Hidrografía de la Península Ibérica
Vertiente Atlántica
La vertiente atlántica es la más extensa de la península. Se divide en dos sectores:
Cuenca Norte
Incluye los ríos que desembocan en el mar Cantábrico y los ríos gallegos. Se caracteriza por cursos fluviales cortos que nacen en la Cordillera Cantábrica, donde excavan profundos valles. Esto les otorga una gran fuerza erosiva y un carácter torrencial, aprovechado para producir electricidad. Las elevadas precipitaciones garantizan un caudal abundante y regular, con régimen de alimentación fluvial y pluvio-nival.
Ejemplos: Ríos vascos (Bidasoa, Nervión), ríos cántabros y astures (Pas, Deva, Sella, Nalón, Narcea, Navia) y ríos gallegos (Eo, Tambre, Ulla, Miño, Sil).
Grandes Colectores de la Meseta y la Depresión Bética
Los grandes ríos atlánticos se caracterizan por su gran longitud y discurren por extensas llanuras. Su caudal absoluto es elevado, pero su caudal relativo desciende debido a las amplias cuencas fluviales que han labrado.
- Duero: La cuenca más extensa de la península. Nace en los Picos de Urbión y se encaja en los Arribes del Duero, aprovechando el desnivel para la construcción de presas hidroeléctricas. Régimen fluvio-nival con máximos en marzo-abril.
- Tajo: El río más largo de la península. Nace en la sierra de Albarracín y desemboca en Lisboa. Está regulado por muchos embalses. Régimen pluvio-nival; sus aguas se aprovechan para la producción de electricidad (Presa de Alcántara).
- Guadiana: Nace en las lagunas de Ruidera y desemboca en Ayamonte. Caudal pobre e irregular. La litología caliza favorece la circulación subterránea. Régimen fluvial. Embalses para regadío.
- Guadalquivir: Nace en la sierra de Cazorla y desemboca en Sanlúcar de Barrameda, formando las marismas del Guadalquivir. Régimen fluvio-subtropical, aunque el Genil, que nace en Sierra Nevada, tiene influencia nival.
Vertiente Mediterránea
La divisoria de aguas está definida por el Sistema Ibérico y los Sistemas Béticos. El clima mediterráneo explica la pobreza del caudal y su gran irregularidad, con frecuentes crecidas y acusados estiajes. Muchos son cursos intermitentes, torrentes o ramblas.
- Ríos catalanes (Fluvià, Ter y Llobregat): Régimen mixto, cortos y algo más caudalosos.
- Ríos levantinos (Mijares, Palancia, Turia, Júcar y Segura): Régimen fluvial o pluvio-nival, caudal pobre, gran irregularidad y peligrosas crecidas otoñales debido a la gota fría.
- Ríos meridionales (Almanzora, Guadalfeo y Guadalhorce): Régimen fluvial mediterráneo subtropical, muy cortos, rápidos e irregulares, de difícil aprovechamiento y con frecuentes crecidas.
El Ebro es una excepción. Nace en la Cordillera Cantábrica, atraviesa la depresión del Ebro y desemboca en el Mediterráneo formando un delta. Es un río largo, de extensa cuenca y caudal destacado. Sus aguas se aprovechan para la producción de energía hidroeléctrica y el regadío.
Red Fluvial Insular, Ceuta y Melilla
Baleares y Canarias carecen de auténticos ríos. En Mallorca encontramos cursos intermitentes, torrentes que solo llevan agua en periodos de precipitaciones. En el resto de las islas, la escorrentía superficial es menor y la litología caliza favorece la circulación subterránea, formando acuíferos. En Canarias, la aridez justifica la ausencia de cursos permanentes de agua. Los recursos hídricos proceden de aguas subterráneas y la escorrentía se limita a la red de barrancos. Ceuta y Melilla tienen arroyos de escasa longitud y se abastecen mediante la extracción de aguas subterráneas.