1. Los Sectores Fundamentales
Las actividades industriales se agrupan en torno a sectores que se identifican con el destino final de los bienes producidos o el origen de las materias primas utilizadas:
- Industria de Base: transforman materias primas en productos semielaborados que a su vez son empleados como materias primas para otras industrias.
- Industria de Bienes de Equipo: producen bienes, maquinaria o herramientas que son usados por otras industrias en sus procesos fabriles.
- Industrias de Bienes de Uso y Consumo: transforman productos diversos en bienes que son consumidos directamente por la población.
Los sectores industriales pueden establecerse según sus características generales:
a) Sectores Tradicionales
Aquellos que tuvieron una importancia capital en todo el proceso de industrialización contemporánea y que se relacionan con los metales.
- Metalurgia: constituye uno de los principales sectores de la industria española. La más destacada es la del hierro, es decir, la siderurgia, en sus 2 modalidades: la siderurgia integral (en altos hornos) y la no integral (en hornos eléctricos a partir de la refundición de chatarra).
- Transformados Metálicos: fabrica una gama de productos que abarca desde la ferretería a la maquinaria.
- Fabricación de Electrodomésticos: tiene una clara filiación con las industrias metalúrgicas.
- Construcción Naval: otro de los sectores importantes de la industria tradicional en España.
- Industria Textil, del Cuero y del Calzado: muy importantes en el tejido industrial español.
b) Otros Sectores
El sector del automóvil se desarrolló en España en la década de los 60, siendo uno de los impulsores del crecimiento económico. Constituye un sector de influencia en la economía española.
El sector químico se articula en torno a la industria petroquímica y a la industria química de transformación.
El sector agroalimentario consiste en un proceso de transformación de los productos agrarios.
c) A la Vanguardia de la Industria y con una Visión de Futuro
Se hallan los sectores de tecnología punta, que aportan descubrimientos, nuevos materiales, sistemas y medios para la mejora de la producción industrial.
2. Política Industrial
Tras el ingreso de España en la Unión Europea, la política industrial española sigue las directrices de la Unión. Sus objetivos generales están encaminados a resolver los problemas estructurales que presentan las industrias. Asimismo, se pretende el fomento de la cooperación internacional.
A partir de la integración europea se intensificaron las reconversiones para adaptarse a las exigencias comunitarias. La nueva situación ha precisado del desarrollo de programas de ayudas a las PYMES para mejorar la competitividad.
3. Procesos Territoriales
La industria española ha tenido una tendencia a la concentración en unas áreas y espacios determinados. Este fenómeno de polarización industrial no ha sido exclusivo en España, sino que ha sido bastante generalizado.
En los inicios de la revolución industrial, la localización de los establecimientos gozó de cierta dispersión geográfica, pero a medida que se asentó hubo una clara consolidación en País Vasco, Madrid y Cataluña. Este modelo alcanzó su plenitud entre 1965 y 1975.
Comenzó a variar en los años 80 al surgir una serie de factores negativos frente a los cuales se ofrecía como solución la descongestión industrial y la búsqueda de nuevos emplazamientos. Entre los procesos industriales que ocurrieron, el más destacado es el de difusión espacial. Por ello, la industria española se articula hoy, en su dimensión espacial, en torno a los centros industriales.