Diversidad y Tipología de los Suelos Españoles

1. Suelos Incipientes

Son aquellos que están en proceso de formación y que, por haber evolucionado muy poco, no presentan horizontes. Esto puede ocurrir en terrenos cuya situación les impide evolucionar de manera normal, como los situados en pendientes. Los apreciamos a lo largo del curso del río Duero y la depresión del Guadalquivir. Son suelos de gran fertilidad.

2. Suelos Poco Evolucionados

Existen diferentes tipos:

– Las Rendzinas

Son suelos desarrollados a partir de rocas calizas, corresponden al dominio del clima mediterráneo, tienen un gran contenido en carbonato cálcico y se hallan muy extendidos por la Península. Son suelos forestales, aunque si están situados en lugares de topografía favorable resultan adecuados para cultivos como el olivo o el viñedo.

– Los Rankers

Son suelos jóvenes, pero se han formado a partir de rocas silíceas y en climas más fríos, de ahí su evolución retardada. Se sitúan en las zonas montañosas de Galicia, Montes de León, Asturias…

– Los Serosem

Corresponden a zonas de clima árido a semiárido, con carencia de vegetación. Son suelos pobres en materia orgánica y con los minerales poco alterados por la escasez de precipitaciones. Alcanzan su máxima extensión en el valle del Ebro.

3. Suelos Muy Evolucionados

Se aprecia un perfil con horizontes nítidos y bien desarrollados. Se incluyen los suelos pardos y los pardocalizados; entre ambos, ocupan la mayor parte de España.

– Suelos Pardos

Podemos distinguir entre los pertenecientes al clima oceánico, que se corresponden con los bosques de hoja caduca de la España atlántica llegando hasta las sierras béticas, donde se desarrollan debido a las abundantes precipitaciones, y los suelos pardos meridionales, que se desarrollan en zonas donde hay menos precipitaciones, lo que no permite la concentración de materia orgánica en superficie. Son los suelos de las dehesas de encinas y de alcornoques.

– Suelos Pardocalizos

Podemos distinguir a los de clima húmedo y los de clima mediterráneo. Ambos tienen en común la abundancia de carbonato cálcico, como corresponde a su formación a expensas de rocas calizas, y que sus características dependen más de la roca original que del clima. Cabe incluir los suelos fersialíticos o suelos rojos mediterráneos, que aparecen en zonas muy amplias de la submeseta meridional y se identifican por el color rojo resultante del hierro que contienen. Son aptos para el cereal, olivar y viña.

– Suelos Podzolizados

Son los suelos arenosos formados sobre rocas silíceas en zonas de clima frío y húmedo que no llegan a desarrollar estructuras de suelo.

– Vertisuelos

Son los más fértiles de España y del mundo. Son suelos profundos, muy ricos en arcilla, en nutrientes vegetales y de coloración muy oscura. Se conocen con el nombre de bujeos y ocupan amplias extensiones de las campiñas del Guadalquivir.

Componentes Bióticos: Vegetación y Fauna

1. Fundamentos de la Diversidad Biogeográfica de España

La península ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad en flora y fauna. La riqueza de especies, a la que hay que añadir la de Canarias, es consecuencia de su condición de encrucijada y lugar de convergencia de las influencias atlánticas y mediterráneas, saharianas y europeas. Pero ello está realzado por el clima, la configuración peninsular, el relieve y los suelos.

– El Clima

El clima de la península ibérica pertenece a los dominios atlántico y mediterráneo. El clima mediterráneo es el más extendido y es un importante factor de diversidad biogeográfica por las gradaciones espaciales que permiten la aparición de biotopos.

– La Configuración

La configuración de la península contrapone el interior y el litoral, y crea una diferenciación climática en la vegetación y en la fauna.

– El Relieve

El relieve propicia la aparición de un amplísimo número de hábitats e introduce efectos derivados de la altitud y de la orientación que influyen en la temperatura, precipitaciones…

– Los Grandes Contrastes Litológicos y la Diversidad de los Suelos

Repercuten en la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales al tener que adaptarse estas a las condiciones del sustrato. La vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad.

2. Regiones y Provincias Biogeográficas

España pertenece al denominado reino holártico boreal, que se extiende sobre los continentes al norte del trópico de Cáncer. Este comprende once regiones, de las cuales tres están presentes en España:

A) La Región Eurosiberiana

Ocupa la fachada atlántica, el macizo pirenaico y las cumbres de los sistemas Central e Ibérico. Se caracteriza por una vegetación exuberante y corresponde a un clima de temperaturas suaves y mucha humedad que permiten el desarrollo de un bosque caducifolio, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo. Pueden distinguirse dos provincias:

– Provincia Atlántica

Comprende el norte y el noroeste peninsular y está representada por los hayedos y los robles. El haya es el árbol por excelencia de las montañas frescas y húmedas; se adapta a los suelos silíceos y calizos. A menor altitud que el haya está el roble. La destrucción de los bosques de hayas y de robles dio paso a la introducción del castaño y después al pino. La degradación de los bosques caducifolios atlánticos origina la aparición de un matorral compuesto por brezos y landas. La eliminación de bosques y landas ha dado lugar a los prados, base de la cabaña ganadera del norte de España.

– Provincia Submediterránea

Se extiende hacia el este, ocupando la vertiente meridional del Pirineo. Su situación a resguardo de los vientos atlánticos modifica las condiciones atlánticas y permite la aparición de unas especies vegetales entre las que destacan el roble, el pino y el quejigo.

B) La Región Mediterránea

Ocupa el resto de la península y el archipiélago balear. La vegetación es su carácter perennifolio, que proviene de la adaptación al clima. El clima mediterráneo presenta una sequía estival muy prolongada a la que se han adaptado las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo; por ello, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y coriáceas y una raíz extensa y profunda; su crecimiento es muy lento. El bosque mediterráneo tiene como especie más representativa la encina. Al abrigo de la encina aparecen especies arbustivas y una gran variedad de plantas aromáticas, y en zonas de temperatura suave, más precipitaciones y moderada aridez estival es sustituida por el alcornoque.

C) Macaronesia

El archipiélago canario pertenece a una región bautizada con el nombre de Macaronesia. Sus principales rasgos son la variedad florística y la elevada proporción de endemismos.

Atendiendo a la constitución volcánica de las islas y la presencia de la montaña, la vegetación tiene tendencia a estratificarse por pisos altitudinales. El piso bajo tiene muy poca humedad y, por ello, carece de vegetación arbórea; su lugar lo ocupa el matorral. A continuación, le sigue un piso intermedio de tránsito hacia el bosque de laurisilva y, por encima, aparecen los bosques de coníferas, particularmente el pino canario. A partir de esta, la degradación es muy rápida y surge un desierto rocoso.

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