Rasgos generales del relieve peninsular
1. Una península maciza y compacta: La anchura de la península y la forma de costas casi rectilíneas y poco recortadas le dan una forma maciza que limita la penetración de la influencia del mar hacia el interior. En las rías gallegas existe un litoral fuertemente entallado.
2. Elevada altitud media: España es el país más elevado de Europa después de Suiza con una altitud media de 660 m, (meseta central, que ocupa la tercera parte del territorio peninsular, superior a 600 m).
3. Variedad de formas del relieve y de su composición lítica y estructural: Aunque la península presenta una elevada altitud, no por ello su territorio es montañoso. Aunque existen numerosas cadenas de montañas, las formas llanas dominan en la meseta y en las depresiones exteriores.
4. Ordenación concéntrica del relieve: Las formas del relieve están ordenadas de forma concéntrica alrededor de la meseta formando una muralla montañosa que encierra y aísla el interior peninsular.
Formación del relieve peninsular
Durante la era primaria o paleozoica (600-225 millones de años) tuvo lugar la orogenia herciniana que dio lugar a la formación de las cordilleras hercinianas constituidas por materiales silíceos (granito, cuarzo, pizarra): Macizo Hespérico, de Aquitania, Catalano-Balear, del Ebro y Bético Rifeño. Todos ellos son posteriormente arrasados por la erosión convirtiéndose en zócalos paleozoicos. El Macizo Hespérico constituye el actual zócalo de la meseta central y se encontraba inclinado hacia el actual Mediterráneo.
La era secundaria o mesozoica (225-68 millones de años) es un periodo de calma orogénica. La erosión continuó arrasando los viejos macizos depositando los materiales arrancados en los fondos de los mares, especialmente en las fosas béticas y pirenaicas que se cubren de potentes capas de sedimentos calizos. El borde oriental del Macizo Hespérico recibe capas de sedimentos que forman una cobertura plástica que descansa sobre el rígido zócalo paleozoico. La era terciaria (68-2 millones de años) es el periodo clave para la historia geológica peninsular. En ella se produce la orogenia alpina que afecta tanto al rígido zócalo paleozoico como a las capas de sedimentos plásticos, y da como resultado el relieve peninsular tal y como lo vemos hoy en día: Los sedimentos depositados en los geosinclinales marinos se plegaron, emergiendo los Pirineos y sistemas Béticos. Entre las nuevas cordilleras y los bordes del Macizo Hespérico se originan las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. Los sedimentos acumulados en el borde del Macizo Hespérico produjeron los rebordes montañosos de la meseta: parte oriental de la Cordillera Cantábrica y Sistema Ibérico. La presión de la orogenia alpina sobre los materiales antiguos, más duros y rígidos del zócalo Hespérico produjo un resquebrajamiento en bloques separados por fallas. Los bloques que se levantan dan lugar a la formación de las unidades montañosas del Macizo Galaico, del Sistema Central y de los Montes de Toledo. La zona sur se hunde y da lugar a Sierra Morena. Los zócalos paleozoicos de Aquitania, Catalano-Balear y Bético-Rifeño se fracturan, emergiendo restos en el Pirineo Central, zona norte de la Cordillera Costero Catalana y sur de las Béticas.
La era cuaternaria es un periodo de tranquilidad orogénica, en el que continúan los procesos erosivos, iniciados en la época anterior. Adquieren especial importancia el modelado glaciar y el modelado de origen fluvial.
Cuatro unidades de relieve:
- Zócalos: son unidades de relieve formadas a partir del arrasamiento total de antiguas cordilleras, presentan formas llanas o abombamientos sobre materiales muy rígidos. Aparecen en la mitad occidental peninsular donde el Macizo Hespérico aflora su perfil, y en el sector de las penillanuras castellanas y extremeñas.
- Macizos antiguos: Son los sectores del zócalo que fueron afectados por la orogenia y como consecuencia se deformaron por lo que se originan montañas medias, su litología es paleozoica. Los macizos antiguos en España son: Macizo Galaico, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena.
- Cuencas sedimentarias: Son relieves de morfología llana que han sido recubiertos por sedimentos tras un hundimiento de la corteza terrestre. Se formaron a lo largo del terciario con el movimiento alpino, construidos por materiales sedimentarios. Se distinguen dos tipos de cuencas: cuencas interiores castellanas y dos cuencas sedimentarias prealpinas.
- Cordillera de plegamiento: Relieve montañoso cuyos materiales han sido afectados por presiones laterales formando estructuras plegadas. Diferenciamos dos tipos de cordilleras: cordilleras alpinas (alcanzan máximas altitudes formadas a partir de la acumulación de sedimentos durante el secundario, formándose así Pirineos y sistemas Béticos). Por otro lado, las cordilleras o cadena de cobertera formadas a partir de un zócalo sobre el que está una cobertura sedimentaria (mitad de Cordillera Cantábrica y Sistema Ibérico).
