas de Turismo Rural
Que pretende aprovechar la vivienda rural con fines turísticos y culturales. Pretende el desarrollo económico de las zonas en cuestión y ofrece el acercamiento a la cultura popular, contacto con actividades agropecuarias, deportes… Es importante destacar la visita a espacios naturales, España cuenta con una diversidad paisajística muy grande con Parques Naturales de alto valor natural y cultural representativo del patrimonio natural español. Ejemplos son el Parque Nacional del Teide, Picos de Europa, etc…
España, a pesar del impacto de la pandemia, sigue siendo la tercera potencia turística del mundo, siendo sólo superada por Francia y Estados Unidos, tanto por el número de visitantes (más de 83 millones en 2019) que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad, que llegó a suponer más del 14% del PIB en 2019. La consolidación de España como destino turístico data de los años 1960, pero la gestación definitiva de España como potencia turística fue posible gracias a causas externas (bonanza económico-social de Europa tras la Segunda Guerra Mundial o generalización de los medios de transporte) e internas (excelentes condiciones de nuestra oferta turística: amplio litoral, climatología favorable, variedad paisajística, rico patrimonio cultural, competitividad de nuestra estructura hotelera, etc.).
Significado y Consecuencias de las Actividades Turísticas
Tras una serie de distintas tendencias expansivas y contractivas de nuestro turismo (auge incipiente de los años 60 del siglo XX, crisis de 1973, expansión interna del 76 al 88, recesión de finales de los 80, etc… Desde comienzos de los años 1990, se ha abierto una nueva fase en la que se superaron los 80 millones de visitantes, convencidos por la más que competitiva oferta turística de nuestro país que, no obstante, tiene también sus aspectos sociales y geográficos negativos, por un exceso de población activa dedicada a este sector y por el enorme impacto que las infraestructuras necesarias para el sector causa sobre el medio. Por otra parte, el turismo español aporta al país menos ingresos que otras potencias turísticas de rango similar, como demuestra el hecho de que España, aunque haya llegado a ocupar el segundo lugar mundial por número de turistas, nunca ha superado el cuarto lugar por la cantidad de ingresos. No es posible concebir una actividad como el turismo que no considere los objetivos económicos, sin embargo se han olvidado en muchos casos los objetivos sociales y ecológicos. Las infraestructuras de turismo impactan en el paisaje, ejemplo son las “colmenas de apartamentos” de algunas ciudades costeras. No siempre se ha respetado la ley de costas que obliga a dejar una distancia entre el mar y la construcción que se va a realizar, ya que todas las playas son públicas. La costa española es muestra de un desarrollo turístico que sólo ha tenido en cuenta el objetivo económico. Las consecuencias negativas están apareciendo y pueden hacer peligrar los beneficios: la contaminación del mar, aparte de muchos otros perjuicios, puede incidir en un menor número de visitantes.
Se ha tratado de implantar soluciones como la implantación de la ya mencionada ecotasa que grava la actividad turística. Tampoco es desdeñable el dato del consumo de recursos, ya que vemos como en verano poblaciones costeras ven multiplicarse por dos, tres y hasta cuatro el número de sus habitantes, con lo que ello supone para la prestación de servicios o para el consumo de agua potable, por ejemplo, en un país como el nuestro que sufre tanto la aridez.