La Meseta
El núcleo central del Macizo Ibérico lo ocupa la meseta, una elevada llanura, dividida por el Sistema Central en dos unidades: Submeseta Norte y Submeseta Sur. Su origen se encuentra en el Macizo Hespérico surgido con el movimiento orogénico herciniano en la era primaria. Durante la era terciaria la orogenia alpina afectó al antiguo Macizo Hespérico alterando sus rebordes produciendo la aparición del Macizo Galaico, Montes de León y los Montes Vascos. Tiene una altitud media de 600 metros y una superficie de 400.000 km cuadrados. Sus materiales silíceos son procedentes de la era primaria.
Submeseta Norte
Situada al norte del Sistema Central, abarcando así la mayor parte de Castilla y León, la Submeseta Norte tiene una altitud de 850 metros. Esta submeseta se encuentra atravesada por la cuenca sedimentaria del Duero. En el sector occidental de la región aflora el zócalo paleozoico constituido por rocas rígidas que han sido arrasadas en procesos de erosión de fines de la era primaria y posteriores de la era terciaria.
Relieve en Extremadura
Extremadura está situada en la parte occidental de la Submeseta Sur, ocupando una penillanura bastante elevada, entre 200 y 600 metros de altitud y suavemente inclinada de este a oeste. Al norte se encuentra el Sistema Central y al sur Sierra Morena. La litología que predomina es silícea, aunque podemos encontrar materiales arcillosos en Tierra de Barros. En cuanto a penillanuras nos encontramos la Penillanura del Río Salor, Penillanura Trujillano-Cacereña, Zona de la Campiña y La Serena. Las sierras más importantes de Extremadura son las sierras del norte que pertenecen al Sistema Central (Sierra de Gata, Sierra de la Peña de Francia, Sierra de Gredos). Las sierras del centro pertenecen a los Montes de Toledo (Sierra de San Pedro, Sierra de Montánchez, Sierra de Guadalupe, Sierra de las Villuercas). Y por último, las sierras del sur pertenecen a Sierra Morena (Sierra Grande, Sierra de los Argallanes, Sierra de Tentudía). Las cuencas que sobresalen en Extremadura son las cuencas del Guadalquivir y del Tajo, cuenca de Guadalquivir al sur, y la del Duero al norte.
Pirineos
Se extienden desde el Golfo de Vizcaya al Cabo de Creus. Tienen su origen en la era terciaria, debido al choque de la placa Ibérica con la Euroasiática.
Los Montes de Toledo son una cordillera de la península ibérica, formada por varias sierras, que separan la cuenca del Tajo de la del Guadiana. Tienen una longitud máxima de este a oeste de unos 350 km y una anchura máxima de unos 100 km en las proximidades de Sonseca y Puertollano. Se trata de una estructura rejuvenecida por la orogenia alpina, pero a diferencia del Sistema Central, no son bloques levantados y hundidos, sino que es un relieve apalachense puesto al descubierto tras la intensa erosión que afectó a la zona después de la orogenia.
El Sistema Central es una cordillera situada en el centro de la península ibérica que tiene una orientación oeste-este en su mitad oeste, y orientación suroeste-noreste en su mitad este. Tiene una longitud aproximada de 600 km y va desde el centro de Portugal al Sistema Ibérico, situado en el centro-noreste de España. Constituye la separación natural entre Castilla y León, al norte, y Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Extremadura, al sur. También representa la división de la Meseta Central entre la Submeseta Norte y la Submeseta Sur. Salvo alguna excepción menor, constituye la divisoria entre las cuencas del Duero y del Tajo.
La mayor elevación del sistema es el pico Almanzor (2.592 m), situado en la Sierra de Gredos. La cordillera se subdivide en sierras separadas entre sí por grandes valles o puertos de montaña. De todas ellas, las más importantes por extensión son las siguientes, ordenadas de oeste a este: Estrella, Gredos, Guadarrama y Ayllón. La base de estas montañas oscila de los 500 a 1.200 metros. El Sistema Central es resultado del acortamiento de la placa Ibérica por el choque de las placas Euroasiática y Africana, que formó en sus bordes los orógenos de colisión de los Pirineos y las Béticas. El sistema se levantó durante la orogenia alpina, en el Cenozoico, aunque los materiales sobre los que se asienta (el zócalo granítico meseteño) sean anteriores (de la orogenia herciniana). Las rocas han sufrido una fuerte erosión, por lo que se han aplanado mucho tanto en las cumbres (conocidas por los montañeros como ‘cuerdas’) como en las estribaciones septentrionales y meridionales. Por tanto, el Sistema Central es una cordillera formada por rocas muy antiguas pero con un relieve reciente, de edad similar a la de los Pirineos, los Alpes, los Andes o el Himalaya.